El Blog sobre la Comunidad Latinoamericana en España

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Le invitamos a conocer a la gente del mundo

Compartimos el metro y el autobús. Nos cruzamos en el supermercado, la panadería y la frutería. Y, los que son creyentes, hasta comulgan en la misma iglesia. Pero ¿qué nos queda de estos encuentros cotidianos? Nada. No nos atrevemos a acercarnos y qué rabia da escuchar comentarios como el que lanzó el otro día una vecina mía, al volver del supermercado:

«es que parece que ya no estamos en España».

Por eso aplaudo todas las iniciativas que nos ayudan a acortar distancias, como el documental sobre la inmigración que ha realizado la Asociación Santa Bárbara de Onda, asentada en Castellón.

Alfredo Llopico, uno de los tres realizadores, explica que no es una historia de trabajo, ni de política, ni de economía. Se trata de la vida de un adolescente ecuatoriano que llega a Valencia reunirse con su madre tras cinco años de separación.

Su nombre es Cristian y llega a España con 17 años, dejando atrás su vida en Ecuador, su hermano mayor, sus amigos de la infancia, sus relaciones de pareja, y su mayor reto es integrarse a su nueva vida.

El realizador explica que el documental muestra en gran parte la vida de Cristian en Ecuador porque, como él dice:

«los de aquí desconocemos esa otra parte del inmigrante y sin embargo juzgamos a todas las personas con nuestra arrogancia».

El DVD del documental se distribuirá, a partir de septiembre, en todos los centros educativos de la Comunidad Valenciana, junto a una guía pedagógica, para que los profesores trabajen con sus alumnos en las clases. A ver si nos convencemos de que España cambió y que de ahora en adelante vamos a ver a personas con acentos y rostros distintos en las filas del supermercado.

Denegaciones sin explicación coherente

Dos días tardó en resolverse el conflicto de la niña argentina de siete años, Delfina Escudero. A pesar de que sus padres tienen residencia legal en España (viven en un chalet en Tarragona) y de que ella vive en España desde que tiene un año, le había llegado una orden de expulsión. Enseguida salieron a reclamar semejante barbaridad los representantes de las asociaciones de inmigrantes. Los medios argentinos se hicieron eco. También las ONG argentinas. El caso pasó a la diplomacia y el mismo gobierno argentino habló con la diplomacia española en Buenos Aires.

Hoy finalmente todo el conflicto parece tener un final feliz. Los diplomáticos españoles calmaron hoy a la opinión pública argentina diciendo que se trataba de un “error administrativo”.

Lamentablemente estos errores son más comunes de lo que creemos, y no tienen la fuerza mediática que puede tener un error tan obvio como el de Delfina.

Llegan a nuestros oídos muchos casos, muchos rechazos de papeles sin una comprensión exacta de los porqués de las decisiones de la Administración. En Alicante el año pasado las asociaciones de inmigrantes llegaron a contabilizar que se rechazaba el 95% de los pedidos de residencia por trabajo. El otro día una abogada de inmigración nos contaba que en el último año le habían llegado muchísimas más denegaciones inexplicables, y que esos eran veredictos casi incorregibles… Los procesos se hacen tediosos. Interminables…

Hay quienes se vienen abajo; quienes después de mucho trabajar y presentar papeles deciden darse por vencidos. Si uno piensa que tiene la razón hay que continuar, aunque nos cansemos, aunque nos cueste salud, aunque creamos que no va a ser posible. No demos un paso al costado, y sigamos hasta conseguir aquello que creemos que es verdaderamente justo. Dicen que el mundo es de los insistentes…

Niños apátridas y adopciones

Una vez más este fin de semana los inmigrantes de Europa nos manifestamos contra la “Directiva de la vergüenza” que le miércoles pasado aprobó la Unión Europea con los 16 votos (esta cachetada no se olvida y les pasará factura en las próximas elecciones) de los “socialistas” españoles (¿de verdad merecen llamarse “socialistas”?… el nombre no les encaja nada).

Son tantas las contradicciones que veo y tanta la rabia que genera la hipocresía del PSOE que cuando escribo no sé ni por dónde empezar…Voy a comenzar, sin embargo, por el futuro de ciertos niños privados de sus derechos (creo que de toda la directiva esto es lo que más bronca genera).

