El Blog sobre la Comunidad Latinoamericana en España

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Un ferrocarril para atravesar fronteras

Somos de aquí y de allí. La frontera nos lleva atravesando demasiado tiempo. Por eso nosotros, hombres y mujeres de frontera, hemos empezado a construir un ferrocarril. Para estar juntos y para decir basta

Así se presenta en Internet una red de apoyo al inmigrante llamada Ferrocarril, que integra a colectivos de Madrid, Barcelona, Sevilla y Málaga, y que promueve la solidaridad entre los dueños de casa y los inquilinos de esta España tan diversa.

El ferrocarril nace de la idea de que la Ley de Extranjería española y, en general, la política migratoria europea, son injustas, porque niegan los derechos fundamentales a quienes inmigran y les colocan en situaciones de extrema vulnerabilidad.

La misión de la red es crear un espacio ciudadano de apoyo que reúna a autóctonos, inmigrantes sin papeles e inmigrantes con papeles. Por eso busca la colaboración entre españoles y extranjeros para, por ejemplo, que unos acompañen a los otros a hacer sus trámites de extranjería o para que unos cuiden a los hijos de otros.

Parte del trabajo del Ferrocarril es ofrecer guías para que los inmigrantes sepan como conducirse en este país. En ellas se explica cómo empadronarse, cómo obtener la tarjeta de extranjería, cómo abrir una cuenta en un banco y se explica la Ley de Extranjería al revés y al derecho.

La gente que forma la red de apoyo son personas que incluso han empadronado a inmigrantes recién llegados en sus pisos. Son como una patrulla de asistencia médica, funcionan con un teléfono de contacto y cada vez que éste suena se activa inmediatamente una red de abogados, mediadores o de personas que simplemente ofrecen un plato de comida o compañía a los recién llegados.

¿Qué nos trae un indio, un negro o un amarillo?

Hoy recordamos la masacre de Sharpeville, aquella ciudad de Sudáfrica donde murieron 69 personas negras, que protestaban contra el apartheid en 1960. Fueron asesinadas por los cuerpos policiales que reprimieron la manifestación pacífica. Este capítulo llamo la atención de la comunidad internacional y desde entonces el 21 de marzo es el día para recordar el compromiso de lucha contra la intolerancia racista en el mundo entero.

Lamentablemente falta respeto por la diferencia y falta en muchos países. Encontramos que no podemos aprender nada de las personas que no hablan ni actúan como nosotros. Y créanme que se sorprenderían de lo mucho que nos pueden enseñar los indios, los negros, los amarillos, los gitanos, los europeos… Al fin y al cabo, sin esas etiquetas, todos somos personas.

Ahora bien, solo quería compartir algo con ustedes en este día. Una de las enseñanzas que aprendí al acercarme un poquito a un grupo de senegaleses. Ocurrió porque una amiga destina parte de su tiempo a dar clases de español a las personas que han llegado de África. Les cuento la anécdota.

La entidad que les proporcionaba las clases también les ofrecía un desayuno y ponía sobre la mesa una gran variedad de galletas y café. Yo pensé que ellos podían aprovechar y tomar varias galletas para comerlas más tarde, pero sólo tomaban lo que podían servirse en ese momento. No se llevaban nada en los bolsillos.

Es parte de su cultura, claramente. Pero aquí va otra cosa que me sorprendió aún mucho más y es la vida colectiva que llevan. Sabía usted que en África, las personas comparten lo poco o mucho que tienen. Viven en clanes y no dejan que uno de los suyos la pase mal.

Esa forma de vida la han trasladado a España y sinceramente espero que no aprendan a vivir de otra manera. Todos tenemos cosas buenas que compartir y eso es lo que hay que rescatar en el intercambio cultural.

No fumadores. Sin mascotas. Solo españoles

La discriminación en España se evidencia en muchas situaciones cotidianas y simples, como alquilar un piso o una habitación. Los anuncios en internet son muy claros y segregacionistas: «chico o chica español», rezan muchos de ellos. Esto es considerado discriminación pura y dura, y para quien no lo sepa está prohibido en países como Estados Unidos, que registran un mayor historial de inmigración.

Las leyes contra la discriminación, entre otras medidas, han permitido una convivencia más normalizada en esos países y a eso apunta el PSOE con su propuesta de Ley de Igualdad de Trato y Contra la Discriminación. Detrás de esto, como no podía ser de otra manera, están personas extranjeras que trabajan para acercar la realidad de la inmigración a los núcleos de poder.

Punto Latino es una iniciativa del PSOE que integra a 25 personas y que a su vez es parte de una red de asociaciones de inmigrantes. El colombiano Diego Pinilla (fotografía) es el coordinador de este grupo, y él ha participado con voz y voto en los congresos federales y regionales, donde se elaboran las propuestas de gobierno.

