Muchas son las veces en las que no sabíamos que existía un término concreto con el que llamar o definir a ciertas cosas. Y es que, en realidad, todo tiene un nombre pero en infinidad de ocasiones lo desconocemos, por eso en este post os voy a dar unos cuantos ejemplos de cosas, hechos y partes del cuerpo que tienen nombre y que seguramente la mayoría de vosotros desconocíais…
Luquete:
La rodaja de naranja o limón que se introduce en algunas bebidas
Lemniscata:
Nombre con el que se conoce al símbolo de infinito (curva plana similar a un ocho volteado)
Jeme:
Es una unidad de medida. Si separamos el máximo posible los dedos índice y pulgar, un jeme es la distancia que queda entre ambos
Petricor:
Es el característico olor de la lluvia cuando cae sobre una superficie seca
Trago:
Es la prominencia de la oreja que está situada delante del conducto auditivo
Filtrum:
El surco que tenemos situado entre nuestra nariz y el labio superior
Vagido:
Es el llanto o gemido de un recién nacido
Artejo:
Los nudillos de los dedos
Hallux:
Dedo gordo del pie
Recazo:
La parte del cuchillo que no corta (la opuesta al filo)
Agrafe:
Nombre que se le da a las grapas y piezas metálicas utilizadas para sujetar el cierre de las botellas
Escrupulillo:
La bolita que hay dentro de un cascabel para que suene
Puedes visionar esta curiosidad publicada en mi canal de Youtube https://www.youtube.com/c/AlfredLopez
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Fuentes de las imágenes: pippalou (morguefile) / christmasstockimages / iesmonre / marissavoo (deviantart) / Wikimedia commons / snoweternal (deviantart) / yohann aberkane (Flickr) / iskir (Flickr) / amamavas / pixabay / champagne-corbon / argazkiak
Ampersand (el símbolo del &).
07 enero 2015 | 12:32
Existe una plataforma por la recuperación de la palabra «luquete»
https://www.facebook.com/recuperemosluquete
07 enero 2015 | 12:36
Hallux no apararece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
07 enero 2015 | 15:05
Muy interesante
08 enero 2015 | 10:43
Esto es lo que sale en pasapalabra, no? jeje
09 enero 2015 | 8:16
siempre se aprende algo nuevo, aunque sea viejo como el mundo
10 enero 2015 | 0:21
Totalmente desconocidas en mi vocabulario, algunas realmente extrañas.
Un saludo!
10 enero 2015 | 3:02
Siento tener que realizar una corrección, pero creo que la definición de Lemniscata es errónea.
El símbolo del infinito (similar) fue introducido por el matemático inglés John Wallis en 1656 en su Obra Aritmética Infinitorum.
No fue hasta 1694, 38 años más tarde, cuando la lemniscata fue descubierta por Jakob Bernoulli, definiéndose como un tipo de curva modificación de una elipse, (x^2 + y^2)^2 = 2a^2 (x^2 – y^2).
Erróneamente, debido a su similitud gráfica, se suele denominar Lemniscata al símbolo del infinito, siendo más probable su origen religioso, místico u alquímico.
15 enero 2015 | 16:59
Dice ser Uncoba, gracias por tu comentario.
Sobre lo que te comentas y para no enrollarme en este comentario (más que nada por falta de tiempo), te recomiendo la lectura del post “No lo llames infinito, llámalo lemniscata” (http://gaussianos.com/no-lo-llames-infinito-llamalo-lemniscata/) que publicó en 2012 mi amigo y grandísimo matematico y divulgador, Miguel Ángel Morales (@gaussianos)
Un saludo
15 enero 2015 | 18:05
Muchas gracias por tu recomendación Alfred, y sin pretender menospreciar el artículo de Miguel Ángel Morales (el cual ya había tenido la suerte de leer hace tiempo) y mucho menos a su autor, pongo en duda que el origen del símbolo del infinito sea la lemniscata.
Especialmente cuando hay referencias a la evidencia de su uso por John Wallis 38 años antes, y diversas teorías sobre su origen: desde serpientes uróboros, hasta orígenes místico u alquímico.
No obstante, al fin y al cabo no se trata de nada más que una simple discusión sobre el verdadero origen del símbolo, y me hubiese gustado que quedase solo como una apreciación. Dado que en la actualidad está más que extendida la asociación entre la lemniscata y el infinito, lo considero suficientemente aceptable e instructivo como para incluirlo en este fantástico artículo, aunque hubiese agradecido una anotación sobre la «dudosidad» de su origen.
15 enero 2015 | 19:03