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Entradas etiquetadas como ‘robo’

Cada loco con su tema en el debate a cuatro

Por Carlos Carretero Legrand

Los cuatro candidatos a la Presidencia del Gobierno, en el debate a cuatro (Europa Press).

Los cuatro candidatos a la Presidencia del Gobierno, en el debate a cuatro (Europa Press).

Mariano Rajoy sigue con su promesa incumplida en la anterior legislatura, de bajarnos los impuestos. Además pretende convencernos de que los aforados no tienen un trato de favor a la hora de ser juzgados cuando son pillados robándonos.

Pedro Sánchez se ancla en su letanía de que su partido es el único de progreso y honradez, omitiendo que cuando gobernaron ellos dejaron el país en la más absoluta ruina.

Pablo Iglesias sigue con su sueño de quitar el dinero a los ricos para dárselo a lo pobres, olvidando que la historia nos recuerda que cuando se les tocan las narices a los ricos, estos hacen las maletas y se van, dejándonos muertos de hambre en el mejor de los casos, si no matándonos unos a otros.

Abert Rivera promete contratos fijos para todos los trabajadores, sin enterarse de que la estabilidad en el empleo nunca es fruto de decisiones políticas, sino de proteger a las empresas de forma que tanto los empresarios como los trabajadores sientan que tienen un aliado en los políticos  y no como ha ocurrido hasta ahora, que emponzoñan la vida laboral, legislando en favor de una u otra parte, en función de la ideología de turno.

La corrupción, una lacra que todo lo ensucia

Por Rosario Hurtado de Mendoza

Un bloque de pisos en Madrid (Google maps).

Un bloque de pisos en Madrid (Google maps).

Nada escapa al maleficio de la corrupción  y las comunidades de vecinos son especialmente vulnerables a este mal endémico por los innumerables apaños que existen en las propias Juntas de Gobierno. Antes o después, la administración elige a dedo los futuros miembros de gobierno, jamás en las Juntas.

Desde ese momento se teje una red clientelar dando dádivas a diestro y siniestro y todo el mundo se pone de perfil a rodar y firmar todo lo que se presente. Y en connivencia con constructores, arquitectos, etc., a realizar obras y más obras, sin que se sacie la sed de dinero de estos individuos. No dan documentación ni información. En la ignorancia de los demás es como mejor se roba. Esto es lo que son las comunidades de vecinos.

Por todo esto, y más, o acabamos con la corrupción o esta destruirá nuestro modo de vida.

De cómo una empresa perdió mi guitarra

Por Luis Rubio Masero

Imagen de una guitarra (Archivo).

Imagen de una guitarra (Archivo).

Hace ya casi un mes confié en Seur para que transportaran un instrumento musical, que embalé cuidadosamente con la intención de evitar algún tipo de manipulación nefasta del artículo. Confié en su profesionalidad para transportar una guitarra antigua, de esas que ya no se encuentran, asegurando el envío por el máximo importe que ellos me permitían asegurar.

Creí en su profesionalidad, al ser un transporte típico entre Barcelona y Madrid en 24h, según su tarifa. Creí que todo iría sobre ruedas, nunca mejor dicho. Dudaba en que como mucho, la funda rígida envuelta de la guitarra podría sufrir algún leve golpe, y que no habría más contratiempos.
Creí firmemente en que una empresa del nivel de Seur, con unos altos estándares de calidad, entregaría mi paquete a la persona de destino con una sonrisa y un: «Buenos días. Aquí tiene su paquete».
Todo ha quedado en antiprofesionalidad. Todo ha quedado en pérdida del paquete, cosa absolutamente impensable teniendo un número electrónico de seguimiento.  Todo ha quedado en «le abono a usted el importe del seguro (una décima parte del valor real de la guitarra) y no queremos saber nada más, porque no sabemos qué ha podido pasar«.
No son capaces de llamar nunca para comunicar qué se está haciendo por encontrar el paquete. No son capaces de decir qué ha pasado, dónde se ha perdido, si ha sido robado, si se ha roto, qué están haciendo para encontrarlo, qué medidas tomarán para que no vuelva a suceder o por qué no es un caso aislado. Entro en internet y encuentro casos similares.
¿De verdad es necesario tener que buscar los antecedentes de una empresa de paquetería como Seur en internet antes de enviar algo? ¿De verdad es necesario timar así a la gente que confía en vuestra profesionalidad? ¿De verdad no sabéis hacerlo mejor? ¿De verdad es así como funcionan las cosas en este país, como si fuera una República bananera? ¿De verdad sois tan absolutamente anti profesionales?