Tengo una pareja de amigos españoles que, después de pagar un dineral en trámites y viajes, finalmente se fueron a Rusia a buscar a dos niños que acaban de adoptar…Tengo otros amigos que están a la espera de irse a Etiopía, donde adoptarán a dos niños más. Tengo otros amigos que ya hace tiempo adoptaron a dos hermanos salvadoreños…

Cuando el PSOE apoya la Directiva de la vergüenza con tanta frivolidad no puedo dejar de pensar en lo que sufrirán los niños inmigrantes sin familia. La directiva permite no sólo tenerlos retenidos 18 meses sino devolverlos a cualquier país, aunque no sea el suyo, mientras sea fuera de Europa. A lo que ya han sufrido con la partida, con la llegada a aquí, con el encierro, ahora los condenarán a un tercer lugar desconocido. Esos niños apátridas crecerán con resentimiento hacia Europa y con muchos más traumas que los que habían tenido inicialmente. Ridículo. Mientras tanto, gente como mis amigos seguirán viajando a los países pobres en la búsqueda de un niño que adoptar.

¿Quién paga los platos rotos?

¿Saben cuánto cuestan los papeles?. Hay gente que paga sumas entre 2.000 y 4.000 euros. Ese es el valor actual de un contrato de trabajo, que para efectos prácticos es letra muerta, porque no siempre está atado un compromiso real de emplear a la persona que lo firma y lo paga. Es solo el mero papel, que a su vez sirve para tramitar la autorización de trabajo inicial. La persona que paga por el contrato ficticio tiene que seguir trabajando en otros sitios, ganando dinero como puede. Ese es el sacrificio de muchos hacen para obtener el permiso de trabajo, y durante el tiempo de vigencia del mismo, ademas, se comprometen a pagar su propia seguridad social. Ese es el trato.

Pero hay papeles que cuestan mas, un matrimonio acordado cuesta hasta 10.000 euros, y el negocio sigue sin que nadie haga nada para evitarlo. En estos días la Audiencia Nacional apostó por la investigación de las mafias dedicadas a favorecer la inmigración ilegal, esos grupos que operan como si fueran transnacionales y tienen oficinas en los países de origen de la inmigración. Eso, a todas luces, seria mas efectivo que perseguir al inmigrante irregular.

De cualquier manera, no se vislumbra ningún cambio, en este sentido, durante esta legislatura. Lo que si ve venir es la llegada de Francia a la presidencia semestral de la Unión Europea, con una serie de proyectos para castigar más a la inmigración.

Conozca las caras de la inmigración

El Día del Internet (celebrado el 17 de mayo) abrió una ventana a la inmigración en Madrid. Red.es, entidad del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, organizó una serie de actividades para conmemorar el día, entre ellas la creación de un fotoblog, que fue bautizado como las caras de la inmigración.

La propuesta sirve para dar rostro a la inmigración y por ahí ya han pasado decenas de personas. El fotoblog fue lanzado en Casa de América, pero sigue abierto para que todo aquel que se sienta inmigrante coloque su fotografía desde cualquier ordenador.

«Si eres inmigrante en España, da tú también la cara»,

Esa es la frase que utiliza el blog para invitar a las personas a participar. La frase, aunque parece agresiva, quiere crear un espacio de intercambio cultural, donde los inmigrantes cuenten sus experiencias vitales, sin olvidar, claro, otros canales abiertos, como este mismo blog.

La inmigración made in USA

Las vidas de las mexicanas Lupe, Maura y María están retratadas en 70 minutos de cinta. El documental se llama Made in L.A., y efectivamente fue «hecho en Los Angeles», ciudad americana donde residen estas mujeres inmigrantes, y donde están asentados los talleres de costura que emplean mano de obra extranjera.

La directora del documental, Almudena Carracedo, una madrileña que vive en Estados Unidos hace 8 años, comenta que el documental es el resultado de 4 años de grabación, en los cuales estas mujeres tratan de cambiar sus condiciones laborales.

