Archivo de febrero, 2021

El sexo de verdad llega a ‘La isla de las tentaciones’ y Lola da el bombazo: «He hecho cosas peores»

No, no es un fantasma, aunque también hace aúuuuh, aúuuuh.

La llegada de Colón a América, Neil Armstrong llegando a la Luna y el primer fornicio en La isla de las tentaciones, cosas que se estudiarán en los libros de historia. Sí, por fin ha habido quien ha dado el paso y el empujón y ha habido sexo con penetración y creo que con rotura de cadera, en el programa.

Todos sabíamos que llegaría este día, porque allí la gente iba caliente como caca de volcán y sueltos como Gabete (que aún no sé quién es) corriendo libre por una pradera.

Pero no adelantemos acontecimientos, porque la gala de anoche dio para mucho. MUCHO.

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Lo primero que vimos fue el despertar de ya conocido como trío de la cama. Reventados los tres, claro, Lucía, Lola y Carlos, porque tres metidos en una cama se duerme como el culo, por más caliente que estés. Las gónadas no tienen las mismas necesidades que la espalda.

«Yo lo que he visto ha sido caras raras», dijo Lucía sobre lo que habían hecho. Lucía ve una película porno y se piensa que las caras son de indigestión.

«Que Carlos se haya pegado un magreo con mi amiga lo que significa es que a mí me ha estado tomando el pelo, que tenía citas conmigo porque no había otra, hasta que se ha quedado una libre», reflexionaba la mujer, que no es el segundo plato, es el apio en una dieta.

«No tengo suficiente con que Manué me ponga los cuernos delante de todo el mundo con que además mi mejor amiga en la villa se líe con Carlos», que es su pretendiente. Lucía es mejor que el Tinder. Empiezas a salir o a tontear con ella y empiezas a tener rollos con todas las que quieras.

Había división de versiones, porque Carlos iba diciendo que había usado los dedos y no para tocar el piano, sino para hacer sonar el ukelele que no duele. «¿Que me ha metido los dedos, estamos flipando?», dijo Lola escandalizada cuando se lo dijo Lucía, que estaba como Victoria Abril metida en Forocoches: no sabe a quién creer. «Lola me esconde cosas», dijo Lucía. Sí, esconde los dedos de Carlos como las señoras se esconden el monedero.

«Lola no quería que se supiera el magreo que habíamos tenido», contó Carlos. A lo mejor hacerlo a diez centímetros de Lucía no era la mejor manera de ocultarlo. Lola el pin de la tarjeta de crédito lo publicó en el periódico para que nadie lo supiera.

«Yo no se lo he contado a nadie», le dijo a Lola. «Se lo he contado a una o dos personas», dijo después. JAJAJAJA Si los aliados le hubieran contado a Carlos lo del desembarco de Normandía los alemanes lo habrían sabido y ahora llevaríamos bigote y flequillo.

«No he admitido la verdad de lo que pasó, pero es que me da vergüenza contar que he hecho algo sexual», dijo Lola, que piensa que el resto de la gente lo cuenta sin problema.

– Hola, buenos días, una barra de pan, unas magdalenas y anoche follé.

– Aquí tiene, son tres con cincuenta, a mí anoche me dejaron el culo como para que la NASA estudie los agujeros de gusano.

Y así.

Carlos la lió parda y en la piscina montó una conferencia de prensa para contarle a todo el mundo lo que pasó. «Es verdad que hubo un poco de mamoneo y nada más», les contó Lola a todos, expectantes mientras flotaban.

HOGUERAS QUE TE CRIÓ

Antes de la hoguera Manué dijo: «Quiero ver los comportamientos de Lucía, ver a la auténtica Lucía». JAJAJAJA La cara dura y el cinismo de este muchacho es como para que se lo certifique el récord Guinness. Ver a la verdadera Lucía, no sé si quiere saber si ella la quiere o si es un extraterrestre reptiliano y quiere verla quitándose la máscara humana.

«Lo que quiero ver es a una Lola arrepentida y hablando de mí», dijo Diego. Bueeeeeeeeeeeno, pues yo le pedí el barco de los clics de playmobil a los Reyes Magos y tampoco me lo trajeron.

«Quiero ver a Lola arrepentida», dijo Diego, que se ha liado con dos. «No voy a dejar de hacer lo que hago, porque me siento bien», dijo Manué, que se ha liado con dos. Sandra Barneda respiraba hondo por no quitarse un zapato y liarse a hacer contusiones cerebrales con el tacón.

Manué fue el primero. «Seguro que Lucía está reventada», le dijeron sus compañeros, que animando no tienen precio. Qué forma de desmoralizar. Menos mal que no trabajan con gente deprimida.

– Pues nada, que el suicida se ha tirado, y mira que le he animado.

– ¡Gutierrez, pero qué suicida si era el limpiaventanas!

Pero a Manué le pusieron imágenes de Lucía bailoteando a lo guarrindongo. «Nunca he sido más libre», decía ella en las imágenes. Lucía ha estado llorando muerta de pena, pero con esas imágenes seleccionadas parecía que es de las en el aeropuerto se ponen dos veces a la cola para que la cacheen más.

«Parece ser que no le ha molestado, prefiero esto a verla hundida», dijo Manué a duras penas, porque su lengua estaba ya yéndose por el camino de las antorchas camino de la boca de Fiama.

Luego sacaron a Lucía dándole un pico a Carlos. Ponía sonrisita. ¿Sonrisita de alegría? No, sonrisita de cuando te pellizca tu hermano pero no quieres que se note que te está haciendo daño.

Y llegaron las imágenes de lloriqueo. «Yo le quiero a él, por qué me hace esto», decía ella. «Querías estar conmigo pero vienes de comerte la boca con otro», se indignaba Manué. «Has hecho lo mismo que yo, prima», aseguraba Manué, que es como

«¿Tú crees que lo que ha hecho Lucía es lo mismo que has hecho tú…?», le preguntó Sandra Barneda. En la punta de la lengua se le quedó un «…capullo de los cojones?». «Eeeeh, buuuuh, esteeeerl, yo creo que sí», respondió Manué, poco convencido.

«Ella se ha liado con uno y se ha arrepentido, yo me lié con dos y también me arrepentí», eran sus argumentos. Ya y lo mismo a Bruto le quedó un poco de mala conciencia por lo de matar a César y no hizo lo mismo que Lucía.

Jesús vio las imágenes de Marina. La muchacha, que le ha metido a Isaac la lengua tan adentro que podía saborearle lo que había comido en el estómago, salía poniendo a parir a Jesús por liarse con Stefany. Aquí la hipocresía es un arte, madre del amor hermoso.

«Me duele más ver esto que verla en la cama, un tren me acaba de arrollar», aseguró. Ya, es que duele. Una vez un ascensor cortó por la mitad a un señor de Teruel y el señor pensaba que menos mal que no había visto a Marina.

«Esto me acaba de partir el alma», dijo el muchacho, que tiene ahora el alma que parece que le han estado dando con un picahielos. Está el alma de Jesús ya para llevarla a un punto limpio.

«Cada mentira es una deuda con la verdad y ella tiene deudas«, dijo Jesús, que es el que le pone los subtítulos a las películas de Steven Seagal. Es el Paulo Coelho de los cuernos.

«Cuando te dan un palo los que vienen detrás duelen menos«, alegó Manuel, que cuando le dan una paliza al principio mal, pero luego hasta le da gustito. Así, así, el bazo, el bazo, trabájame el bazo a palos. Jesús va a una manifestación antisistema y se va triste a casa si la policía no le zurra.

Imágenes para Diego. Al principio salía Lola dejando a Simone. «Las imágenes me tranquilizan«, dijo. Espera, Diego, espera. Pero no, Diego no esperó, pidió una hoguera de confrontación.

«Va a aceptar la hoguera, lo está pidiendo a gritos», dijo Diego. ¿Gritos de ¡HOGUERA, QUIERO HOGUERA!? No, gritos de ¡ASÍ, CARLOS, ASÍ! Pero claro, Diego no lo sabe porque está más sobrado que ocho kilos de sobrasada en un bocata y no quiso ver más imágenes.

«Preparado siempre estoy», alegó el chaval. ¿Pero qué les pasa a estos maromos con las frases de flipado? Que les quiten ya de Netflix las pelis de guerra porque se les está secando el cerebro.

A Raúl le pusieron imágenes de Claudia siendo pretendida por Toni en las que ella llevaba una barba pintada y él iba vestido de mujer. Raúl acabó que no sabía si sentía celos por Claudia o por Toni.

Claudia salía después en la piscina, abrazadita a Toni… y Raúl se vino abajo. El muchacho se puso a llorar y a mesarse los cabellos y eso es mucho mesarse, porque en la peluquería a la que va Chewbacca tienen fotos de Raúl como ejemplo.

HOGUERA DE LAS CHICAS

La primera fue Marina. «Estoy en un punto en el que no creo que mi relación siga adelante», dijo Marina, que es una crack elucubrando así, casi sin datos. Marina ve un perro atropellado por una hormigonera y te adivina que lo mismo el perro no va a ir a por el palito más.

Y vio imágenes de Jesús. Marina se indigna muchísimo, ja ja ja ja. Es la leche, porque ella le puso los cuernos que si un Mamut se encontrara un fósil de Jesús fliparía con los cuernos, pero aún así se cabrea viendo a Jesús con otra.

«A esa chavala no le gusta mi novio, se le nota en la cara«, aseguraba Marina. «Cuando yo tengo las citas con Isaac es otro color», aseguraba Marina, porque Isaac en las citas mea arcoriris.

«Lo de esta tía es una vergüenza», se cabreaba Marina. Machismo Alert, la culpa no es de Stefany.

MARINA ESTABA REVENTADÍSIMA. «No me duele», aseguró. JA JA JA REVENTADÍSIMA.

Lara y Hugo.

Hugo salía bailando. ¿Lara ponía cara de celos? No, de vergüenza ajena. Creo que Lara pensaba que ojalá Hugo se liara con alguna con tal de que dejara de menearse como un jubilado borracho en Benidorm. A Hugo cuando baila le hacen corro, pero todos de espaldas a él.

Turno de Lucía. Manué salía comiéndole los morros a Fiama como él come los morros, como tratando de hacer un nudo marinero con la campanilla de la muchacha. Y encima salía diciendo que Lucía le decía cosas feas cuando estaban juntos.

«Me quiero ir con mi madre», dijo Lucía. Hace poco un submarino chino batió el récord de la fosa de las Marianas a más de 10.000 metros de profundidad. Pues estaba menos hundido que Lucía.

«Se tiene que lavar la boca antes de hablar de mí», dijo Lucía. Sí, normal, porque de tanto intercambiar babas en la boca de Manué hay más bacterias que en un dragón de komodo. Manué no necesita un cepillo de dientes eléctrico, necesita una karcher de agua a presión.

Lucía le dijo a Sandra Barneda que no quería ver más imágenes. Que le dieran a Manué, que ella no perdía el tiempo con eso.

Y vamos con Lola. «No me entiendo ni yo», comenzó a decir Lola. «Yo he perdonado errores, me gustaría que cuando los cometo yo me perdonaran también», reclamó. Eso ya salía en el padre nuestro.

El pusieron las imágenes de Diego comiéndole los morros a Carla y diciendo que lo hacía porque como Lola se ha soltado, pues él también. Y si Lola se tira a un pozo, pues Diego también. «Le he visto con Carla muy bien», alegó Lola, que como siga viendo imágenes se ofrece a llevar los anillos a la boda de Diego y Carla.

Y justo después vio a Diego besarse con otra. «Pero esa no es Carla…«, dijo Lola, flipando. «Me gusta proteger mucho a la chica con la que estoy», decía Diego en las imágenes, porque a las chicas con las que está Diego las deben atacar mucho. Sales de cita romántica con Diego y tienes que llevar ropa interior bonita y chaleco antibalas.

«Es que el beso en la frente es el beso que él me daba, sólo me falta verle dándole un beso en la nariz, como hacía conmigo«, lloraba Lola. Joder con Diego, te va cogiendo cariño y te acaba besando en los sobacos y entre los dedos de los pies.

Al volver a las villas Rubén, el soltero repetidor, vio mal a Lola y se lanzó como un buitre leonado o sin leonar a consolarla. «Te entiendo, te entiendo», le decía, porque el muchacho ve que pasan los días y que no cae ninguna y va a empezar a intentar seducir a una palmera y porque no hay una cabra por allí, que la enamora.

Isaac por su parte, cogió a Marina y se la llevó al cuarto. Marina iba ya pensando que pillaba cacho, pero no, es que Isaac le había dejado un mensaje escrito con hojas encima de la cama. «QUÉ BONITA ERES», ponía, lo que es desperdiciar las hojas, pudiendo poner «TE LE METO HASTA EL CORBEJÓN». Bueno, es que eso es más largo. Se debió quedar sin hojas, porque el «qué» no llevaba tilde.

«Se me ha caído la baba», dijo Marina. Las hojas debían ser de marihuana o de coca y le afectaron a la mandíbula. A Marina con los detalles románticos le pasa lo que a los San Bernados viendo un filete: saliva en exceso.

Toni vio a Claudia llegar mal y utilizó la técnica del pollito triste. Le llevó a la muchacha chocolate y un anillo. Un anillo que le había escondido en la bolsa de la basura. Qué tío más romántico. Toni te pide matrimonio en la cabina de un camión de la basura.

Carlos y Lola comenzaron a hablar de qué pasó en la cama.

«Carlos me empezó a hablar de guarrerías, me pongo cachonda y hago el gilipollas«, confesó Lola, a la que le dices «el váter de una discoteca», «chorizo con nocilla» o «vómito de gato» y se pone tó burra.

Carlos daba otra versión: «Me trató como a su novio de toda la vida, agarrándome las manos, haciéndome caricias… desde que se apagó la luz hasta que nos levantamos. No he dormido nada», contó él. Pobre, que no le han dejado dormir. A mí me pasa lo mismo, se me ponen las chicas a follame vivo y yo lo único que quiero es babear la almohada. De verdad, qué dura es la vida de los maromos.

«Hemos pasado una noche más caliente que el queso de un san jacobo. ¿Tú sabes lo que quema el queso de un san jacobo? Cuando coges un san jacobo el queso está ardiendo», contaba por su parte Manué, obsesionado con el puto queso de los san jacobos. En los exámenes de bombero te ponen un san jacobo y miran si tienes cojones a tocar el queso.

¡Mira, Manué, queso de san jacobo!

