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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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La Televisión en el centro de las miradas

La primera vez que fui a un AEDEMO de Televisión fue en Cataluña, en Sitges. Era a finales de los ochenta, creo que en 1988. Ya había algunas cadenas autonómicas (ETB, TV3, TVGa) y se empezaba a hablar de la llegada de la televisión privada, aunque aún faltaban casi dos años para sus primeras emisiones. Teníamos una incipiente audimetría, la de Ecotel había nacido poco más de un año antes, pero el EGM seguía siendo la gran referencia, que nos daba audiencias de más de veinte millones de personas para programas como el Un, dos, tres. Creo que muy pocos habían oído hablar de Internet y, seguro, nadie se imaginaba lo que nos iba a traer la revolución digital.

Casi treinta años ha tardado este evento en volver a Cataluña, esta vez a la bellísima Gerona (Girona si estuviera escribiendo en catalán) para analizar un medio que es ahora absolutamente diferente. Para empezar el seminario se llama de Televisión multipantalla y si bien las grandes audiencias se siguen produciendo en el televisor tradicional y en los hogares no es eso lo que preocupa a los profesionales sino el creciente visionado en otros dispositivos y en otros lugares.

El seminario constó de dos mesas redondas, una de apertura y otra de cierre, y trece ponencias de calidad pero creo que la mayor parte de los asistentes lo vamos a recordar sobre todo por otras cosas: la magnífica cena que los hermanos Roca (los del Celler de Can Roca, declarado varios años el mejor restaurante del mundo) ofrecieron el jueves; la fantástica charla de Josep Roca que le precedió y el mágico wellcome show que Kantar Media brindó la mañana de ese mismo día. Muchos todavía nos seguimos preguntando de dónde salía tanta paloma y tanto pez.

Hace ya seis años que el seminario se abre con una mesa coloquio en un ambiente informal. La fórmula es buena para romper el hielo y tener una primera toma de contacto con los amigos; no tanto si lo que se quiere es enterarse del diálogo que mantienen los componentes de la mesa, moderados/provocados, como el año pasado por Toni Garrido. Yo al menos, y creo que otros muchos asistentes, no oí casi nada.

La gran triunfadora del seminario fue TV3: por el hecho de jugar en casa, por haber patrocinado la excelente cena de la que ya he hablado y porque ganó el premio a la ponencia más innovadora: Em dic Manel, la evolución de las especies. Se trata de un experimento transmedia, que empezó en la radio, sigue en las redes sociales y en la web y es un programa de televisión de gran éxito en Cataluña. La ponencia la presentaron Jordi Pi y Alex Marquina, pero acabó con el propio Manel, el protagonista, en el escenario. Antes había estado sentado entre el público, concretamente en el asiento contiguo el mío.

El premio a la mejor ponencia se lo llevó una vez más Antena 3, en este caso Javier Andrés con 16 años tarde, en la que haciendo referencia al tío Genaro presentó los cambios en la política comercial y de marketing de su grupo, que a partir de abril ofrecerá A3Data a los anunciantes.

Javier Andrés recogió el premio a la mejor ponencia

En un seminario multipantalla no podía faltar la aportación de los nuevos actores: Twitter demostrando la influencia de su red y una adecuada combinación con televisión (6 de cada 10 usuarios españoles utiliza Twitter para interactuar sobre televisión en tiempo real) en las ventas: en el caso del cine puede atribuirse hasta un 13%.  Google explicando cómo se puede complementar con investigación tradicional la información que nos proporcionan las cookies. O YouTube, indirectamente, en la ponencia de Millward Brown sobre campañas multipantalla.

Tampoco faltaron las técnicas más novedosas: el neuromarketing para el análisis de actitudes de los diversos targets y modalidades de visionado (sólo o en grupo) en la ponencia de Luisfer Ruiz de OMD; el big data para el análisis de series, en la que presentó Rafa Rodríguez, de CIMOP.

Eduard Nafría, de Kantar Media y Pamela Vásquez, de Comscore presentaron la nueva medición Cross Media, el primer fruto del acuerdo entre las dos empresas, que va a hacer posible la planificación y el cálculo de coberturas en campañas multipantalla.

Javier Acebo, de Havas Media analizó las diferencias de perfil entre el visionado de la programación en directo y en diferido.

