Archivo de noviembre, 2017

Ya está aquí: La bronquiolitis…

Medicinas

Fuente: Pixabay

Suena el teléfono. Por fortuna hoy son las 2 p.m., aunque como ya estamos en noviembre me temo de que va ir el tema:

– Gonzalo, esta vez es tu sobrino. Tiene la misma tos que tuvo la niña cuando tenía 10 meses.

– ¿Y te has fijado si le cuesta respirar? – le digo a mi hermana sospechando que esté empezando con un bronquiolitis.

– No hunde el cuello pero respira más rápido de lo normal. Le he lavado la nariz pero sigue igual. Empezó hace unos días con tos y mocos y esta tarde lo he recogido de la guardería más fatigado y con las tos más fea. ¿Qué hacemos?.

– Llévatelo a casa. Esta tarde me paso porque hay que auscultarle, pero ya sabes que si es una bronquiolitis no tiene tratamiento y habrá que ver como la pasa… – Cuelgo el teléfono y cruzo los dedos. Mi sobrina estuvo unas navidades enteras ingresada por una bronquiolitis. Esperemos que el niño no lleve el mismo camino…


Como todos los años, la bronquiolitis acaba llegando y las salas de espera de las Urgencias de Pediatría se llenan de lactantes pequeños a los que les cuesta respirar. Pero, ¿sabes realmente qué es la bronquiolitis?. En el post de hoy resolvemos tus dudas y, en el caso de que tus hijos la estén padeciendo, te daremos unos consejos sobre qué debes vigilar y qué puedes hacer para que pasen esta enfermedad lo mejor posible.

¿Qué es la bronquiolitis?

La definición clásica dice que una bronquiolitis es «el primer episodio de sibilancias en un menor de dos años en el contexto de una infección viral». Por tanto, solo se puede tener bronquiolitis una vez en la vida; al resto de episodios en lao que auscultamos sibilancias los llamamos bronquitis. Esta distinción es importante ya que el tratamiento de unos a otros varía ostensiblemente.

El virus que provoca la gran mayoría de las bronquiolitis  es el Virus Respiratorio Sincitial (VRS). Este virus circula en los meses fríos del año (de octubre a marzo en España) por lo que la epidemia de bronquiolitis tiene su pico en diciembre-enero. Este virus se contagia por contacto con las secreciones de la nariz y la garganta de un paciente infectado (saliva, mocos…) por eso es muy frecuente en niños de guardería.

¿Cuál es la evolución de los síntomas?

Los primeros días de la infección cursan con catarro (tos y mucosidad) y puede aparecer fiebre. A los 3 o 4 días del inicio de los síntomas, el virus avanza por la vía aérea hasta llegar al pulmón donde provoca inflamación de los bronquiolos (la parte final de la vía respiratoria). Cuando esto ocurre el niño presenta dificultad para respirar y en la auscultación se escuchan sibilancias (ruidos como «pitos») y crepitante (ruidos como de «moco»).

La mayoría de los pacientes pueden pasar la bronquiolitis en casa, pero algunos niños requieren ingreso en el hospital para ponerles oxigeno o porque no son capaces de comer debido a la dificultad respiratoria que presentan. No en vano, la bronquiolitis es la causa de ingreso más frecuente en niños pequeños.

Pese a que no podemos saber qué paciente requerirá ingreso, hay una serie de factores que predisponen a padecer una bronquiolitis más grave como son la prematuridad,  la edad menor de un mes, las enfermedades del corazón o el pulmón, el tabaquismo familiar o el ser varón.

La duración de los síntomas es variable y no previsible. En general la bronquiolitis dura unos 7-10 días, aunque la tos puede persistir casi un mes entero.

¿Existe algún tratamiento?

Por desgracia no existe ningún tratamiento que cure la bronquiolitis, es decir, no existe una pastilla mágica que acabe con la enfermedad. Por tanto, el tratamiento irá encaminado a aliviar los síntomas y variará en función de las necesidades de cada niño.

Cuando el niño respira con mucha dificultad en ocasiones requerirá ingreso en el hospital para administrarle oxigeno. Si el problema principal es la alimentación, puede que lo que precise se una vía periférica para ponerle sueros, o mejor, una sonda nasogástrica para darle de comer. La fiebre se tratará con antitérmicos como es habitual.

Si tu hijo ha padecido una bronquiolitis sabrás que en ocasiones se usan aerosoles de diferentes medicaciones (salbutamol, adrenalina, suero hipertónico…). Los estudios actuales no los recomiendan ya que no han demostrado eficacia para disminuir el número de ingresos en el hospital ni la estancia hospitalaria. Los niños entre 12 y 24 meses deben ser evaluados de forma individual ya que algunos de ellos mejoran con esta medicación, aunque son los menos.

Respecto a la fisioterapia respiratoria, estudios recientes no la recomiendan en la fase aguda de la enfermedad, por lo que si estás pensando en usarla en vuestros hijos pregunta primero a tu pediatra.

Otras medidas de soporte que son útiles y que puedes realizar en casa son los lavados frecuentes de la nariz, tener al niño semiincopirado tanto si está despierto como si está dormido y darle de comer de forma fraccionada (varias veces de poco en poco) para que no se fatigue. Además deberías evitar los ambientes con humo.

¿Qué tengo que vigilar en casa?

Los síntomas que tienes que vigilar en casa son:

  • La dificultad respiratoria: en caso de que tu hijo respire muy rápido, marque las costillas o hunda el cuello debes consultar con tu pediatra. A veces la dificultad respiratoria no es tan evidente y se manifiesta como cese de la respiración unos segundos (apneas) o coloración amoratada de los labios. Aquí tienes un vídeo de ejemplo de dificultad respiratoria en niño con bronquiolitis.

