El sexo de verdad llega a ‘La isla de las tentaciones’ y Lola da el bombazo: «He hecho cosas peores»

No, no es un fantasma, aunque también hace aúuuuh, aúuuuh.

La llegada de Colón a América, Neil Armstrong llegando a la Luna y el primer fornicio en La isla de las tentaciones, cosas que se estudiarán en los libros de historia. Sí, por fin ha habido quien ha dado el paso y el empujón y ha habido sexo con penetración y creo que con rotura de cadera, en el programa.

Todos sabíamos que llegaría este día, porque allí la gente iba caliente como caca de volcán y sueltos como Gabete (que aún no sé quién es) corriendo libre por una pradera.

Pero no adelantemos acontecimientos, porque la gala de anoche dio para mucho. MUCHO.

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Lo primero que vimos fue el despertar de ya conocido como trío de la cama. Reventados los tres, claro, Lucía, Lola y Carlos, porque tres metidos en una cama se duerme como el culo, por más caliente que estés. Las gónadas no tienen las mismas necesidades que la espalda.

«Yo lo que he visto ha sido caras raras», dijo Lucía sobre lo que habían hecho. Lucía ve una película porno y se piensa que las caras son de indigestión.

«Que Carlos se haya pegado un magreo con mi amiga lo que significa es que a mí me ha estado tomando el pelo, que tenía citas conmigo porque no había otra, hasta que se ha quedado una libre», reflexionaba la mujer, que no es el segundo plato, es el apio en una dieta.

«No tengo suficiente con que Manué me ponga los cuernos delante de todo el mundo con que además mi mejor amiga en la villa se líe con Carlos», que es su pretendiente. Lucía es mejor que el Tinder. Empiezas a salir o a tontear con ella y empiezas a tener rollos con todas las que quieras.

Había división de versiones, porque Carlos iba diciendo que había usado los dedos y no para tocar el piano, sino para hacer sonar el ukelele que no duele. «¿Que me ha metido los dedos, estamos flipando?», dijo Lola escandalizada cuando se lo dijo Lucía, que estaba como Victoria Abril metida en Forocoches: no sabe a quién creer. «Lola me esconde cosas», dijo Lucía. Sí, esconde los dedos de Carlos como las señoras se esconden el monedero.

«Lola no quería que se supiera el magreo que habíamos tenido», contó Carlos. A lo mejor hacerlo a diez centímetros de Lucía no era la mejor manera de ocultarlo. Lola el pin de la tarjeta de crédito lo publicó en el periódico para que nadie lo supiera.

«Yo no se lo he contado a nadie», le dijo a Lola. «Se lo he contado a una o dos personas», dijo después. JAJAJAJA Si los aliados le hubieran contado a Carlos lo del desembarco de Normandía los alemanes lo habrían sabido y ahora llevaríamos bigote y flequillo.

«No he admitido la verdad de lo que pasó, pero es que me da vergüenza contar que he hecho algo sexual», dijo Lola, que piensa que el resto de la gente lo cuenta sin problema.

– Hola, buenos días, una barra de pan, unas magdalenas y anoche follé.

– Aquí tiene, son tres con cincuenta, a mí anoche me dejaron el culo como para que la NASA estudie los agujeros de gusano.

Y así.

Carlos la lió parda y en la piscina montó una conferencia de prensa para contarle a todo el mundo lo que pasó. «Es verdad que hubo un poco de mamoneo y nada más», les contó Lola a todos, expectantes mientras flotaban.

HOGUERAS QUE TE CRIÓ

Antes de la hoguera Manué dijo: «Quiero ver los comportamientos de Lucía, ver a la auténtica Lucía». JAJAJAJA La cara dura y el cinismo de este muchacho es como para que se lo certifique el récord Guinness. Ver a la verdadera Lucía, no sé si quiere saber si ella la quiere o si es un extraterrestre reptiliano y quiere verla quitándose la máscara humana.

«Lo que quiero ver es a una Lola arrepentida y hablando de mí», dijo Diego. Bueeeeeeeeeeeno, pues yo le pedí el barco de los clics de playmobil a los Reyes Magos y tampoco me lo trajeron.

«Quiero ver a Lola arrepentida», dijo Diego, que se ha liado con dos. «No voy a dejar de hacer lo que hago, porque me siento bien», dijo Manué, que se ha liado con dos. Sandra Barneda respiraba hondo por no quitarse un zapato y liarse a hacer contusiones cerebrales con el tacón.