QUE Y COMO SE HACE? - Cómo se hace la FUNDICIÓN DE METALES y su posterior MECANIZADO. on Make a GIF

«Con Fiama nos hemos dejado llevar desde el principio, pero tengo el poder de mi mente para aguantarme», dijo Manué, que es como un Jedi, pero con los huevos como sandías. Manué tiene más excedente de leche que Central Lechera Asturiana vendiendo en una reunión de intolerantes a la lactosa.

A la mañana siguiente Lucía estaba llorando. Pedazo de novedad. Si la alarma de la tentación sonara cada vez que alguien llora, en la villa de los chicos estaban todos sordos. Lucía llora tanto que sería capaz de apagar el queso de un san jacobo.

Poco después se presentó Sandra. Las chicas se hicieron pis del miedo. Marina se puso en plan chivata y le dijo a Sandra que Lola tenía algo que contar. Lola se puso a llorar. «¿Qué ocurrió con Carlos?» Preguntó Sandra.

«Me voy a morir de vergüenza, quiero que me trague la tierra cada vez que lo pienso», respondió Lola arrasada en lágrimas. ¿Pero qué ocurrió? insistió Sandra.

¿QUÉ PASÓ, QUÉ COJONES PASÓ, DÍMELO, DIMELOOOOO, QUIERO LOS DETALLES, LOS PUTOS DETALLES! Si Lola tarda un poco más en responder saca unos alicates y empieza a arrancarle uñas a Lola.

«Que… jugamos entre nosotros», respondió Lola, como si hubieran estado echando un Monopoly y en realidad era un Manopoly.

«¿Qué juegos, Lola? ¿Besos?», preguntaba Sandra, que quería que le hicieran un esquema detallado con línea temporal. A Sandra le cuentas que has follado y quiere número de pollazos, presión de las caricias expresada en bares, intensidad de los orgasmos si los hubiere, duración y milímetros cúbicos de semen.

«Diego ha pedido una hoguera de confrontación… te voy a explicar los riesgos«, le dijo Sandra, como la que explica lo que es follar haciendo la marcha atrás.

Y llegó la hoguera de confrontación. «Pienso mucho en el perro, porque si nos separamos él lo va a notar», dijo Diego, que no quiere tener que pagarle el psicólogo al perro.

El caso es que Lola había aceptado la hoguera de confrontación. Lola recorría el pasillo de las antorchas con los puños cerrados y caminando como el que se hace mucha caca y va camino del váter procurando que no se le note.

Nada más verse se abrazaron y se dijeron «te quiero» y «tranquila» y se miraron a la cara y Diego le besó en la nariz. Si les dejan un poco más le mete la lengua en la oreja.

Lo que no sabían ninguno de los dos es que Diego no había visto todas las imágenes. No había visto lo de Carlos. «Estoy como un flan», dijo Lola, que piensa que los flanes están tristes y arrepentidos.

«Por primera vez en mi vida quiero admitir mis errores y cosas que he hecho mal yo», dijo Diego, que nunca jamás había admitido nada. A Diego lo pillan robando en un banco, con diez testigos, imágenes de seguridad y sus huellas en los billetes y le absuelven por falta de pruebas de lo que niega el delito.

«Lo último que vi de tí es que estabas arrepentida y…«, le dijo Diego. Ahí a Lola se le encendió la luz y llegó el bombazo: «He hecho cosas peores, pensé que lo habías visto».

Diego tragó saliva, seis litros de saliva, un puto camión cisterna de saliva y preguntó: «¿CÓMO PEORES?».

«¿Cómo un beso?», preguntó Diego y Lola se le quedó mirando y negó con la cabeza, como diciendo «ojalá fuera eso». Y SE QUEDÓ AHÍ LA COSA. Porque lo dejan para la próxima emisión, claro.

Pero lo que sí vimos es que ha llegado el sexo a la isla, en el avance. Vimos a alguien dando riñonazos debajo de una sábana que no sabías si estaba follando o poniendo remaches en plan industrial.

Por otro lado, vimos a Lucía tonteando con Isaac. Y a Manué llegando a las manos y más allá con Fiama…

ESTA GENTE HA HECHO LO QUE LA PRIMAVERA LE HACE A LOS CEREZOS. Eso si la primavera de folla a los cerezos, claro…

 

Las sesiones psicológicas de chichinabo de ‘La Isla de las Tentaciones’

Hay charlas de bar con borrachos que tienen más capacidad terapéutica que las sesiones de análisis del yo subconsciente que se hacen los unos a los otros en La isla de las tentaciones. Más que nada porque ahí todo psicólogo o psicóloga pincha (o quiere pinchar) y corta.

Las charlas que se pegan los y las solteras con los pretendidos son la risa tía Felisa. Ellos ven una conversación para tratar de ayudar, yo veo a un zapador quitando piedras de la parte de abajo de una muralla a ver si se cae y pueden entrar al saqueo.

Yo, que soy licenciado en Malalechología y Ciencias de la Despellejación, voy a analizar dos casos paralelos e interrelacionados entre sí.

Mari hablando con Manué.

Mari es una de esas solteras que podrían casarse con el hombre invisible, porque han estado en la isla pero no se las ha visto. Cuando Mari va a entrar a un Zara tiene que esperar a que pase alguien más porque las puertas automáticas a ella no la detectan.

Pero como dijo el pintor ese que tenía una perra rara con las latas de sopa, todos merecemos quince minutos de fama y los de Mari llegaron tumbando en el diván a Manué.

El muchacho estaba haciendo terapia con Rubén durmiendo al lado, pero es que Rubén es así: de poca actividad. Si jugar a las estatuas fuera disciplina olímpica, Rubén tendría más medallas que Michael Phelps.

«Lo que tienes que pensar, que a lo mejor no te has dado cuenta… yo creo que tu culpa hace que tú creas que la querías o que tenías que demostrarle que la querías. Pero en tu subconsciente tú sabías que no la querías, pero la culpa de haberle hecho daño te ha llevado a estar con ella», le decía Mari, que ha escarbado en lo más profundo del subconsciente de Manué y ha encontrado culpa como el que encuentra un pelusas debajo de la cama.

Ya… la culpa lleva a mantener una pareja, es verdad. Yo una vez rompí un jarrón en un bazar y llevo diez años saliendo con un señor chino. El pobre hombre no entiende nada, pero ya hasta me da besitos cuando abre la persiana metálica.

«No estaba enamorado, he sacado esa conclusión, no estaba enamorado», respondió Manué, que es un lince para identificar sus propios sentimientos y sacando conclusiones. Hoy, en momentos épicos de las conclusiones, Einstein definiendo la teoría de la Relatividad y Manué con que no está enamorado. Los dos eran mucho de sacar la lengua a pasear.

«Cuando tú estás enamorado de verdad no filtreas», dijo Mari. Efectivamente, cuando estás enamorado no filtras. Te haces el té sin bolsita y te bebes todos los putos posos porque estás enamorado y tó loco. A saco de cal, joder, nada de filtrar, que estoy enamorado. Y los putos espaguetis me los bebo, a tomar por culo el colador. ¡¡LOVE AND NO FILTER!!

«Yo no me considero… le fui infiel metí la pata igual que ahora, pero yo con Lucía no me he portado mal nunca», acabó por decir Manué, que se estaba sacudiendo la culpa como un mastín el agua después de bañarse.

«Si una chica se está enamorando de ti tienes que tener cojones para decirle ‘no estoy enamorado y no creo que me vaya a enamorar, te lo estoy avisando’«, concluyó en la terapia la doctora Mari, especializada en Cuernología y Enamorología Quinceañera. Para Mari las relaciones tienen que ser un poco como los pleitos por moroso, todo mediante burofaxes para ir avisando de las cosas.

¿A dónde le gusta ir a Mari en la primera cita? ¿Al parque, al cine, a cenar? No, al notario, a que de fe de posibles amores o desamores.

Lucía y Carlos.

En la otra punta de la playa estaba Carlos, ese soltero que tira más la caña que un pescador de almadraba. Hablando con Lucía, claro, que hay escenas de Tiburón donde el escualo ronda a los bañistas que las rodó Carlos disfrazado.

«Es que como novio la mejor persona que me he encontrado en el mundo«, decía Lucía de su Manué, que sí, es de lo mejorcito siempre que no haya una Fiama cerca.

«Mi madre me decía antes de venir que se ha equivocado, que lo había hecho mal conmigo, pero que estaba muy arrepentido y que quería venir a demostrarme cómo me quiere«, contaba Lucía. La madre de esta muchacha tiene pósters de Manué en su habitación.

«Me ha hecho daño de gratis», dijo Lucía. Joder, faltaría más que encima te cobre, Lucía.

– Oye, Lucía, que vengo de cambiar babas con dos la misma noche, dame 100 euros.

Y así.

Y Lucía, que es muy estable con sus sentimientos, dijo «yo nunca le voy a perdonar» y al momento siguiente «me voy a estar liando con él hasta la muerte».

Carlos, que estaba esperando su oportunidad como un guepardo esperando a la incauta gacela, le dijo «¿y dónde está tu orgullo?». Vale, como psicólogo es menos expresivo que Mari…

Cómo robarle el protagonismo a una compañera con vídeo sexual filtrado: el caso de Lola en ‘La isla de las tentaciones’

 

Lola y Simone, ahora me gustas, ahora mis cohone. (FOTO: TELECINCO)

¿Sabéis ese vídeo sexual filtrado que se vio al comenzar La isla de las tentaciones que nos hizo fijarnos en la relación de Marina e Isaac? Pues eso era como los magos cuando te distraen con la mano izquierda para hacer su magia con la derecha: el número fuerte era Lola. Está lo de cortar por la mitad a la gente y luego lo de Lola, que cortó por la mitad a Simone.

Lola se ha hecho con el protagonismo en la isla hasta el punto que el programa de ayer se llamaba las 48 horas de Lola. Desde Ana Rosa Quintana (que le pone su nombre a todo) no habíamos visto a nadie ponerle su nombre a un programa entero.

Pero antes de seguir…

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El programa de ayer comenzó con Lola hablado de…

a) El cambio climático y su impacto en los testículos de los pingüinos.

b) La cosmovisión compleja de la retórica de la teoría filosófica kantiana.

c) De Simone.

d) Todas son correctas porque lo de Simone es complejo y tiene que ver con testículos.

«Me raya lo de Simone, que hablo con alguien y le sienta mal… hasta con Carlos. No me quieras cambiar ni cohibir, que no eres nadie», decía Lola, que por un momento pareció una muchacha independiente. Luego se puso a hablar de Diego y ya no..

El caso es que Lola preveía que Simone no se iba a tomar a bien que Lola le mandara allá donde van los zurullos cuando se ganan sus alas. «Se va a enfadar… y va a empezar…» dijo y para ejemplificar cómo se iba a quedar Simone Lola puso cara de mirar como un pitbull mira a un quinqui saltando una verja.

Al final Lola se armó de valor y no se armó con una escopeta recortada de milagro, y habló con Simone. «Empecé superfuerte contigo pero hoy en la piscina no notaba lo que note…», lo que notaba antes Lola lo mismo era el pene flotando en el agua.

«Yo necesitaba cariño y lo mismo me he agarrado a eso… pero quiero que Diego vea en las últimas hogueras que yo he cambiado y que quiero arreglarlo», decía Lola. ¡Mira, mira, el empoderamiento y la independencia pasando raudo por el cielo, pedid un deseo!.

«Te dicho que mí se rompe una cosa fuerte y se rompe cosa», dijo Simone, al que creo que no le entienden ni los italianos cuando habla en italiano. Simone piensa que decir todas las palabras de una frase es un gasto innecesario.

¿Sabéis la canción «se nos rompió el amor, de tanto usarlo»? Pues Lola usó el amor de Simone  hasta que estaba como los estropajos cuando ya no rascan.

«Lo mismo fue Carlos como pudo ser el mono Amedio», dijo Kiko Matamoros en plató, en una de sus brillantes intervenciones. Hay gente que es muy abierta en lo de tener relaciones sexuales con lo primero que pilla. Las mascotas de Kiko Matamoros son las únicas que no se ponen contentas cuando su dueño regresa a casa.

«He roto con Simone», le dijo Lola a Marina, haciendo el signo de las comillas, como si no fuera una ruptura, a pesar de que después de hablar con Lola lo único que quería Simone era ir con su mamá. Marina ponía una cara de sorpresa como si Lola llevara casada con Simone diez años y tuvieran seis hijos, una hipoteca y un bar a medias.

«Yo sigo enamorada de Diego… me he dado cuenta«, dijo Lola, que tiene sus sentimientos igual de claros que una predicción que hizo Nostradamus un día que iba borracho y se puso de risas a predecir con los colegas.

«Yo estoy superbien y luego llega la noche y estoy mal«, dijo Lola. Está mal hasta que hace sandwichito entre Lucía y Carlos. Ahí se nos pasan las tontadas. A Lola la noche la confunde. El síndrome de Dinio.

En la fiesta de esa noche Lola se puso a darle la coba con lo de Simone a todos los solteros que fue pillando. Llegó un momento en que la gente hubiera preferido nacer sin oídos a encontrarse con Lola en la fiesta. «Joder, a ver si suena la alarma y tapa la voz de esta mujer», pensaban.

Simone estaba bien después de las calabazas, pero el que se puso a llorar fue Isaac. Este Lobo, qué sensible es.

«Ella es una niña pequeña y punto», concluyó Simone, que es tan macho y tan adulto que si una mujer dice que pasa de su cara, es porque es una niña pequeña y no tiene criterio. A Simone hace poco le dio calabazas Angela Merkel y él consideró que fue por inexperiencia de la señora.

Sólo había un soltero que estuvo hablando con Lola con mucho interés y que después estuvo hablando con Simone y que estaba al tanto de todo… CARLOS. Os juro que yo le veía ir y venir y veía un híbrido entre Jafar y un buitre de Monfragüe. Carlos conoce el valor de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado.

Lola se fue a despertar a Lucía. «Tanto llorar, pues te exprimes», le dijo. Lucía tenía un ánimo como de haber llorado sangre y presión arterial. Lucía por la mañana no necesita café, necesita que le pinchen adrenalina en el corazón.

Volviendo al plató, Suso siempre sabe a quién defender: al o a la que dé más asco. Es el que llevan para que no haya unanimidad en el plató. A Suso lo llevas a un juicio contra Vlad Tepes y le defiende diciendo que sus víctimas son las malas porque le manchan de sangre las estacas de empalar.

«Lola se comporta de manera grosera dejando a Simone solo en el kayak», dijo Matamoros. Ya ves. A mí me escupen a la cara y me dejan en la cama la cabeza cortada de mi caballo y lo entiendo como una ruptura amistosa, pero no se montan conmigo en el kayak y me lo tomo a mal.

