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Entradas etiquetadas como ‘gastos’

Los autónomos no estamos preparados para hacer frente a este cierre

Por Sabrina Ferrer

He visto vuestro artículo del gremio de la hostelería, yo no soy de ese gremio pero tengo un centro de estética y me siento bastante identificada. Al final cualquier persona con un negocio obligado a cerrar está en las mismas condiciones. Te sientes muy impotente, estás obligado a cerrar pero al final de mes ellos te pasan igual las cuotas de la Seguridad Social y autónomos sabiendo que tienes cero ingresos.

Sabrina Ferrer en su comercio.

Sabrina Ferrer en su negocio.

En mi caso hice una inversión grande hace 1 año y no me he recuperado, voy al día, como muchos, por eso no podemos aguantar más tiempo con cero ingresos. No estamos preparados para hacer frente a este cierre, yo tengo un préstamo ICO de 530 euros, pero no te ayudan con ello, no te lo paralizan. Si es un préstamo para empresas y no tenemos ingresos ¿por qué no los paralizan?

Con 700 euros es imposible si pago ese préstamo, porque cómo pago luz, agua… y gracias a que muchos proveedores y la arrendadora me aplazaran las facturas. Cuando abramos tendremos que empezar de cero y si no tenemos para ponernos al día ¿cómo voy a pagar a los empleados si no tengo ni para mí?

Queda muy bonito decir que no se podrá despedir a los que hayamos hecho un Erte durante los siguientes 6 meses pero si no tengo ni para cubrir gastos de la empresa es imposible poder pagar un sueldo, y ellos dependen de mí.

Yo en mi casa tengo a mi marido, que hará frente a los gastos de casa, pero tengo compañeras que son el sustento de su familia y con el negocio cerrado no tienen para afrontarlo. Sólo pido que actúen más rápido. Nos sentimos impotentes y asfixiados.

 

Somos una ciudadanía que lucha por la Champions pero no por nuestros derechos

Por Miguel Fernández-Palacios

Los jugadores del Real Madrid a su llegada a Cibeles con la undécima (EFE).

Los jugadores del Real Madrid a su llegada a Cibeles con la undécima (EFE).

La vida no es fácil y, en consecuencia, no se debe desaprovechar la ocasión de divertirse en cuanto se presente. Por eso resulta maravilloso que para celebrar la undécima del Real Madrid, miles de personas llenaran calles, plazas y un inmenso estadio, festejándolo en apasionado jolgorio.

O cuando en 1995 los aficionados entendieron que el descenso administrativo a segunda de sus equipos era una decisión injusta, y dos ciudades como Sevilla y Vigo se llenaron de protestas hasta revertir el veredicto.

Sin embargo esa expresividad espontánea se torna en amargo desencanto cuando, en este mismo país, se recortan derechos laborales, libertades, gastos sanitarios, educativos, de dependencia, etc. Cuestiones nada baladíes conquistadas con mucho sufrimiento y que hacen la vida más justa, pero las avenidas y plazas no se abarrotan en igual medida. No cabe duda de que la individualista sociedad moderna es moldeada en gran medida por los políticos, que forjan ciudadanos indiferentes para que no les incomoden en sus turbios enredos.

Y he aquí la piedra de toque: la indiferencia ciudadana es el peor de los males posibles para una democracia, porque la deteriora hasta ponerla en grave riesgo. Esperemos que los nuevos partidos, en un esfuerzo titánico por el bien y la pervivencia de la libertad democrática, reviertan esta perversa tendencia y sepan ilusionar a la gente formando ciudadanos responsables y comprometidos con lo cívico.

Puigdemont, la ley no puede ser un rodillo que aplaste a los más débiles

Por Juan M. M.

Protesta contra los recortes a las ayudas a la dependencia en Alicante (Archivo).

Protesta contra los recortes a las ayudas a la dependencia en Alicante (Archivo).

Mi esposa sufrió hace seis años un ictus. Quedó con medio cuerpo paralizado y dependiente para todo. En el hospital nos hablaron de la Ley de Dependencia.

Como ella trabajaba como autónoma, el tribunal le concedió la gran invalidez. Cobra una pensión de 900 euros. También se nos concedió un PIA (Programa Individual de Atención) de 20 horas de ayuda a domicilio y un complemento de 336 euros. Una persona que la ayude son 800, más 100 del fisioterapeuta. Quedan 336.

Hace dos años, al mudarnos a Mataró y pedir el traslado del PIA, se nos indicó que el cobro de la ayuda era ilegal porque es incompatible con la pensión de gran invalidez. Me la retiraron y me ofrecieron un PIA con el doble de horas. Me negué a firmar.

