De la nueva sociedad 3.0 organizada horizontalmente en red que ha enterrado la edad contemporánea. ¡Bienvenidos a la edad digital!

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La era de la polinización cruzada

 

Cada pieza es una llave. Un cuerda que conecta. Una chispa que ilumina un rincón inesperado. Un pasadizo secreto al otro lado de la montaña mágica. Lo mejor de todo: cada pieza forma parte de un sistema mayor cuya única misión es posibilitar conexiones imposibles. El Free Universal Construction Kit, un sistema de ochenta piezas, tiene un objetivo aparentemente poco importante: que los niños conecten juguetes diferentes. Las ochenta piezas del kit permiten unir piezas de LegoDuploFischertechnik o Gears, entre otros. Los sistemas de juego patentados por marcas, de repente, están conectados. Pero todavía queda una vuelta de tuerca magistral: el colectivo F.A.T (con su picante receta de cultura pop, código abierto y activismo) y SyLab no venden las piezas. Las cuelgan en Internet en formato STL con licencia libre para que cualquier persona pueda construirlas con ayuda de una impresora 3D (ellos recomiendan Makerbot).

Pensemos en la esencia del Free Universal Construction Kit. Pensemos en grande: la conexión como eje de la estrategia, el vínculo como valor añadido, lo transversal como factor multiplicador. Cada pieza es la responsable de que un sistema entero sufra una mutación creativa. El sistema ha funcionado durante siglos con la inercia del divide y vencerás. Del patenta y te enriquecerás. Del inventa en solitario y triunfarás. Pero la sociedad en red, en la era de la inteligencia colectiva y del código abierto, está dinamitando los sistemas excluyentes y las habitaciones privadas. El departamento de I+D de especialistas que no dialogan ni con la sociedad ni con otros expertos de otras disciplinas está seriamente amenazado. La revista Wired, destacaba recientemente en un artículo de su edición británica titulado Cómo descubrir el futuro la figura de los cross-pollinators en la innovación, algo así como polinizadores cruzados.

La innovación en la era del crowd, según Wired, debería estar inspirada en la función de la abeja, vital en la tarea de la polinización cruzada de ciertas plantas. El cross-pollinator sería una pieza clave de esta convulsa nueva época, un catalizador, un co-inspirador interdisciplinar. De hecho, la historia ha estado llena de polinizaciones cruzadas basadas en la serendipia (descubrir algo mientras se busca otra cosa). Piérdete y descubrirás. Alexander Fleming inventó la penicilina por casualidad cuando investigaba el cultivo de bacterias. Las famosas notas pos-it nacieron por azar. El artículo de Wired brinda algunos buenos ejemplos: «Cuando el matemático John von Neumann cruzó física e ingeniería ayudó a la ciencia informática. Su contemporáneo Buckminster Full navegó con soltura entre la ingeniería, la economía y la biología para resolver problemas de tráfico, arquitectura y diseño urbano». La economía conductual por ejemplo, surgió cuando Daniel Kahneman y Amos Tversky mezclaron psicología y economía.

 ¿Y qué innovación surgirá en esta nueva era de cross-pollinators? ¿Qué polinización generará la era de los equipos adhócratas que trabajan de forma rotativa, flexible e interdisciplinar? ¿Podríamos pensar que cada pieza del Free Universal Construction Kit es una metáfora de algo mayor? ¿Qué cada pieza podría ser una persona, una plataforma web o una puerta de un edificio que incentiva una conexión imposible? Los matices son muchos (y remezclables). Un biólogo como Juan Freire que investiga sobre arquitectura y organización de empresas es un polizinador cruzado, cierto. Pero una API abierta que permite, por ejemplo, cruzar Craiglist y Google Maps para crear Housingmaps, es un interfaz-polinizador cruzado. Y un hub físico como el MediaLab Prado donde trabajan personas multi disciplinarmente es un lugar-polinizador cruzado. Y MoveCommons, que pone en contacto a personas y colectivos con inquietudes similares, es una plataforma-polinizador cruzado. Y Kune, que facilita el trabajo digital colaborativo, es una herramienta-polinizador cruzado. Y Thingdiverse, un acervo virtual de diseños para objetos reales, es un almacén-polinizador cruzado.