«Quiero que Diego cambie el aspecto del cariño pero que no sea agobiante, una cosa normal», dijo Lola, que quiere un 56% de cariño, no un 57 ni un 55%. Joder, ¿tan difícil es cuantificar el cariño que quiere Lola y dárselo en la proporción exacta a cada momento y además adivinándolo con absoluta precisión y en tiempo real?

Aquí tenemos los mandos del cariño de Lola:

Sci Fi Wow GIF by Namaste Car

Vimos en un momento dado a los chicos vistiéndose de mujeres, algo súper original y tío qué divertido. El caso es que Toni, uno de los solteros, se había metido tanto en el papel que tenía el culo comiendo oblea. Estaba el tanga tan dentro de Toni que tenía más fuera el hígado que el tanga.

Carlos estuvo bailando la bachata con Lola antes del tema de la cama. Lo de bailar la bachata es un sinónimo de arrimarle el badajo que si fuera una campana no sonaría porque tendría soldado el palo a la campana. Eso no era bachata, era intentar abrirle a Lola un hueco en la pierna como un bolsillo para llevar el monedero.

Y claro, llegó la noche y Carlos siguió arrimando molusco, buscando a Lola. El pene de Carlos es como un cerdo trufero de Lola. A esa mujer la escondes debajo de una encina y Carlos te la encuentra.

Y ¿a dónde le llevó el pene cual nariz de oso hormiguero de Carlos? A la habitación donde iban a dormir Lucía y Lola. «Vaya díiiiita… estamos todos faltos», era la conversación que tenían, porque ahí había mucho lirili y poco lerele y había más sexo en casa de David el Gnomo.

«Yo os veo la cara de ustedes y me imagino su churra», le dijo Lucía, que adivina la forma de los penes con solo mirarte. Lucía es la única artista de la historia que pinta desnudos con los modelos vestidos. La maja vestida la pintó Goya, la desnuda, Lucía. Y esa señora nunca se quitó la ropa.

Y claro, Carlos emperrado en que le adivinaran el pene. Hay gente que quiere que le lean las líneas de la mano y Carlos, que le lean las venas de la polla.

Lucía le dijo a Carlos, metidos los tres en la cama: «Las dos no se pueden, en la vida hay que elegir«. Lucía piensa que los tríos son los grupos en los que hay tres cantantes. Y nada más. El animal mitológico favorito de Lucía son las orgías.

Más plató: Tom volvió a bailar. El baile de Tom era como si le hubieran picado en el sobaco y la ingle un enjambre de abejas. Si cuando te atragantas el símbolo universal es llevarse la mano a la garganta, cuando te rompes la cadera el símbolo es el baile de Tom.

Total, que de vuelta a la cama, mientras Lola y Carlos hacían cochinaditas y refrotes Lucía se reía, a pesar de que estaba a tiro de salpicadura. Lucía, para protegerse, se envolvía en las sábanas que eso era como si Lola y Carlos se estuvieran metiendo mano al lado de la momia de Ramsés II.

Pero el caso es que las intervenciones de Lucía preguntando qué hacían acabaron por cortar el rollo. Lucía ha evitado más embarazos no deseados que los condones…

Continuará.

Giro acongojante de los acontecimientos: Una chica empata a dobles cuernos en La isla de las tentaciones

Cuando vi a Manué liándose con dos la misma noche en La isla de las tentaciones flipé un poco. Pero es que lo de esta edición no tiene nombre. Bueno, sí, Sodoma y Soguarrería. Las chicas se han puesto las pilas gracias a Lola y han empatado en eso de liarse con todo lo que pillan. En el Festival de Woodstock del 69 el amor libre era una mierda al lado del amor libre de La isla de las tentaciones.

Os lo cuento TODO y con más detalle que un cuadro de Antonio López, pero antes…

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Empezamos con la hoguera de Lola. Como siempre, Lola prefirió ver las imágenes con sus compañeras. Nos ha jodido, Lola antes entra sola en una mansión encantada donde se oyen motosierras a ver las imágenes sin sus compañeras.

En el vídeo salía Diego diciendo que Lola no tiene un duro y que no ha tenido un hijo con ella porque si se separan tendría que pagar él todo lo del hijo. JAJAJAJA Diego va a ser un gran padre. Como al niño le salgan mal los dientes y el dentista sea caro lo abandona en una gasolinera.

«Soy una mujer muy trabajadora, soy una mujer independiente, siempre me he pagado todo yo», alegó Lola, porque Diego debe tener contados los trozos de papel higiénico para ir a partes iguales, no sea que Lola quiera el culo demasiado limpio.

También se veía a Carla comiéndole el cuello a Diego, que ahora tiene un chupetón que parece una contusión. También salían morreándose. Lola lo atribuyó al orgullo y a la venganza.

«¿Tú crees que te ha dejado de querer?», le preguntó Sandra y Lola se echó a llorar como si le hubieran dicho que su abuelo ha muerto al caer por un precipicio, matando en la caída a un grupo de huerfanitos que llevaban una bomba que destruyó un hospital.

Sandra Barneda veía llorar a Lola con unas ganas de ir a consolarla que se le veían hasta las venas hinchadas. Pero sólo movió casi imperceptiblemente la cabeza en forma de negación cuando Lola dijo «es que yo no he dejado de quererle». Voy a hacer una traducción libre de ese ligero negar: «Serás tonta de quererle, tía, que pasa de tu cara como de comer mierda gratinada».

En más imágenes, porque había más imágenes que en El Prado, salía Jesús preguntando a Carla y Diego si tenían tensión sexual o de afinidad. Tócate los cojones, Eufrasia. Tensión de afinidad. Lo que tenían Caín y Abel, vamos.

Y Lola vio cómo Carla morreaba a Diego, que llevaba media hora insinuando que le comiera ya los morros. El sonido del beso era como un mastín comiendo natillas. «Lo único que querían era morrearse a lo guarro», dijo Lola, porque ella se morrea a lo fino. Lola besa tan conforme a la elegancia que puede darse besos con lengua en una cena de gala delante de la reina Isabel II y la reina la aplaude.

No sé si lo de «no hay más imágenes» consoló más a Lola o a Sandra.

Aún quedaba por elegir a quién vetaban una cita. No lo quería ninguna, excepto Lola. «Que se joda y se quede sin cita», dijo ella, que si por Lola fuera, Diego no se tocaba ni él mismo. Le veta la mano y se tiene que hacer Diego las pajas con las pinzas de la barbacoa.

Lucía dijo que no aguantaba más, que se quería ir, que no pintaba nada más allí. Pero Marina, que es La señora de los cuernillos, dijo que no, que Lucía se quedaba en la fiesta hasta que ella dijera.

Lucía se fue llorando y elucubrando: «Con dos, y se lo ha tirado, se lo ha tirado, tía«, iba diciendo. Lucía necesita el VAR.

Los chicos volvieron de su hoguera y Jesús contó que había visto a Marina besándose. ¿En la boca? preguntó una soltera y él respondió «¿Dónde va a ser?». JA JA JA JA ESPERA, JESÚS, ESPERA, QUE HAY MÁS BESOS Y NO SON EL LA BOCA, PERO SÍ EN LOS LABIOS.

Manuel se quejó de que Lucía le insultara y aseguró sentirse «más liberado». Sí, estaba el pobre como en una plantación de algodón del siglo XVIII, pobre. El conde de Montecristo pasándolas putas en la cárcel se consolaba pensando que por lo menos no estaba como Manué.

Las chicas volvieron a su villa como de la guerra.

«El rollo de aquella casa es un guarrerío total, no tiene nada que ver con esta casa», dijo Marina. JAJAJAJAJAJA El día que esta mujer tenga un barco lo va a llamar CINISMO OF THE SEAS.

Lucía ya en modo INVENT total: «Mi novio se ha liado con Stefany y con Fiama que se la ha follado también», dijo ella. Joder, qué fantasía, Lucía escribe el guion de Juego de Tronos y le salen 37 temporadas.

«Yo a ese Jesús no le había visto nunca, es una persona que no conocía de nada», dijo Marina, que cada vez que se cruzaba con Jesús por el pasillo pensaba que le estaban robando en casa. Total, que se fue a su cuarto y rompió la foto que tenía ella posando con el señor ese al que no conoce de nada. Hizo tantos trozos que había que mirarlos con microscopio. Marina rompe los papeles de Bárcenas y le absuelven por falta de pruebas.

Lucía se puso a llorar de la noche a la mañana. Ni las plantaciones de soja, ni las madereras ni la especulación inmobiliaria: el Amazonas está esquilmado para hacerle pañuelos de papel a Lucía. «La presión que tenía en el pecho se me ha quitado», dijo después. Nos ha jodido, se quitó todas las flemas. Echó tanto moco que tenía los pulmones más secos que el fuelle de un herrero.

Sandra llegó a la mañana siguiente a la villa de las muchachas, para poner el collar del veto. Los novios habían vetado a Rubén. Hala, el macho cabrío capado. A Lara hasta le alivió.

«Ellos sienten miedo, pero no por mi aspecto físico, si no por el emocional», dijo Rubén. Sí, por lo emocional… Emocional es como Rubén llama a su pene.

«Con Simone espero reírme un poco más», dijo Lola al darle la cita. No es tu hombre, Lola. Simone intenta hacer un chiste y explota. No lo tiene en su programación.

Marina acababa de darle la cita a Isaac y él ya la estaba sobando y Marina, claro, encantada. La ropa interior de Marina contraviene las leyes de la gravedad, porque tiene una especial atracción hacia el suelo, al contrario que la de Isaac, que tiende a elevarse.

Llegó el momento de expulsar no uno, si no a dos solteros. Ahí había más bajas que en el desembarco de Normandía. Echaron a Iker, el típico soltero que no sabemos ni quién es, porque es la primera vez que aparece en el programa.

¿Veis al del círculo rojo? Pues tenía más protagonismo que Iker.

El otro soltero expulsado fue Imanol. «Nos da pena porque da muy buenos consejos», dijeron, porque Imanol para follárselo no, pero para llamarle si el niño tiene tos por la noche, sí, porque te recomienda un jarabe.

Sandra se fue también, claro, a la villa de los chicos. «Me he puesto nervioso porque veo a Sandra y sé que no viene para nada bueno», dijo Hugo, que piensa que Sandra es la comercial de una funeraria.

«Si se lo ponen a Carla me alegraría, porque sería un mensaje de Lola hacia mí, y todo se puede recuperar», dijo Diego, que oye, pelillos a la mar. Diego, amor, que te han vetado a Carla porque nadie más quería el collar de veto. El mensaje de Lola para tí es que eres un descarte.

«Si me la vetara a mí me jodería bastante», dijo Manué, que con el acento pensé que decía «si me la petara». Eso sí que le jodería bastante, en un sentido literal.

Cuando les dijeron que sí, que era Carla, Diego, que es un flipao dijo que eso era porque «Lola está arrepentida». JAJAJAJAJAJA Si no tenéis orgullo es porque Diego lo acapara. Es el Amancio Ortega del orgullo. Va a salir en la lista Forbes del orgullito.

Diego cogió cita con Jennifer, que encima se cabreó: «Me parece un poco feo, porque soy su segundo plato«, dijo la muchacha. Hay que joderse. ¿QUÉ PARTE NO ENTIENDE LA GENTE DE QUE EL SEGUNDO PLATO ES EL PRINCIPAL Y MÁS IMPORTANTE?

Y llegó la escabechina. Los chicos eligieron echar a dos solteras. Yo a esas alturas no sé si es peor que te echen o que te dejen en la villa de sujetavelas. Largaron a Alba, que empezó fuerte, pero no se la ha visto y a Bela, que pasaba por allí.

Llegó la noche y llegó el drama. Lola le había cogido asco a Simone de la mañana a la noche. Pero Simone no captaba las señales de rechazo de Lola. A Simone le vomitas en la cara y no pilla la indirecta.

«Estaba con Simone y no me apetecía estar con él», decía Lola a las demás hiperventilando. «Os miraba y yo quería ir a jugar», aseguraba la muchacha, como si la hubieran castigado en el recreo.

«No me imagino otra boca que no sea la de Diego», alegó Lola, que tuvo que renunciar a su carrera como retratista porque a todo el mundo le pintaba los morros de Diego.

Diego se morreó con Jennifer con la excusa del hielito, pero como de mala gana. JAJAJAJA «Me he dejado llevar y he aprovechado lo del hielo para darle dos besos a Jennifer, claramente», dijo Diego, como si hiciera falta que nos lo explicara.

Carla también lo había pillado y se cabreó, claro. Y hubo pelea de gatas entre Jennifer y Carla. Diego trató de calmar los ánimos diciéndole a Carla «si quieres lo hago también contigo«. JAJAJAJAJAJAJAJA Diego tiene la cara tan larga que no la extiendes sobre una pista de aterrizaje y falta pista y sobra cara.

Pero Carla mira en el bolso, en la guantera del coche, en los cajones, debajo de la cama y no encuentra amor propio, así que volvió a liarse con Diego un poco más tarde.

Volviendo a la otra villa, Lola habló con Simone, básicamente para decirle que quería «distancia». Eso sí que lo entendió Simone, porque «quiero distancia» es un «a tomar por culo» en todos los idiomas.

En la fiesta de la noche Lucía se desató y dejó que Carlos le frotara la cebolleta por el pandero. Pero frotar que podías sacar un molde del pene de Carlos echando escayola en la nalga de Lucía.

Simone, como estaba despechado, pues también se arrimó al pandero de Lucía. Eso parecía un aparcamiento de bicicletas, por el amor de dios.

Pero Carlos acabó por comerle el morro a Lucía, eso sí, con un beso más bien chapucero.

Jennifer y Stefany se enzarzaron en la fiesta, llamándose segundo plato la una a la otra. Eso parecía Hermano Mayor. Faltaba Dakota cagándose en los muertos de alguien.

Jesús lo resolvió llevándose a Stefany a la cama a meterle mano. Jesús había acabado la Segunda Guerra Mundial comiéndole el mostacho a Hitler.

«¿Quién te ha comido la boca como yo, Fiamita, en tu puta vida», le dijo Manué, que besa como si estuviera intentando agarrar una ostra con los morros. No, Manué, no, nunca nadie ha besado a Fiama como tú. El delfín Flipper era menos flipper que Manué.

«Yo soy muy de fuego», decía Marina, que es como el Pokemon Charmander. El día que digievolucione Isaac muere calcinado. Lucía es tan de fuego que con un pedo te sepulta Pompeya.

Por la noche se fueron juntos a la cama. «Las cosas de palacio van despacio», dijo Marina, pero en ese palacio la burocracia va mejor que un funcionario alemán y las cosas de palacio van que le pasan por la derecha a los trenes bala japoneses.

