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Entradas etiquetadas como ‘aceras’

Las aceras solo para peatones, por favor

Por José Antonio Pozo Maqueda

Personas caminando por la calle (Jorge París).

Personas caminando por una calle peatonal (Jorge París).

Debería estar claro, muy claro: las aceras para los peatones. El tránsito de todo tipo de vehículos (bicicletas, motocicletas, monopatines y “segways”) por las aceras va a más sin que parezca que nadie esté dispuesto a ponerle coto, con el consiguiente peligro para la integridad física de los viandantes que no pueden caminar tranquilos y sin sobresaltos.

Además, ¿existe un medio más ecológico para trasladarse que las propias piernas?

 

 

 

 

Más inseguridad ciudadana por las bicicletas

Por Marina Campos Moreno

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Bicicletas de Bicimad, aparcadas en una estación del servicio. (JORGE PARÍS)

En el último año (más o menos) ha aumentado considerablemente la inseguridad ciudadana.

Soy peatón y me da miedo salir a la calle. ¿Por los robos, los atracos, asesinatos? Pues no, ¡por las bicicletas!!

Desde que en Madrid se puso de moda Bicimad, una serie de energúmenos montados en bicicleta se van llevando por delante a los ciudadanos de bien, sin ningún tipo de escrúpulo y con la mayor impunidad.

Los que van por la calzada lo hacen en sentido contrario, creando un auténtico caos en la circulación rodada (pregunten a los conductores). Otros muchos (muchísimos y los más peligrosos) van por la acera atropellando a las personas y encima van de ecologistas guais.

Yo solo pido que se aplique la ley: está prohibido circular en bicicleta por la acera.

Las ‘invasión’ de terrazas o cómo privatizar la vía pública

Por Ignacio Ceballos

A todos (los que aún podemos permitírnoslo de vez en cuando) nos gusta tomarnos un aperitivo en una terraza de un bar, ¿no es cierto?

Pero, aun así, con preocupación vemos cómo poco a poco las terrazas de verano se van convirtiendo en salones externos de bares y restaurantes, cerrados con estructuras fijadas al suelo, calientes en invierno y vaporizadas en verano.

Una terraza, ocupando gran parte de la acera en una plaza del barrio de La Latina (Madrid). (JORGE PARÍS)

Una terraza del barrio La Latina (Madrid). (JORGE PARÍS)

No sé si fue desde la prohibición de fumar dentro de los locales, o desde que Madrid contrajo su enorme deuda. La cuestión es que, sin preguntarnos a los ciudadanos qué queríamos hacer con nuestras aceras, vemos que en un par de años los bulevares, las plazas y los espacios callejeros han sido vendidos a los locales cercanos, no durante el buen tiempo, sino para todo el año.

Donde hoy hay una mesa de un bar, tal vez podría haber un banco o una zona ajardinada o un columpio. No sé qué es lo mejor, pero deberían habernos preguntado antes de expropiarnos los espacios públicos.

Los ciclistas incívicos son la excepción

Por Francisco Javier Sotés Gil

C:UserslbelenguerPicturesTU BLOGbic0001.JPGLeo que arranca una campaña de sanciones a los ciclistas que incívicamente van por las aceras y jardines de Valencia. Al respecto, la presidenta de la Federación de Vecinos pide que antes de multar se debería hacer una campaña informativa. Me gustaría contestarle a la presidenta que dichas campañas se han ido haciendo desde hace al menos tres años. Se han entregado folletos explicativos antes de multar a los muchos ciclistas que estaban contraviniendo las normas aprobadas por el Ayuntamiento. Además, esta información ha salido en todos los medios de comunicación valencianos y uno mismo, que a veces se atreve a coger la bicicleta, ha entregado a compañeros ciclistas muchos folletos que explicaban las directrices a seguir.

Hay que decir también que muchos ciclistas son personas correctas y van por donde se debe circular. Para ello, los ciclistas disponemos de todas las calles de la ciudad por donde circula el tráfico, además de los carriles bici al efecto y las ciclocalles. Por eso, no entiendo por qué algunos incívicos se burlan de los peatones cuando les llaman la atención por circular indebidamente por las aceras. Está todo muy bien explicado, los que no hacen caso, salvo excepciones, es porque su ego les hace ser y sentirse superiores a las normas de tráfico y a los demás seres humanos.

Cuestión de bolardos

Por Gabriel Rodríguez Berrueco

Soy un vecino de la calle Juan Salas (Distrito de Usera, en Madrid) que estoy absolutamente repugnado de la situación en la que se encuentra la vía pública. El abandono de las calles es comparable a cualquier «favela» de cualquier país en vías de desarrollo: agujeros en las carreteras, baldosines levantados, aceras llenas de aceite de motor, carreteras agrietadas, no hay papeleras públicas, bordillos totalmente desgastados y absolutamente deteriorados después de muchísimos años sin ningún tipo de mejora. Es absolutamente evidente el abandono por parte del Ayuntamiento de este barrio y esta calle en particular. Bolardo

Me puse en contacto con el Consistorio para solicitar la colocación de bolardos a través de su página de Internet, pues en mi calle aparcan vehículos sobre las aceras y los viandantes tenemos que caminar con nuestros hijos por la carretera al estar las aceras destinadas al aparcamiento de vehículos. Cuál fue mi sorpresa al recibir la contestación del órgano competente en el asunto que me decía que «los bolardos no son elementos de restricción  sino que están destinados para todo lo contrario, es decir, para integrar los diferentes espacios públicos que conviven en la ciudad».

Esta contestación me parece absolutamente una mofa a la inteligencia de los contribuyentes. No solo se ha dejado el mantenimiento de las calles a su suerte sino que se mofan de nosotros en sus respuestas a nuestras quejas pues ahora resulta que un bolardo es un adorno al contrario de lo que dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua: «Poste de hierro colado u otra materia hincado en el suelo y destinado a impedir el paso o aparcamiento de vehículos».

Resulta a la vez que gracioso y ofensivo. Me parece vergonzoso que su único afán es conseguir la candidatura olímpica y no tienen dinero para arreglar los barrios pero pretenden invertir 1.515 millones de euros de las arcas públicas en las olimpiadas de Madrid y luego esperar que por lo menos salga lo comido por servido.

Cuando el ciclista es un incívico

Por Teresa

Quiero desde aquí expresar mi descontento con los ciclistas que a diario me intimidan a gran velocidad por las aceras. Como usuaria de la bicicleta y amante de este deporte que practico únicamente los fines de semana me gustaría que por parte de las autoridades tomaran en cuenta que por las aceras de Madrid caminamos personas que nos dirigimos a nuestro trabajo, escolares, personas mayores a sus quehaceres o sus revisiones médicas, y últimamente gran número de personas en bicicleta que no respetan la normativa de ir por las aceras a paso de peatón, con el consiguiente peligro para la integridad de éstos.ciclista

Ya que mi trayecto al trabajo me exige ir caminando durante 20 minutos aproximadamente, podría contar una anécdota diaria, algunas han sido verdaderamente peligrosas para mí y no ha ocurrido un accidente por segundos, pero la que más me ha dolido hasta el momento es la que ha tenido por protagonista una ciclista en la calle Bravo Murillo rozando a 5 centímetros a toda velocidad a mi madre cogida de mi brazo que la dejó temblando, mi madre tiene 80 años y por tanto su estabilidad es muy precaria.

¿Hasta cuándo las autoridades van a seguir cerrando los ojos ante este problema provocado por el incivismo de los ciclistas que a diario se dirigen a sus destinos a toda velocidad por las aceras?