Diego llegó a este país a hacer un master en Derecho y tras una regularización de los populares entró al mercado laboral español. Parte de su integración, paradógicamente, fue afiliarse al Partido Socialista, desde donde trabaja para mejorar la convivencia.

Quisimos encontrar a su similar en el Partido Popular, pero no fue posible. Lo único que se sabe que el Consejero de Inmigración de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, es quien lleva el tema de inmigración dentro de la campaña y se dice que está rodeado de varios latinoamericanos, pero no sabemos si estos tienen voz y voto a la hora de redactar las propuestas de inmigración.

ACLARACIÓN: La Consejería de Inmigración de la Comunidad de Madrid se comunicó el viernes 7 de marzo, con las autoras de este blog para aclarar que hay por lo menos cuatro latinoamericanos que trabajan junto al Consejero de Inmigración. El propio Javier Fernández-Lasquetty pidió que se escriba que estas personas no sólo que tienen voz y voto, sino que son «redactores prinicipales» de las propuestas de inmigración.

El Estado español versión PP

¿Cómo sería el Estado español versión PP, de cara a las personas que venimos de fuera? Por las declaraciones de su líder, Mariano Rajoy, nos podemos hacer una idea bastante aproximada. Lo primero que tenemos claro es que tendremos que hacer una nueva fila de extranjería: esta vez para firmar el famoso “contrato de integración”.

¿Y a qué nos tenemos que comprometer los inmigrantes? Rajoy dice que a cumplir las leyes, pagar impuestos, aprender la lengua y, sobre todo, respetar las costumbres. Me imagino entonces que en ese Estado, versión PP, se nos entregará un manual de conducta, algo así como el Manual de Urbanidad y Buenas Costumbres de Manuel Carreño, que muchos latinoamericanos lo tuvimos que estudiar en las clases de Urbanidad, Ética, o Civismo (el nombre de la asignatura variaba de un país a otro).

Para quien no lo sepa, el libro traía una colección de hábitos de mal gusto, como los que enumero a continuación para el deleite de quienes tuvimos que memorizar esto en nuestras lecciones escolares:

– Masticar chicle mientras habla o con la boca abierta

– Chuparse o morderse un mechón de pelo

– Llevar esmalte de uñas descascarado, uñas partidas o peor aún sucias

– Introducir pedazos de comida demasiado grandes a la boca

Cometer la indiscreción de hacerle alguna pregunta íntima a alguien en voz alta: ¿Es eso una peluca?

Fumar en la calle o hacerlo sin haber pedido permiso a los presentes, especialmente a sabiendas de que el olor a cigarro puede ofender o incomodar a alguien

El manual de Carreño es totalmente obsoleto, pero quizás se convierta en uno de los libros de consulta en la idea de Estado que propone el señor Rajoy, pero de ser así incluso los españoles tendrían que echarle un repaso, como queda demostrado en un blog de RTVE, que, a propósito de la propuesta de Rajoy, elaboró un listado de las costumbres en España.

Yo lo único que puedo decir es que la integración no es cuestión de tener o no buenas costumbres. En todo caso, me pregunto, si haber aprobado esa clase de Ética, Civismo o Urbanidad en nuestros países de origen nos dará un plus a la hora de firmar el contrato de integración con el Estado versión PP.

El presidente ausente

Poco antes de su falta, vimos al presidente peruano Alan García en La Moncloa, en los encuentros que todos los presidentes foráneos tienen con el gobierno de España. Lo siguiente en su agenda era comer con José Luis Rodríguez Zapatero y cumplir luego la respectiva sobremesa, pero, a la misma hora, un grupo de peruanos, que se habían reunido en Casa de América, le esperaban para entregarle un pliego de peticiones.

Se presentaron como la Red de Asociaciones de Peruanos en Europa y esto se confirmó cuando pasaron lista a los presentes y aparecieron representantes de los peruanos en Dinamarca, Alemania, Suiza, Francia, Italia… El único ausente de la tarde fue Alan García, quien había recibido la invitación, pero no había contestado

Los peruanos tenían listo un manifiesto que fue bautizado como “La Declaración de Madrid” y la leyeron a viva voz, ante los dos medios de comunicación que acudieron a la convocatoria y ante los cónsules peruanos de Madrid y Barcelona.

Solicitaban, entre otras cosas, la creación de un organismo estatal que se ocupe de la migración; una interesante variación de las reivindicaciones de los que vivimos fuera de nuestros países, pero permítanme que les cuente algo.

En Ecuador se estrenó el año pasado el famoso Ministerio de la Migración, que se presenta como la Secretaría Nacional del Migrante; la dirigía un ecuatoriano que había vivido muchos años en Estados Unidos. Este hombre de apellido Murillo hizo una gira por algunos de los países de destino de los ecuatorianos y vendió la idea de crear los consulados digitales, prometió velar por las familias de los emigrantes, trabajar por el retorno digno de los migrantes y un largo etcétera.