No faltó la aportación internacional: pudimos ver lo compleja que es la investigación de audiencia de televisión en un país/continente como la India. Nos lo contó Francisco Giménez de Markdata con el apoyo de Romil Ramgarhia, Director de Negocios del JIC de la India.

En un momento en el que cambia el panorama televisivo en nuestro país también tuvimos un par de autopromociones, la de Movistar + y la de Ten, el nuevo canal que lanzará la productora Secuoya, tras la concesión que obtuvo recientemente.

La última ponencia la ofreció Begoña Gómez, de la AEA, que hizo un interesante y atractivo recorrido por la publicidad española de los últimos cincuenta años y destacó su papel en la economía y en el desarrollo de nuestra sociedad.

El seminario se cerró con la mesa redonda Nuevos tiempos, nuevas formas. Mismo contenido algo más plana de lo deseable. Parece que la saturación, un tema recurrente, no tiene solución. Parece que las cadenas piensan que el máximo tiempo de publicidad permitido por ley es el tiempo que hay que cumplir por obligación.

En resumen, dos días sumamente interesantes en los que nos reunimos casi 400 profesionales de empresas que, en mayor o menor medida, dependemos de la televisión.

Gerona es, desde hoy, la capital de la Televisión

Esta tarde comienza el Seminario de AEDEMO de Televisión, la cita anual de los investigadores y de todo el mercado del que sigue siendo el medio rey.

La Televisión ya no es lo que era; es mucho más. Por eso el seminario se llama desde hace varios años multipantalla.

La TV se cita en Gerona

La audiencia de televisión en el televisor del hogar cae desde el año 2012; es un dato que no se puede olvidar, pero que no debe preocupar demasiado si pensamos que en 2015 todavía fue de 234 minutos diarios para el español medio. ¡Casi cuatro horas! Y eso para el día medio; algunos meses del año se superan ampliamente las cuatro horas.

Pero la televisión, o el vídeo, o el contenido audiovisual, ya es difícil establecer fronteras, no se ve sólo en el hogar, ni sólo en el televisor: el móvil, el PC, la tablet o la consola son también aparatos en los que se consumen contenidos. En muchas ocasiones incluso se utilizan varios dispositivos a la vez, porque la televisión, o sus comentarios, se comparten en las redes sociales.

Además mucho de ese contenido ya no se ve en el momento de su emisión; lo que ahora se llama televisión lineal está dejando paso al consumo lo que quiero, cuando quiero y dónde quiero. Algo que es mucho más fácil de describir que de analizar.

Esa realidad, cada vez más compleja, va a ser objeto de análisis durante dos días, con una agenda muy intensa, en Gerona.

Seguro que hay contenidos interesantes a los que dedicaré más posts en los próximos días.

De momento, si quieres ampliar información, aquí te adjunto una entrevista a Luis Pistoni, responsable de la organización del Seminario y otra a José María Moix, presidente de AEDEMO, la asociaición que nos agrupa a los investigadores de mercado y de opinión.

Adiós a Canal +

Ayer cerró Canal +, la cadena pionera de la televisión de pago en España, después de casi 26 años de actividad.

Le he pedido permiso a Ana Agustí, mi compañera de trabajo, para reproducir aquí los comentarios con los que ha acompañado hoy su informe de audiencias. Me ha parecido un magnífico resumen de los que han sido esos 25 años:

Buenas noches, noches

En Canal+, además de buen cine, buenas series y grandes documentales, vimos darse un descanso a Rachel y Ross, nos maravillamos con todas las veces que los guiñoles superaron la realidad, Hilario Pino se quedó calvo y volvió a tener pelo otra vez, asistimos incrédulos al nulo avance de Mickael Robinson con el idioma y vimos porno codificado los viernes a altas horas de la madrugada. Mañana celebraremos el nacimiento de #0, pero hoy toca despedir a la primera cadena que primó la calidad a las audiencias y que ayer nos dejó después de 26 años de emisión, fagocitada por el propio universo que ayudó a crear.

Nunca ningún programa de Canal + se llevó el minuto de Oro, que ayer fue para El Hormiguero con 4,6 millones de espectadores, ni el spot de Oro, (ayer para Affinity con 10,3 grp´s) ni jamás consiguió ser la emisión más vista (El Hormiguero, 3,2 millones).