Yo tengo 62 años, no cobro nada y agoté el paro. Me gasté mis ahorros y dejé el piso de alquiler que no puedo pagar, vendí mis muebles y mi coche para volver a casa de mi madre. Tenemos que pasar con 900 euros. Pero hay que pagar a mi ex una pensión de 300, lo que supone que nos quedan 600.

De nada ha servido explicar la situación. Nadie se hace responsable. Mientras se gastan millones en embajadas y conmemoraciones, la Administración me roba el 27% de los ingresos familiares, amparada por la Ley.

Sr. Puigdemont, ¿esto es lo que entiende por soberanía del pueblo catalán? La ley no puede ser un rodillo que aplaste a los más débiles. ¿Así defienden el Estado de Bienestar? Se llenan la boca con palabras, mientras otros se llenan los bolsillos robando a los que luchamos por sobrevivir.

Gastos funerarios: morir en España es caro

Por María José Viz Blanco

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Un ataúd expuesto en una funeraria. (ARCHIVO)

El fallecimiento de un ser querido suele ser doloroso y, a veces, inoportuno. Díganselo al hombre que ocultó la muerte de su madre por no poder pagar su entierro y dejó que se descompusiese en el piso alquilado en el que vivían.

Este hijo seguramente no deseaba llegar hasta esa situación, pero probablemente sólo tenía dinero para malvivir él; de lo contrario, no se entiende esta situación tan macabra.

Morirse en España es caro. Da igual ser enterrado o que te conviertan en cenizas. Los ritos funerarios generan tanto gasto a los que están vivos, que no sería raro el caso de llegar a arruinarse por ello. Además, la situación de penuria económica en muchos hogares, con escasa o nula capacidad de ahorro, no permite honrar a los muertos tal como a ellos les gustaría.

Me pregunto: ¿es necesario tanto ceremonial a la hora de nuestra despedida de este mundo? ¿No será, más bien, otra convención social, de las muchas que permanecen, que poco tienen que ver con el cariño hacia el difunto?

Los números cantan

Por Ángel Villegas Bravo

Varios integrantes de un centro de jubilados. (EVA MÁÑEZ)

Varios integrantes de un centro de jubilados. (EVA MÁÑEZ)

Pongamos una pareja de jubilados cuya pensión es de 800 € mensuales líquidos, que ya es poner, porque, pensiones inferiores a esa las hay a montones. Y ahora, fijémonos en los gastos ineludibles de cada mes: Digamos (siempre calculando por lo bajo) 50 € de gastos de comunidad, 50 de gas y electricidad, 40 de teléfono, 10 de agua, otros 10 de esa inevitable póliza de decesos, 20 de la de seguro del hogar y 10 más correspondientes al «repago» de medicinas, obsequio de este Gobierno tan preocupado por los ciudadanos.

Seguro que me olvido de algo, pero tampoco hay que ponerse exhaustivo; no hace falta. De manera que la pensión, antes de empezar a comer, se ha quedado reducida en 190 €. Quedan, por tanto, 610 euros para todo lo que puedan necesitar dos personas: comida, vestido y calzado, ¡y nada más!

Y, ahora, traslademos esos mismos números a una pareja, sin hijos, que tengan la suerte de tener uno de esos empleos tan estupendos que se están creando con este Gobierno.

Si esto no es para estar muy contento de cómo va la economía, a ver para qué es. No hay que darle más vueltas, porque los números cantan. De manera que no pidamos gollerías y dejemos de ser derrotistas y agoreros.

La quiebra del sentido común

Por Robertti Gamarra

Transcurrido ya un tiempo desde que se descubrió el fundamento de esta crisis económica, que tanto argumento ha dado a los expertos para verbalizar realidades que incluso desconocían, por lo visto todo se debe al desequilibrio del gasto y la capacidad para asumir los pagos. No es fácil, sin embargo, recorrer los puntos que llevaron a padecer este desgaste económico capaz de acabar con infinidad de buenas iniciativas. En resumen, asumir la quiebra del sentido común es un principio para encarar la posible recuperación.

Por desgracia, los momentos amargos no acaban para las pequeñas empresas. Puedo afirmar con rotundidad que la abrumadora mayoría de situaciones desagradable siempre se impone a las pocas alegrías que dan en estos tiempos las iniciativas comerciales. Pero, de cualquier tropiezo hay que sacar conclusiones positiva. Yo viví en primera persona el inicio de esta crisis, al mando de tres pequeñas empresas. Recuerdo cuando empezó el desbarajuste de los precios, que pronto se trasladó al ámbito de los trabajadores especializados de nuestro sector.

