Siguiendo la serie de post que empecé a publicar hace unas semanas sobre curiosas anécdotas protagonizadas por diferentes colectivos de personajes famosos (filósofos, matemáticos, pintores y físicos), hoy le toca el turno al gremio de la monarquía.
Espero que sean de vuestro gusto.
Fidelidad religiosa
Teodorico, octavo rey de los Godos, profesaba una gran devoción hacia la religión arriana. Su primer ministro y hombre de confianza, por el contrario, era católico, pero para agradar a su señor se convirtió al arrianismo.
Al enterarse de este acto, Teodorico, mandó ejecutarlo. Al ser preguntado del porqué, el monarca respondió:
– Si ha sido capaz de traicionar a su Dios, no tardará en traicionarme a mí
Alejandro Magno tenía una amistad fraternal con su médico personal Filipo de Acarnania, al que conocía desde niño.
En cierta ocasión, en la que el monarca había enfermado y requirió la presencia del galeno, fue advertido de que Filipo se había vendido al enemigo y que, muy probablemente, lo envenenaría.
De todos modos quiso que lo visitase y se bebió lo que le preparó el médico. Tras esto, Alejandro Magno dijo:
– Prefiero morir a desconfiar de mis amigos
Carlos III emprendió numerosas obras en la capital de España para convertirla en una capital europeizada. Entre los múltiples proyectos estaba el construir un sistema de conductos de canalización de las aguas, cuyo propósito era el de limpiar la ciudad de residuos.
Dicha propuesta no fue del agrado de los madrileños, por lo que el monarca exclamó:
– Mis súbditos son como niños pequeños. Lloran cuando se les lava
La reina Isabel II era una fiel seguidora de una novela que se publicaba por entregas en el diario ‘La Nación’.
Antonio Flores, el autor, recibió en cierta ocasión una nota de la monarca en el que le exigía que le entregará un manuscrito de la obra, para así ser la primera en conocer el final.
Muy cortesmente, éste le contestó:
-Majestad, lamento no poder complaceros, pero ni siquiera yo tengo idea de cómo voy a salir del enredo que he tramado. Eso sí, en cuanto lo averigüe os lo comunicaré de inmediato
Durante el proceso que emprendió Enrique VIII contra su esposa Ana Bolena, acusó a ésta de “traición y adulterio” y le recliminó las palabras usadas por ella para referirse al miembro viril del monarca:
– La espada del Rey no pasa de ser una simple navaja
En 1604 un incendio asoló el Palacio Real de El Pardo, en Madrid. Quedó destruida la mayor parte de las obras pictóricas que había atesorado allí la Casa de Austria.
Felipe III era un gran admirador de Tiziano y al enterarse del incendio preguntó:
– ¿Se ha quemado la Venus de Tiziano?
Le respondieron que afortunadamente no había quedado dañada. El monarca añadió:
– Pues lo demás no importa, ya se volverá a hacer
Se cuenta que en el año 1780 el Rey Federico II “el Grande” de Prusia, era un gran escéptico respecto a los avances de la medicina y que, en una ocasión, preguntó a su médico personal el Dr. Johann Georg Zimmermann:
-Decidme, sinceramente, doctor ¿de cuántos pacientes lleva su muerte en la conciencia?
A lo que el galeno respondió:
-De unos trescientos mil menos que Vos, Majestad
Aprovechando una visita a Londres, la reina Luisa de Suecia decidió hacer una escapadita por la ciudad para visitarla. Salió de ”excursión” sin escolta ni documentación y durante su visita un autobús estuvo a punto de atropellarla.
Así que se colgó una nota en el bolso, por si le pasaba algo, que decía:
«Soy la reina de Suecia»
Al rey Felipe IV le gustaba que le llamasen “el Grande”.
Tras la pérdida de Portugal, el siempre ingenioso Duque de Medinaceli dijo en cierta ocasión:
-A Su Majestad le pasa como a los hoyos, que cuanta más tierra pierden, más grandes son
La Reina María y la galleta para perros
La Reina María tenía un miedo atroz a los perros, todo lo contrario que su nieta, la futura Isabel II.
En una fiesta celebrada en los jardines del Palacio de Buckingham, la princesa Isabel le entregó a su abuela una galleta para perros para que ésta se la diese a uno de los Corgi Galeses que tenía la niña. Eso puso de mal humor a la Reina María, que no pensaba darle la galleta al can y no sabía como deshacerse de ella.
Junto a ella se encontraba el arzobispo de Canterbury y se la dio a él para que éste se la entregase al perro.
El arzobispo cogió la galleta para perros, sonrió con gratitud a su majestad y, creyendo que era una pastita de té, se la introdujo en la boca.
Durante el reinado de Luis XV de Francia se puso de moda el que las damas condujesen una pequeña carroza por las calles más frecuentadas de París, y carentes como estaban de experiencia atropellaban a muchas personas. El rey se preocupó por ello y llamo al Conde de D’Argenson, Teniente General de la policía, para que tomase las medidas necesarias para evitarlo.