Ni falta que le hizo.
Chao Canal+

La versión española de los guiñoles fue uno de los grande éxitos de Canal +

Como es un tema de actualidad no es difícil encontrar resúmenes más completos, como el de El País; o previsiones de lo que será a partir de ahora el nuevo canal, #0, que tomará su relevo, como el que hace bez; o el de Bloggin Zenith; o una combinación de las dos cosas como puede verse en Reason Why pero creo que la brevedad del comentario de Ana, que da en el clavo en tantas claves les supera a todas.

Había pensado dedicar mi comentario de hoy a los cambios que se están produciendo en la televisión de pago, pero prefiero dejarlos para otro día.

¡Gracias, Ana!

 

 

 

 

 

¿Qué futuro les espera a los Diarios?

En las últimas semanas se han producido un buen número de noticias referidas a los periódicos y a la profesión periodística. Hace tiempo que no echo una mirada en esa dirección, así que éste puede ser un buen momento.

Por primera vez en varios años el sector es protagonista de buenas noticias. El Libro Blanco de la Prensa en España, elaborado por Deloitte para la AEDE, afirma que el sector de la prensa diaria consolida su recuperación y duplica sus beneficios hasta superar los 59 millones de euros. El cambio de tendencia se debe al recorte en los gastos y a una cierta recuperación en la inversión publicitaria.

Los gratuitos contribuyeron a aumentar la lectura de Diarios

Los medios Impresos son los que menos están notando el crecimiento de la inversión publicitaria pero, aún así, si hacemos caso a Deloitte, empiezan a ver cómo les llega algo más de dinero.

Claro que ni siquiera en ese informe son todo buenas noticias: la Difusión de los Diarios cae un 7% y las Ventas un 9%.

De hecho los grandes diarios nacionales siguen perdiendo dinero, incluso más que el año anterior. Son los regionales los que ayudan a cambiar el signo de la balanza.

Esa conjunción de noticias buenas y malas no se da sólo en España. En el campo internacional vemos que mientras The Times amplía su tirada y alcanza sus mejores cifras desde 2012, se produce el primer abandono del papel por parte de un título histórico: el pasado 1 de enero dejó de imprimirse el diario La Presse de Montreal, que durante muchos años fue líder de la prensa francófona de Canadá.

Pero con todo lo malo que esto supone, lo peor no son las pérdidas económicas, ni los cambios de soporte; hay noticias aún peores: los Diarios están dejando de ser la referencia a la hora de informarse; así lo refleja en el Reino Unido un estudio elaborado para Ofcom, el regulador de telecomunicaciones. Se sitúan por detrás de la Televisión, Internet y la Radio. No creo que si se hiciera en España un estudio como ese los resultados fueran muy diferentes.

De hecho, el Informe Anual de la Profesión Periodística, que elabora un equipo dirigido por Luis Palacio para la Asociación de la Prensa de Madrid, el entretenimiento y el espectáculo están ganando terreno a la información. También aquí es la Televisión quien se pone a la cabeza (al menos del negocio; no sé si está tan claro que lo sea de la información). La precariedad y la superficialidad parecen haberse impuesto en una época marcada por Twitter y las tertulias.

Pero este informe contiene muchísima información muy interesante y merece la pena dedicarle un post específico.

Lo haré.

¿Cómo sonará Pocoyó en chino?

Pocoyó dió las campanadas de fin de año en el canal infantil ClanTV, pero no ha sido la única campanada que ha dado en las últimas semanas.

Pocoyó y sus amigos dieron las campanadas en ClanTV

La productora española de dibujos animados Zinkia ha llegado a un acuerdo con la cadena CCTV, la de mayor audiencia de China (y del mundo) para emitir la serie Pocoyó en su canal infantil a partir de este primer trimestre de 2016.

La serie, que se ha emitido ya en 150 países, podrá ser vista ahora por 250 millones de niños chinos, ya que se emitirá por CCTV Kids, un canal que llega a casi el 90% de los hogares chinos.

Una gran noticia para la producción española en general y para la de animación en particular.

Zinkia que, tras salir a Bolsa con gran éxito en 2009 (subió un 27% en su primer día de cotización) tuvo serias dificultades al verse afectada por la crisis y llegó en 2013 a un preconcurso de acreedores, consigue con este acuerdo un importante empujón.

La producción española está de enhorabuena.

Ya sólo nos falta escucha cómo suenan Pocoyó y sus amigos en chino.

¿Quién ganó el debate?