Mientras… Lucía lloraba de nuevo. No importa cuándo leáis esto.

Y el que también lloró fue Raúl. Vete tú a saber por qué. Que tenía miedo de perder a Claudia, dijo. Pues será porque le caiga una maceta en la cabeza, porque por cuernos no tiene pinta.

Fiama se metió en la cama con Manué, en la misma habitación donde el novio de Fiama le puso los cuernos en su edición. «Debajo de las sábanas le cogí el culito, pero sin pasar la raya», dijo Manué, que cuanto toca un culo no pasa por la canaleta nunca. Diego se limpia el culo mojándolo en un balde solo por no pasar la raya con el papel.

A la mañana siguiente Diego y Manué se pusieron a hablar en plan gorila macho, riéndose de Carla y Jennifer y de que Diego hubiera jugado con los sentimientos de las dos. JO, QUÉ SÚPERTÍOS SON.

Paris, ¿tú qué opinas de ellos?

Paris Hilton Reacción GIF

Paris ha hablado.

Se fueron a las citas.

Había kayaks. Lola le dijo a Simone que ella se cogía una para ella sola. Si Lola llega a ser Rose en el Titanic echa a Jack al agua en el minuto uno de película y no espera a lo de la tabla.

«Te habrás dado cuenta de que he cogido la canoa yo sola», le dijo después a solas Lola. No, Lola, no se había dado cuenta. Él estuvo remando dos horas pensando que ibas con él y resulta que era una gaviota, no te jode.

«Tienes un papel, yo pienso eso», le dijo Simone y se montó una bronca entre los dos que acabó con Lola yéndose del lugan andando por el agua, no sabemos si esperando que acabara por cubrirla para ser Aquawoman.

Marina dijo que es «fuerte de mente» doscientas putas veces. La mente de Marina:

¿Sabéis la peli de Godzilla VS Kong? Pues estuvieron a punto de hacer Godzilla VS La mente de Marina, que reparte más hostias que el mono ese.

Fiama y Manué se besaban en su cita. DE VERDAD, QUE ALGUIEN LES ECHE AGUA FRÍA. «Tenemos como un imán», dijo Manué. Lo que tenéis e velcro reforzado cagontó. «Soy mono, soy guapete, pero gano más por mi personalidad», dijo Manué, que tiene tanto que podría ser donante de ego. Se sube a un autobús y le sacan litros para la gente necesitada.

Lucía le dio plantón a Carlos y no fue a la cita. Y luego Lucía se puso triste. Todas las cosas acaban con Lucía llorando o triste. Sale el arcoiris y Lucía llora.

Por la noche, Sandra fue de nuevo a visitarles. Sandra Barneda, Papá Noel y el hombre del saco siempre llegan por la noche. Y sólo uno de los tres trae cosas buenas.

La presentadora les dijo que podían ver durante diez minutos en directo a una de las chicas. Está esto y asomarse a un probador de El Corte Inglés. Se pusieron de acuerdo en que fuera Diego quien viera a Lola. Como solo podía ir él, le encargaron que se chivara de las demás novias.

Sentaron a Diego a mirar lo que estaba pasando en directo en la otra villa. Justo estaba Lola en la cama con Lucía, hablando de Diego. Vaya por dios. «Diego y yo somos ideales, ideales. Me he dado cuenta de cosas, pero lo pienso y tenía cosas tan bonitas con él…», decía Lola.

ME VAIS A PERDONAR, PERO YO ESO DE QUE LA ESTABA VIENDO EN DIRECTO ME LO CREO LO JUSTO

«Cinco minutos, un minuto, treinta segundos, diez segundos…», iba diciendo Sandra y al final apagó la tele, como si Diego fuera un niño que pasa demasiado tiempo viendo Pocoyó.

«A veces soy demasiado egoísta con ella… ella también me ha visto hacer cosas malas y está pensando en arreglarlo…», dijo el maromo llorando.

«Cuando alguien me hace algo mal yo PUM y al final pierdes familia, pierdes amigos…», dijo Diego, que no sabes si lo de «pum» es discutir con esa gente o enterrarla en el desierto.

A la pobre Sandra se le ponían los ojos brillantes. Sandra Barneda conteniendo sus emociones:

«Si viera ahora a Lola le daría un abrazo… y un beso, claramente», alegó Diego, pero bueno, es que Diego besa a Carla, a Jennifer, a Lola, a todo lo que pilla. Diego antes de la Pandemia iba en el Metro babeando a la gente.

«Claudia estaba con Toni en la habitación, estaban mirándose a poca distancia… a Raúl eso ni se lo ocurriría, creo que Raúl debería preocuparse, su chica ha ido a un cuarto a solas», añadió sobre lo de chivarse de las demás chicas.

Y claro, de lo dijo a Raúl nada más llegar a la otra villa. Raúl pidió detalles. «Estaban en la habitación hablando y luego se levantaron», le contó. BUAH, PUTO PASOTE, ¿CÓMO COJONES NO HA SONADO Y EXPLOTADO LA ALARMA POR SEMEJANTE LIBERTINAJE?

Pero nada, Raúl se puso a llorar. Joder, qué emisión de lloros, de verdad. La piscina no la han tenido ni que rellenar en todo el programa, los ponían en el bordillo, les decían cosas tristes y ya le ajustaban el nivel al agua.

Luego vimos imágenes de Raúl en su cama, llorando y meneándose, era una mezcla de indigestión y posesión infernal. No sabías si estaba triste o se estaba cagando vivo.

Y vimos por fin por qué Carlos acabó en la habitación de Lola. Bueno, por qué no, pero sí con quién. Estaban Lola y Lucía y el rubiales. Eso más que algo sexual era una fiesta de pijamas. Lucía, para que no pasara nada con ella, puso a Lola en el medio.

«Carlos quería arrimar cebolleta y se pensaba que porque se quedara allí iba a caer una de las dos», dijo Lucía. Ja ja ja ja, qué tontería, eso no iba a pas…

Y ME QUEDO LOCO: JODER, LOCO PERO LOCO COMO HANNIBAL LECTER FUMANDO PORROS DE LSD CADUCADO

Que sí, que sí, QUE SÍ QUE CAYÓ UNA DE LAS DOS. Lola, sin ir más lejos. Con Lucía al lado y después de lloriquear por Diego.

«Carlos y yo hemos jugado, hemos estado a gusto, hemos estado picantes, tengo las hormonas alteradas y me he calentado», dijo Lola, que no tiene las hormonas alteradas, las tiene como putas cabras en época de celo.

«Los muertos, ¿qué os estáis haciendo?», dijo Lucía al notar que ahí había tomate. LUCÍA FLIPABA Y YO FLIPO MÁS DE MÁS.

Y claro, la alarma sonó en la otra villa de madrugada y con todos dormidos. SE VA A LIAR LA DE DIOS ES CRISTO.

Vamos a por récord con un trío y cambio de pareja en ‘La isla de las Tentaciones’

Carlos, sobrándole la ropa. (FOTO: TELECINCO)

Lo de esta edición es el no va más solo que sí que va a más. Lo último ha sido saber que se metieron tres en una cama, dos chicas y un chico, uno de ellos que nada tenía que ver con las muchachas, que antes habían estado con otros.

Esta gente sí que es liberal y no la constitución de Cádiz. Esta gente no es que crea en el amor libre, es que coge al amor libre, le da una maleta con ropa, 20.000 euros y pasaportes de varios países e inmunidad diplomática para que sea libre que te cagas.

Pero, ¿sabéis qué fue el programa de anoche? ¡UNA ENGAÑIFA! Nos habían prometido imágenes nuevas y lo único nuevo que vimos fue la entradilla de Sandra Barneda. Así que… sí: este post también es una engañifa. O no, no lo sé, porque en las imágenes de Carlos con Lola supimos que una segunda chica se metía en la cama con ellos, pero qué hacían, no.

Pero volveremos a eso…

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El programa no debió llamarse ‘Hay más imágenes’, debió llamarse ‘Hay imágenes viejas que habéis visto medio millón de veces’, porque pusieron fragmentos de otras ediciones y de ésta, pero más pasados que la primera tortilla que hizo Matusalén.

A un programa de la tele que está compuesto por imágenes antiguas, cortadas y pegadas se le suele llamar «refrito». Esto era un refrito hecho en aceite renegrido de haber estado friendo calamares.

Las pocas cosas destacables:

Vimos imágenes de Isaac en la piscina, con Marina, mientras sonaba la música de fondo de Aladdín. La coge de la nuca, la acerca a él y mientras suena «yoooo te quieroooooo enseñaaaaaaar«. Qué. Qué le quieres enseñar. La torre gorda del palacio de Agrabah ¿eh, jodío?

También vimos una infinidad de caras inexpresivas de Sandra Barneda. La canción Poker Face de Lady Gaga habla de Sandra Barneda. Esa mujer es una genia para mirar sin expresar lo que está pensando, que debe ir del asombro a la pena pasando por el cabreo y la vergüenza ajena.

Esta mujer controla tanto sus emociones que le ponen un polígrafo y lo tiran porque piensan que está roto. ¿Sabéis el juego ese de mirarse y el que se ríe primero pierde? Sandra Barneda le ganó a la Mona Lisa.

Lo que vimos de nuevo fue a quién decidieron vetar las chicas. Ya sabéis que tenían el poder de joderle la cita a alguno de sus novios, impidiendo que le diera una cita a una soltera en concreto. «Aquí tenéis el adelanto exclusivo«, dijo Sandra. El adelanto no era ni la puntita.

Salían las chicas deliberando, y la mayoría diciendo que no. «Yo no lo quiero… yo para qué quiero eso», dijo Lucía, que claro, no sabría a quién vetar, porque a Manué le quitas una y se lía con otra. Manué eligiendo con quién besarse pone menos pegas que un buitre en la parte de atrás de una carnicería.

El caso es que decidieron vetar a Carla, la churri con la que se ha besado Diego. «Que se joda y se quede sin cita», dijo Lola como toda explicación. Lola, que se ha liado con Simone, tiene tatuado en el cachete izquierdo: «EL PERRO DEL HORTELANO, MI PRIMO HERMANO».

Ella liarse sí, pero no, pero eh, a Diego que no se le ocurra meter el morro en hocico ajeno que ella le veta. Y no le hace un Lorena Bobbitt porque no le pilla a mano, pero yo soy Diego y empiezo a dormir boca abajo.

Y  las imágenes de Carlos, vaya por Dios, en la habitación de Lola, desnudándose.

Carlos: «¿Me puedo poner en bóxer?», preguntó el maromo mientras YA SE ESTABA BAJANDO LOS PANTALONES.

«Lola, Carlos y una tercera persona en la misma cara, quién, por qué y qué ocurre entre ellos?», nos dijo Sandra a la que nos ponían una imagen en la que se veía otro bulto en la cama, del que no se veía nada.

Lo que sí vimos es que Carlos se arrimaba a Lola que el bóxer ese estaba ladrando. Entre el culo de Lola y el pene de Carlos no había manera de meter un folio de canto.

Así que, sí, en puridad, había un trío en esa cama. Si se conocieron en el sentido bíblico de la palabra o si Carlos se fue a dormir con los testículos como almohadas viscolásticas, el jueves lo sabremos.

Manuel, reventado, piensa que las chicas a las que descarta deben quedarse llorando por él en ‘La isla de las tentaciones’

Manué, comprobando que Fiama tiene culo. (FOTO: TELECINCO)

A alguien le han dicho demasiadas veces que es guapo y se ha acabado creyendo que todas y cada una de las mujeres del mundo deben estar locas por él y que, una vez le han probado, ya sólo puede ser estar con él o meterse a monjas. Ese alguien podría ser Manuel, más conocido como Manué, de La isla de las tentaciones.

Manué, para poneros en contexto, es el que le puso los cuernos a su novia con dos chicas distintas en la misma noche, una Stefany y otra, Fiama. ¿Sabéis cuando King Kong se da golpes en el pecho en plan machote? Lo aprendió de Manué, que creo que piensa que lo de ‘Macho Alfa’ está mal puesto y que debería ser ‘Macho M’, de Manué.

Pero antes de seguir con este resumen jocoso-reivindicativo, dos consejos:

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La cosa comenzó con Sandra Barneda diciendo que anoche se iba a hablar «de lo que empieza a conocerse como la noche de los besos«. Bueno, o la noche de la mononucleosis. La noche de pasarse los paluegos. Bueno, llamadlo como queráis.

Sandra Barneda estaba anoche con un rollo entre Cuarto Milenio y Equipo de Investigación. Tenía en un cofre las joyas requemadas de Lucía. «Vamos a ver qué pasó realmente con las joyas de Lucía», dijo.

«Carlos en Calzoncillos en la habitación de Lola, pero ¿Qué pasó realmente?«, dijo poco después. Parecía ya Gloria Serra.

– Carlos en la habitación de Lola, pero ¿qué oculta en el calzoncillo? ¿Es Carlos el rey de la berenjena? ¿Por qué Carlos no quiere responder a las preguntas de nuestros reporteeeeros? ¿Es porque tiene su propio micrófonooooo?

Y así.

«Lo veremos mañana, en un especial llamado Hay más imágenes«, nos dijo Sandra. Madre de Dios, ya estamos exprimiendo demasiado el programa. Con lo felices que éramos con un par de galas a la semana.

En las imágenes inéditas, que están los archivos de la CIA desclasificados y luego estas imágenes, vimos a Jesús, Diego y Manué hablando de chicas, de follar, de poner cuernos… y mientras Raúl jugando a pasar por debajo de un palo de escoba jugando al Limbo Rock. Ese chaval ha perdido la virginidad de milagro.

Y entramos en Manuel el subidito, Manué el penas, rey de las nenas.

«A Stefany la he calado«, dijo después de que Stefany se liara con Jesús. Sí, Manué se lió con ella y con Fiama y luego dejó tirada a Stefany por Fiama, pero aún así le molestaba que Stefany se liara con otro.

«Porque ayer me dice que me perdonaba y luego se va con Jesús… va a al sol que más calienta«, dijo Manué que no va al sol porque para caliente ya está él, que posiblemente tenga los testículos de color naranja intenso de lo caliente que los tiene, que para colocárselos necesita usar unas pinzas de agarrar crisoles.

Manué pretendía que Stefany se quedara ahí, llorando por él, viendo entre lágrimas cómo el le babea la cara a Fiama. Porque joder, no paraban de comerse los morros, he visto lapas menos pegajosas. Hacían la ventosa que los puedes poner en la cocina agarrados a un baldosín para colgar cacharros.