Leía un comentario al final de un artículo del periódico sobre el empleo, donde un lector se quejaba de la acusación infundada, según decía, de que muchos parados no quieren trabajar, de que rechazan el trabajo por considerarlo indigno por la falta de equilibro entre la dedicación o esfuerzo exigido a la remuneración que se ofrece. Yo recuerdo haber vivido la misma situación cuando estalló la burbuja, pero a la inversa. InemEntonces los candidatos a un puesto de trabajo, no la mayoría, rechazaban de plano el compromiso porque no consideraban adecuada la remuneración derivada de las tareas a realizar. Querían cobrar más, y si no lo hacían preferían buscar una oferta mejor en otro sitio.

Analizados desde la lejanía, esos acontecimientos cobran ahora una importancia capital para entender dónde y cuándo se originó todo. Resultó que de repente empezaron a subir los precios de las viviendas, los alimentos, y en poco tiempo esta burbuja se trasladó al ámbito profesional, por lo que empresas como la nuestra se encontraron con la necesidad de cubrir sus plantillas y sin capacidad para hacer frente a los costes. Pero ¿cómo se solucionó eso? Al final ese desajuste derivó en la asunción de compromisos imprevistos que acabaron con los recursos de las empresas, obligándolas a cerrar al no encontrar ayuda siquiera en los bancos.

Esa es la realidad que yo viví aquel entonces. Cuanto más crecían los precios, más necesidad había de subir los ingresos, lo cual obligaba a las pequeñas empresas a contratar por encima de sus posibilidades. Sin embargo, mientras esta situación crecía, empezaron a proliferar los anuncios, sobre todo políticos, de que se estaba viviendo la mejor situación social de la historia, sembrando en la gente la falsa idea de que todo era posible, que adquirir deudas no debía preocupar a nadie, ya que difícilmente se perdería el puesto de trabajo.

Ahora, pasado un tiempo desde el descubrimiento de la realidad que generó la crisis, existe una verdadera posibilidad de que se relajen los precios en todos los sectores, quizá sea ese el principio de la recuperación que tanto falta nos hace.

 

Norma injusta para el acceso al comedor escolar

Por Mª José Tobío Algobia (*)

Hemos tenido constancia de que en el CEIP Beatriz Galindo de Alcalá de Henares [Madrid] se está exigiendo a las familias el ingreso de 150 euros como requisito indispensable para que le sea concedida la plaza de comedor. Para ello se basan en las normas internas de funcionamiento del servicio de comedor escolar del centro, así como en la información que dan a las familias que solicitan ese servicio en junio,Comedor escolar según el cual solo quedan exentos de este pago al hacer la petición de comedor los beneficiarios de la renta mínima de inserción madrileña, exigiendo a todos sin excepción el pago de este adelanto en septiembre.

En la situación actual en la que se encuentran muchas familias, cuando en septiembre tienen que afrontar los gastos que conlleva el inicio de curso (libros, material escolar…) este pago supone una clara discriminación por razones económicas hacia el alumnado que necesite acceder a un servicio tan básico y de necesidad para muchas familias para que sus hijos tengan al menos una comida sana al día en condiciones de igualdad con sus compañeros. Nosotros los padres, los ciudadanos, sin entrar en principio en si esto es legal o no, si está sujeto a norma o no lo está, lo que sí sabemos ver con claridad es lo que es justo y lo que no. Y esto es muy injusto, de nuevo, para aquellas familias que pasan por más dificultades.

Consideramos que esta norma debe ser retirada, sea o no legal, en este centro y en cualquier otro que se pueda estar aplicando, pues aunque un colegio no sea una ONG –como asegura la dirección del centro– debe utilizar todos los recursos necesarios para garantizar el bienestar de los alumnos y no creemos que comer sea ningún lujo.

AMPA CEIP Beatriz Galindo y, como representantes de los padres, la  FAPA de Alcalá de Henares

(*) Presidenta de la FAPA de Alcalá de Henares

Nadal y la austeridad

Por Ignacio Caballero Botica

«Tal y como está el país no creo que sea el momento de hacerle pagar un viaje al Estado». Esas palabras son de una persona íntegra y sensata; Rafa Nadal. Rafa NadalSin quitarle mérito por ser el portavoz del sentido común, me gustaría saber qué llevó a la Federación de Tenis (REFT) a ofrecer un jet privado a nuestro tenista más laureado para realizar el viaje desde la gran manzana al Madrid que cayó de su cielo. Hablando de la capital, ¿cuánto nos ha costado la «delegación cultural» que viajó a Buenos Aires? ¿Y el despliegue descomunal de RTVE o Telemadrid? todo ello pagado con el dinero de todos. Austeridad divino tesoro, pero comencemos por dar ejemplo. Gracias Rafa por delatar y rechazar un despilfarro más.