Pensemos en grande. O mejor:  pensemos en pequeño. Ya sea una persona, una plataforma, una herramienta, un lugar, un ciberalmacén o un código abierto, nunca existirá la polinización cruzada sin una nueva actitud que guíe a una nueva sociedad. Reciclarse o morir. Pensar lateralmente o desaparecer. Conectar-colaborar o perder. Recuerda: tu inspiración es la abeja. Somos enjambre. ¿Qué está contenido en un humano, como escribía, Kevin Kelly en Out of control, que no emergerá hasta que estemos todos interconectados por alambres y política?

Este texto se ha publicado en Yorokobu. 

 

 

La educación prohibida, un alegato por una educación libre

Cualquier gestor cultural o ministro de Cultura debería estudiar con atención la estrategia del documental La Educación Prohibida. En menos de una semana, sin inversión en publicidad, sus números son espectaculares: 158.455 descargas, 1.488.220 reproducciones en web, 436 proyecciones en todo el mundo, 46.726 fans en Facebook 4.257 seguidores en Twitter. Un detalle: el documental no usa licencia copyright, sino licencia Creative Commons. Cualquier persona tiene derecho a copiar la obra, a modificarla y a difundirla cómo quiera. Además, el documental ha sido elaborado de una forma colaborativa: fue financiado colectivamente gracias a 706 co-productores. Los subtítulos también han sido hechos de forma colaborativa. Cualquier persona puede traducir el documental a cualquier idioma aquí.

Lo más curioso es que La educación prohibida toca un tema poco comercial: cuestiona los cimientos de la educación occidental, sus métodos, su sistema competitivo basado en calificaciones. El documental ha hecho «más de 90 entrevistas a educadores, académicos, profesionales, autores, madres y padres; un recorrido por 8 países de Iberoamérica (Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, México, Guatemala y España) pasando por 45 experiencias educativas no convencionales». Y realmente, no deja indiferente a nadie. El documental critica con dureza una educación que «no considera la naturaleza del aprendizaje, la libertad de elección o la importancia que tienen el amor y los vínculos humanos en el desarrollo individual y colectivo». Y muestra prototipos educativos que ya están funcionando, nuevos imaginarios replicables para esta nueva era en red.

Surgen muchas preguntas, sin duda, tras ver La educación prohibida. ¿Por qué Occidente (y medio mundo imitándole) todavía base sus sistema educativo en un modelo nacido en la Prusia militar del siglo XIX? ¿Por qué la educación se basa en un sistema competitivo que no incentiva el trabajo en equipo y la creatividad? ¿Por qué la educación se concentra en centros definidos sin contacto con la ciudad y/o la naturaleza? ¿Por qué no basar la educación en un proceso social, participativo, que convierta nuestras urbas en La ciudad del aprendizaje?

Sin más, recomiendo ver La educación prohibida y compartirla de cualquier forma posible.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

Kutiman, el remezclador de You Tube

 

Vídeo 1. «Lo que estás a punto de ver es una serie de vídeosclips de You Tube sin relación alguna entre sí, editados juntos para crear ThruYou (a través de ti). En otras palabras: lo que ves es lo que escuchas». Mira los créditos de cada vídeo, tal vez aparezcas». Así arrancaba el celebrado proyecto Thru You: Kutiman mixes You Tube, del músico, animador, compositor y productor israelí Kutiman. 2009 fue su año. La revista Time le incluyó entre los 50 creadores del año. Su fórmula: mezclar. (Re) hacer. (Re) componer. Sin permisos. Sin miedos. Sin pensar si está usando copyright de alguien. Pero Kutiman es honesto, como casi todo el mundo que comparte en red y (Re) crea. Cita sus fuentes, el link exacto de todos los vídeos que usa en cada canción, en sus créditos.

 

Vídeo 2. Kutiman mixes craftsman. El chaval sigue su fórmula: (Re) mezcla de vídeos sin relación alguna entre sí. Copy. Paste. Corta. Pega. (Re) crea. Remezcla el significado. Crea uno nuevo. (Re) Apropiación de imaginarios.

 

Vídeo 3. This is real democracy. Y el chico cool, el Dj de moda del amiguete Israel, de repente, se mosquea con los dueños del mundo. Y lanza en septiembre de 2011, el año de las Revoluciones 2.0, un vídeo inquietante, duro, inspirador. La plaza Tahrir de El Cairo, revueltas, Mubarak, violencia, Netanyahu, Cameron, piedras, mangueras, Sarkozy. Y un detallito, amigos, en el segundo 46. Lula defendiendo a Julian Assange en 2010: «al chico le detienen y no veo manifestaciones en contra de la libertad de expresión». Pero luego llegó el coqueteo de Assange con Brasil (una portada de TRIP pidiendo el asilo de forma sutil). Y llegó el silencio brasileño, el país que podía haber ahorrado el estrafalario proceso persecutorio al fundador de Wikileaks. Is this real democracy?  Cómo seguimos remezclando el hit?

