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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Carlos Lamas: Misión cumplida y cierre

Hace ya unos meses, a finales de enero, hablé aquí de mi amigo Carlos Lamas.

El título del post Se jubila un genio, pretendía mostrar mi admiración y la de mucha otra gente, por una persona que ha sido clave en la investigación de medios española y por su obra.

Pese a que el tema era muy particular, el cariño que mucha gente tiene a Carlos hizo de aquel post uno de los más leídos hasta ahora de Casi Enteros.

A raíz de aquello, un pequeño grupo de personas (Fernando Palacios, de Hachette, Jesús Pascual, de IMOP y yo mismo, con la colaboración especial de José Andrés Gabardo, su mano derecha de muchos años) decidimos organizarle un pequeño homenaje.

Como punto de partida, para que no se nos fuera de las manos y para no caer en nada políticamente incorrecto, partimos del listado de personas que habían participado en la Comisión Técnica de la AIMC en los últimos diez años.

Ese fue el punto de partida; hubo gente de la inicialmente prevista a la que no pudimos localizar, pero hubo mucha más que se fue apuntando cuando se enteraba a partir de algún amigo común.

El homenaje, una cena con copa posterior, se celebró el 13 de marzo. Partiendo de una lista de menos de treinta, nos reunimos cerca de sesenta personas.

La logística corrió a cargo de Fernando, todo un experto, que no dejó ningún cabo suelto. Abrimos una cuenta para recaudar el dinero de la cena y los regalos, reservó el restaurante y el menú, controló el tema de los asistentes que faltaban por pagar…Todo perfecto; de hecho el día de la cena ya había pagado todo el mundo y hasta se encargó de devolver el dinero de los que habían pagado y finalmente no pudieron ir.

Jesús compró los regalos; típicos del jubilado. Cosas relacionadas con el golf, los yates y la cocina (nos enteramos de que estaba haciendo un curso de Patrón de Embarcación de Recreo y otro de Pintxos). Jesús y Julián Bravo, además, se encargaron de llevar a Carlos por sorpresa (que no fue tal, un par de personas se fueron de la lengua) al restaurante.

Y yo…bueno, yo hice alguna persecución y me senté al lado del homenajeado en la cena. Creo que si puedo atribuirme algún mérito sería el de ejercer de catalizador.

Decía que la logística no tuvo ningún fallo, pero estuvo a punto de tener uno: nadie se acordó de llevar cámara fotográfica. ¿Cómo que nadie? Allí estaba Yolanda Marugán, flamante directora de una cadena de televisión (a la sazón de una, pero ahora ya de otra) con su cámara para inmortalizar el acto.

Yo me había preparado un papelito con unas palabras por si había que hablar, pero finalmente lo hizo Luís CHaves, amigo suyo de los tiempos de Nielsen y que también estuvo en la Comisión Técnica y en la Junta Directiva de AIMC cuando pasó por Carat. Lo hizo muy bien, en un tono entre irónico y nostálgico.

Han pasado algo más de tres meses.

Yo he seguido viendo a Carlos en algunas cenas y en la Comisión Técnica del EMI, el estudio de medios para inmigrantes del que hablé el otro día (he vuelto a poner la palabra inmigrantes, espero que no se colapse otra vez el blog).

El caso es que Yolanda no se conformó con hacer las fotos (que están colgadas en algún lugar de MySpace de cuyo nombre no logro acordarme) también hizo con ellas un álbum magnífico, en el que reproducía el texto inicial de este blog. Y Fernando grabó una placa con los nombres de todas las personas que habían participado (asistentes y colaboradores con el regalo).

Y como había que dárselo, la semana pasada (no es fácil conseguir quedar con un jubilado; hay que encontrar el hueco entre viaje y viaje) organizamos una comida:

Fernando, Yolanda, Jesús y yo mismo quedamos en La Vaca Argentina de cerca de la Plaza de Castilla y le hicimos entrega de las dos cosas.

Yo creo que conseguimos emocionarle otra vez un poquillo.

Así que: misión cumplida.

Y para todos los que participásteis en el homenaje (y para los que no se enteraron hasta después y les hubiera gustado ir) muchas gracias.

Por cierto, si alguien se quedó con ganas de decirle algo, yo sé que Carlos alguna vez lee este blog, así que podéis utilizar los comentarios para hacerle llegar vuestros buenos deseos.

El nuevo EGM

Ha sido una semana muy agitada. Cada día debería haber estado e varios actos a la vez. Eso, casi siempre, se traduce en que uno acaba quedándose en la oficina sin ir a ninguno de los otros sitios a los que debería haber ido.