«Yo soy el típico que pasa una chavala que me gusta y le digo pssss ven pacá«, dijo Manué.

Las chavalas que se cruzan con Manué:

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Volviendo al plató, Sandra Barneda lanzó la pregunta: «¿Tú qué haces mejor bailar o follar? Le preguntaron a Tom Brusse y él dijo que las dos cosas las hacía bien. Así que le pidieron que bailara. Vale, baila como un señor de 80 años borracho en una boda. Probablemente folla como con la cadera rota.

Más vídeos antes de volver a Manué: «Me puse como meta que a los 30 años tenía un hijo», aseguraba Diego, que el mismo día de su cumpleaños preña a la primera hembra que pille, así sea de otra especie. Él a los treinta tiene un hijo así tenga que ser el hijo de otro. Es tan cumplidor que es capaz de parirlo él mismo.

Jesús: «Marina me va a echar mucho de menos y me va a llamar y va a querer volver», dijo el chaval. JAJAJAJAJAJA Sí, te va a llamar para que le metas sus cosas en una caja y pasar a recogerlas.

«Salíamos por el pueblo con los padres de Marina y nos decían que éramos la familia perfecta», aseguraba Jesús. La familia humilde, les llamaban.

Vamos con Manué. Vimos imágenes de él bailando con Fiama y rozando la cebolleta que no sabías si bailaban o si quería hacer fuego frotando el palito.

«Soy adictivo como el chocolate», dijo. Sí, es empalagoso y engorda.

«Me han dicho siempre que beso fogoso», aseguraba Manué, que se ha liado con un montón de rusos que trabajaban en la metalurgia y sabían de esas cosas. Beso fogoso como eufemismo de «beso más salido que el pico de una plancha».

«Tú tienes peligro, tú tienes peligro», le decía todo el rato a Fiama. ¿Hay tanto machismo en esa frase que si el machismo se pudiera licuar Manué podía poner una destilería.

«El peligro lo percibís vosotros porque veis pasar a una tía y os llama la atención», le decía Fiama, que aún borracha tiene más sentido común. Y digo borracha porque Fiama se pasa los días en la Isla que cuando el gel hidroalcohólico quiere desinfectarse las manos se echa a Fiama.

Stefany ha tenido que soportar humillaciones de Manué, pero también de su rollo, Jesús. «Una tía que en dos días se lía con un compañero… no me fío», dijo el novio de Marina, que está más despechado que un pollo deshuesado.

Manué y Fiama no tenían otro sitio al que irse que al mismo sofá donde estaban Jesús y Stefany. Primera prueba de que quien no puede dejar de pensar en Stefany es Manué, que no paraba de hablar de ella a Fiama.

«Ayer me liaste la de Dios con esas movidas…», le dijo Fiama a Stefany, supuestamente porque Stefany había tenido celos. Hala, otra que se suma a darle palos a Stefany. Qué ganas de tocar los ovarios.

«Yo no esperaba que lloraras, pero veo que ahora vas y te comes la boca…», le dijo Manué a Stefany. Sí, sí que lo esperaba. «Has visto que he liado aquí un taco y luego te has ido con el chulito de Cádiz», acusó Manué a Stefany. O sea, que según Manué, Stefany se ha liado con Jesús por despecho.

Stefany se puso a justificarse cuando lo único que debió decir fue «ME LIO CON QUIEN ME SALE DEL COÑO».

«Y dice que le gusta Jesús y una mierda», dijo Manué sacando el dedo corazón después, ya sin Stefany delante, a lo valiente. Qué reventado.

«Stefany me está viendo contigo y está envidiosa», aportó fiama, ya más alcoholizada que el fondo de una barrica de wiski.

«Tú estabas en la esquina y me ha tocado con el pie en el jacuzzi«, decía Manué, que se inventa las cosas. Con Manué se roza en el metro una señora ciega de 90 años y él se piensa que se le está insinuando.

«Se está liando con el chaval por… [despecho]», aseguraba. Pero… ¿Quién cojones es el que no para de hablar de Stefany?

La hermana de Manué en plató justificaba todo. Le ponen imágenes de Manué atracando un banco y arrastrando de los pelos a un jubilado para quitarle la pensión y ella diría que los bancos tienen mucho dinero y que los viejos lo desperdician en comer y vivir.

En resumen, lo de Manué es ver la paja en el ojo ajeno y no el puñetero Empire State Building en el propio. Si en el diccionario buscas ‘Hipocresía’, sale una foto de Manué.

De hacer cochinadas con las dos a la vez a que las dos se enrollen a la vez con dos: resumen de la gala de ‘La isla de las tentaciones’

Que cambien el agua de ese jacuzzi, por favor. (FOTO: TELECINCO)

A pillar con quien sea, como sea y cuando sea, Sodoma y Soguarra y que vivan las venéreas. Y eso amigos es lo que pasa por la mente de la gente de La isla de las tentaciones como en un letrero luminoso. Moja en toda baza y sin mirar en qué taza se lo van a tatuar todas y todos esta edición.

Y es que ha habido tantos líos, besos, magreos y relaciones cambiantes que eso parecían los ensayos para grabar Calígula X. Yo os lo resumo todo, no sufráis, pero antes…

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Llegó la mañana, ¿qué mañana? Ni puñetera idea, porque esto está montado que parece mi abuela haciendo memoria a trompicones, y Hugo fue a ver a Manué a su habitación. «Pichita», «Quillo», se dijeron. Y se fundieron en un bonito abrazo. Manuel con bañador, Hugo con camiseta y calzoncillo. Me extraña que no sonara la alarma en la otra casa.

Manuel se dedicó a pedirle perdón a sus compañeros «la he liado, la he liado», dijo dos veces, una por cada chica con la que la lió. Si llega a ser una orgía loca habría sido «la he liado, la he liado, la he liado, la he liado, la he liado, la he liado, beeeeeee, muuuuuu, oink, oink».

«Lucía se va a sentir decepcionada conmigo«, aventuró Manuel. No, majo, lo mismo te aplaude y te pone una pancarta que diga: «ESE ES MI SEMENTAL».

«Cuando vea eso quizá piense ‘fuiste un cabrón, fuiste un mamón, pero fuiste tú’«, dijo Manuel, que va a hacer los eslóganes de Hugo Boss de aquí en adelante. Eau du Mamón.

En la otra casa, Marina andaba en las mismas. «Me arrepiento de cómo lo he hecho, que me podía haber aguantado perfectamente», aseguraba. No, le ponen dentro de una jaula y abre los barrotes a bocaos para llegar hasta Isaac. Llevaban los dos un calentón que el sol les tiene que mirar a ellos poniéndose una radiografía en los ojos.

«Me da miedo no controlar, ¿después de esto qué viene?», se preguntaba Marina. JAJAJA A ver, Marina, pues las abejas van a las flores con el polen y… ¡les dan pollazos hasta que las revientan!. O algo así era.

«Tenemos los dos las hormonas por los aires», hacía ver Marina, pero no, no las tienen por los aires, las tienen llamando a la escotilla de la estación espacial internacional.

Llegaron las segundas citas. Había mojitos para todos y se metieron al agua, más que nada para que hubiera chicha expuesta. No se echaron crema aparentemente. La Fiesta del Melanoma. Luego se dedicaron a lanzarse por los aires, contando con que si caían fuera al agua. No han visto Mar Adentro.

Manuel tenía cita con Stefany. Manuel ha hecho un «doblete» de la decepción, a Lucía y a Stefany. Llega a haber ahí un juez del Record Guinness y le dan un diploma.

«Siento que te he fallado mínimamente a tí», le dijo Manué a su cita. «Mínimamente», ojo, no sea que el chiquillo se cargue sobre sus espaldas el peso de la culpa. En la mochila del remordimiento de Manué no cabe ni un chihuahua pequeño.

«Me ha molestado, pero tampoco quiero que tú estés mal por eso, que bastante tienes ya con todo», le dijo comprensiva Stefany, que piensa que Manuel es el presidente de la ONU y tiene muchas cosas en qué pensar y cómo se va a preocupar por ir repartiendo babas.

«Me ha gustado cómo ha reaccionado ella», dijo Manué. Nos ha jodido que te ha gustado, si sólo le faltó darte una caja de condones con la cara de Fiama para ser más tolerante.

«Mi técnica con los hombres es siempre la misma: soy cortante«, aseguraba en paralelo Lucía, que cuando un chico le gusta lo cose a puñaladas para que se enamore. En el caso de Lucía lo de «me robó el corazón» es literal. «Cuando menos le doy a un hombre más me viene detrás», aseguraba. Lucía una vez intentó entrenar a un perro para que la siguiera por la calle. El bicho murió de inanición.

Raúl tuvo una cita. Os la resumo:

Bebé Reacción GIF

Claudia tuvo una cita. Os la resumo:

Wake Up Reaction GIF de Originals

Diego le dio una cita a Carla, que le dijo «no me apartes la mirada, me la estás apartando». Joder con Carla. Salir con ella es como salir con un interrogador de la KGB.

– ¡MÍRAME, MÍRAME A LA CARA, NO LE MIRES A ÉL, MÍRAME A MÍ, MÍRAME A LOS OJO SI TIENES COJONES! Mi guistis michi.

Y así.

«Me pones tenso», le dijo Diego, sin especificar qué es lo que se tensaba. Es un romántico. Pero romántico de poema.

Me pones tenso
la mirada perdida
y el cipote, extenso. 

Lagrimilla.

Lola cititeó con su maromo italiano. «Yo quiero lo primero tu felicidad», le dijo Simone, que es la Madre Teresa de Calcuta de las relaciones. «Necesito menos intensidad», alegó Lola, que se «deja llevar por Simone». Ya ves si se deja. Una vez iba Simone en el coche y miró para el asiento de atrás y se le había metido Lola con las manos atadas y una bolsa en la cabeza, para dejarse llevar.

Hugo dijo de su cita con Susan: «La única rubia que me ha gustado es mi cabra». Bueno. Luego nos preguntamos que cómo dan el salto los virus de los animales a los humanos. Si Hugo hubiera sido el paciente cero del coronavirus no habría sido por comerse un murciélago, habría sido por habérselo follado.

Rubén, el Johnny Fucker de La Isla de las Tentaciones está roneando a Lara, que le da unos zascas que de la hostia le va a borrar los tatuajes. «Quiero ver qué hay debajo de esa coraza», decía el jovenzuelo. Lo de coraza creo que es la ropa. Y ver qué hay debajo es ir a MYHYV o algo.

Jesús quedó con Naia. Parecía una entrevista de trabajo para ser cajero en un banco.

Marina quedó con Isaac. «¿Qué tal anoche?», preguntó ella, porque no había estado allí ni nada de eso. «Estoy controlando muchísimo, esto me llega a pasar en la calle…», dijo la muchacha, que le llega a pasar en la calle y mear no es lo único que hace entre dos coches aparcados.

«Creo mucho en el destino y esto lo ha querido el destino así», alegó. JAJAJAJAJA Hijoputa el destino.

– ¿Robó usted en ese chalet?

– Sí, señoría, pero porque lo quiso el destino.

– ¡Absuelto!

Y así.

«Me voy a quitar la pulsera que me dio Lucía antes de venir, que creo que es feo llevar esto puesto, parece recochineo», dijo Manué de su complemento de muñeca, como el que le da la vuelta a la foto de sus padres antes de hacerlo en su dormitorio. Uy, sí, sin pulsera mucho mejor.

En la casa de las chicas volvieron a jugar a lo de Beso, Atrevimiento o Verdad, el juego que más embarazos ha provocado en toda la historia de los juegos. Más que el Teto.

A Carlos le tocó darle un beso en el tobillo a Lucía, que le chilló advirtiéndole: «COMO ME CHUPES EL TOBILLO ME ENFADO». «Le vi muy arriba», dijo Lucía, para la que mover el abanico demasiado es un descaro intolerable. Lucía una vez tuvo una cita con Torquemada y a Torquemada le pareció demasiado conservadora.

En su villa Manué y Fiama volvieron a hablar por la noche, copa en mano. «Me he dado cuenta de que me gusta más Fiama que Stefany», dijo Manuel, con conocimiento de causa, porque él las chicas como los melones, a prueba y a cata.

«Hay algo que está atrapadito, que está a punto de explotar y en el momento que salga, fuá«, dijo Manué. Que alguien le diga que la palabra que busca es «semen».

«A mí no me importa jugar a juegos picantes, porque sé que me van a poner a Simone» nos reveló Lola. Nos ha jodido, que te pongan al Cuasimodo, lo único picante que le echa es cal viva.

El juego era aguantar un hielo boca contra boca durante 20 segundos. Acabaron con los labios como colas de merluza congelada. Y sonó la alarma en la otra casa.

«Va a ser verdad que soy Maluma», dijo Manué en un momento dado. FLIPADO DE MANUAL.

Stefany se cansó de ser comprensiva y de que Manué pase de ella como de comer caca (y que se estaba enrollando con Fiama) y se fue con Jesús, a ver si había más suerte. Jesús le dijo que ella le gustaba porque le gustan las chicas «con los pechos operados». Así es él: le gusta el interior de las personas. Sus prótesis, concretamente.

«¿Tú eres capaz de besarme ahora mismo?», le preguntó Jesús a Stefany, así a lo reto.

– ¿A que no eres capaz de comerme tól geranio? jajaja, te reto, no te atreves, jajaja

Y así.

Pero sí, Stefany se atrevía y le besó. Bueno, eso creo, porque había unas putas hojas de palmera en todo el medio del puto plano. Me imagino a los del equipo de realización del programa cortándose las venas.

Qué jodío el Jesús, echándole la bronca a Manué por enrollarse con Stefany. JAJAJAJA Esto es un quítate tú para ponerme yo de libro. Alarma que te crió en la casa de las chicas.

«Yo si quieres duermo contigo, a mí me da igual», le dijo Marina a Isaac, como para hacerle un favor al chaval, que debe ser que le da miedo la oscuridad. «Dormir, dormir», se lo dejé claro al chaval. JAJAJAJA Sí, dormirte la pepitilla del amor a base de refrote cochinero.

Y mientras, Jesús, que vio que lo del reto del beso salía bien, fue a más: «¿Eres capaz de dormir conmigo sin hacer nada?», le dijo a Stefany, que dijo que sí. Joder, a esta chica los «no hay huevos» la pierden.

– Stefany, ¿a que no te atreves a manipular a patadas esa bomba de la II Guerra Mundial? [ BOOOM ] Uy, pues sí se atrevía.

Y así.