Las elecciones del próximo domingo van a ser diferentes por muchas cosas. Todo el mundo da por descontado que tras ellas se tendrá que producir una negociación para construir la mayoría necesaria. Habrá que buscar de nuevo, como al principio de la transición, consensos. Eso no tiene por qué ser malo.

Pero visto el debate de ayer parece que no va a ser fácil. Al menos si en alguno de esos consensos se necesita que participen los dos partidos hasta ahora mayoritarios.

Creo que los asesores se equivocaron al plantear el debate. Un debate que, aparentemente, tenía como objetivo visualizar y reforzar el bipartidismo no podía convertirse en una bronca disputa del ya tradicional y tú más, que sólo puede beneficiar a los otros partidos, los que no estaban en el debate y que, como casi no han tocado poder, están limpios de corrupción.

Desde el momento en que predominan los insultos, las acusaciones, los gritos y las salidas de tono, los espectadores empiezan a añorar otros debates, otros programas, en los que se ha visto a los políticos en un tono muy diferente.

Y es que este año la Televisión ha tenido un claro protagonismo en la precampaña y en la campaña. Los candidatos se han dejado ver y entrevistar en los programas de Jordi Évole, de Pablo Motos, de Bertín Osborne, de María Teresa Campos,…y seguro que me dejo unos cuantos. Se supone que enseñaban el lado más humano y más próximo, así que ver que, cuando regresan a la política, se olvidan los argumentos para pasar a los insultos no es una buena noticia.

Sonrientes antes del rifi-rafe

Cuando parece que las nuevas opciones y la posibilidad de su entrada con fuerza en las instituciones han reactivado el interés por la política, lo lógico sería que el Cara a Cara de ayer entre los dos principales candidatos hubiera conseguido más audiencia que otros debates anteriores. Pero no ha sido así. Nada menos que cuatro debates anteriores consiguieron más audiencia. De hecho este ha sido el de menor audiencia de los cuatro en que ha participado Rajoy.

La suma de las audiencias de las 12 cadenas en que se emitió el debate de ayer fue 9.728.000 espectadores, muy lejos (a más de tres millones de distancia) de los 13.043.000 del primer debate entre Zapatero y Rajoy en febrero de 2008, que fue emitido entonces por 22 cadenas. También queda lejos (a más de dos millones de espectadores) de los 12.005.000 que vieron debatir a Rajoy y Rubalcaba en noviembre de 2011; en aquella ocasión en 17 cadenas, o del segundo debate Zapatero-Rajoy, ya en marzo de 2008 que alcanzó 11.952.000 (también en 22 cadenas).

En dos ocasiones se ha denominado El debate decisivo: la primera fue el que protagonizaron Felipe González y Aznar en Tele 5 en mayo de 2003, que consiguió 10.526.000 espectadores; la segunda, mucho más reciente, tan reciente como la pasada semana el que congregó en Antena 3 y La Sexta a 9.233.000 espectadores para ver a Soraya Sáez de Santa María (la única mujer presente en un debate de este tipo) debatir con Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera.

Resulta difícil saber si el debate de ayer lo ganó un Rajoy a la defensiva, que acabó entrando en el juego de su rival para superarle en insultos (ruin, miserable, deleznable, frente al no es honesto con que le provocó Sánchez) o un Pedro Sánchez que eligió desde el principio la provocación, perdió los papeles en más de una ocasión y perdió también la ocasión de comparar (en datos como el paro, la deuda o la hucha de las pensiones) la primera legislatura de Rajoy con la primera de Zapatero.

Como la ley prohíbe publicar encuestas a partir de hoy (en Andorra se ha publicado una muy divertida de canciones) nos quedaremos sin conocer esta valoración.

Pero lo que sí se puede ver es qué cadena, de las 12 que lo emitieron, consiguió una mayor audiencia. ¿Sería la 1, la pública, la institucional, como parece que correspondería?¿Sería Antena 3, la hermana mayor del grupo Atresmedia? Nada de eso: La Sexta, la cuarta cadena por audiencias en estos momentos, recogía los frutos de su mayor dedicación a la política en estos últimos meses y conseguía ser la triunfadora de la noche.

Las audiencias de esas tres cadenas fueron muy similares, pero el triunfo correspondió a La Sexta, con 2.914.000 espectadores; le siguió Antena 3, con 2.794.000 mientras La 1 se quedaba en 2.678.000. También 13TV obtuvo una audiencia interesante: 709.000 espectadores, mientras entre las autonómicas destacó Canal Sur con 293.000.

