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Goles de Benzema en los partidos gordos: uno en 655 minutos

A veces pienso que estoy obsesionado, o que no entiendo del todo lo que significa la frase «se asocia muy bien». Quizás solo sea que veo el fútbol como algo distinto al teatro o la ópera, que no me siento para disfrutarlo, sino para ganar, cuando mi equipo está en el campo.

Karim Benzema y Sergio Busquets

Karim Benzema y Sergio Busquets (EFE).

Veo a Benzema en el campo y me desespero, no puedo evitarlo. Estoy deseando que me calle la boca, que marque un golazo tras otro que me obligue a rectificar. Antes del partido ante el Barça, hasta lo vendí en el Comunio, lo que suele ser infalible. Ni siquiera eso funciona con Karim.

Y me voy a las estadísticas. Nada complicado. Solo ver cuántos goles ha marcado el ‘9’ titularísimo en los partidos grandes de la temporada. Qué hace que un futbolista que no defiende y que evita que jueguen Asensio, Isco o Morata para empezar un partido detrás de otro por delante de otros compañeros. Y cómo no sé medir el número de asociaciones por partido, me he ido a los goles en esos choques clave de la temporada, las grandes plazas.

El resultado es desolador, aterrador. Que sigan defendiéndole.

Octavos de Champions ante el Nápoles: un gol, 158 minutos.

Cuartos de Champions ante el Bayern: cero goles , 147 minutos.

Dos partidos de Liga ante el Barça: cero goles, 159 minutos.

Dos partidos de Liga ante el Atlético: cero goles 101 minutos.

Un partido de Liga ante el Sevilla: cero goles, 90 minutos

TOTAL: UN GOL, 655 MINUTOS

Pd: el único partido que no jugó de titular fue el 0-3 en el Calderón

¿Por qué no juegan los que están mejor en el Real Madrid?

Me gustaría saber qué pasó por la cabeza de Isco en el clásico. No solo no fue titular, sino que Zidane ni siquiera encontró un solo minuto para él en el partido más importante del año en la Liga. Venía de salvar a su equipo en Gijón con una actuación para el recuerdo, y lo hizo bien en el partido ante el Bayern.

Messi y Bale

Messi celebra su gol ante Bale en el Real Madrid – Barça (EFE).

En su lugar, el francés optó por lo fácil, por la alineación de Play Station. La BBC al campo, con Modric y Kroos por detrás.

Soy más de Bale que algunos de sus familiares. Me ha dado varios de los mejores momentos de los últimos años, desde la carrera con Bartra hasta el gol en la prórroga de Lisboa en la final de la Champions. Disfruté sus semifinales en la Eurocopa como un galés más. Pero no está. Las lesiones le están matando, este año más que nunca, y desde que volvió de la última se le ve mal físicamente, y esa es su gran arma. Sus dos últimos partidos ni siquiera ha podido acabarlos, ante el Bayern y el Barça, nada menos, con la temporada en juego. Le cuesta coger la forma, y ni desborda, ni es decisivo.

De Benzema salen artículos uno detrás de otro después de cada buena actuación suya. Es decir, cada dos o tres meses. Es el ‘9’ del Madrid, se desentiende del juego defensivo y a cambio no ha aportado nada decisivo en los tres partidos grandes del año: los del Bayern y el Barça. Si Isco debe andar mosqueado, Morata debe andar mirando a dónde se va el año que viene.

Tampoco pasa por su mejor momento Modric, que ha pasado de ser el mejor centrocampista del mundo a desaparecer en demasiados momentos de los partidos. El físico le está pasando factura, pero es tan indiscutible que sigue agotando cada minuto de los partidos trascendentales del año.

En la Liga, habrá rotaciones, pero luego vienen dos partidos a vida o muerte ante el Atlético, que no va a perdonar ni un fallo. Jugar con Benzema casi todos los minutos y volver a apostar por Bale será dar ventaja. ¿Eso es lo que vas a decidir, Zizou?

Qué hacer con la BBC definirá a Zidane

Estaban los cuchillos, incluido el mío, afilados contra Zidane por sus desastrosas decisiones en el derbi ante el Atlético, cuando de repente le dio al Barça por perder en Málaga y lo tapó todo. Definitivamente, el galo es un tío con suerte, lo que no es poco en el mundo del fútbol.

Bale, Benzema y Cristiano

Bale, Benzema y Cristiano (EFE)

Confío el técnico en el equipo de gala, en el que salió en Milán para conquistar la Undécima. Suena a decisión lógica. Los estados de forma le dieron igual. Y bueno, no fue del todo mal la cosa, pues el Madrid dominó, fue mejor y creo más ocasiones de gol. No muchas, pero más.

Ya por delante en el marcador, llegó el caos. Era obvio que el Atlético se iba a ir arriba a por el gol del empate, el partido le pedía a gritos a Zidane que sacara otro centrocampista para controlar más el balón y a su rival. Y el galo quitó a Kroos para meter a Isco. La BBC, intocable de nuevo.

Hubo una época en el que a la BBC se le comparó con la MSN. No hace tanto, de hecho. Ahora, suena a risa. Para igualar a Cristiano con Messi, tienes que ser muy creyente. Comparar las cifras goleadoras de Benzema con las de Luis Suárez me hace tener tendencias homicidas. Y Bale, el único que podría aguantar el pulso con Neymar, se lesiona cada dos por tres y ha vuelto hecho un desastre.