Manué y Jesús se metieron al jacuzzi con sus respectivas Fiama y Stefany se pusieron los cuatro a enrollarse a la vez. Han pasado de que Manué se enrolle con dos a la vez a que las dos se enrollen a la vez con dos.

Marina se enrolló con Isaac. No es noticia.

Diego se enrolló con Carla. Esto sí es noticia. Fue Carla la que se lanzó y le dio un beso a Diego que parecía el ataque de una cobra. Qué velocidad de ataque. Carla es la única tía capaz de robarle un beso a Wild Frank.

Y Marina e Isaac (perdonad que salte de una cosa a otra, pero voy cronológicamente) acabaron en la habitación de ésta.

«Marina y yo somos personas de piel«, dijo Isaac, que piensa que el resto somos personas eskay marrón.

¿Durmieron sólo Isaac y Marina? No, porque Isaac se acabó por ir de la habitación. Se fue más caliente que el pecho de un herrero. Isaac llevaba los cantaritos del amor como cisternas de Leche Pascual.

¡Y HOGUERAS!

Sandra Barneda le dijo a Manué: «Estás serio». Y ya Manué se puso a llorar. Qué sensible es el chiquillo. Si el que no llora, no mama y el que llora, mama, Manué mama.

Le pusieron imágenes de Lucía: salía la muchacha siendo más pura y casta que la estatuilla de un santo. Lo más que había eran unos bailoteos y Lucía diciendo «al Carlos este me lo engatuso». «Ella no baila nunca», se quejó Manué. TOCATE LOS COJONES.

«Yo he soltado un beso, pero a ella la he visto una actitud echada para adelante, la he visto tontear», dijo enfadado. HIPOCRESÍA, QUÉ BONITO NOMBRE TIENES. Ah, un beso no ha sido. Han sido mil.

«Tengo que cambiar de novio», salía diciendo Lucía, que luego empezaba a poner verde a Manué en plan novia hasta los cojones… pero entonces le pusieron la primera alarma y Lucía se derrumbaba. Y Manué viendo eso…

«Se contradice… habla cosas malas de mí, que si vago, que si no valgo un duro… pero cuando escucha la alarma le entra el miedo», se escandalizaba Manué. JAJAJAJAJA Qué jeta.

«Tiene esa inseguridad tan grande…», decía el muchacho, porque claro, Lucía es así de conspiranoica. Ella, dudando de Manué, sin tener de qué.

Y llegaron las imágenes de Marina para Jesús, que dijo que él no ha fallado porque «ya había sido traicionado por ella». Y claro, vio tó lo gordo con Isaac. Frotes cochineros, metidas de mano, chapoteos calentorros, comiditas de cuello…

«Me lo esperaba porque cada vez irá a más», dijo Jesús. No sabes cuánto, Jesús. Isaac para arriba no sé si va a ir, pero para abajo, sí.

«Jesús, hay más imágenes para ti», le dijo Sandra Barneda. JESÚS, HAY UNA SAGA PARA TÍ, CON SPIN-OFFS, REMAKES Y HASTA COPIAS CHINAS.

Jesús miraba tan fijamente que podía ver el software de la tablet. Y llegó el beso de Marina. Yo no sé si estaba enfadado o pensando en sacarse la sardina y quitarle las escamas.

«Guarra», se escuchaba decir cuando se vieron los besuqueos. Y claro, le pusieron las imágenes de cuando Marina se metió en la cama de Isaac, pero no de cuando salió de allí. «Ha cruzado el límite de no respetarse a sí misma», dijo Jesús, que es más arcaico que una lanza con punta de sílex y piensa que una mujer que folla es una mujer que no se respeta. La isla de los Neandertales.

«No podía haber más», dijeron todos cuando Sandra les dijo que no había más imágenes. JAJAJAJA Esperad.

A Raúl le pusieron imágenes de Claudia más descontextualizadas que… bueno, es que no se me ocurre un ejemplo de cosas descontextualizadas. Y aún así era todo bastante casto.

Imágenes de Lola para Diego. La muchacha salía en un primer momento mostrando arrepentimiento. Pero a Diego le venía mal, porque estaba ya liado con Carla y a ver qué hace ahora. «Es que lo que ella hizo me empujó a mí», aseguraba. Pobre Diego, empujado a las fauces de la infidelidad.

Pero llegaron más imágenes y claro, arrepentimiento había poco. Había más arremetimiento. «Esto es un chiste, ya», dijo Diego.

– ¡María, tráeme una naranja!

– ¿Te la pelo? 

– Vale, pero tráeme la naranja. 

Eso es un chiste, Diego, lo de Lola, no.

Y salía Lola bailando con Simone, que cuando baila se pega tanto que eso no es un baile agarrado, es un baile fusionado a nivel molecular.

«Con las primeras imágenes se me ha partido el corazón, pero luego se me ha vuelto a arreglar otra vez», alegó Diego, que tiene un corazón como las colas de las lagartijas. El cardiólogo de Diego flipa en colores.

– ¡Tiene un infarto! ¡Ah, no! ¡Sí! ¡No! ¡Ahora otra vez! ¡Ya no! ¡Que alguien me dispare, por favor!

Y así.

Hugo no vio nada de Lara, pero sí a Rubén yendo a saco Paco a por ella, algo que acojonó a Hugo, porque eso es como ver al de la matanza de Texas persiguiendo con una motosierra a tu chica: es peligroso. Hugo se mordía las uñas que sólo le faltaba ponerlas entre dos panes y hacerse un bocata.

Sandra les habló a continuación el collar del veto, ese collar que en la anterior edición desapareció como la piedra filosofal. El caso es que con él pueden evitar que una de las novias tenga una cita. Decidieron que fuera Rubén el soltero vetado, para que Lara reflexionara.

Y hoguera de las chicas.

Se venía lo gordo con Lucía viendo a Manué sacando la lengua más que un bulldog francés en agosto.

Para la hoguera Lola se puso unos pendientes de aro que eran hula hoops. Eran tan grandes que casi llegaban al suelo y no eran pendientes, si no apoyantes.

Marina fue la primera, con imágenes de Jesús. «Prefiero que se lo tome como venganza, para yo sentirme un poco mejor», dijo Marina, que si le pones unas imágenes de Diego en un harén va la muchacha y abre champán. O NO.

Salía Jesús dando un pico a una de las solteras y Marina se cogió un cabreo del 15. JAJAJAJA «Que reaccione así me sorprende», dijo Marina indignada. JAJAJAJAJA Si Marina tuviera un barco, le llamaría CINISMO.

«Personalidad, poca», decía Marina con odio. JAJAJAJA «OOOOOH, AAAAAH, UUUUUUH» es todo lo que dijo a continuación Marina.

«A mí Jesús me ha llegado a decir que si yo me operaba el pecho, me dejaba», reveló Marina. JAJAJAJAJA «Que no le gustan las operaciones, que me haga tantas cosas», nos contaba Marina, que necesita casarse con el Doctor House para encontrar alguien que le tolere las intervenciones.

Y cuando vio a Jesús comiéndose el morro con Stefany Marina se llevaba las manos a la cara. Los sonidos del morreo los pusieron a todo volumen, eso parecía una batidora amasando merengue.

«Sandra, de verdad, ahí comiéndose la boca… qué asco«, dijo Marina indignadísima, como si ella no fuera la misma que se había enrollado con Isaac como si no hubiera mañana.

Claudia vio imágenes de Raúl. Parecía un documental sobre la vida de un eunuco de pelo largo. «Y no juego a esos juegos de besos en el cuello, pero si él no me respeta, jugaré yo también», dijo Claudia. «¡¡MUY BIEN, MUY BIEN!!», dijo Marina. JAJAJAJAJAJA

TURNO DE LUCÍA

Antes de ver las imágenes Lucía, pobre, dijo que como había visto a Stefany enrollarse con Jesús, pues que ya estaba más tranquila. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA Inocente.

Y empezó a ver cositas, lametones, frotes, perreos… Lucía se echaba el pelo para atrás y trataba de mantener el tipo, pero llegaron los morreos. Lucía se quedó de piedra. Pero de piedra que Lucía mira a Medusa y se queda tiesa Medusa.

«Yo sí que no voy a llorar más», dijo Lucía con una sonrisa que acojonaba. La sonrisa de Lucía le da escalofríos a Hannibal Lecter.

«Ella va a quedar como lo que va a quedar», dijo Marina de Stefany. COMENTARIO MACHISTA ALERT.

«No piensa más que en lo que tiene entre las piernas… y venía aquí jarto de llorar», dijo Lucía, que se iba cabreando según pasaban los segundos. «Va a llorar lo de ahora y más», dijo Lucía. Manué va a ser el primer trasplantado de lacrimales que haga el doctor Cavadas. 

Y había más imágenes. Las de Fiama. Las del besuqueo con Fiama. No he visto tantas bocas abiertas en toda mi vida. Las chicas miraban con más asombro que un aborigen viendo un OVNI.

«Lucía, quiero saber cómo te sientes», le dijo Sandra Barneda. Se sentía como en su primera comunión, no te jode. «Es un calienteasqueroso», dijo Lucía, que creando adjetivos compuestos no es muy buena.

«No quiero ver más imágenes, pero quiero saber si se ha acostado con alguien», dijo Lucía y se puso a tirar a la arena pulseras, anillos, colgantes… dejó esa playa como el mostrador de un Swarovski. Un rato, porque después lo recogió todo y se marcó un Gollum: tiró los anillos al fuego. Frodo habría estado orgulloso de ella.

Joder con la hoguera esa. Están los agujeros negros y luego ese fuego, se lo traga todo. Si algún día queréis deshaceros de un cadáver, echadlo ahí.

«He perdido tiempo, pero soy joven, no tengo nada que hacer con un tío así. No voy a perder más tiempo con una persona tan despreciable«, dijo Lucía con más dignidad que un líder social.

Turno de Lara. Vio a Hugo… haciendo nada. Hugo es más aburrido que jugar al ajedrez con un hámster. Pero pusieron imágenes en las que decía que de la casa se follaba a «siete u ocho».

«Le veo como un crío, no le veo como un hombre», dijo Lara, que no veía «madurez«. JAJAJAJA Lara esperaba ver a Hugo leyendo a Kierkegaard con unas gafas de ver de cerca, zapatillas de felpa de cuadro escocés y una pipa humeante.

Y se acabó lo que se daba, porque las imágenes para Lola las cortaron y lo del collar de veto, también.

Pero ojo, que la semana que viene Lola discute con Simone y les dejarán ver en directo 10 minutos lo que hace su pareja… SE LÍA PARDÍSIMA.

Salen a la luz las imágenes cortadas: así se fraguó la doble infidelidad de Manuel. Resumen de ‘La isla de las tentaciones’

Manué, arrepintiéndose de poner cuernos mientras mete mano. Él es así. (TELECINCO).

Anoche pudimos ver en imágenes inéditas de El debate de La isla de las tentaciones (cada vez que se le llama debate a una cosa en la que está Suso Aristóteles se retuerce en su tumba) de cómo se fraguó la doble infidelidad de Manuel, alias Manué, en el reality. Bueno, cuernos, cuernos de niño de 12 años, porque fueron solo unos besos más torpes que una tortuga haciendo abdominales.

La verdad es que el sentimiento principal que provocaba ver el cortejo de Manué a Fiama y Stefany era el de la vergüenza ajena. Si la vergüenza ajena tiene un nacimiento, como el del Nilo, está en Manué. Creo que Manué mea vergüenza ajena.

Total, que Manué se pasó la noche yendo de Fani a Stefany y al revés, regalándoles las orejas. Se las regalaba tanto que Manué es como el Papá Noel de las orejas.

«A mí no me apetecería darte un pico, me apetecería hacer otra cosa«, le dijo picarón Manuel a Fiama. Uy, pues no caigo. Puede ser follar o analizar la deriva antropológica de las migraciones tras los asentamientos de la sociedad agrícola en los albores del 6200 a. C. Seguramente esto último.

Antes de seguir, para las que no lo hayáis visto, todo lo que Manué hizo o dijo esa noche lo hizo mientras hacía el baile culebrilla con una copa en la mano. El paso de baile preferido de Manué se llama «Sudores fríos».

«He dejado de tener acercamiento con ella por conocerte a ti», le dijo a Fiama, dejando de lado a Stefany, que hasta el momento era la elegida por Manué, que se piensa que en cuestión de poder elegir a una mujer a la que colmar con su gracia están el espíritu santo y luego él. Y cuando se toma dos copas, primero él.

Primer cambio de la noche, se fue a Stefany y le dijo: «Le he dicho que mientras esté Stefany por medio te comes un mojón». JAJAJAJAJA Sí, podemos afirmar que Fiama se comió un mojón. Un Manuejón.

«Me parece guapa Fiama, pero tampoco… la única que me puede poner en problemas eres tú», aseguraba Manué a Stefany. A Manué le mete en problemas hasta mi tía abuela la monja sin salir del convento de clausura.

«Yo sé que a mi novia le va a sentar mal…», predecía Manué, que es vidente. Nostradamus tenía un póster de Manué en su habitación y de mayor quería ser como él.

«Quiero que me vea en una situación en la que pueda caer y no lo haga«, dijo el chaval de la pobre Lucía. Pues va a tener que ser en otra ocasión, porque hacerlo, lo hiciste.

Manuel estaba hablando con Stefany y mirando a Fiama que se le olvidaban las palabras. La seguía con la mirada que parecía un GPS. A Fiama la secuestras y la encierras en un búnker a 100 metros bajo tierra en medio de la selva de Honduras y Manuel te la encuentra. La miró tanto que Manuel ha empezado a ver mal de lejos.

– Manué, la mirada relajá. ¿Dónde va, Manué? La mirada relajá, Manué.

Y así.

«Tienes que pensar en ti y ser egoísta», le aconsejó Stefany, lo que es como el que le dice a un tigre que tiene que tener dientes.

«Dejar de ser yo por no hacer daño a otras personas no puede ser», dijo Manuel, que considera a Jack el Destripador como un referente a seguir en lo que a la autorealización y la aceptación del yo se refiere.

«Llevo mucho tiempo reprimido, aquí me he comportado como yo soy», dijo Manué.

Y, ¿cómo es Manué? Un chaval que baila como si se estuviera haciendo pis y que es como un colibrí de las babas, va recolectándolas de flor en flor.

«Manuel está siendo sincero, es su noche de sinceridad», dijo la psicóloga del debate, que a que un borracho se vaya de la lengua le llama sinceridad. Pues no han tenido mis amigos noches de sinceridad gracias al Kalimotxil 500 o al Cubatinol Forte.

«Yo prefiero una chavala que me haga Boom y no una que me haga fiiiiiuuuu», dijo Manué, para el que la prenda más sexi que existe es un chaleco de dinamita.