El viernes por la tarde, ya fuera del horario laboral, asistí al AEDEMO de tendencias, donde Mapi Merchante, de mi equipo, y Nacho Ribas de Zed Digital presentaron nuestro estudio sobre móviles. Lo hicieron muy bien. Otro día hablaremos de AEDEMO y de tendencias (ya sé que muchas promesas parece que se quedan sin cumplir; pensemos que, simplemente, se aplazan). Pero hoy quería hablar del nuevo EGM.

El jueves por la mañana se celebró la Asamblea de la AIMC, la Asociación que, entre otras muchas cosas, elabora el EGM.

Yo he sido duranta casi veinticinco años miembro de su Comisión Técnica. Incluso durante dos años, el 2004 y el 2005, asistí a las reuniones de la Junta Directiva, como representante de la CT, de la que era coordinador. Pero, paradójicamente, nunca he sido el representante de mi empresa. Hace dos años decidí que ya había llegado la hora de dejar paso a otras personas con mejores ideas y, seguramente, más arrestos.

Así que ha habido una Asamblea, el año que se cumplen 40 del EGM y 20 de la creación de la AIMC, y yo no he asistido. Ha habido gente que me ha echado de menos y me ha preguntado por qué no fui.

Bueno, había otros representantes de mi empresa, pero en realidad nadie me había invitado.

Me cuentan que la Asamblea fue muy bien y se aprobaron todas las propuestas de la Junta Directiva; la financiación, como siempre, fue la más complicada. Todos queremos tener una investigación mejor pero que además salga más barata. Todos sabemos que eso es imposible, pero hay que hacer un poco de ruido. Luego, todo sigue igual.

El próximo martes tendremos los resultados de la primera ola del EGM de este año, basados en una combinación de estudios monomedia junto con el multimedia tradicional. Eso hacen un número muy grande de entrevistas y la necesidad de utilizar un complejo (y arriesgado) proceso de fusión.

A cambio tendremos un EGM mejor.

Pero ya hay que empezar a pensar en qué cambios han de introducirse en un futuro muy próximo.

Me han comentado que José Antonio Martínez Soler, un hombre de este periódico 20 Minutos, tuvo una inteligente intervención en esta línea.

Pues eso. El EGM que nunca ha sido inmovilista, pero sí muy lento en su toma de decisiones, vuelve a enfrentarse a un nuevo reto.

Si la realidad cambia ahora más rápido que nunca, su medición también debrá acelerar su evolución.

Es tiempo de promociones

Enero es época de rebajas.

También es el momento de los buenos propósitos. Los vendedores de coleccionables lo saben y nos hacen en enero y a la vuelta de vacaciones de verano nuevas propuestas.

Luego está esa sensación de crisis de la que ya hablé en mi primer post.

Todas esas razones suman, pero ninguna es la fundamental para que todos los periódicos estén compitiendo en los quioscos, y en las televisiones, con un sinfín de imaginativas propuestas:

discos, libros, DVDs de cine o de música, cuberterías, vajillas, cursos de inglés, cuentos, guías de viaje, collares, maletas, ropa, reproductores de sonido o imagen de última generación, edredones, relojes,banderas, bichos (la última BICHOS metidos en metacrilato) y un, aún larguísimo, etcétera.

La razón principal es que ya ha comenzado el trabajo de campo de la primera ola del Estudio General de Medios (EGM), el estudio clave para la planificación de medios, esa actividad misteriosa a la que nos dedicamos en las agencias de medios y que consiste en decidir, basados en toda la información disponible, dónde se debe invertir el dinero de nuestros clientes, los anunciantes.

El trabajo de campo, las encuestas con las que se recoge la información, se realiza en tres etapas, olas, de nueve semanas cada una. Con esas 27 semanas se representa a las 52 semanas del año. Con los datos del pasado, y con algo de análisis de tendencias, se hacen previsiones sobre cómo será el futuro.

¿Son iguales las 52 semanas del año? Por los estudios continuos que tenemos de algunos medios, sabemos que no. Existe lo que llamamos estacionalidad.

¿Es bueno utilizar 27 semanas para representar a todo el año? Sí; es bueno. Es la mejor solución a la que hasta ahora ha llegado el mercado. En el pasado se utilizaron menos semanas (seis en los años ochenta, veinticuatro más recientemente).

Pero sería mejor hacer un estudio continuo, las 52 semanas del año.