(Esta entrada no la habría escrito si Mono, Dj sin fronteras y fundador del incipiente Parlamento Nómada, no hubiera pasado por mi casa. Sin nuestros intercambio P2P de música-ideas no existiría esta entrada).  

 

Diez libros para el ministro de (in)cultura

Muchos ministros españoles bien podrían ser conocidos como desministros. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas suspende a todos y cada uno de ellos de manera contundente. Pero José Ignacio Wert, ministro de Cultura, Educación y Deporte, se supera cada día con su (des) gestión. Podría ser el ministro de Casi Cultura. O el ministro de Propaganda Neoliberal. O el Ministro Familia. O el (sub) ministro de la Decadencia de Hoollywood. O simplemente Ministro de Incultura. No es de extrañar que la ciudadanía valore con 2,49 puntos sobre diez su gestión. Has leído bien: 2,49 puntos sobre diez.

Su medieval Ley Sinde-Wert demuestra que no ha entendido absolutamente nada de la era digital. Hasta los empresarios de Internet denunciaron su radical ceguera. Su giro fundamentalista en la asignatura de Educación por la Ciudadanía deja bien clara la huella de su partido (Partido Popular, para despistados): la asignatura dejará de hablar de parejas homosexuales y de sus derechos para hablar de propiedad privada, familia y nacionalismos excluyentes.

Pero la esperanza es lo último que se pierde. Aunque Mr.Wert ha protagonizado hashtags de Twitter tan calamitosos para la marca España como #Wergüenza o #Wertnodoyuna, pienso que unas cuantas lecturas podrían abrir la mollera del susudicho (des)ministro o SubMinistro de la Casi Nada (nada dentro, nada fuera). He preparado una básica listita de libros que el señor (des) ministro de incultura podría leer en lo que queda de verano, si no es mucho pedir. En la mayoría de los casos, tendrá que bajarse cada libro de Internet de forma gratuita. Y totalmente legal, señor Wert. Aunque lo mismo, a su gestión como  Tal Vez Ministro le queda muy poquito y el señor Ministro de sus Amiguetes acabe pronto como consejero de alguna empresa nacional que no tribute en España, como es lógico. Pues eso: diez libros para el ministro de (in) cultura. Basta entrar en cada enlace (justo en esos links que su ley pretende criminalizar) para bajarse el libro.

1) The Wealth of Networks (Yochai Benkler). Un bello repaso a la era de las redes, la cultura colaborarativa (peering), la economía Peer-to-peer (P2P). La riqueza de las naciones de Adam Smith ya no sirve ni para encender una hoguera, señor Wert.

2) Por una cultura libre, (Lawrence Lessig). Algo así como la Biblia para entender los nuevos paradigmas de la creación y de la circulación de la cultura.

3) El código 2.0 (Lawrence Lessig). Fundamental para entender la era de la colaboración y aquella ya vieja idea de lo 2.0 que usted,  Super Ministro del Deporte que Compite, desprecia.

4) T.A.Z, Zona Autónoma Temporal (Hakim Bey). Una obra maestra que anticipó muchas de las cosas que están ocurriendo en este nuevo milenio.

5) Micromegas (Voltaire). Un clasicón de aquella Ilustración que desenbocó en aquella guillotina que le faltó a España (uy, si lo de la guillotina no lo dijo un perroflauta y sí un miembro de la Real Academia de la Lengua).

6) Q (Luther Blisset- Wu Ming). Espectacular western teológico que explica por qué una nueva tecnología (la imprenta) hizo perder muchos privilegios a la iglesia. La historia recreada tiene casi cinco siglos, pero Señor No Doy Una, sin duda que se sentirá identificado (con el lado del mal, lógico)

7) La ética hacker y el espíritu de la información (Peka Himanen, con epílogo de Manuel Castells). Un bonito texto sobre la ética de lo compartido, de lo abierto y lo colaborativo.

8) Ulises (James Joyce). Como sabemos que eres clasicote, aquí una pequeña concesión. Te recomendamos este tocho llamado Ulises que este año dejó de tener copyright y pasó a dominio público.