Así que el gran triunfador del debate de ayer fue La Sexta. Mucho más aún si consideramos los programas de análisis que cada cadena emitió a continuación: ahí La Sexta arrasó.

Y si hablamos de políticos, en mi opinión, ganaron los ausentes. O, dicho de otra manera, perdieron su gran ocasión los dos protagonistas del debate.

TVE y los audímetros: es mejor conducir con los ojos cerrados

En RTVE no gustan los resultados de audiencia.

No me extraña, porque son malos. En algunos casos recientes son los peores de su historia.

¿Será porque, como tienen menos medios que antes, hacen una programación peor? Esa sería una buena razón. ¿Será, como dicen algunos,  porque los espectadores/oyentes perciben una cierta manipulación y prefieren acudir a otros medios?

Pues no. Si atendemos a sus directivos es porque los sistemas de medición no funcionan bien. La culpa es del árbitro o, también es un clásico, hay que matar al mensajero.

Si hace unos meses sus directivos arremetieron contra el EGM (Estudio General de Medios) y llevaron sus quejas, vía diputados del Partido Popular, hasta el Parlamento, ahora le ha tocado el turno a la audimetría. Según José Ramón Díez, Director de TVE, Kantar no es una fuente fiable para los datos de audiencia.

TVE no cree en los audímetro que ella misma impulsó

Lo de menos es que hable de 3.000 audímetros cuando actualmente los hogares con audímetros se aproximan a los 5.000; tampoco importa que Kantar sea la vara de medir que utilizan tanto los canales de televisión, como las productoras, las agencias de publicidad o los anunciantes, lo que importa es que, dice, Telefónica mide internamente al detalle a sus tres millones de abonados de Movistar TV.

¿Qué más da que Movistar TV sea una plataforma de pago para abonados, que reciben la señal por cable (y por tanto con un canal de retorno)?¿Qué más da que el primer sistema de audimetría se pusiera en marcha desde RTVE (yo estaba allí) en un momento en el que la competencia era mucho menor que ahora y aun así se veía necesaria?¿Qué más da que en todo el mundo las audiencias de la televisión en abierto se sigan midiendo con sistemas similares al que aquí utiliza Kantar?

Los actuales directivos de RTVE, con José Antonio Sánchez y José Ramón Díez a la cabeza, saben más.

 No se fían de las mediciones que existen; hablan de utilizar otras, pero esas otras no existen, o no sirven, o nadie está dispuesto a pagar su coste.

¿No será que si no hay mediciones nadie les podrá echar en cara su fracaso?¿No será que prefieren conducir con los ojos cerrados para no ver cómo se están dirigiendo hacia el precipicio?

Al Gobierno le salió el tiro por la culata

Ahora que está a punto de comenzar la campaña electoral (se ve que lo que había hasta ahora era otra cosa) creo que es bueno recordar el papel que deberían cumplir las televisiones públicas.

Las televisiones públicas deberían estar al servicio de todos nosotros y ser independientes del Gobierno de turno. Dicen que así funciona la BBC, que es una referencia mundial.

En España ni las televisiones autonómicas ni TVE han sido casi nunca así, independientemente del partido que estuviera en cada caso en el Gobierno responsable. Puede que haya excepciones, pero no son muy conocidas.

En el caso de TVE, que es el que conozco mejor, sólo hay dos momentos, que yo recuerde, que se aproximen a ese modelo: cuando fue Director General Fernando Castedo, en la época de UCD (que acabó tras el 23 F; los meses siguientes ya fueron muy distintos) y cuando fue Directora General Carmen Cafarell y luego Presidente de la Corporación Luis Fernández, con el PSOE y Rodríguez Zapatero en el Gobierno. Quienes dirigían los informativos en esos momentos, Iñaki Gabilondo en aquella primera época y Fran Llorente en la segunda son recordados como modelos de independencia, o de intento de conseguirla. Ninguno de los dos salía habitualmente en pantalla, pero se rodearon de un equipo sólido y capaz de transmitir la deseada imagen de independencia.

El pirulí, Torrespaña, uno de los símbolos de TVE

Durante el resto de la historia, los gobiernos han interpretado que la televisión pública estaba a su servicio; en muchos casos han nombrado para dirigir la cadena, los informativos o las dos cosas a hombres de partido. Con las consecuencias que se podían prever; las que se buscaban en el caso de la orientación ideológica, pero también unas, seguramente no deseadas, en el caso de la audiencia, que tiende a perderse.