Manué fue el primero. «Seguro que Lucía está reventada», le dijeron sus compañeros, que animando no tienen precio. Qué forma de desmoralizar. Menos mal que no trabajan con gente deprimida.

– Pues nada, que el suicida se ha tirado, y mira que le he animado.

– ¡Gutierrez, pero qué suicida si era el limpiaventanas!

Pero a Manué le pusieron imágenes de Lucía bailoteando a lo guarrindongo. «Nunca he sido más libre», decía ella en las imágenes. Lucía ha estado llorando muerta de pena, pero con esas imágenes seleccionadas parecía que es de las en el aeropuerto se ponen dos veces a la cola para que la cacheen más.

«Parece ser que no le ha molestado, prefiero esto a verla hundida», dijo Manué a duras penas, porque su lengua estaba ya yéndose por el camino de las antorchas camino de la boca de Fiama.

Luego sacaron a Lucía dándole un pico a Carlos. Ponía sonrisita. ¿Sonrisita de alegría? No, sonrisita de cuando te pellizca tu hermano pero no quieres que se note que te está haciendo daño.

Y llegaron las imágenes de lloriqueo. «Yo le quiero a él, por qué me hace esto», decía ella. «Querías estar conmigo pero vienes de comerte la boca con otro», se indignaba Manué. «Has hecho lo mismo que yo, prima», aseguraba Manué, que es como

«¿Tú crees que lo que ha hecho Lucía es lo mismo que has hecho tú…?», le preguntó Sandra Barneda. En la punta de la lengua se le quedó un «…capullo de los cojones?». «Eeeeh, buuuuh, esteeeerl, yo creo que sí», respondió Manué, poco convencido.

«Ella se ha liado con uno y se ha arrepentido, yo me lié con dos y también me arrepentí», eran sus argumentos. Ya y lo mismo a Bruto le quedó un poco de mala conciencia por lo de matar a César y no hizo lo mismo que Lucía.

Jesús vio las imágenes de Marina. La muchacha, que le ha metido a Isaac la lengua tan adentro que podía saborearle lo que había comido en el estómago, salía poniendo a parir a Jesús por liarse con Stefany. Aquí la hipocresía es un arte, madre del amor hermoso.

«Me duele más ver esto que verla en la cama, un tren me acaba de arrollar», aseguró. Ya, es que duele. Una vez un ascensor cortó por la mitad a un señor de Teruel y el señor pensaba que menos mal que no había visto a Marina.

«Esto me acaba de partir el alma», dijo el muchacho, que tiene ahora el alma que parece que le han estado dando con un picahielos. Está el alma de Jesús ya para llevarla a un punto limpio.

«Cada mentira es una deuda con la verdad y ella tiene deudas«, dijo Jesús, que es el que le pone los subtítulos a las películas de Steven Seagal. Es el Paulo Coelho de los cuernos.

«Cuando te dan un palo los que vienen detrás duelen menos«, alegó Manuel, que cuando le dan una paliza al principio mal, pero luego hasta le da gustito. Así, así, el bazo, el bazo, trabájame el bazo a palos. Jesús va a una manifestación antisistema y se va triste a casa si la policía no le zurra.

Imágenes para Diego. Al principio salía Lola dejando a Simone. «Las imágenes me tranquilizan«, dijo. Espera, Diego, espera. Pero no, Diego no esperó, pidió una hoguera de confrontación.

«Va a aceptar la hoguera, lo está pidiendo a gritos», dijo Diego. ¿Gritos de ¡HOGUERA, QUIERO HOGUERA!? No, gritos de ¡ASÍ, CARLOS, ASÍ! Pero claro, Diego no lo sabe porque está más sobrado que ocho kilos de sobrasada en un bocata y no quiso ver más imágenes.

«Preparado siempre estoy», alegó el chaval. ¿Pero qué les pasa a estos maromos con las frases de flipado? Que les quiten ya de Netflix las pelis de guerra porque se les está secando el cerebro.

A Raúl le pusieron imágenes de Claudia siendo pretendida por Toni en las que ella llevaba una barba pintada y él iba vestido de mujer. Raúl acabó que no sabía si sentía celos por Claudia o por Toni.

