Gonzalo Higuaín fue uno de los grandes protagonistas de la final del Mundial. Una clarísima ocasión que el Pipita falló, solo ante el portero, volvió a recordar el gran estigma de su carrera: sus goles errados en los partidos decisivos.
Una mala entrega de Toni Kroos puso el gol en bandeja a Higuaín en el minuto 21 de la primera parte. El centrocampista cedió mal el balón hacia atrás y el delantero argentino, solo ante Neuer, prefirió golpear según le llegaba. Su chut se perdió desviado en lo que fue la ocasión más clara del partido.
Apenas unos minutos después, llegó la revancha fallida del Pipita. Una gran jugada argentina acabó con el centro de Lavezzi e Higuaín fusiló a Neuer. Su celebración fue reivindicativa, señalándose el pecho, una alegría desbordada. Sin embargo, unos segundos después se dio cuenta de que el árbitro había anulado el tanto por un fuera de juego bastante claro.
Higuaín y las grandes citas siguen sin llevarse bien.
Qué fácil es hacer leña del árbol caído. Me encantan el pseudo periodismo deportivo. A posteriori lo sabeis todo y de primeras no acertais ni una
13 julio 2014 | 23:47