El Gobierno actual no lo dudó: la orientación de la programación, y en especial de los informativos, ha de hacerse a la mayor gloria del partido en el poder.

Claro que, si la manipulación es muy evidente el público lo nota; la audiencia huye hacia otros lares. Cuando llega la campaña electoral sólo quedan como espectadores los muy fieles al Gobierno de turno, con lo que el discurso favorable al Gobierno llega a muy poca gente, a los ya convencidos, así que no sirve para cambiar la opinión a nadie y ganar votos.

Así que el tiro de la manipulación le acaba saliendo al Gobierno por la culata: poco más del 5% de los españoles vieron la entrevista que Ana Blanco hizo a Mariano Rajoy el pasado 26 de octubre en La 1. Unos informativos independientes y más creíbles podrían ser, a la postre, más útiles.

Claro que siempre queda la opción de utilizar otro tipo de programas. Si se tiene la suerte de dar en el clavo con un formato como En la tuya o en la mía siempre se puede tirar de Bertín Osborne para que haga una entrevista con alta audiencia al Presidente del Gobierno. (*)

(*) El programa En tu casa o en la mía batió ayer su récord de audiencia. Lo vieron 4.231.000 espectadores, una cuota del 23,2%. Superó en 552.000 espectadores la audiencia conseguida por la entrevista a Pedro Sánchez (que tuvo 3.679.000 y un 20,8% de cuota). Si, como otras veces, la pelea electoral se diera sólo entre estos dos competidores habría salido bien la jugada. Esta vez no lo sé.

Este artículo se basa en el que escribí, con un título parecido, en la revista IPMark del mes de noviembre.

También a la Televisión le llegó la hora

Nunca se habían hecho tantas fotos pero ya casi no se venden carretes. Se leen más noticias que nunca pero los editores de periódicos viven su más profunda crisis. Se viaja como nunca, pero cierran las grandes agencias de viaje. Se ve más Cine que nunca, pero muy poco en las salas. Ya casi no se venden discos en la época en que se escucha más música
La Televisión había aguantado bien los primeros envites de la digitalización: aumentó el número de cadenas, las audiencias se fragmentaron, algunas se hicieron de pago y convirtieron parte de los grandes eventos en eventos para élites y con audiencias reducidas, pero el cambio no había pasado de ahí. El espectador medio sigue dedicando cerca de cuatro horas cada día a la Televisión convencional (la que se ve en casa, en el televisor; la que mide Kantar) y sigue siendo la reina de las grandes campañas publicitarias.
O eso dicen los números oficiales.
Pero en los últimos años ha crecido un fenómeno que, aunque no se mida bien del todo, todos conocemos y que va a afectar mucho (mucho más de lo que lo hace ahora) a la manera en que se ve la Televisión y, sobre todo, al papel de este medio en las campañas publicitarias.
La Televisión (o el audiovisual) ya no se ve sólo en casa, en directo y en el televisor; se puede ver también en el ordenador, en la tableta, en el móvil o en otros dispositivos que dispongan de una pantalla. No todas esas opciones se miden y las que se miden no siempre se miden bien.