9) Inteligencia colectiva. Por una antropología del ciberespacio. (Pierre Levy). Leyendo este ya clásico libro entenderás (ójala) por que la Enciclopedia Británica perdió la carrera contra la Wikipedia. O por qué tu visión elitista de la educación está condenada a fracasar en la era del aprendizaje distribuido y abierto.

10) La rebelión de las masas (José y Ortega y Gasset). Oh, sorpresa, Ministro del Medalloro Olímpico: Ortega y Gasset no era tan conservador como el nacional-catolicismo creía. Esa apropiación ideológica conservadora de la obra de Ortega hace aguas. Aquí una joyita: «La polis no es, primordialmente, un conjunto de casas habitables, sino un lugar de ayuntamiento civil, un espacio acotado para funciones públicas. La urbe no está hecha, como la cabaña o el domus, para cobijarse de la intemperie y engendrar, que son menesteres privados y familiares, sino para discutir sobre la cosa pública. Nótese que esto significa nada menos que la invención de una nueva clase de espacio». Coño, otro perroflauta con apego a las plazas.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

140 caracteres para Ulises

 

Este texto es un extracto de mi libro #24H,  que tiene forma de blog y está licenciado con Creative Commons. Ya está disponible a 1,99 euros en formato PDF interactivo, Epub, mobi (para Kindle) y en papel. En Amazon también está a la venta. La copia está liberada. Existe una sala de remezclas. Cualquier puede enriquecer (con links, textos, vídeos) #24H o este fragmento.  

Tras abandonar Troya, Ulises comenzó su viaje de regreso a Itaca. En el país de los Cíclopes, Polifemo se comió a algunos de sus compañeros. En el país de los Cimerios consiguió hablar con los muertos, con su madre Anticlea o con el mismísimo Aquiles. Antes de llegar a su añorada Itaca, el hogar que había dejado hacía veinte años, Ulises tuvo que sortear el peligroso estrecho entre Escila y Caribdis. Cuando por fin regresa a Itaca, descubre que su palacio está en ruinas, invadido por un grupo de latin lovers que quieren cepillarse a su esposa Penélope mientras desvalijan los víveres y los cuadros. Ulises se da cuenta – después de muerto – que lo mejor de su viaje a Itaca no había sido su destino, sino el mismo viaje, el transcurso, el recorrido.

Ulises, el 16 de junio de 1904, emprende otro viaje. James Joyce barrunta ideas y crea una novela pretenciosa que quiere reflejar una época. El viaje ya no dura veinta años, y sí veinticuatro horas. El trayecto ya no es el mundo, sino Dublín, una sola ciudad. El pequeño burgués Leopold Bloom podría ser el Ulises de Homero, claro. Quizá Ulises cambie de máscaras. Tal vez sea el escritorcillo Stephen Dedalus o el ambicioso Buck Mulligan. Da igual, al final del viaje, de la ciudad, descubre que lo más interesante no era el destino, sino el trayecto. Descubre que la historia es una pesadilla de la que intentamos despertar.

El 16 de mayo de 2011, Ulises pasea por este blog, por este laberinto de citas, máscaras, hashtags y espejos. Alguien, hace unos comentarios, le ataca: «Ulises, pelotudo, estás igual de perdido que hace dos mil años, hijo de las mil putas». Sigue caminando, viajando, cada vez más extraviado. Otro comentario despedaza incluso al propio James Joyce: «Tu maldito monólogo interior, ese bosque-adorno que los críticos han endiosado durante un siglo, es una bazofia, un torpe mecanismo del pasado. El 16 de mayo de 2011, el monólogo interior es exterior. Se llama Twitter. Ulises no entiende que ya no es una versión Alfa, exacta en su forma y límite, sino una eterna versión Beta, en pruebas, manoseada colectivamente, casi-perfecta en su búsqueda.

Quizá por Ulises eso acaba claudicando cuando alguien le encierra en 140 caracteres: «Ulises, según la Frikipedia, es el pseudónimo de Eric Clapton, dios del Pentagrama. Su máxima era: para qué viajar si puedo quedarme en el sofá». James Joyce, que vislumbró la época de la inmediatez, tampoco sobrevive tras los barrotes del hashtag #elautorhamuerto . «El escritor maldito se ha extinguido, #elautorhamuerto, nosotros te escribimos».

