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Algunas curiosas y conocidas expresiones relacionadas con la Semana Santa

Media docena de curiosas expresiones relacionadas con la Semana Santa

Nuestro lenguaje cotidiano está lleno de frases hechas que las utilizamos comúnmente para referirnos a innumerables situaciones.

Las hay de todo tipo: relacionadas con la meteorología, la agricultura, los distintos oficios, el santoral, de hechos históricos, religiosos… y es que de estos últimos hay un buen puñado que están relacionados (directa o indirectamente) con la Semana Santa. Aquí tenéis algunas:

 

‘Estar pasando un calvario’

Proviene del monte en el que fue crucificado Jesús, llamado Monte Calvario (calvarium en latín quiere decir calavera) ya que en aquel lugar era donde se amontonaban las calaveras de todos aquellos condenados que habían sido ejecutados.

En referencia al sufrimiento de Jesús en la cruz, se utiliza la expresión ‘estar pasando un calvario’ para referirse a las penurias y desgracias por las que atraviesa una persona.

 

‘Hacer una barrabasada’

La expresión tiene relación con Barrabás, un personaje que, según los evangelios, estaba preso a la espera de ser ejecutado en la cruz. Cuando Jesús fue apresado, Poncio Pilatos (jefe militar de la provincia romana de Judea) dio a elegir a la multitud a quién querían que indultase y la multitud eligió a Barrabás, por lo que Jesús acabó crucificado.

De esa toma de decisión desacertada surgió el término ‘barrabasada’ como  aquel acto que provoca un gran daño o perjuicio.

 

‘Ser un tonto de capirote’

El capirote es el gorro en forma de cucurucho invertido que portan sobre la cabeza los nazarenos.

Antes de ser usado por  los penitentes que desfilan en las procesiones de Semana Santa, el capirote lo utilizó la Santa Inquisición para colocárselo (a modo de escarnio público) en la cabeza a todo aquel al que acusaba de algún delito, pecado o herejía. Esto provocaba que el ‘populacho’ hiciera burla del reo, llamándole entro otras cosas ‘tonto’.

Durante las primeras procesiones religiosas (en la Edad Media) era muy común que algunos de los penitentes que en ellas desfilaban fuesen los presos mencionados en el párrafo anterior, quienes, arrepentidos de sus actos, querían arrepentirse de sus pecados, motivo por el que se incorporó esta pieza a este recorrido religioso.

 

‘No ser nada del otro jueves’

La tradición católica marcaba que durante la Cuaresma y Semana Santa, los viernes debía llevarse a cabo lo que es conocido como ‘abstinencia’ y que consistía en no poder comer carne y ciertos alimentos durante esa jornada. Eso llevó a que, aquellos que se lo podían permitir, el día anterior (el jueves) comieran opíparamente.

Esto era muy común en el Jueves Santo, ya que al día siguiente no solo debía realizarse la abstinencia sino que también se tenía que hacer ayuno de cualquier alimento (estar todo el Viernes Santo sin comer, a excepción de pequeñas porciones de dulces que le aportaran energía.

Pero no todos los jueves podían realizarse un banquete de exquisiteces, habiendo algunos jueves en el que el menú no era mucho más abundante o sabroso que otros. De ahí que surgiera la expresión ‘No ser nada del otro jueves’, al no haber diferencia entre uno y otro día.

 

‘Llorar como una Magdalena’

Algunas personas erróneamente pronuncian esta expresión diciendo ‘llorar como una madalena’, pero no, nada tiene que ver ese pequeño y redondeado bollo de repostería con la expresión original.

La Magdalena a la que se refiere el dicho es ‘María Magdalena’, personaje bíblico salvada por Jesús de ser lapidada cuando la acusaron de adultera (según el evangelio de Juan) y que estuvo presente durante la crucifixión, llorando amargamente la muerte del Mesías.

Este hecho es el que dio origen a la expresión para referirse a aquella persona que llora mucho y desconsoladamente.

 

 

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Fuente de la imagen: Wikimedia commons

¿Cuál es el origen de la expresión ‘ser un tonto de capirote’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘ser un tonto de capirote’?El ‘capirote’ es un gorro en forma de cucurucho invertido que, desde tiempos de la Edad Media, la Santa Inquisición obligaba a llevar colocado sobre la cabeza a todo aquel al que acusaba de algún delito, pecado o herejía.

Aquel que llevaba puesto dicho capirote era objeto de escarnio público, siendo el centro de burla del populacho que se agolpaba en las plazas públicas donde eran exhibidos los castigados por el tribunal eclesiástico.

Dependiendo del grado de castigo, la persona juzgada o acusada por la Inquisición llevaba una serie de elementos que distinguían las diferentes penas.

A aquellos acusados de penas/pecados menores que mostraban arrepentimiento se les colocaba una especie de saco de lana conocido como Sambenito que debían portar durante largo tiempo junto al mencionado capirote. Vestidos de dicha guisa eran paseados y mostrados para ser humillados públicamente.

Famosos también son los capirotes que portan los penitentes durante las procesiones (sobre todo en Semana Santa), pero estos iban forrados de tela que caía sobre los hombros y tan solo llevaban un par de agujeros para los ojos, evitando así que se les viera el rostro y se guardase así el anonimato de su identidad.

De ahí que con el tiempo surgiese por parte del pueblo el señalar a aquel que llevaba un capirote con la cara descubierta como alguien falto o escaso de entendimiento (el tonto del que todos se ríen), apareciendo en el vocabulario popular la expresión ‘tonto de capirote’.

El origen etimológico del término ‘capirote’ proviene de ‘capirón’ y este del latín ‘cappero’, cuyo significado es ‘prenda que cubre la cabeza’.

 

 

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Fuente de la imagen: Wikimedia commons (Los caprichos de Goya, nº 24 – 1797-98)