Más tarde nos enteremos que el famoso ministerio ni siquiera tenía presupuesto para funcionar y que estaba peleando sus competencias con el sí existente Ministerio de Relaciones Exteriores, que ya tiene un departamento que se ocupa de los ecuatorianos en el exterior.

Murillo renunció o lo renunciaron poco después y su sucesora Lorena Escudero, que lo único que la acerca a los migrantes es haber nacido en una de la zonas de mayor éxodo de ecuatorianos.

Para quien no la conozca, aprovecho y les cuento que la siguiente semana estará en Madrid y Barcelona, presentando un plan para que los ecuatorianos retornen al país, y nosotros acá cruzamos los dedos para que ahora sí haya presupuesto para eso y para el famoso ministerio.

Volviendo al tema del presidente peruano ausente, esperemos que haya recibido el pliego de peticiones y que se fije en las experiencias de sus vecinos para hacerlo mejor. Les dejo con un vídeo que resume la visita de Alán García a España.

Las personas extranjeras en tiempo de elecciones

En estos tiempos de elecciones, cualquier cifra que refleje la realidad de España es altamente peligrosa; más si se trata de cifras que retraten el crecimiento de la inmigración. Por ahora, es imposible conocer la cantidad de personas que llegaron por reagrupación familiar o los que obtuvieron sus permisos de residencia y trabajo por la vía del arraigo. Quién busque esos informes estadísticos descubrirá que son documentos clasificados como “top secret”.

¿Las razones? Los voceros de prensa argumentan que las delegaciones de gobierno tardan en procesar los datos, pero, quizás, haya otras razones. Hasta el año pasado, las cifras de arraigo fueron reveladas con total normalidad: para la segunda semana de enero del 2007 ya se había dicho que 2.752 personas obtuvieron autorizaciones de trabajo por arraigo social y que 125 lo hicieron por arraigo laboral.

Los datos no eran alarmantes, de cara a la ciudadanía española, pero al mismo tiempo que el Ministerio de Trabajo ofrecía esas cifras el año pasado, la Asociación de Abogados de Extranjería daba un pronóstico: “unas 600 mil personas solicitarán arraigo en el 2007”, y eso si era alarmante.

Los sectores de la oposición saltaron inmediatamente y hablaban de una segunda regularización masiva de inmigrantes, del efecto llamada, y de esos argumentos que hacen que la inmigración se convierta en una de las preocupaciones de la sociedad española.

Con la lección aprendida, este año, los entes de gobierno no revelan ningún dato que hable del incremento de la inmigración, mucho menos en tiempo de elecciones. Si acaso se habla de la cantidad de extranjeros expulsados, esa es una cifra sí gusta al electorado español.

Pero qué pasa con las personas que no tenemos poder en las urnas. Nosotros queremos saber si la fórmula del arraigo ha sido efectiva, saber cuantas personas han dejado la economía sumergida y se han regularizado en el 2007, saber qué va a pasar de cara a la siguiente legislatura. Después de todo somos casi el 11% de la población.

Los extranjeros son también españoles cuando la noticia es positiva

“Doce atletas españoles posan en ropa interior para un calendario” y “la moda de los calendarios llega al atletismo español” fueron dos de los titulares que empleó la prensa deportiva para reseñar el lanzamiento del almanaque patrocinado por la Revista Runner’s World y la bebida Powerade, cuyo fin es entregar el dinero recogido por la venta del calendario a la ONG Aldeas Infantiles SOS.

El detalle de esa noticia, como sus titulares ya adelantaban, hablaba solamente de los deportistas españoles que habían colaborado con la iniciativa, mas nada se decía de los tres atletas extranjeros, nacionalizados españoles, que también participaron.

¿Acaso en este tipo de noticias positivas no es necesario señalar el origen de los protagonistas? ¿Conviene más señalar la nacionalidad cuando es una noticia policial? Claramente se ve que los medios de comunicación toman en cuenta la inmigración únicamente cuando la pueden atar a un acontecimiento negativo.

Volviendo a la noticia del calendario solidario, se puede contar con los dedos de una mano los medios de comunicación que, por lo menos, resaltaron la participación de la nigeriana Glory Alozie, de cubana Yesenia Centeno y del ecuatoriano Jackson Quiñónez, aunque para hacerlo emplearon esa fórmula que fusiona la doble nacionalidad del protagonista. Y escribieron, por ejemplo, la atleta hispano-nigeriana…

Esa fórmula de fusión aparece usualmente cuando la noticia hace referencia a un artista o a una producción cinematográfica entre España y cualquier otro país de Latinoamérica, más nunca cuando un extranjero, nacionalizado español, aparece en la crónica roja. Ahí simplemente es ecuatoriano, colombiano o peruano.