Ulises, Joyce, como Dios, están muertos porque no entendieron que un dia tiene 50.900 horas de You Tube. Que una hora es un flujo tranversal, desordenado, rizomático y personal donde caben los veinte años de Ulises y las 24 horas de Leopold Bloom. El universo entero, con la url repeinada, cabe en un tuit. Pero están muertos, sobre todo, porque no entendieron la inteligencia de la multitud. Porque no comprendieron que los relatos colectivos que escuchaba Homero para escribir La Odisea están de vuelta. «Nosotras parimos, nosotras te escribimos», dice alguien en la calle «#elautorhamuerto». Para qué volver a Itaca, dice otro, si en el mundo posideológico, como preconizaba el entrañable techno-pirata Hakim Bey, «algunos viajan en Internet sin salir del cuarto».

Pero no te desesperes, Ulises-James, quizá estés vivo en el libro Yellow Chair que los vecinos de Anab Jain, una india residente en Londres, escribieron gracias a un experimento genial. Cuando Anab supo que alguien usaba su señal Wireless se dio cuenta que no conocía a sus vecinos. No conocía a casi nadie en el Planeta Que Había Substituido las Plazas por Shopping. Por eso colocó un puesto de acceso a Internet gratuito en la puerta de su casa. Un ordenador, una cámara. Barra libre de bits. Su Yellow Chair rompió con el aislamiento crónico de los vecinos. Disparó el sentido comunitario del barrio. Hizo posible la construcción colectiva de una historia. Por eso, no temas, James-Ulises, si un lector de este blog que no soporta el tostón de libro que dejaste a la historia te vuelve a aniquilar. Seguirás, de alguna manera, vivo en el río común de las historias. Cuidado, te atacan.

No pierdas la calma. Relájate. «Querido Joyce, eres un pedante. El autor ha muerto. Ciao, escritor de salón. Las historias son colectivas. Nosotros te escribimos. Hace exactamente tres minutos que he metido las mil páginas de tu librejo en la licuadora. He puesto un poquito de sal, un quilo de tomates, un cd (el plástico) de Metálica, cebollas, un dvd con porno casero, un diente de ajo, una cinta de Los Chunguitos, pimientos, El manifiesto comunista de Marx, un pepino, aceite, vinagre, El manifiesto cyborg de Donna Haraway, pan rallado, una peli (pirata y chunga) de Chuck Norris, un poquito de hielo… Y el libro ha desaparecido!!! Tranquilo Ulises, estás vivo dentro del nuevo super refrescante Gazpacho Cósmico Irregular».

Busco Djs de palabras para despedazar mi libro

 

Busco Djs de palabras. Busco remezcladores de metáforas. Busco lectores proactivos que quieran despedazar mi libro #24H. Todo vale: cortar, pegar, reescribir, completar, modificar, clonar. O remezclar con otras obras. ¿Por qué no? Un pedacito de Rayuela, de Julio Cortázar, tras la batidora remix, puede solaparse a #24H de forma natural. O un cuento de J.G. Ballard. O las instrucciones de uso de un medicamento contra la taquicardia. El resultado puede ser sorprendente. Mejor que el original, incluso. Mi sueño es ser un autor diluido: pasar a la historia como el que escribió la primera línea del código de un software libre y compartido al que algunos siguen llamando libro. Que el autor sean los otros, ellos, vosotras. Que se olviden de mí. #24H fue apenas el inicio de algo mayor. De algo que no controlo. Por eso la sala de remezclas está lista, esperándote, en la plataforma herramienta Booki.cc, que permite incluso dialogar con otras personas que estén remezclando el texto. Yo mismo ya he  hecho dos remezclas, extrayendo partes ya existentes y creando los nuevos capítulos, ‘Mientras ellos bloguean’ y ‘Mientras duermen’. Aplicando la terminología del software libre ambos capítulos sería ‘forks’ (bifurcaciones).

#24H nació con vocación experimental. Tiene formato blog. Recrea 24 horas en un planeta llamado Internet. Y su trama se desdibuja en el subconjunto de microhistorias, comentarios y diálogos incompletos del día 16 de mayo de 2011. Reconocerás el paisaje: la España que está a punto de ver la Puerta del Sol llena de ‘indignados’. Pero #24H no nació con voluntad descriptiva. Sus líneas son más arqueología que foto fija. Más restos fósiles de una época que testimonios certeros. Por eso, sea cual sea tu mirada hacia este nuevo milenio convulso, encontrarás en #24H algo que te golpeé. Anonymous. Crowd funding. La sociedad en red capeando la crisis. Democracia Real Ya. La lucha contra el copyright. El dinosaurio SGAE. El desamor. Europa que se desmorona.