Claudia salía después en la piscina, abrazadita a Toni… y Raúl se vino abajo. El muchacho se puso a llorar y a mesarse los cabellos y eso es mucho mesarse, porque en la peluquería a la que va Chewbacca tienen fotos de Raúl como ejemplo.

HOGUERA DE LAS CHICAS

La primera fue Marina. «Estoy en un punto en el que no creo que mi relación siga adelante», dijo Marina, que es una crack elucubrando así, casi sin datos. Marina ve un perro atropellado por una hormigonera y te adivina que lo mismo el perro no va a ir a por el palito más.

Y vio imágenes de Jesús. Marina se indigna muchísimo, ja ja ja ja. Es la leche, porque ella le puso los cuernos que si un Mamut se encontrara un fósil de Jesús fliparía con los cuernos, pero aún así se cabrea viendo a Jesús con otra.

«A esa chavala no le gusta mi novio, se le nota en la cara«, aseguraba Marina. «Cuando yo tengo las citas con Isaac es otro color», aseguraba Marina, porque Isaac en las citas mea arcoriris.

«Lo de esta tía es una vergüenza», se cabreaba Marina. Machismo Alert, la culpa no es de Stefany.

MARINA ESTABA REVENTADÍSIMA. «No me duele», aseguró. JA JA JA REVENTADÍSIMA.

Lara y Hugo.

Hugo salía bailando. ¿Lara ponía cara de celos? No, de vergüenza ajena. Creo que Lara pensaba que ojalá Hugo se liara con alguna con tal de que dejara de menearse como un jubilado borracho en Benidorm. A Hugo cuando baila le hacen corro, pero todos de espaldas a él.

Turno de Lucía. Manué salía comiéndole los morros a Fiama como él come los morros, como tratando de hacer un nudo marinero con la campanilla de la muchacha. Y encima salía diciendo que Lucía le decía cosas feas cuando estaban juntos.

«Me quiero ir con mi madre», dijo Lucía. Hace poco un submarino chino batió el récord de la fosa de las Marianas a más de 10.000 metros de profundidad. Pues estaba menos hundido que Lucía.

«Se tiene que lavar la boca antes de hablar de mí», dijo Lucía. Sí, normal, porque de tanto intercambiar babas en la boca de Manué hay más bacterias que en un dragón de komodo. Manué no necesita un cepillo de dientes eléctrico, necesita una karcher de agua a presión.

Lucía le dijo a Sandra Barneda que no quería ver más imágenes. Que le dieran a Manué, que ella no perdía el tiempo con eso.

Y vamos con Lola. «No me entiendo ni yo», comenzó a decir Lola. «Yo he perdonado errores, me gustaría que cuando los cometo yo me perdonaran también», reclamó. Eso ya salía en el padre nuestro.

El pusieron las imágenes de Diego comiéndole los morros a Carla y diciendo que lo hacía porque como Lola se ha soltado, pues él también. Y si Lola se tira a un pozo, pues Diego también. «Le he visto con Carla muy bien», alegó Lola, que como siga viendo imágenes se ofrece a llevar los anillos a la boda de Diego y Carla.

Y justo después vio a Diego besarse con otra. «Pero esa no es Carla…«, dijo Lola, flipando. «Me gusta proteger mucho a la chica con la que estoy», decía Diego en las imágenes, porque a las chicas con las que está Diego las deben atacar mucho. Sales de cita romántica con Diego y tienes que llevar ropa interior bonita y chaleco antibalas.

«Es que el beso en la frente es el beso que él me daba, sólo me falta verle dándole un beso en la nariz, como hacía conmigo«, lloraba Lola. Joder con Diego, te va cogiendo cariño y te acaba besando en los sobacos y entre los dedos de los pies.

Al volver a las villas Rubén, el soltero repetidor, vio mal a Lola y se lanzó como un buitre leonado o sin leonar a consolarla. «Te entiendo, te entiendo», le decía, porque el muchacho ve que pasan los días y que no cae ninguna y va a empezar a intentar seducir a una palmera y porque no hay una cabra por allí, que la enamora.

Isaac por su parte, cogió a Marina y se la llevó al cuarto. Marina iba ya pensando que pillaba cacho, pero no, es que Isaac le había dejado un mensaje escrito con hojas encima de la cama. «QUÉ BONITA ERES», ponía, lo que es desperdiciar las hojas, pudiendo poner «TE LE METO HASTA EL CORBEJÓN». Bueno, es que eso es más largo. Se debió quedar sin hojas, porque el «qué» no llevaba tilde.