«Jumanji es el juego que si lo inicias no hay marcha atrás», dijo Manué. Vale, Jumanji es cuando la serpiente parda ya sisea fuera de la madriguera: no hay forma de dar marcha atrás.

«A mí me ha tirado el bocado quien yo he querido de toda la vida», aseguró Manué. Buah, qué machote. Él siempre decide quién le muerde. Manuel puede pasear entre una manada de hombres lobo desnudo y echándose sal y no le muerde ninguno hasta que él no les da permiso.

«Ese momento en el que te pones enfrente y te desabrochas la camiseta, ¿qué significa?», preguntó Fiamaa Manué mientras éste enseñaba el pecho calvo que tiene. Fiama quiere ser filóloga y está obsesionada con entender todas las comunicaciones y mensajes. Lo que pasa es que muy avispada no es.

– Que te saques el pene y lo acerques a mi vagina, ¿qué significa?

Y así.

«Yo te he dejado aire y tú eliges», le dijo Fiama a Manué. ¿No le vas a dejar aire si hasta le hiciste el boca a boca para que tuviera más? Y después de beber los dos más que un parroquiano de bar de pueblo. Esos besos tenía que saber a bodega vieja.

Después de su refrote de hocico y aún ignorante de que que iba a hacer una cata de babas de Fiama, llegó Stefany junto a Manué, le quitó la copa y le dijo «¿qué haces?».

Manué tragó saliva. ¿Es una metáfora de que estaba nervioso y se estaba preparando para lo que aconteciera? No, que tragó saliva, literalmente, la de Fiama.

«Yo estaba deseando que tú vinieras», le dijo Manuel a Stefany. JAJAJAJAJA Qué genio del cinismo.

«A mí Fiama me la suda», le dijo Manuel. Sí, se la suda literalmente. Que le pone tan caliente que metes un trozo de acero entre los huevos de Manué y te forja una espada. Así se la suda.

Y se enrolló con Stefany. Lo normal.

A la mañana siguiente Manuel, mientras sobaba a Fiama en biquini, decía «yo me siento un montón de mal, porque Lucía se va a sentir mal cuando le enseñen las imágenes». Otra vez Manué haciendo predicciones. No puede parar. Es como la profesora de profecías de Harry Potter.

«Pero qué hago, ¿no soy yo?», claro, una opción impensable. Qué locura lo del autocontrol, lo de ser sincero con la pareja de uno y no dañar los sentimientos de los demás. ¡A quién se le ocurre!

OTRAS PERLAS del Debate

«El fuego, con fuego se apaga», le dijo Isaac a Marina. Isaac quería ser bombero, pero suspendió las oposiciones. No acababa de entender el funcionamiento de la extinción. El día que tocaron prácticas y llegaron todos con extintores y él con un lanzallamas los monitores lo tuvieron claro.

Pusieron a Rubén hablando de Fani y de su romance con ella en La isla de las tentaciones: «Los cuatro últimos días con ella aquí era como… ya, para, que nos conocemos hace quince días, un poco de espacio». Buah, qué macho es Rubén que las seduce y se vuelven locas por él. Voy a vomitar un poco y vuelvo.

«Lo que ha dicho puede que te siente bien o mal», le dijo Sandra Barneda a Fani. Lo único que podría decir Rubén que a Fani le sentara bien es «me han tocado los Euromillones y se los voy a dar a ella».

Patricia y Lester van a ser padres. Es un embarazo no deseado. Lester lo explicaba diciendo: «Estuve con Marta once años teniendo relaciones sin precaución y no se quedó embarazada». No es a Lester le falte educación sexual, es que le falta la EGB y prescolar…

Llega la bacanal con récord: cuernos con dos solteras diferentes en la misma noche en ‘La isla de las tentaciones’. Resumen de la gala

Mis babas son tus babas, babas para todas. (FOTO: TELECINCO)

Que llega un momento en La isla de las tentaciones en el que la cosa se desata y eso parece un criadero de conejos, vale. Pero hemos asistido a un hecho inédito: uno de los chicos se lía con dos solteras la misma noche. Y dos de las chicas se lían con sus solteros… lo de este capítulo de La isla de las tentaciones es como poner PornHub y empezar a abrir pestañas.

Pero no adelantemos acontecimientos y vayamos con el resumen detallado, siempre y cuando…

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Nos quedamos en Diego y las imágenes de Lola.

Lo de Lola no era como lo de Marina, que es como una usuaria de Uber, le gusta dejarse llevar, pero aún así era casi peor. Simone estaba en plan acoso y derribo y Lola pues si fuera un edificio que demoler se dejaría caer ella sola antes de que detonaran la dinamita.

«No me llames bimba, eh, no, no», decía en las imágenes con cara de estar mirando el escaparate de una pastelería. «Bobaducas de esas no me hacen gracia», decía Diego, que apretaba esa mandíbula de aligator de florida.

Las siguientes imágenes era de Lola poniendo a parir a Diego, diciendo que no le gusta viajar, que se pasa todas las vacaciones de agosto con su familia y que su gran amor es el gimnasio. Si hiciéramos caso a Lola, Diego si pudiera se follaba al gimnasio. Si hubiera una máquina que fuera un agujero en el centro de la sala de musculación, Diego se pasaba allí las horas.

«Yo le perdoné por el vídeo porque me preocupa que me quite el perro», confesaba entre lágrimas Lola. «Sé tirar para adelante sin un hombre, pero el perro…», se quejaba. Claro, porque los perros pueden tirar de un trineo y tiras p’alante, pero a Diego a cuatro patas y corriendo por la nieve no le veo.

«Lo de siempre… a ver, es una chavala que llora por nada, en realidad… voy a quedar de malo y de duro», decía Diego indignado al ver eso.

«Es una mentira, yo estoy fuera de casa todo el año, por trabajo y todo agosto me voy a mi casa a ver a mi familia», dijo el muchacho. Si Diego hubiera sido Cristóbal Colón no se habría descubierto américa, porque habría aprovechado las joyas de Isabel la Católica para irse a Santander a ver a sus padres.

«Lo del perro… pues obviamente el perro está a mi nombre. Si ahora se lía con el chaval este el perro se queda conmigo». «Hace bien en llorar por el perro, porque vamos, como haya un beso…», añadió Diego. ¡¡CUIDADITO CONMIGO QUE TENGO UN PERRO Y ESTOY MU LOCO, QUE SÉ COMO USARLO HIJOS DE PUTA!! Y así.

Oh My God Reaction GIF by moodman

El perro se llama Horus. Que apaguen la hoguera por el bien de Horus, que hay malos precedentes por Rosito. Como esto siga así a esta sección la van a llamar ‘El cubo de agua’.

Había más imágenes. «Me gustaría poder tomar decisiones sin hacer daño a nadie, en todo«, confesaba Lola, que se mete a médico y si te tiene que amputar quiere poder hacerlo con besitos y un arcoiris.

Las siguientes imágenes eran de mucho mamoneo, mucho pelar la pava, mucho tonteíto y cariñitos con más amor que un teletubbie abrazando a un oso amoroso.

«No reconozco a esta chavala», alegó Diego, que una vez le tocó el culo a una señora de ochenta años con el pelo blanco y sobrepeso pensando que era Lola, porque no la reconoce. Él antes de invitar a Lola a cenar le pide el DNI para que no se le cuelen aprovechadas.

«Estoy mosqueado, pero super contento de haberme dado cuenta», dijo el muchacho, que es como si le hubieran dado la cláusula de libertad.

Y llegó la hoguera de las chicas.

«Yo desde luego la connúa de la isla de las tentaciones no pienso ser«, dijo antes de llegar Lucía. «Estoy cagada de miedo, como todos los días», añadió. Esta chica tiene el pompis más escocido que un bebé de seis meses. Lucía en la isla es como si compartiera piso con Annabelle y con la niña de The Ring: vive con miedo.

Lola y Marina dijeron que lo que les preocupaba era no ver nada. JAJAJAJAJAJA Desean tanto que sus novios caigan para que no les pese la conciencia que como no lo vean tiran de photoshop y le ponen la cara de su maromo a una foto de Nacho Vidal en una orgía solo para sentirse mejor.

Lucía le dijo a Sandra buenas noches sonriendo. Pero sonriendo como sonríe Lucía, que es con cara de esta apuñalándote con saña.

«Estoy como un flan, pero no creo que vaya a ver nada que me moleste», dijo Lola. Nos ha jodido, porque ve a Diego montándoselo con tres mujeres, dos cabras y el cadáver de un marciano y no le molestaría. Se abre champán.

Empezamos con Marina. «He echado de menos a Jesús… eh… eh… una parte de… mi mente… está en el…«, respondió Marina cuando le preguntaron si echaba de menos a su novio. Una parte de su mente está en él. Una parte ahí, al fondo, dónde lo habré puesto, detrás de las cajas de «cosas que me importan una mierda», «recuerdos malos» y «cumpleaños de mi suegra».

«Necesito sentir que lo pierdo», aseguró Marina, que a veces por la noche asfixia con la almohada a Jesús hasta que él deja de patalear, porque necesita sentir que le pierde. Jesús ha chupado más desfibrilador que un muñeco de prácticas de la facultad de Medicina.

Había imágenes de Jesús. Pero eran sólo frases inconexas, bravuconadas de machito, suposiciones… pero no se acercaba a una chica ni a dos metros. «Yo pensaba que él estaba enamorado de mí y que magia por su parte había», dijo Marina. JAJAJAJAJAJA

POR SU PARTE, PORQUE POR LA MÍA EL CONEJO SE MURIÓ EN EL FONDO DE LA CHISTERA Y EMPIEZA A OLER MAL

La magia de Marina y Jesús:

magia GIF

«Dice que en tiempos de guerra cualquier bujero es trinchera, ¡qué bonito está eso!», se indignaba Marina. Pero no por nada, si no porque ella no es de trinchera, ella es de ir al ataque.

Y luego las demás empezaron a indignarse también, pero en plan cabreo solidario, «Ha dicho que cualquier mujer es trinchera«, decía Claudia ya inventándose el refrán.

¡Ha dicho que no va a dejar bancal sin arar! ¡Que quiere penetrar hasta el hormigón! ¡Que ninguna mujer es fea por donde mea y que él se la menea y les da chimenea hasta con diarrea y…. NOTA MENTAL: para, Gus, para, va, que queremos seguir escribiendo esto. Gracias.

«Tranquila, que yo también voy a ser muy perra«, dijo Marina. ¿Os imagináis a Fernando Tejero con la cabeza afeitada y diciendo que es Dwayne Johnson? Pues la indignación de Marina era más fingida.

«Lo de que tiene una amiga que le hace cosas en el pelo lo mismo se lo ha inventado, porque mi novio el problema que tiene es que siempre teme quedar por debajo mía, físicamente y en todos los aspectos«, reveló Marina, que lleva años sin hacer el amor ella arriba porque a Jesús le da miedo.

En 1962 los Estados Unidos amenazaron a Rusia con iniciar una guerra nuclear si no retiraban las bases de misiles que estaban instalando en Cuba. Pues esa amenaza era una puta mierda comparada con la de Marina: «Yo también me lo voy a pasar muy bien». Y MARINA LA CUMPLIÓ.

«Y yo cortándome», dijo Marina. JAJAJAJAJAJAJA A Marina no la corta ni la espada de He-Man.

En un vídeo Jesús hablaba de su relación con más aburrimiento que si estuviera leyendo una sentencia en un caso de patentes de Botsuana. «No cierro puertas«, decía. Ahora mismo la relación de Jesús y Marina está en modo Carrefour 24 horas. No cierra puertas.

Y fuimos con Lara. Pero antes, Lucía, que estaba acojonada por si la dejaban la última y el suyo era el peor. Habla de Manuel como su fuera su hijo el día de las notas.

Imágenes de Hugo. Salía el muchacho sentándose entre las chicas. Pero Lara se indignó con Mónica, porque fue a despertar a Hugo a la cama. «Córtate», dijo. Joder, qué obsesión con lo de cortarse, esta gente, que parece un atún en un japonés, con tanto corte.

En las siguientes imágenes salía Hugo bailando. Bueno, bailando no, convulsionando. Era como si estuvieran agitando un muñeco de trapo.

exorcismo espeluznante GIF

«Ha dejado que le toque el bigote», se quejaba Lara. Y eso que había sido peligroso para Hugo, porque con las uñas que tenía la que se lo tocó a punto estuvo de rebanarle toda la cara. Yo antes me dejo hacer una gayola por Eduardo Manostijeras.

«Tú no te pongas límites, si tienes que bailar, baila«, recomendaba Marina, que va a empezar a repartir condones y lubricante por toda la villa.

«Yo no pienso en ella… con vosotras aquí no pienso en ella«, decía Hugo y cosas como «por la noche estáis bien todas», en las imágenes y… «a la venezolana para una noche me la follaba». UPS.

«Estoy sintiendo asco», dijo Lara. «No quiero estar con Hugo», añadió. «No quiero volver a verle». MOVIDÓN. Si llega a haber un beso se planta en la otra villa y nadie vuelve a ver a Hugo. NADIE. Los dinosaurios una vez le pusieron los cuernos a Lara. Hace ahora 65 millones de años justos.

Vamos con Claudia. Había imágenes de Raúl.

«Aquí hasta las moscas follan», «vamos a jugar a la piragüa, como el teto pero en el agua» y estando en el agua de jacuzzi dijo «está caliente, esto, está caliente». Eso a Claudia le dio asco y se puso a llorar.

«¿Por qué crees que lo dice?», preguntó Sandra Barneda. JODER, PORQUE ESTABA EN UN PUTO JACUZZI QUE ESTÁ CALIENTE, COÑO.

– Hostia, me he quemado con el té.

– ME DAS ASCO, ¿POR QUÉ LO DICES, POR QUÉ LO DICES?, ¡ASCO, ME DAS ASCO!

Y así. Si en las imágenes de Raúl pones encima a la Madre Teresa de Calcuta no te rechina, pero aún así Lara se sofocó.

Y turno de Lola. «¿Quieres mano?», le preguntó Lara, como el que ofrece un gramo de farlopa.

«Yo si una chica me gusta y tengo feeling estoy en mi derecho, no de liarla, pero de disfrutar», decía Diego, que le gusta que le abonen el ego. Lola dijo que eso ya se lo esperaba y empezó a decir que ella veía su instagram y cuando se dio cuenta de que estaba metiendo la pata (porque se lo espía) dijo «y eh… brurl». JAJAJA

Eso sí, Lola se indignaba mucho, como Marina. Las que más. JAJAJA Las demás trataban de convencerla de que no había nada.