Centralizar la sanidad

Por Rafael Ayala Marín

Últimamente, se está dando en Córdoba algo que, si bien, por un lado puede ser una medida de ahorro positiva para la sanidad y organismos públicos, por otro lado, puede ocasionar un cierto trastorno a los ciudadanos en general.

Me refiero a la apertura reciente del Centro Sanitario Castillo del Pino, en la barriada del Arroyo del Moro, conllevando el cierre de centros como el de Colón o el de la Avenida de América.119363

Ignoro la opinión de los demás ciudadanos, pero pienso que centralizar la sanidad en un solo edificio o zona, llevaría consigo una incomodidad mayor al tener que desplazarnos a una distancia mayor. Evidentemente, no es lo mismo tener el médico en cada distrito o zona a un paso, que llevarlo todo a una parte concreta de la ciudad, aunque ello suponga supresión de gastos.

Evidentemente, es difícil compatibilizar ambas cosas. No todo en este mundo se puede conseguir. Sin embargo, invito a la reflexión acerca de este tema y a ver si buscamos entre todos una solución que satisfaga a la población en general, aunque reconozco que es compleja.

Estoy aterrada ante el recorte de las becas

Por Marta García Flores

Me llamo Marta, tengo 21 años y estoy en tercero de carrera de una carrera de 5 años, Veterinaria. Mi padre es un obrero de 59 años que lleva 5 sin encontrar un trabajo fijo. Trabajó un par de meses, por unos cochinos 600 euros el otoño pasado, y ahora le niegan las ayudas y le ponen mil impedimentos. Mi madre es ama de casa, de joven trabajó de administradora en una empresa, pero con la edad y su invalidez del 44% no podrá volver a hacerlo. A pesar de su invalidez no tiene derecho a ninguna ayuda.

En mi casa ahora mismo no entra ni un euro. Mis padres tiran de sus planes de pensiones, casi exhaustos, que ahorraron con esfuerzo de años de trabajo (en el caso de mi padre 42 cotizados, ni más ni menos). Nos quedan unos 3.000 euros de préstamo por pagar, un préstamo que se pidió porque un señor contrató a mi padre para hacer unos chalets y luego no le pagó, así que mi padre tuvo que poner de su bolsillo el dinero de sueldos de obreros y contratistas en su breve periodo como autónomo cuando yo aún no había nacido.988901

Llevo queriendo estudiar veterinaria desde los 6 años. Cuando me gradué en el instituto e hice selectividad, tenía un 8 de media, y acceso a muchas universidades de veterinaria españolas, pero escogí Lugo, a 1.000 km de mi casa en Valencia, porque es una ciudad muy barata en la que vivir. Actualmente, entre alquiler, facturas y comida, gasto unos 350 euros mensuales. Dejando aparte gastos extra como los viajes a mi casa para visitar a mi familia, eso son 3.150 euros en 9 meses de curso… yo pago 12 meses de alquiler. Hasta ahora me las arreglaba muy bien con la beca del Ministerio de 6.000 euros. Siempre me sobraba algo, como este curso, que me han sobrado 2.000 euros para ir tirando hasta enero (mínimo) que es cuando empiezan a conceder las becas del año siguiente. Soy una estudiante de notables y alguna matrícula de honor. Cumplo con, en teoría, todos los requisitos que con el nuevo proyecto de ley el Ministerio de Educación, con el señor Wert a la cabeza, quieren potenciar. Y precisamente por ese nuevo proyecto de ley sé que no voy a terminar la carrera. Porque van a reducir las becas para gente como yo a 3.000 euros, y no me salen las cuentas.

Ahora mismo estoy aterrada. Me veo en la calle, sin experiencia ni dinero, sin haber terminado la carrera, y a este paso también sin casa, si mis padres llegaran a perderla. Para mí está claro que ya es tarde… nadie me salva de tener que dejar la carrera este año, pero igual hay otros estudiantes que aún podrían seguir, gente que esté como yo o incluso peor. Espero que publiquen un artículo, algo pequeño, apenas unas líneas en su periódico. La gente necesita abrir los ojos, nos están robando. Si el dinero ya no está en las ayudas del paro, ni en los jubilados, ni en la sanidad, ni en la educación… ¿dónde está? No soy economista, pero no hay que ser muy listo para darse cuenta de que se lo están quedando. Y es hora de que hagamos algo.

Ruego que alguien me escuche.