Lo que quiero decir con esto es que Messi, Suárez y Neymar son intocables y bien hace Luis Enrique en dejarles en el campo siempre, especialmente en partidos decisivos. Pero no pasa lo mismo con el tridente del Madrid, especialmente con Benzema y el actual Bale. Porque el equipo blanco tiene una cosa que no tiene su eterno rival, un banquillo espectacular. Ahí está Isco, pidiendo más minutos en partidos importantes. Y Asensio, todo talento. También Kovacic, un centrocampista ideal para los minutos finales de partidos como ante el Atlético.

Ahora llega el partido en Múnich, ante el Bayern. Allí se ganó 0-4 con la BBC en el ’11’, por cierto, pero no conviene confiar siempre en los milagros. En esta eliminatoria, Zidane deberá decidir qué tipo de entrenador quiere ser, y eso dependerá de cuántos minutos jueguen Bale y Benzema. Porque Cristiano es otra cosa.

 

 

El día que Zidane quedó en evidencia por su fe ciega en la BBC

Es curioso cómo, con cada entrenador de la historia reciente del Real Madrid, la historia se repite, cómo todos acaban encorsetados por una idea: la BBC es intocable, inamovible.

Zidane y Benzema

Zidane y Benzema se abrazan en la banda (EFE).

Le pasó a Ancelotti, también a Benítez, y ahora a Zidane. Como Morata se estaba ganando más minutos a base de ganas, empuje y, sobre todo, goles, la solución del entrenador galo no fue otra que alinear al canterano junto a Bale, Cristiano y Benzema. Un 4-2-4, como si se tratara de los años 70 o de una alineación de la Play.

Y no, el fútbol no es eso. No es poner a los mejores en el campo sin más. No se pueden poner juntos a cuatro delanteros sin correr el riesgo de perder el centro del campo incluso ante un equipo menor como el Legia. Más si tus centrocampistas son Toni Kroos y Kovacic, no precisamente destacados por sus virtudes defensivas.

Si Zidane triunfó la temporada pasada fue por el respeto que le tienen los jugadores. Sus decisiones no eran puestas en cuestión por el vestuario. Si James tenía un papel residual, nadie levantaba la voz, por más que hubiera costado 75 millones. Es lo que tiene haber sido un dios del fútbol, que hasta ha podido cambiar alguna vez a Cristiano Ronaldo sin que haya un terremoto.

Ante el Legia traicionó todo eso. Las buenas actuaciones de Morata debían ser premiadas, pero a costa de Benzema, o quizás de Cristiano, aunque sea utópico. Un descanso a Bale tampoco está de más de vez en cuando, dada su propensión a lesionarse. Pero Zidane eligió juntarlos a todos, y el resultado fue el desastre que todos vimos.

Ya dijo el galo al llegar que la BBC era intocable, y lo repitió hace pocas semanas cuando se le volvió a preguntar por ello. Y con esa frase se mete en problemas él solo.

Por suerte, no era un partido decisivo y el resultado solo complica las cosas en la Champions al Real Madrid, al menos a priori. Y deja en un muy mal lugar a Zidane. Seguro que no se vuelve a repetir.

El rompecabezas de Zidane: ¿quién sustituirá a Benzema y Casemiro?

El Real Madrid no podrá contar en la vuelta de semifinales de la Champions con sus dos jugadores más antagónicos. Ni el impetuoso Casemiro, el hombre que abarca todo el campo y que cubre las lagunas tácticas de todos sus compañeros, ni el frío Benzema, el delantero que parece que no está hasta que aparece su genialidad, estarán ante el Manchester City.

Isco y Pepe

Isco y Pepe celebran un gol (EFE).

A Zidane se le abre ahora un amplio abanico de posibilidades, por buenos jugadores no será, pero la temporada se ha encargado de convertir a estrellas en mediocres (James, Isco) y a jugadores secundarios en piezas clave (Lucas Vázquez, especialmente).

La gran decisión del técnico francés será si, sin el ancla del equipo, el jugador que ha dado equilibrio al Real Madrid en este tramo final de la temporada, un Casemiro ahora imprescindible, apostar por un recambio ofensivo e ir a por todas o buscar ese deseado equilibrio juntando muchos jugadores en el centro del campo.

Estas son las opciones de Zidane para sustituir a Casemiro y Benzema, y tendrá que apostar por una de ellas:

  1. Lucas Vázquez e Isco. Mantendría el esquema habitual, el 4-3-3, pero contando con dos jugadores que aportan mucho trabajo. Lucas es incansable y corre más que nadie, mientras que el malagueño también se brega en el medio, aunque tiene muchas lagunas tácticas.
  2. Jesé junto a Cristiano y Bale. La inclusión del canario sería, sin duda, la opción más ofensiva. Zidane confía mucho en el canterano, aunque su entrada dejaría sin delanteros al banquillo y, por lo tanto, sin plan B.
  3. Kovacic para liberar a Kroos. No está contando demasiado, pero es el único centrocampista puro con el que puede contar el técnico galo y su entrada supondría un respiro para Kroos, al que se le está viendo mucho más cómodo cuando tiene un jugador a su lado o detrás suyo.
  4. Un central como mediocentro. Tanto Pepe como Sergio Ramos podrían ocupar el puesto de Casemiro. Hace un año, Ancelotti lo hizo contra la Juventus en Turin, y aunque su labor en defensa fue útil Ramos se mostró errático con el balón en los pies.
  5. James y su última oportunidad. Zidane no ha confiado en él, y sería una apuesta de lo más extraña. El talento, sin embargo, lo tiene, y las bajas le pueden dar una oportunidad, bien desde el inicio, bien desde el banquillo.