«Se me ha caído la baba», dijo Marina. Las hojas debían ser de marihuana o de coca y le afectaron a la mandíbula. A Marina con los detalles románticos le pasa lo que a los San Bernados viendo un filete: saliva en exceso.

Toni vio a Claudia llegar mal y utilizó la técnica del pollito triste. Le llevó a la muchacha chocolate y un anillo. Un anillo que le había escondido en la bolsa de la basura. Qué tío más romántico. Toni te pide matrimonio en la cabina de un camión de la basura.

Carlos y Lola comenzaron a hablar de qué pasó en la cama.

«Carlos me empezó a hablar de guarrerías, me pongo cachonda y hago el gilipollas«, confesó Lola, a la que le dices «el váter de una discoteca», «chorizo con nocilla» o «vómito de gato» y se pone tó burra.

Carlos daba otra versión: «Me trató como a su novio de toda la vida, agarrándome las manos, haciéndome caricias… desde que se apagó la luz hasta que nos levantamos. No he dormido nada», contó él. Pobre, que no le han dejado dormir. A mí me pasa lo mismo, se me ponen las chicas a follame vivo y yo lo único que quiero es babear la almohada. De verdad, qué dura es la vida de los maromos.

«Hemos pasado una noche más caliente que el queso de un san jacobo. ¿Tú sabes lo que quema el queso de un san jacobo? Cuando coges un san jacobo el queso está ardiendo», contaba por su parte Manué, obsesionado con el puto queso de los san jacobos. En los exámenes de bombero te ponen un san jacobo y miran si tienes cojones a tocar el queso.

¡Mira, Manué, queso de san jacobo!

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«Con Fiama nos hemos dejado llevar desde el principio, pero tengo el poder de mi mente para aguantarme», dijo Manué, que es como un Jedi, pero con los huevos como sandías. Manué tiene más excedente de leche que Central Lechera Asturiana vendiendo en una reunión de intolerantes a la lactosa.

A la mañana siguiente Lucía estaba llorando. Pedazo de novedad. Si la alarma de la tentación sonara cada vez que alguien llora, en la villa de los chicos estaban todos sordos. Lucía llora tanto que sería capaz de apagar el queso de un san jacobo.

Poco después se presentó Sandra. Las chicas se hicieron pis del miedo. Marina se puso en plan chivata y le dijo a Sandra que Lola tenía algo que contar. Lola se puso a llorar. «¿Qué ocurrió con Carlos?» Preguntó Sandra.

«Me voy a morir de vergüenza, quiero que me trague la tierra cada vez que lo pienso», respondió Lola arrasada en lágrimas. ¿Pero qué ocurrió? insistió Sandra.

¿QUÉ PASÓ, QUÉ COJONES PASÓ, DÍMELO, DIMELOOOOO, QUIERO LOS DETALLES, LOS PUTOS DETALLES! Si Lola tarda un poco más en responder saca unos alicates y empieza a arrancarle uñas a Lola.

«Que… jugamos entre nosotros», respondió Lola, como si hubieran estado echando un Monopoly y en realidad era un Manopoly.

«¿Qué juegos, Lola? ¿Besos?», preguntaba Sandra, que quería que le hicieran un esquema detallado con línea temporal. A Sandra le cuentas que has follado y quiere número de pollazos, presión de las caricias expresada en bares, intensidad de los orgasmos si los hubiere, duración y milímetros cúbicos de semen.

«Diego ha pedido una hoguera de confrontación… te voy a explicar los riesgos«, le dijo Sandra, como la que explica lo que es follar haciendo la marcha atrás.

Y llegó la hoguera de confrontación. «Pienso mucho en el perro, porque si nos separamos él lo va a notar», dijo Diego, que no quiere tener que pagarle el psicólogo al perro.

El caso es que Lola había aceptado la hoguera de confrontación. Lola recorría el pasillo de las antorchas con los puños cerrados y caminando como el que se hace mucha caca y va camino del váter procurando que no se le note.

Nada más verse se abrazaron y se dijeron «te quiero» y «tranquila» y se miraron a la cara y Diego le besó en la nariz. Si les dejan un poco más le mete la lengua en la oreja.

Lo que no sabían ninguno de los dos es que Diego no había visto todas las imágenes. No había visto lo de Carlos. «Estoy como un flan», dijo Lola, que piensa que los flanes están tristes y arrepentidos.