Puigdemont, la ley no puede ser un rodillo que aplaste a los más débiles

Por Juan M. M.

Protesta contra los recortes a las ayudas a la dependencia en Alicante (Archivo).

Protesta contra los recortes a las ayudas a la dependencia en Alicante (Archivo).

Mi esposa sufrió hace seis años un ictus. Quedó con medio cuerpo paralizado y dependiente para todo. En el hospital nos hablaron de la Ley de Dependencia.

Como ella trabajaba como autónoma, el tribunal le concedió la gran invalidez. Cobra una pensión de 900 euros. También se nos concedió un PIA (Programa Individual de Atención) de 20 horas de ayuda a domicilio y un complemento de 336 euros. Una persona que la ayude son 800, más 100 del fisioterapeuta. Quedan 336.

Hace dos años, al mudarnos a Mataró y pedir el traslado del PIA, se nos indicó que el cobro de la ayuda era ilegal porque es incompatible con la pensión de gran invalidez. Me la retiraron y me ofrecieron un PIA con el doble de horas. Me negué a firmar.

Yo tengo 62 años, no cobro nada y agoté el paro. Me gasté mis ahorros y dejé el piso de alquiler que no puedo pagar, vendí mis muebles y mi coche para volver a casa de mi madre. Tenemos que pasar con 900 euros. Pero hay que pagar a mi ex una pensión de 300, lo que supone que nos quedan 600.

De nada ha servido explicar la situación. Nadie se hace responsable. Mientras se gastan millones en embajadas y conmemoraciones, la Administración me roba el 27% de los ingresos familiares, amparada por la Ley.

Sr. Puigdemont, ¿esto es lo que entiende por soberanía del pueblo catalán? La ley no puede ser un rodillo que aplaste a los más débiles. ¿Así defienden el Estado de Bienestar? Se llenan la boca con palabras, mientras otros se llenan los bolsillos robando a los que luchamos por sobrevivir.

Robo institucional sin armas

Por Carlos de Frutos Cabrero

“En esta zona peatonal, estacionar obstaculiza gravemente el tránsito de peatones”. ¿Finalidad de la medida? Es difícil de entender y apreciar. Quizás el policía, agente o lo que sea, pues se desconoce, necesita justificarse, y la administración, cómplice, le respalda.

Coches aparcados en un descampado próximo a Casa de Campo

Coches aparcados en el descampado próximo a Casa de Campo (Carlos de Frutos Cabrero)

¿Objetividad, tipicidad, sentido de la denuncia? Se me antoja que es una fórmula para recaudar fondos sin límite. Y cuanto menos te avisen o notifiquen, mejor; más denuncias te caen, y seguro que somos muchos los pobres ciudadanos a los que nos ha tocado esta funesta lotería, este infortunio. Vergüenza de administración que lo tolera, permite o aplaude. ¿Se habrá enterado Doña Carmena?

¿Y dónde la proporcionalidad? Con la que está cayendo, casi nada, 200 euros de multa. Debe ser lo de “gravemente”. Todo está fuera de toda lógica, es algo kafkiano.

Consecuencia: indefensión, cabreo, desprecio de la administración y de las instituciones, por no hablar de las consecuencias económicas. Pues puede ir uno a la cárcel si no paga o no puede pagar. Y no hay derecho a réplica, ni a súplica. Nada vale.

¡Esto es un robo institucionalizado! Y cómplice -o autor necesario- la administración que lo respalda.

Sí, me reclaman 1.321,80 euros por vía de apremio por 6 multas, todas por el mismo concepto, supuestamente cometidas los días 3, 7, 12, 18, 24 y 29 de octubre de 2014. Y yo sin enterarme hasta que me fueron llegando algunas en enero de 2015 porque parece ser que se habían publicado en el tablón edictal de sanciones de Tráfico (vaya Vd. a saber qué es eso). Cuando me enteré no volví a dejar el coche allí y diariamente hacía 50 minutos andando hasta la Casa de Campo, que es costumbre muy sana. Pero da lo mismo, una vez que te han denunciado ya nada vale, la bola sigue y sigue.