«Es una lucha de David contra Goliat. Las mujeres tratan de negociar con las personas que están en la parte de arriba de la pirámide de poder, las grandes tiendas de ropa»

El documental es un buen retrato de la lucha de la inmigración y bien puede ser tomado como un instrumento de sensibilización, como dice la directora al hablar del paso de la película por París.

«Lo que me parece bonito es que la película sí cruza fronteras, ya que para las personas es complicado. El documental logra que las personas se pongan en la piel del otro».

Ahí queda la invitación para ver este documental que estará en Casa de América hasta el 17 de mayo. La hace la directora, la madrileña residente en Estados Unidos, que como todos los inmigrantes dice que está de paso en ese país y mantiene en su pensamiento la idea de volver a España.

Y quien mejor que ella para hablar de la inmigración en España:

«Lo interesante es que desde que yo me fui, hace 8 años, España ha cambiado, se ha hecho más multicultural, multiétnica, políglota. Esto produce choques, pero al final enriquece a las comunidades».

De dientes para afuera…

Los españoles apoyan la integración de los inmigrantes, pero a la vez mantienen un discurso xenófobo. Esto es lo que dice una de las conclusiones del estudio reciente de la Confederación Española de las Cajas de Ahorros. Nada más lejos de la realidad.

El informe habla de la actitud contradictoria de los dueños de casa, es decir de los españoles. Yo equiparo esta conclusión del estudio con una frase que se usa mucho en Latinoamérica, para calificar a las personas que tienen un doble discurso. De esa gente se dice que «habla de dientes para afuera».

Y esto pasa aquí y en todo el mundo, y se aplica a cualquier circunstancia, pero ya que la inmigración es lo que nos ocupa, les pongo un ejemplo para que vean las contradicciones con las que vive la gente que se cree tolerante con los extranjeros.

Un día de estos conocí al novio de una amiga peruana, un danés, con quien pronto contraerá nupcias. Enhorabuena por los dos. Y como no podía ser de otra manera, durante la sobremesa, hablamos de la inmigración en Dinamarca y su respuesta fue, traducida al español: «esto es un gran problema que tenemos».

Él hablaba de la inmigración musulmana en Dinamarca y apuntaba su descontento porque viven del Estado. Yo me preguntaba si alguna vez pensó que la inmigración latinoamericana en su país -aunque minoritaria- también era un problema. Y luego pensé que quizás cambió de actitud cuando conoció a su novia.

Yo creo que los dueños de casa siempre hablan de dientes para afuera de sus inquilinos, y esto es así porque no nos acercamos en verdad, y vivimos unos con recelo del otro. ¿Tú qué piensas?

Una chola paceña tiende la mano a mujeres maltratadas

La inmigración latinoamericana en España, como hemos dicho antes, tiene rostro de mujer. María del Rosario Unzaga es uno de esos rostros que han llegado a España. Aterrizó hace cinco años, como ella dice “sin saber ni dónde estaba parada y sin saber adónde ir”. Pero hoy lidera un proyecto de codesarrollo, cuyo fin es ayudar a las mujeres víctimas de violencia machista en La Paz, Bolivia.

La palabra “codesarrollo” está dentro del paraguas de la cooperación para el desarrollo y sitúa al inmigrante como un agente de desarrollo. María del Rosario, a quien todos llaman ‘Charo’ se apuntó a esta iniciativa y el año pasado consiguió una pequeña subvención del Ayuntamiento de Collado Villalba y con eso empezó a concretar su proyecto.

Lo primero fue fundar una asociación, así nació Cooperación al Desarrollo Humano y Promoción Artesanal (Codehpra) -que está legalmente constituida en España y Bolivia-. Y lo siguiente fue encontrar un lugar en La Paz para levantar la casa/taller, adonde puedan llegar las mujeres que han vivido malos tratos.

Escogió un barrio de la periferia de La Paz, Cupini es su nombre. Allí ha dado refugio y trabajo a 51 mujeres, que ahora se dedican a elaborar diversas prendas de vestir y accesorios. La aspiración final de Charo es que esta producción encuentre salida en mercados solidarios españoles; y con el dinero que se consiga por la venta de las atesanías, dar independencia económica a estas mujeres.