«Por primera vez en mi vida quiero admitir mis errores y cosas que he hecho mal yo», dijo Diego, que nunca jamás había admitido nada. A Diego lo pillan robando en un banco, con diez testigos, imágenes de seguridad y sus huellas en los billetes y le absuelven por falta de pruebas de lo que niega el delito.

«Lo último que vi de tí es que estabas arrepentida y…«, le dijo Diego. Ahí a Lola se le encendió la luz y llegó el bombazo: «He hecho cosas peores, pensé que lo habías visto».

Diego tragó saliva, seis litros de saliva, un puto camión cisterna de saliva y preguntó: «¿CÓMO PEORES?».

«¿Cómo un beso?», preguntó Diego y Lola se le quedó mirando y negó con la cabeza, como diciendo «ojalá fuera eso». Y SE QUEDÓ AHÍ LA COSA. Porque lo dejan para la próxima emisión, claro.

Pero lo que sí vimos es que ha llegado el sexo a la isla, en el avance. Vimos a alguien dando riñonazos debajo de una sábana que no sabías si estaba follando o poniendo remaches en plan industrial.

Por otro lado, vimos a Lucía tonteando con Isaac. Y a Manué llegando a las manos y más allá con Fiama…

ESTA GENTE HA HECHO LO QUE LA PRIMAVERA LE HACE A LOS CEREZOS. Eso si la primavera de folla a los cerezos, claro…

 

11 comentarios

  1. Dice ser El Peluca Sapbe

    ¿Quién ha escrito esta mierdusca?

    Ruptura de cadera – ROTURA de cadena.

    Esta es un ejemplo de las patadas a la gramática que he leido en este «ejemplo de como escribir mal»

    26 febrero 2021 | 08:49

  2. Dice ser Pelucafantas

    El que ve la isla de las tentaciones no sabe lo que es ni la gramática, vete a hacer el pagafantas a otro sitio

    26 febrero 2021 | 11:44

  3. Dice ser Luz

    Me he reído muchísimo, Divertidisimo Gracias Gus. Los lapsus pues a corregirlos

    26 febrero 2021 | 11:52

  4. Dice ser Luz

    Por cierto ‘rotura de Cadena’, los lapsus a corregir

    26 febrero 2021 | 11:53

  5. Dice ser joselin

    Me parto de risa con tus comentarios Gus. Me he tenido que ir controlando para que no se dieran cuenta en el trabajo.
    El Peluca Sapbe, si siguieras con asiduidad sus comentarios verías que todo va con ironía y con el juego de palabras.

    Te vas superando Gus. Sigue así.

    26 febrero 2021 | 12:32

  6. Dice ser Para el peluca sabiondo

    Rotura de cadera es correcto y es como se debe escribir. Se ha de usar rotura para cosas materiales, como por ejemplo, una cadera o un palo, y ruptura para las cosas no materiales, como por ejemplo un noviago o una negociación.

    26 febrero 2021 | 12:45

  7. Dice ser Kao

    No sé las demás, #1, pero ruptura de cadera es perfectamente válido, la primera acepción de «ruptura» es la misma que la de «rotura»: Acción y efecto de romper o romperse.

    Quizás sea más común escuchar rotura de cadera, pero ese ya es otro tema.

    26 febrero 2021 | 13:05

  8. Dice ser Casualmente

    Hola Gusssssss. No sabes lo qué me he reído con tu resumen. Eres capaz de sacarme unas carcajadas aunque tenga mal día. En fin, la comida ha sido estupenda con tu crónica. Hace mucho que no te escribía , aunque te leo siempre. Este ejercicio de ironía y bobadas tuyas me alegran el día. Sigue así latín lover

    26 febrero 2021 | 14:52

  9. Dice ser Casualmente2

    Genial como siempre Gus, me he reído mucho. Siempre me sacas una carcajada.

    26 febrero 2021 | 16:11

  10. Dice ser juli

    O sea, que si no hay penetración ¿no hay sexo de verdad?
    Quien escribió esto perpetua los falsos mitos sobre sexo. Por favor, menos falocentrismo y más educación sexual.

    26 febrero 2021 | 18:00

  11. Estoy ansiosa por saber quien ha caído en la trampa, esta temporada cada vez me sorprende más. Me encanta este programa.

    01 marzo 2021 | 18:21

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