¿Qué conciencia queda tras robar las ruedas de una bici infantil?

Por Marcos A. García

La bicicleta de Eloi (M.G.)

La bicicleta de Eloi (M.G.)

Me llamo Eloi. Tengo tres años y aun no sé escribir. ¡Pero ya sé ir en bici y sin pedales!

Este año he empezado a ir al ‘cole de grans’ (Barcelona) y cada día hago en bici muy contento el kilómetro y medio que hay entre mi casa y el cole junto a mis papis.

Dejo la bicicleta en la calle junto a la de mami porque en casa no tenemos sitio para guardarla.

El caso es que el lunes por la mañana me encontré con que me habían robado las ruedas de mi bici. Y, claro, llegué tarde al cole.

Con tan mala leche que la persona que me las robó cortó el candado y con una llave quitó las ruedas y dejó el resto de la bici donde estaba, cuando se la podía haber llevado entera.

¿Por qué lo hizo? Sólo él lo sabe. Pero ha quedado un niño de tres años sin su bicicleta.

Es demasiado sencillo robar en el campo

Por Elisabeth Moreno

Jornaleros trabajando en unos cultivos. (ARCHIVO)

Jornaleros trabajando en unos cultivos. (ARCHIVO)

La semana pasada me robaron en la finca en la que estamos alquilados. Se llevaron todas las máquinas de valor, en total calculo que nos quitaron alrededor de 2.000 euros.

Fuimos a denunciar el robo y lo único que se le ocurrió decir al agente de la Guardia Civil fue: darlo por perdido… «Estupendo», pensé. Pero si mis apellidos fueran conocidos, seguramente se esforzarían un poquito más.

No solo robaron máquinas para el cultivo sino que también robaron el trabajo de toda una temporada, nuestra comida y parte de nuestro ocio. Gracias a Dios dejaron a las gallinas en su sitio, pienso que fue porque en su furgoneta ya no les cabían más enseres puesto que no fuimos los únicos perjudicados —el resto de fincas que comunican con la nuestra también sufrieron estos hurtos—.

Como desconfío de la capacidad de la policía para encontrar los objetos robados, a no ser que se los encuentren de frente y los ladrones se delaten, lo expongo aquí más bien para desahogarme que otra cosa.

Todo el mundo sabe que es injusto pero ¿no se podría evitar esta clase de robos en el campo? Seguro que si volvemos a comprar máquinas o algo de valor, lo volverán a robar y nosotros volveremos a escuchar el mismo argumento por parte de los agentes. Robar en el campo se puede convertir en un pasatiempo, es demasiado sencillo y se pueden hacer pocas cosas legales para remediarlo.

La crisis está provocando que aumenten estos hechos, pero eso no es excusa ni un pretexto para seguir haciéndolo.

La impunidad de los carteristas

Por Carlos Osorio García

Nunca he podido entender por qué se permite que algunos delincuentes puedan vivir exclusivamente de hacer daño a otros ciudadanos. Está bien que tengan sus derechos y sus garantías legales, pero también habría que revisar si sus víctimas se hallan igualmente protegidas. El robo de las tarjetas de crédito, de los documentos o del móvil originan sufrimiento a las víctimas. Algo en lo que no parecen caer jueces y legisladores. Hay personas que después de que les quiten sus pertenencias tienen miedo a salir a la calle. Los turistas lo pasan realmente mal. Solo lo sabe quien ha sido despojado de su documentación y sus tarjetas en un país extranjero.26046

No me parece que baste con dar consejos a la población para que no descuide sus objetos personales. ¿Es que acaso alguien puede estar pendiente de que no le roben durante las 24 horas del día? Si lo hiciésemos, no podríamos pensar, ni conversar, ni ver escaparates, ni hablar por teléfono. Es imposible tener puesta la atención en nuestras pertenencias a todas horas.