Pero #24H nació sabiéndose un relato incompleto. Sus párrafos, siempre, serán insuficientes. Forman parte de algo mayor. De un relato colectivo que irá creciendo, fragmentándose, recomponiéndose, perdiéndose. Tal vez alguien, de aquí a un siglo, transforme un pedazo de #24H en una reverenciada obra de arte. Como hacía Marcel Duchamp convirtiendo un paraguas inservible en un aclamado ready made. O como hacía Andy Warhol, refritando iconos publicitarios y mitificándolos. Un párrafo inservible de #24H, de aquí a dos años, podría ser aclamado como una insuperable creación artística. O como el hilo lírico de una posópera electrónica compuesta en red.

Pero para ello #24H te necesita. En #24H faltas tú. No tengas miedo. La licencia Creative Commons escogida libera la copia y la obra derivada. #24H es una obra copyleft. Cualquier modificación será considerada creación, no robo. Cualquier cambio será mirado con respeto. La copia, para la editorial DPR-Barcelona y para mí, no tiene ningún significado negativo. Copia era la diosa romana de la abundancia. La copia es el mecanismo base de las neuronas espejo del ser humano. La copia nos hace humanos. Genera empatía, solidaridad, comunidad. La copia es la base de la inspiración. La copia es una prueba de amor, de admiración. Sin copia/inspiración, sin series de Flash Gordon y películas de Akiro Kurosawa, no existiría la saga de La Guerra de las Galaxias. Sin el blues de Howlin´Wolf Led Zeppelin no sería nadie. Sin copia no hay creación.

#24H te necesita. Entre otras cosas, para dejar en ridículo a una industria editorial obsoleta y al sistema de copyright talibán que hizo retirar un remake de El Hacedor de Jorge Luis Borges cocinado con amor/admiración por Agustín Fernández Mallo. La sala de remezclas de #24H pretende transportar a la demasiado solemne literatura al rincón remix al que ya han llegado la música o incluso la pintura después de los colages. Pero no me conformaría con una remezcla-maquillaje. Quiero Djs mash up – salvajes, irreverentes, desequilibrados – que mezclen sin complejos. Porque la escritura del futuro, como vaticina Kennet Goldsmith “tendrá más que ver con cambiar cosas de sitio que con crear nuevos contenidos”.

El libro #24H está disponible en formato PDF interactivo, Epub, mobi (para Kindle) y en papel en DPR-Barcelona. También disponible en Bubok (comprando el papel se consigue automáticamente la obra en formato PDF) y Lulu

 

Hacia una gestión horizontal de la cultura

 

Gestión vertical vs gestión horizontal. Red centralizada vs red distribuida. Modelo de gestión cultural de la era predigital vs modelo de gestión de comunidades. No hay vuelta atrás. No hay intersecciones. No hay posible encuentro entre el viejo y el viejo mundo. «El agua no quiere saber del hielo», como suele decir el periodista Pepe Cervera. En el site de MOV-S 2012, un evento de creación contemporánea que se define como «un proceso de trabajo colaborativo», analizan brillantemente los dos modelos antagónicos de gestión cultural. El vertical y el de gestión de comunidades.

María Ptkq, metodóloga de MOV-S 2012 a la que recomiendo seguir en Twitter, propone un modelo de gestión que «incorpora a las comunidades de una manera orgánica en todas las fases del proceso, desde la ideación hasta la realización pasando por la financiación, la comunicación y la producción».  La gestión se transforma «en auto-gestión colectiva, no hay autorías definidas ni distinción entre artistas, productores y público». La mudanza de paradigma es brutal. Todo cambia. Cualquier proyecto puede convertirse en un making of en tiempo real, en un proceso. La autoría se diluye en una red de co creación plural. La financiación colectiva (crowd funding) se coloca en el centro del binomio industria-instituciones. La ejecución convierte a los gestores culturales en simples nodos de una red mayor.