Charo salió de Bolivia con 120 kilos de mercadería elaborada por las mujeres del programa y de momento está vendiendo algunos artículos a ONG como Sotermun. El siguiente paso será montar una pequeña tienda que dé más salida comercial a las artesanías.

Sobre la promotora de todo esto, hay que mencionar que se presenta como ‘chola paceña’ y que está muy orgullosa de serlo. ‘Chola’ la llamaba su esposo, Ángel, un español de 70 y pocos, que la enamoró con cartas de amor que le entregaba a escondidas, mientras ella trabajaba de interna en la casa de un familiar de él.

Juntos iniciaron el proyecto de codesarrollo, y solían andar de arriba abajo, vendiendo la idea a los ayuntamientos y otros patrocinadores. Cuando se daban un respiro, él se vestía de ‘chulapo’ y ella se engalanaba con su traje de ‘chola paceña’, y juntos recorrían el centro de Madrid. Tomaban chocolate con churros y eran felices.

Foto de Erik Molgora

Más información sobre el proyecto, puede comunicarse al 91 778 9127

Volver con la frente marchita…

Cuando he escuchado el anuncio de Zapatero, sobre promover el retorno de los inmigrantes desempleados, he pensado: «es así como el presidente quiere reducir el índice de paro de este país». Y luego me he preguntado quién se apuntará a ese plan.

La promesa gubernamental es pagar de una sola vez todas las prestaciones por desempleo y conceder microcréditos, pero para volver se necesita más.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, en sus dos viajes a España, ha reiterado a los ecuatorianos la invitación a volver, pero hubo una vez que un hombre se paró y le dijo:

«díganos cómo está esa casa a la que nos está invitando a volver».

Esa es la cuestión, cómo está la economía y las oportunidades de emprender pequeños negocios en los países de origen de la inmigración que está asentada en España.

Sólo una buena economía atrae a la gente que antes expulsa, como ocurrió con España, los españoles volvieron cuando este país creció de la mano de la Unión Europea. Les pasó a los polacos también y seguramente ocurrirá lo mismo con los inmigrantes rumanos.

La tendencia de los latinoamericanos, sin embargo, y según algunas estimaciones -publicadas, por ejemplo, en el 2º Anuario de la Comunicación de la Inmigración en España-, es establecerse definitivamente.

La demanda de retorno es mínima y siempre está ligada al fracasos de los proyectos migratorios. La persona que está bien, se queda dónde está, y el resto aplican el refrán «al mal paso, darle prisa». Y se quedan a luchar.

Las mujeres al volante

Cuando se habla de la inmigración latinoamericana se dice que es mayoritariamente femenina. Que son las mujeres las que han abierto el camino a esposos e hijos. Y que es más facil para ellas encontrar trabajo, porque las contratan para trabajar en el servicio doméstico. Aquí una historia de una mujer que se desmarcó de ese estereotipo.

La ecuatoriana Elva María Alba vino a España porque otra mujer, una madre que había inmigrado unos años antes, le pidió que trajera a su hijo de 2 años desde Ecuador. Elba llegó al País Vasco hace 7 años y aunque los primeros años estuvo encasillada en el estereotipo de la mujer inmigrante, su vida dio un giro cuando tuvo un hijo.

Cuando nació Lander -nombre vasco, por cierto-, Elva empezó a tener problemas en las casas donde trabajaba. No tenía donde dejarlo, así que lo llevaba con ella hasta que una de sus jefas le pidió que dejara al niño en la terraza, junto al perro.

Esto fue muy duro para Elva y comprendió que tenía que buscar otro trabajo. Al ver que los hombres de su entorno trabajaban conduciendo camiones y ganaban más, se le ocurrió apuntarse a la autoescuela y así consiguió su permiso para conducir coches y luego el carné para conducir camiones.

Ahora la tenemos trabajando para una empresa que recicla aceite vegetal en el País Vasco. Con un camión, recorre a diario los pueblos aledaños a San Sebastián; llega a la plaza principal de cada sitio y recoge las botellas de aceite que le entregan los lugareños. Trabaja sólo las mañanas, gana más y de vez en cuando se lleva a su hijo con ella. Todo un ejemplo de superación.