Cuesta entender que algunos carteristas sean detenidos cientos de veces y no les pase nada. Eso desmotiva a los responsables de la seguridad, además de tener un enorme coste que pagamos entre todos. Quienes tienen la misión de velar por la seguridad pública deberían revisar unas leyes que garantizan en la práctica la casi total impunidad de los carteristas.

Las bicis también emigran

Por María Sanz

AmsterdamEsta mañana, al salir de mi casa para ir a trabajar me he encontrado con la sorpresa de que mi tan preciado medio de transporte había desaparecido. Mi bicicleta verde de paseo, la que poseo con cariño desde hace varios años, se había evaporado. No había rastro de la cadena que le ataba a la valla y ni siquiera un recuerdo de la cuerda que llevaba en el asiento trasero. Aunque al principio mi reacción ha sido de tristeza, segundos después me he dado cuenta de que posiblemente la bicicleta había decidido huir a un lugar mejor alejada de la contaminación y del barullo madrileño para iniciar nuevos rumbos en otros países donde la gente tiene consideración por ellas, donde están libres en la calle y hay hasta carriles exclusivos para que circulen.

No puede imaginar que un alma humana, aprovechando el silencio y la luz sepulcral de la noche, haya decidido llevarse mi bici para venderla en algún mercadillo de segunda mano. Si vais a alguno de estos países y la veis, decidle que vuelva, que yo mientras tanto, en mis viajes en el suburbano, me dedicaré a buscar en webs de reventa alguna hermana gemela.

Robar en un instituto es gratis

Por Francisco Javier Bernal

Mi hijo de 15 años cursa 3º de la ESO en el I.E.S. Joaquim Mir de Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Cuando entró en el primer curso de la ESO, coincidió con la puesta en marcha de la inserción en el sistema del ordenador portátil, lo cual, en principio, parecía una buena idea desde el punto de vista de adecuación a los tiempos que corren.

Este primer año, sufrió junto con otros compañeros, en distintas fechas, la sustracción de su portátil por parte de un alumno al cual, otros alumnos de clase, identificaron como autor. Mi hijo se dio cuenta de ello ya cuando estaba en casa, al mirar su mochila y al hablar con la dirección del instituto, nos comentaron que si hubiera denunciado su desaparición ante el profesorado antes de la salida, se hubiera podido hacer un registro de cada alumno. De esta manera, se realizó la denuncia en la comisaría de Vilanova i la Geltrú, sin poder añadir en ella quién fue el culpable por no tener pruebas fehacientes y por el hecho de ser un menor. Más tarde fue archivada por falta de datos. Durante el resto del curso, mi hijo tuvo que convivir con dicho personaje en clase, sabiendo a ciencia cierta que había sido él. Clase en un IES

La dirección del centro, al tomar cartas en el asunto, se limitó a llamar a los padres del chico e informales del hecho pero no se consiguió nada. Frente a esto no se puede hacer nada y mi esposa y yo, preocupados por el año siguiente y posibles problemas con el profesorado, adquirimos otro portátil.

Hace escasamente unos días, mi hijo, revisando su mochila en el instituto a media mañana, volvió a echar de menos el nuevo portátil e, inmediatamente, denunció su desaparición. Le indicaron que marchara a clase que ya lo notificarían. Esa mañana salió todo el mundo del instituto y nadie hizo nada al respecto.

A parte del valor económico de dichos aparatos, que tal y como está la situación económica de las familias, merece un esfuerzo extra por parte de estas para adquirirlos, lo que más me desarma y me frustra de todo esto es que, desde que son pequeños, intentamos inculcar a nuestros hijos los valores de justicia y equidad para todos, intentando enseñarles que la vida es dura y tiene sinsabores pero también que la maldad, los malos actos, el robo, etc., tienen consecuencias. Trabajar por el bien común te hace noble y que los que hacen daño a los demás, tarde o temprano lo pagan.

Pues el mensaje a nuestro hijos es lo contrario. “Buscaros la vida. Robar es gratis. Si te roban, roba tú ya que no pasa nada». ¿Es esto lo que queremos que aprendan nuestros hijos? Yo no y por ello, comparto mi opinión con todos, en defensa, no sólo de los euros que han costado dichos aparatos sino por el desamparo de mi hijo y mi familia, y aliviar su impotencia y su frustración, para que crea de verdad que los malos actos tienen su consecuencia.