-Señor, dejadme hacer a mí
Al día siguiente publicó un decreto que prohibía a las mujeres guiar caballos a no ser que su edad fuese superior a treinta años. El éxito fue milagroso, ninguna mujer quiso confesar que tenía más de treinta años y la moda desapareció.
El precio de un jardín privado
El célebre político inglés Philip Dormer Stanhope, 4º Conde de Chesterfield, supo que el rey Jorge II pensaba cerrar el parque londinense de Saint James y transformarlo en un jardín privado del monarca, lo que habría causado gran descontento entre la gente del pueblo. El rey le preguntó cuánto podrían costar las obras y él respondió simplemente, con concisión británica:
-Señor, sólo una corona
El rey comprendió la indirecta y el proyecto no pasó de ahí.
La opinión de la reina Victoria
Le llegaron rumores a la reina Victoria I del Reino Unido de que cierto ministro iba hablando mal de ella por los salones y tertulias. En vez de enojarse, le quitó importancia al asunto diciendo:
-No pienso ocuparme de lo que el ministro opine de mí; lo que debe importarle es lo que opine yo de él
Carlos I de Inglaterra, perseguido por las tropas de Cromwell, se refugió en Escocia, pero los escoceses le vendieron al enemigo por dos millones.
Cuando lo supo el rey prisionero, exclamó:
-Es mejor estar con los que me han comprado que con aquellos que me han vendido
El emperador Enrique V del Sacro Imperio Romano Germánico declaró la guerra al rey de Polonia, Boleslao III el Bocatorcida , y queriendo asustarle le mandó embajadores para decirle que si no cedía por las buenas enviaría contra él tantos soldados que no cabrían todos juntos en Polonia.
El rey polaco respondió simplemente:
-Mandad los soldados que queráis, encontraremos tierra para enterrarlos a todos
Cada vez que salía de caza, el rey Luis XIV mandaba llevar consigo 40 botellas de vino, las cuales no solía beberse y que acababan siendo consumidas por sus criados.
Un día tuvo sed y pidió un vaso de vino.
-Se acabó, majestad- le contestó su ayudante
-¿Pues no se traen las 40 botellas que he mandado?
-Sí, señor, pero…
-En lo sucesivo- concluyó el rey -que se traigan 41, para que haya una para mí
La verdad es que viendo a los monarcas históricos no me estraña tanto que sean como son hoy en día, han evolucionado…. pero lo justito para que les sigamos dejando en su sítio.
Salu2
http://porlajeta.es/mundo-curioso/2-mundo-curioso/1791-qmontaplexq-de-gominola-.html
18 enero 2012 | 8:07
Tu blog ha pasado a ser el primero que leo cada mañana. Como siempre, muy ameno e interesante.
18 enero 2012 | 8:20
Como siempre interesante y entretenido. Que tengas un buen día.
18 enero 2012 | 8:43
BUenísimo el post!!
http://www.parafashionyo.com
18 enero 2012 | 8:45
No sabía de este blog.Interesante,un buen rato.
18 enero 2012 | 9:40
Magnífico post!!!!
Enhorabuena!
18 enero 2012 | 9:59
La de Jorge II con el conde de Chesterfield es levemente diferente.
Quería convertir los Kew Gardens en jardines de su propiedad en vez de jardines públicos, así que preguntó a Chesterfield cuánto costaría comprarlos.
-Tres coronas, majestad.
-¿Sólo tres coronas?
-Sí, majestad. La de Inglaterra, la de Escocia y la de Irlanda.
18 enero 2012 | 10:17
Buenisimo!!
18 enero 2012 | 11:30
La verdad es que es de los mejores blogs que ahí por aquí. Enhorabuena.
18 enero 2012 | 11:42
Faltan otras curiosidades: como la del actual Juan Carlos I, rey de España, que le pegó un tiro en la cabeza a su hermano, o se iba de barraganas con dinero público.
Pero como el cargo es vitalicio no se le podrá echar ni por amor de dios, por mal que lo haga o cometa crímenes.
Y encima, muy democráticamente, el cargo de jefe de estado pasará a la muerte de Juan Carlos a manos de su hijo Felipe sin que nadie le eliga en unas urnas.
18 enero 2012 | 12:10
me ha gustado mucho el tema de hoy, muy bueno
18 enero 2012 | 12:22
muy bueno, de verdad.
–
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18 enero 2012 | 12:59
Hay más curiosidades:
La reina Isabel la católica dijo de no volver a bañarse hasta que se conquistara Granada.
Y Carlos II, fue llamado «el hechizado» porque a pesar de que lo casaban varias veces no terminaba de tener descendencia, y dar un heredero al trono.
18 enero 2012 | 15:17
Genial. Vaya «chuleria» la de la reina Victoria.
Marta
http://www.mivibrador.es
18 enero 2012 | 15:45
El Teodorico un hijo de puta, joder, qué putada nacer en aquellos tiempos, no estabas seguro ni siendo el primer ministro (ese cargo era más peligroso que ser campesino). Lo de Luis XIV, con lo flipado que era, me extraña que no mandase ejecutar a todos los que habían bebido de su vino.
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18 enero 2012 | 16:05