  • Dificultad para comer: intenta ofrecer a tu bebé la comida de forma frecuente en pequeñas cantidades. En general los niños ingresan cuando comen menos de la mitad de lo que comían habitualmente.
  • Decaimiento o mal estado general: si ves que tu hijo esta más dormido de lo normal y no consigues despertarle.

En el caso de que tu hijo tenga una bronquiolitis debes llevarlo al pediatra cada 4-5 días para ver como evoluciona y compruebe que no se complica.

¿Puede mi hijo tener más de una bronquiolitis?

Desde el punto de vista estricto la bronquiolis solo se puede pasar una vez. Hay algunos niños que después de superarla presentan síntomas similar cada vez que se acatarran en los que vuelven a presentar «pitos». En general estos episodios los llamamos bronquitis o bronocoespasmo y el tratamiento es distinto a la bronquiolitis, ya que en los primeros, los broncodilatadores sí que funcionan.

En este link puedes acceder a la hoja de recomendaciones de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría sobre la bronquiolitis.

Los famosos cólicos del lactante

Antes de meternos en faena decir que mucho se habla pero en realidad poco se sabe sobre los cólicos del lactante. En este post repasaremos su supuesto origen y los pocos «remedios» que actualmente han demostrado cierta eficacia para combatirlos.

¿Qué son los cólicos del lactante?

Los cólicos del lactante se definen como llanto intenso al menos 3 horas al día, 3 días a la semana durante al menos 3 semanas en un bebé sano y bien alimentado. Eso quiere decir que el llanto no puede estar justificado por otra situación como la existencia de fiebre, infecciones, dolor, hambre, etc.

Aparecen habitualmente en horario vespertino (por la tarde) en niños con edades comprendidas entre 3 semanas y 3 meses afectando aproximadamente a 1 de cada 4 bebés de esta edad. La causa de los cólicos es desconocida y aunque es un poco menos frecuente en los niños alimentados al pecho, en estos puede ocurrir igualmente.

Y aquí es donde está el problema: al no conocerse de forma clara qué los causa, resulta imposible plantear un tratamiento que funcione en todos los casos. Sin embargo, conocer las diferentes teorías sobre los cólicos ayuda a plantear qué deben hacer los padres ante un hijo con cólicos. Pero ojo, son solo teorías.

Posibles causa de los cólicos

Todas los factores que se mencionan a continuación han sido descritos como posibles causas de los cólicos. Se postula que posiblemente el origen sea la suma de varios de ellos.

  • Gastrointestinal: alteración en la forma de comer (excesiva, uso de tetina, abundantes gases, regurgitaciones), intolerancia a las proteínas de leche de vaca o la lactosa, inmadurez gastrointestinal, hipermotilidad intestinal o alteraciones de la microflora intestinal.
  • Biológico: inmadurez de la función motora, aumento de serotonina, exposición al tabaco o una forma precoz de migraña.
  • Psicosocial: expresión del temperamento del niño, hipersensibilidad al entorno, variables de los progenitores (estrés familiar, ansiedad materna, paridad, hermano con cólicos).

¿Qué tratamientos existen para los cólicos?

A pesar de que parezca que a tu hijo le pasa algo, los cólicos son una condición benigna que no dejará secuelas en el bebé, así que ante todo, tranquilidad. Se precisará una valoración minuciosa por parte del pediatra que diagnostique esta situación y que descarte la ausencia de otra enfermedad que pueda ser la causante del llanto.

La mayor parte de las terapias van dirigidas a tratar el origen gastrointestinal y es por ello que no es siempre la solución de los cólicos en todos los niños.

Algunos estudios han reportado utilidad del probiótico Lactobacillus reuteri en niños, tanto alimentados al pecho como con fórmula, en reducir las horas de llanto al día.

Otros productos como la simeticona no han mostrado evidencia en la mejoría del llanto.

Así mismo el uso de productos naturales hechos a base de hierbas no han mostrado efectos secundarios importantes pero no hay estudios suficientes que avalen su efectividad. Algunos pediatras, ante la desesperación de los padres, los mandan al no presentar efectos secundarios importantes. En el caso de que te los hayan recomendado, si pasadas una o dos semanas no has notado mejoría es mejor que lo dejéis porque no están siendo eficaces.

Recientemente han aparecido las llamadas técnicas manipulativas para el tratamiento de los cólicos del lactante («masajes anticólicos»). Existen estudios en los que, al preguntar a los padres tras el masaje si notaban mejoría, se observó que los cólicos desaparecían. Sin embargo, pese a esa mejoría que parece que presentan, todavía se necesitan más estudios para aclarar si este  tratamiento resulta útil o no.

Por último, rescatando un remedio de la sabiduría popular que suele resultar eficaz, sacar a pasear al bebe en un vehículo con ruedas (carrito, coche…) suele ser útil. Muchos padres refieren que el episodio de cólico suele desaparecer durante esta actividad.

En resumen, la causa de los cólicos es tan variada que resulta poco probable acertar en el tratamiento adecuado a cada paciente. Es necesario saber que si tu bebé padece cólicos mejorará con el tiempo y sin secuelas. Por otro lado, ante un episodio de llanto siempre hay que intentar calmarlo ya que pasadas unas horas el bebé volverá a su estado previo. En caso de que el episodio no ceda, debéis acudir al pediatra a que valore al niño.