No sólo Emilio Aragón ha cambiado en los últimos 20 años

Además la imagen de toda la familia reunida alrededor del televisor del salón, mirando todos atentamente las mismas escenas en la pantalla, hace mucho que pasó a la historia. La mitad de la población (el 90% entre los jóvenes) está utilizando otra pantalla mientras ve la Televisión. ¿Cómo afecta este hecho a la eficacia de la publicidad?
En Zenith nos preocupaba desde hacía tiempo. Por fin pudimos hacer un estudio en los últimos meses de 2014, que presentamos en Sevilla en el Seminario de AEDEMO del pasado mes de febrero. Los resultados fueron muy interesantes. Por una parte ya sabemos cuánta gente hacía multipantalla simultánea en aquellas fechas (podemos pensar que es un fenómeno creciente, que aún habrá crecido y seguirá creciendo algo); por otra, tenemos medido cómo influye eso en el recuerdo publicitario.
Y aquí encontramos la parte más interesante del estudio:
Podemos dividir a la población multitarea en dos grandes grupos: los que mientras ven la Televisión están realizando en otra pantalla una tarea que no tiene nada que ver con la primera (un videojuego, chatear en el WhatsApp o en otra red social, o incluso revisar los e.mails) y los que utilizan la segunda pantalla para comentar con sus amigos, o con muchas más personas en las redes sociales, lo que están viendo en el televisor. Las nuevas tecnologías han ampliado el alcance de las típicas conversaciones sobre los programas de televisión que siempre existieron en el trabajo o en el centro de estudios y las han acercado en el tiempo hasta hacerlas simultáneas con el evento.
Los resultados del estudio confirman lo que, por lógica, se podía sospechar de antemano: mientras los telespectadores del primer grupo tienen su atención dispersa y recuerdan la publicidad mucho menos que la media (y mucho menos que quienes sólo ven la Televisión) entre los del segundo grupo el recuerdo de la publicidad crece incluso en el caso de la publicidad convencional. Son personas que ya no zapean como lo hacían antes cuando llegaba el bloque publicitario.
Pero el mejor resultado es la puerta que nos abre: si ya la mitad de la población (y creciendo) hace otras cosas mientras ve la Televisión y si una parte importante de esas cosas que hace están relacionadas con lo que está viendo en el televisor, podemos aprovechar para realizar acciones que, utilizando la segunda pantalla, potencien el recuerdo.
El selfie más retuiteado de la historia llevó a Samsung y a la ceremonia de los Óscar a miles de millones de teléfonos móviles. A una escala más local la aparición en Master Chef del campeón de España de corte de jamón hizo que más de 120.000 personas se descargaran la App de Navidul en que esa misma persona enseña a cortar jamón.
Las posibilidades son infinitas, como lo son las posibles combinaciones entre programas de Televisión y acciones en las redes sociales. Serán acciones que llegarán a una audiencia mucho menor que las de la Televisión tradicional pero que, entre ese público al que lleguen, tendrán una eficacia mucho mayor.
No se puede decir que la Televisión haya muerto (todo lo contrario, goza de muy buena salud; nunca se había visto tanto audiovisual como ahora) pero sí que se abre una nueva era para la Televisión: la era multipantalla se adivina interesante.
También a la Televisión le ha llegado su hora digital.

 

(*) La revista Anuncios celebra estos días su 35º cumpleaños. En el número conmemorativo de este aniversario se publica este artículo del autor de este blog.

Vamos Bertín: ¡Viva el bipartidismo!

A lo largo de la legislatura que ahora termina, las sucesivas directivas de RTVE nombradas por el Partido Popular han ido consiguiendo que la audiencia de la cadena pública (y en especial de sus informativos) se fuera reduciendo poco a poco. Todo un éxito si lo que se pretende es decir que los medios públicos no sirven y hay que eliminarlos…pero un problema cuando llegan las siguientes elecciones y hay que utilizarlos a mayor gloria del partido en el Gobierno.

Y en estas llegó Bertín.

El programa En la tuya o en la mía se ha convertido en todo un fenómeno televisivo, que consigue las mayores audiencias de la semana en TVE y es líder indiscutible de los miércoles una semana tras otra (incluso obligó a Mediaset a contraprogramarle con Ocho apellidos vascos, el gran éxito del cine de los últimos años).

Así que ¿por qué no utilizar este programa para hacer campaña?

Bueno, no; campaña no, que olería muy mal y hasta puede que, seguramente, sea ilegal.

Pero ¿y si lo hacemos en precampaña?

¡Gran idea!

Pero no puede ir sólo Rajoy. Cantaría mucho.

Ya, pero…¿a quién más podemos invitar?

Bertín compartirá un programa con Pedro Sánchez y otro con Mariano Rajoy.

Mira, del mal el menos:  los nuevos no, que tendríamos que elegir y puede que nos surja un rival nuevo. ¿Qué te parece si invitamos a Pedro Sánchez? Total, él no va a ganar y si no hay mayorías absolutas, con el bipartidismo que teníamos hasta ahora no nos ha ido mal.

Bueno. Y además, puede que a Pedro Sánchez salir en el programa de Bertín le quite más votos de los que le dé.

Et voilá:

La próxima semana Bertín compartirá programa con Pedro Sánchez y la siguiente con Mariano Rajoy.

¿Qué les parece?¿Seguirá siendo un gran éxito de audiencia?

Yo creo que sí. Pero también que es una chapuza política considerable.