«A partir del día 4 yo estoy ya para disfrutar, lo que surja surgió«, dijo Diego, que seguramente se refería a jugar al ajedrez y a disfrutar con largas charlas sobre la influencia de la filosofía de Kant en el mundo occidental.

Qué panda de bravucones machitos son estos chavales, que parece que viven aún los quince años. He visto plátanos verdes más maduros.

Diego salía en el vídeo empeñado en grabar un videoclip en la isla. Ese chico es peor que un youtuber, siempre quiere hacer vídeos. Como vaya a un funeral y vea ambientillo se marca un temazo y videclip que te crió. Lo de los enterradores esos que bailan con el ataúd fue idea de Diego.

«Yo no he desconectado, yo me he dejado llevar, pero luego he llorado», dijo Lola para excusarse. JAJAJAJA.

– Sí, señoría, vale, he atracado cuatro bancos y he matado a seis viejas para robarles la pensión, pero luego he llorado.

– ¿Que ha llorado? ¡Absuelta!

Y así. Para Lola, siempre que estés triste puedes hacer lo que te dé la gana. Secuestrar un avión no es delito siempre que lo hagas bajo de ánimo, por ejemplo.

«Lucía, es tu turno».

Lucía:

Había imágenes de Manuel.

Salía diciéndole a Stefany «contigo puedo llegar a tener más cercanía, más tú a tú».

Lucía dijo que ella venía a que Manuel sintiera miedo de perderla, pero que la que estaba sintiendo miedo era ella. Lucía trabajó una vez en el tren de la bruja y lo dejó porque le daban sustos a ella los que iban en el tren.

En otras imágenes salía Manuel cogiendo sobre sus hombros a Stefany, ella con el parrús haciéndole ventosa en la nuca y en un plano que repasaba la anatomía de la chica como el que repasa el temario de unas oposiciones: a fondo.

En otro momento, Stefany le daba un beso en el hombro. Ahí Lucía se derrumbó. Un beso en el hombro, maldito cerdo lujurioso. «Se deja mucho de tocar», alegó Lucía.

«Tú todo el día ‘mi Manuel, mi manuel…’ ¡tu Manuel está de putísima madre!«, le dijo Marina a Lucía, poniendo cara de sadismo. Al demonio que aparece en el hombro izquierdo para tentarte lo entrena Marina. Esta muchacha está empeñada en hacer de la isla una bacanal.

Follaaaaaa, liaateeee con toooodoooos, vaaaamoooos, mua ha ha ha

¡SOLTAROS, SOLTAROS TODAAAAAAAAAAAAS, VOLVAMOS A LA CASA SIN BRAGAAAAAAAAS MUAHAHAHAHAHAHA!

«Me quiero ir para mi puta casa«, dijo Lucía afectada. ¿Y cómo la animó Marina? Le dijo: «Sólo es la primera hoguera, te queda tanto por ver…». JAJAJAJAJA Me parto con Marina.

Los ángeles no tienen sexo sólo porque no han ido a una hoguera con Marina.

Retorno a las casas tras las hogueras.

Diego dijo que lo que había visto le iba a servir «para abrirse un poco más». En el idioma Diegonés, «abrirse» significa «me voy a despendolar que voy a ir por la vida con el rabo como el de un mastín: suelo y meneándolo». Sí, el Diegonés es un idioma muy rico.

Lucía en la casa de las chicas intentó vengarse en plan despechada y dijo «¡QUIERES FIESTA, PUES LA VAS A TENER!», pero lo único que hacía era dar con las manitas en la mesa diciendo «venga, venga». JAJAJAJA Qué desfase. Hay fiestas privadas en Ibiza donde no se atreven a eso. Pobrecilla Lucía. La verdad es que me cae bien.

Por la noche hubo Jacuzzi. Uno de los solteros, no sé quién es, se quitó la toalla y llevaba un tanga y enseñó el culo. Eso no era un culo, joder. Eso eran dos putas pelotas de mármol forradas de cuero. Con ese culo te sientas en la cima del Everest y lo partes por la mitad.

Marina por su parte se fue a la piscina con Isaac, ya liberada de todo tapujo. «Cuando estoy con Isaac en la piscina sube la temperatura«, dijo Marina. Le va a dar asco a Claudia, ya verás.

Lola hizo lo mismo con Simone. Yo no sé, pero en esa piscina no me baño, que te metes ahí y sales preñado. Madre mía, a esa piscina no le echan cloro, le echan líbido. En esa piscina fue donde se inventaron las aceitunas rellenas de anchoa, porque es meterse algo y entrarle ganas de rellenar.

«Me abrazaba, me daba besitos en el cuello y me volví un poco loca. Me gustaría hacer de todo con él», decía Lola. HACER DE TODO. Montar puzzles, quitar la roña del váter de un bar, analizar los vaivenes de la bolsa… TODO, JODER, TODO.

«Pero me acuerdo de que tengo pareja y eso me enfría un poco«, alegó después. Sí, helada salía de allí.

Jesús Pidió que los otros chicos quitaran de su cuarto una foto que tenía con Marina, que no la quería ni ver. «Me da igual lo que hagan mis compañeros con esa foto», dijo. JAJAJAJAJA Esa foto puede que acabe como las páginas de las revistas para personas mayores.

Llegó la mañana y había reunión con Sandra Barneda, que se come unos marrones que está deseando ponerse bótox sólo para no poder gesticular y dejar de aguantarse las expresiones para parecer distante.

«Siento que le he fallado porque estoy con otro chico abrazándome… esto no me lo esperaba… venía tan segura que tengo el mes pagado de mi casa con él», dijo Lola llorando. JAJAJAJA

– AAAAY, QUÉ PEEEENA, AAAAY, QUE SE HA MUERTO MI VECINO

– Joe, ¿y estábais muy unidos?

– No, pero le había dejado 20 euros, y a ver quién me los devuelve.

Y así.

«Simone, ¿entiendes a Lola?», le dijo Sandra al italiano. Pero el italiano no se entera ni del nodo.

Y llegó el momento expulsión. La cosa era que echaban a uno y entraba otro nuevo. Fue decirlo Sandra y se podían ver los cojones en la garganta de muchos de los solteros que ni han aparecido en los vídeos. Eso era como cuando el cocinero se acerca al tanque de las langostas, que no saben a cuál va a coger.

Sin demasiados problemas, las chicas decidieron echar a la puta calle al soltero llamado David. «No pasa nada», dijo él, pero sí pasaba, porque se puso a llorar.

Y OH, SORPRESA. El nuevo soltero era Rubén, de la primera edición. Rubén lleva un peinado como si llevara en lo alto de la cabeza un nido de abejaruco. Ahí le pueden criar palomas. Ese peinado es como una protección contra la caída de macetas de los balcones. Cuando va en moto se pone un casco para él y otro para el estropajo de lo alto del melón.

Y la mañana y reunión con Sandra en casa de los chicos.

Jesús dijo que estaba dolido, pero que bueno, ya que estaba pues se quedaba allí disfrutando un poco. Diego, igual, que bueno, que ya que estaba allí pues oye… que se pilla cacho, vamos.

A los chicos tampoco les tembló el pulso eliminando una soltera para que entrara una nueva. Echaron a Mónica. «No me lo esperaba», dijo ella. «Me siento agradecida», dijo ella. Soy yo y me voy dejándoles un pedo en toda la cara.

Y entró de nueva soltera… OH, SORPRESA: Fiama, de la primera edición.

Llegó la noche y llegó la fiesta.

En casa de los chicos jugando a lo de atrevimiento, Carla tenía que darle un beso en el cuello a Diego. Le dio un beso como si fuera una vaca tratando de limpiar a un ternero recién nacido. Y claro, en casa de las chicas se encendió la luz de la tentación.

Lucía se puso a llorar de inmediato, porque ella es una chica positiva y optimista y pensaba que era por ella. A Mónica, sin embargo, le sudó el parrús. A Lola también le dio un poco de soponcio, pero no pasó a más porque ahí estaba Simone, que la sigue como un perrillo.

Luego a Manuel le tocó besar alguna extremidad a alguna chica y le lamió el brazo a Stefany como el que rebaña un plato después de días sin comer. Le hizo un peeling que ahora Stefany tiene pelito en un brazo y en el que manuel le lamió, no. Manuel chupa que puede se pone a fregar con la lengua y le gana a la Roomba.

Fiama tuvo que besar al chico que más le gustara y eligió a Jesús. Y OTRA LUZ DE LA TENTACIÓN en casa de las chicas. Y Diego renía que darle un pico a una chica y eligió a Carla. Y OTRA LUZ DE LA TENTACIÓN.

Ya iban 3-3 en alarmas.

A Raúl le tocó bailar un perreo con una chica. Pero el baile que hizo fue tan puro y casto que se lo puedes hacer a una hermana sin problemas.

«Yo estaba centrado en Stefany, pero llegó Fiama y…», dijo Manuel, que dijo que Fiama le «intiminaba». En Manuelanés «intimida» significa «me la pone como el cerrojo de un penal». Y claro, se montó, porque Stefany se puso celosa.

Y luego se fue a Stefany a decirle «no tiene nada que hacer Fiama». JAJAJAJA Eso es jugar a dos bandas. Y si llega a haber más, juega a tres bandas y a siete y a las bandas que de.

Fiama, ya más borracha que un piojo en un vaso de vino, se pegaba a Manuel como los sellos a las cartas, pero de los modernos, los que llevan pegatina y no hace falta chuparlos.

Y sí: tenía razón Lucía. FUE SU MANUEL. Porque acabó comiéndose los morros con Fiama a los pocos minutos. O sea que sí que tenía algo que hacer. La luz y la sirena de la tentación volvió a sonar en casa de las chicas y solo sonó y no explotó de puto milagro.

Pero tócate los cojones a dos manos, qué jeta más grande. Acabó con Fiama y se fue a hablar con Stefany. «Y me olvidé de Fiama, para qué te voy a engañar», dijo y acabó comiéndose los morros con Stefany también. FIESTA DE LAS BABAS.

Y otra alarma en casa de las chicas. JAJAJAJAJAJAJA Justo cuando Lucía había empezado a tomárselo bien. «Cuando suena varias veces te vas acostumbrando», dijo la pobre muchacha.

Jesús, muy indignado, se llevó a Manuel a un aparte y le empezó a echar la bronca por liarse con dos la misma noche, porque su novia «sufre». A Manuel le entró por una oreja y le salió por la otra. «Tu novia te quiere y cuando vea esto es una vergüenza», le dijo.

Y se metieron juntos en la cama los dos y en calzoncillos que no pilló morro Manuel una tercera vez aquella noche de puro milagro.

Mientras, Marina a lo suyo. «Siempre he estado poniendo un freno, un freno», decía. ¿Y qué freno? El culo, porque se lo puso en la cara a Isaac en la piscina. Se le llega a escapar un pedo y el chaval se quema los pulmones.

¡Y hubo beso, oiga! La alarma sonó en casa de los chicos y pasaron como de comer mierda. ¡CHICOS, ALARMA, ALARMA! decían las solteras y ellos pasando.

«Nos miramos, sí, pero no», dijo Marina mientras Isaac le sobaba el culo como el que amasa pan. Nos miramos y Sí pero Sí, Marina, hija. Y todo eso mientras las otras chicas la espiaban, jajaja. Voyeurismo isleño.

Y amigos y amigas… la cosa está que arde. Y quema.

La escalofriante aparición de Ortega Cano en ‘Ven a cenar conmigo’, con Ana María Aldón sumisa: «Cuando mi marido habla, yo callo»

Detrás de Ana María no había nadie cuando se hizo la foto. (FOTO: CUATRO)

José Ortega Cano apareció por sorpresa y los comensales casi se cagan de miedo. Creo que este hombre era matador de toros pero los mataba a sustos. Se escondía detrás de una barrera y a la que pasaba el bicho él salía y el toro palmaba del infarto burraco que le daba.

Llevaba una camisa con cuello mao. Maolvidao de abrochármelo.

«Soy un gran admirador suyo», le dijo Jorge Sanz, que después le despreció citando a otros toreros mejores que ni puñetera idea de quienes eran. Si Jorge Sanz os dice un piropo ya sabéis que tiene en mente otras personas mejores que vosotros.

Eso sí, como «sospechaba» que iba a aparecer, Jorge le había llevado un regalo. Jorge Sanz es como los que invocan a los extraterrestres y llevan palomas de la paz por si aparecen. El regalo era una navaja de nácar y plata, ideal para matar seres del inframundo. El año que viene le lleva unas estacas de madera y balas de plata.

«¿Cuántas veces le he molestado a usted llamándole por teléfono para pedirle declaraciones?«, le dijo Avilés, que no lleva la cuenta de las veces que acosa a alguien, él prefiere se sea sorpresa.

Todo el mundo le llamaba «maestro», sin que ese señor enseñara nada. Por intervención de Avilés Ana María y Ortega Cano se vieron obligados a besarse. Si un mero se quedar ciego y fuera por el mar y sin querer chocara con un congrio boca con boca habría más pasión que en el beso del torero y Ana María.

«¡Y va y le da un beso en la boca!», dijo Avilés. No le va a comer todo geranio encima de la mesa, Avilés, hijo. Ni que fuera esto La isla de las tentaciones.

«Es una cocinera auténtica», dijo de su mujer Ortega Cano, como si hubiera cocineras de cartón, que les pides una tortilla francesa y no te responden y luego te das cuenta de que son falsas.

María Jesús Ruiz les pidió que contaran «algo de la intimidad», que es un poco como cuando mi abuela habla con sus amigas y pide detalles de sus operaciones, intervenciones, dolores y demás cosas que nunca deberían salir a la luz.

«Es una mujer que viene de abajo», dijo Ortega Cano, que viene de arriba, de más allá de las estrellas, al parecer.

«CUANDO MI MARIDO HABLA, YO CALLO», dijo Ana María, encogiéndose de hombros como si fuera lo normal. Sí, lo era. En el siglo XV. Ana María no es que esté sometida, es que está so metida ahí a tol fondo de la sala y sin hablar. La sensación que da es que la mayor liberación de la mujer que Ana María es capaz de concebir es la lavadora.

En el fin de fiesta había un cantaor flamenco y un perro canijo dando por saco ladrando. El caso es que Ortega Cano se ponía a palmear pero con delicadeza. Le pones entre las manos un huevo de codorniz con osteoporosis y no lo rompe.

Para acabar, Ana María se puso a bailar flamenco sacando el culo y dando pasitos cortos hacia atrás y hacia los setos, que no sabías si era Sara Baras o Sara Baretas, porque parecía que se estaba cagando.