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Entradas etiquetadas como ‘indiferencia’

Mujeres menospreciadas

Por Nieves Correas

Pareja insatisfecha (Mejor con salud).

Milagros, una mujer de mi quinta y de mi entorno, ha decidido separarse. Su cónyuge entra en la categoría de lo que la gente juzga “un buen marido”, pero mi amiga no puede más. Está harta de que el susodicho no la mire, no la escuche, la ningunee, no la considere digna de atención

No cabe duda de que mantener el entusiasmo después de cuarenta años de convivencia es prácticamente imposible, pero de eso a convertir el matrimonio en un páramo donde todo es indiferencia y desdén, hay un abismo.

A veces, mi amiga ha intentado infundir en su marido algún sentimiento o alguna emoción, pero no lo ha logrado. Este pobre hombre, en todo lo que atañe a ella, es como una piedra berroqueña imposible de horadar.

El último acto de esta tragicomedia ocurrió hace unos días en un evento. Milagros, ansiosa de tener un recuerdo, le pidió al indiferente que inmortalizara al grupo de amigas con su teléfono móvil. Y él, cual un vulgar patán, la dejó fuera del encuadre (estaba en un extremo) y Milagros no salió en la fotografía.

Nos quejamos de no tener gobierno, pero no hacemos nada

Por Mara Sánchez

Imagen de una protesta (Europa Press).

Imagen de una protesta (Europa Press).

Voy a ser breve y concisa; somos un país de acojonados. Todo el mundo se queja de no tener gobierno, pero a nadie se le ocurre una huelga general para presionar, o una manifestación, aunque vayan cuatro gatos. Algo, no sé, lo que sea antes de esta resignación.

Si me engañan una vez es culpa del que me engaña, si me engañan dos, ya es mía. ¿Y si me engañan tres? Todos sabemos cómo llamar al que engaña tres veces con lo mismo.

Somos una ciudadanía que lucha por la Champions pero no por nuestros derechos

Por Miguel Fernández-Palacios

Los jugadores del Real Madrid a su llegada a Cibeles con la undécima (EFE).

Los jugadores del Real Madrid a su llegada a Cibeles con la undécima (EFE).

La vida no es fácil y, en consecuencia, no se debe desaprovechar la ocasión de divertirse en cuanto se presente. Por eso resulta maravilloso que para celebrar la undécima del Real Madrid, miles de personas llenaran calles, plazas y un inmenso estadio, festejándolo en apasionado jolgorio.

O cuando en 1995 los aficionados entendieron que el descenso administrativo a segunda de sus equipos era una decisión injusta, y dos ciudades como Sevilla y Vigo se llenaron de protestas hasta revertir el veredicto.

Sin embargo esa expresividad espontánea se torna en amargo desencanto cuando, en este mismo país, se recortan derechos laborales, libertades, gastos sanitarios, educativos, de dependencia, etc. Cuestiones nada baladíes conquistadas con mucho sufrimiento y que hacen la vida más justa, pero las avenidas y plazas no se abarrotan en igual medida. No cabe duda de que la individualista sociedad moderna es moldeada en gran medida por los políticos, que forjan ciudadanos indiferentes para que no les incomoden en sus turbios enredos.

Y he aquí la piedra de toque: la indiferencia ciudadana es el peor de los males posibles para una democracia, porque la deteriora hasta ponerla en grave riesgo. Esperemos que los nuevos partidos, en un esfuerzo titánico por el bien y la pervivencia de la libertad democrática, reviertan esta perversa tendencia y sepan ilusionar a la gente formando ciudadanos responsables y comprometidos con lo cívico.

Nuestra indiferencia, pasividad y egoísmo ante los refugiados

Por Paula Radtke Ortiz

Refugiados (EFE).

Refugiados (EFE).

Quisiera creer que no. Quisiera creer que es una broma que estemos vendiendo la dignidad y la seguridad de miles de personas. Es como si Turquía fuese una especie de sicario que se ocupa del trabajo sucio mientras su jefe, la Unión Europea, se lava las manos y se sienta en su despacho, vuelve a casa y duerme tranquilo, con su familia a salvo.

Ni siquiera es la crueldad de los grandes dirigentes lo que más duele. Lo que hiela la sangre es la indiferencia, pasividad y egoísmo que ha surgido entre la gente del montón, la gente como tú y como yo. Esa gente de a pie que habla con odio y asegura que solo deben recibir ayuda los españoles, porque claro, hay españoles en paro y nosotros queriendo ayudar a los de fuera… ¿En serio pensamos que es equiparable estar en paro a huir de la guerra?

Con esto no quiero quitarle importancia a las personas que están pasando un momento difícil, solo quiero que reflexionen un momento y se imaginen en esa situación, viendo cómo matan a sus familias, siendo ultrajados como personas, dejando todo atrás y arriesgando su vida para meterse en un bote a la deriva en busca de algo de seguridad y cuando piensan que por fin ven la luz, que por fin están a salvo, se chocan de frente con el desprecio, nuestro desprecio, nuestro racismo, que les obliga a sufrir represiones en las fronteras. Ahora serán devueltos a Turquía a cambio de un puñado de millones y unos cuantos favores, como si de ganado de tratase, ante nuestros impasibles ojos.

Estamos viendo cómo niños duermen en el barro, cómo mujeres dan a luz sin ningún tipo de cuidados.
Y yo me pregunto, cuando nuestros nietos estudien nuestra historia… ¿se llevarán las manos a la cabeza por los horrores que estamos cometiendo y permitiendo como hicimos nosotros cuando se perpetró el Holocausto Judío?

Quizá en un futuro ellos sean mejores que nosotros. Quizá en un futuro la vida valga mucho más que los intereses económicos.