Hace ya ¡tres años!¡cómo pasa el tiempo! La Junta Directiva de AIMC me encargó analizar el EGM y

realizar propuestas para mejorar el estudio. Reuní un equipo pequeño, de cinco personas (Jaime Agulló, Pablo Alonso, Fernando Palacios, María Jesús Solaún y yo mismo) y elaboramos un informe que se concretaba en ocho propuestas, una de ellas era realizar el estudio de forma continua, las 52 semanas del año.

Como casi todas las otras recomendaciones, esta tampoco salió adelante.

Gracias a esto seguiremos teniendo cada año tres temporadas calientes en el inicio de las promociones y veremos fantásticas campañas de publicidad en los otros medios

Se jubila un genio

Parece que ahora va en serio. Dicen que se jubila Carlos Lamas. Yo no creo que se vaya del todo. Cuando uno trabaja en algo que le gusta, nunca se va del todo. Y, desde luego, mejor para todos que no se termine de ir.

Carlos Lamas llegó tarde a la investigación de medios. Después de muchos años en el panel de detallistas de Nielsen, probablemente la investigación más respetada por los anunciantes, llegó a Ecotel a finales de los ochenta, como Director Técnico. Cuando se convirtió en Sofres AM la nueva dirección prescindió de él y se incorporó a AIMC, de donde se va ahora.

Así que su paso por el mundo de los medios, si es verdad que se jubila ahora, no habrá durado ni siquiera veinte años. Lo suficiente para ganarse el respeto y la admiración de todos los que nos dedicamos a estas cosas, en España y en el extranjero. Sin duda es el investigador español (en esta área) más conocido fuera de nuestras fronteras y el más respetado dentro.

Carlos nos ha reñido a todos. Cuando él ve una cosa muy clara se cree en posesión de la verdad ( y casi siempre es así) y defiende sus ideas a capa y espada; a gritos si hace falta. Por eso, a lo mejor hay alguien que ahora se alegra de que diga que se va. ¡Pobre de él! Sin Carlos esta profesión será peor.

Le ha tocado vivir momentos difíciles. Cuando aún estaba en Ecotel se produjo la vergonzosa publicación en un diario de difusión nacional de las direcciones de los panelistas de audimetría, lo que produjo serias complicaciones en la investigación española. Este hecho coincidió, en enero de 1991, con la celebración en Madrid de un congreso de ESOMAR, la asociación internacional de los profesionales de la investigación de mercados: ninguno de los congresistas entendía nada de lo que había ocurrido. Nada parecido se había producido en ningún otro país del mundo. Nuestro triste récord se mantuvo hasta hace pocos años; en Argentina se produjo una barbaridad similar.

A raíz de ese hecho se crearon los mecanismos de control del sistema de audimetría. Coincidimos en el primer Comité de Usuarios, del que fui presidente por “procedimientos aleatorios” (Carlos tiró una moneda al aire y salieron agencias de medios, pero lo reflejó así en el acta). Allí empezó a crecer mi respeto por él y se fraguó nuestra amistad.

Años después, ya como Director Adjunto de AIMC, le tocó vivir el sabotaje Abellán: este locutor de la COPE infiltró entrevistadores en algunas de las empresas que realizan el trabajo de campo del EGM, el estudio en el que nos basamos todos los actores del mercado publicitario para decidir la distribución de las inversiones publicitarias. Según dijo después, trataba de demostrar la vulnerabilidad del estudio, que era posible sabotearlo. Más o menos como si un asesino se justificara diciendo que quería demostrar que el asesinato es posible.

El EGM es un estudio sindicado, o cooperativo, que se rige por unas normas aceptadas por todos los socios (que son los diferentes medios de comunicación y las agencias de medios, además de algunas otras empresas). En el momento de producirse el sabotaje Abellán el representante de la radio en la Junta Directiva de la AIMC era el Director de Marketing de la COPE. Yo mismo representaba a los técnicos en esa misma Junta. Fueron momentos muy tensos

Carlos llevó el peso de la investigación y, como siempre, lo hizo con maestría. Dice que le quedó mal sabor de boca por la pronta readmisión de la COPE. Le entiendo, pienso como él, pero seguramente en aquel momento fue lo mejor para el mercado.

Ahora, en una entrevista de despedida en la revista Anuncios, una de las especializadas en el mercado publicitario, dice, con su exquisito tacto habitual, que el “nuevo EGM” va a ser peor y más caro. A alguno le ha sentado más esta afirmación.

Lo de que va a ser más caro es una verdad objetiva y, por tanto, indiscutible. Que vaya a ser peor es más opinable pero, si Carlos lo dice, yo ya me empiezo a preocupar.

Carlos, por favor, no te vayas muy lejos.