 Además de la fuerza del proceso, de esta documentación abierta desde el minuto 0, en este nuevo modelo existe otro detalle revolucionario: la fragmentación de la temporalidad. El evento deja de ser algo exclusivamente presencial. Se diluye, pero se multiplica gracias a herramientas de streaming, a la vida paralela en redes sociales y en otras plataformas. Lo presencial tiene un constante feed back desde diferentes esferas. Y la retransmisión en diferido perpetúa el evento / creación.  El encuentro Meet Commons, un festival sin jerarquías ni programa que se celebró en Madrid en abril, encarnaría a la perfección este modelo de gestión de comunidades. Pero para llegar a la elasticidad de Meet Commons, las organizaciones  o agentes culturales deberían entender la definición de comunidad 2.0 del libro #10Openkult, del que ya he hablado en este blog: «¿Qué es la comunidad 2.0? Una red de cooperación mediada por una *interfaz. La interfaz pone las reglas del juego, “escucha” el rumor de la red y atiende sus demandas. La interfaz es permeable a la participación. No pisotea la red de cooperación, la respeta y la valora, porque el valor está en la red».

¿Tiene sentido, por ejemplo, un mega festival vertical como el Rock in Rio en el que el público quede relegado a destinatario o consumidor? ¿Tiene lógica que el Museo del Prado presente exposiciones o cuadros sin streaming? ¿En qué se podría transformar un evento como la Noche en Blanco de presupuesto millonario, gestión vertical y nula participación de las comunidades? ¿Podemos considerar la cultura un producto cerrado o definitivo, ya sea un disco, un libro o una representación teatral? De nuevo, una definición extraída de #10penkult, la de participación, puede ayudar a encontrar las respuestas:  “No concebimos la participación como el acceso a instituciones o plataformas cerradas sino que al contrario la pensamos como la habilitación a procesos de toma de decisión colectivas marcadas por la temporalidad, la mutabilidad y la reflexividad. La participación se sostiene sobre procesos constantes de feedback entre los recursos, plataformas o instituciones y las comunidades que las explotan y construyen».

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

 

Consejos de un pirata para que compréis un libro (Linked)

Hace poco más de un mes publiqué una entrada titulada Soy un pirata involuntario. Intenté denunciar algunas contradicciones: ¿por qué cuando compramos un libro en formato papel no tenemos acceso a una edición digital? ¿Por qué el precio de los eBook es tan elevado? Tras haber perdido el libro Linked, de Albert-László Barabási, en formato papel, intenté comprarlo en formato digital. Me eché para atrás: no estaba ni en formato ePub (para leerlo en tabletas) ni en Pdf. Apenas en el lector de Amazon, Kindle,  estaba disponible, por 9,65 dólares, frente a los 10,16 de la versión papel. Decidí convertirme en una cobaya pirata. No estaba dispuesto a pagar dos veces por un mismo producto. Me bajé una edición no legal de Linked en 4shared.

Y aquí estoy, pirata confeso, tocanarices e involuntario, para recomendar encendidamente que compréis este magistral libro de Albert-László Barabási (aquí una reciente entrevista en castellano con el autor). De paso, quiero probar que la circulación de una obra al margen del mercado puede repercutir positivamente en las ventas. Linked es un maravilloso ensayo transdisciplinar y multiangular. Cruzando matemáticas con filosofía, biología con informática, Albert consigue dibujar un certero retrato mestizo de las redes. Leyendo sobre topologías de redes, células o la estructura de Al Qaeda el lector entenderá atmosféricamente, mejor que nunca, qué es Internet y por qué ha supuesto el mayor cambio en la humanidad desde la noche de los tiempos. Por todo ello, recomiendo con entusiasmo que compréis este libro, por ejemplo, en Amazon. La editorial, eso sí, bien podría lanzar una versión en eBook más accesible, licenciarlo con Creative Commons o dominio público y liberar la copia. Traducirlo a otras lenguas al margen del inglés, no estaría mal. Y si tuviera una licencia abierta la comunidad ya lo habría hecho.

Os dejo con un párrafo maravilloso de Linked.

«¿Hacia dónde vamos desde aquí? La respuesta es simple. Debemos deshacer el envoltorio. El objetivo es entender la complejidad.  Debemos ir más allá de la estructura y la topología y empezar a focalizar en las dinámicas que tienen lugar a lo largo de los vínculos. Las redes son apenas el esqueleto de la complejidad, las autopistas para los varios procesos que hacen bullir el mundo. Para describir la sociedad debemos vestir los links de las redes sociales con verdaderas interacciones dinámicas entre personas. Para entender la vida debemos empezar a mirar a las dinámicas reaccionales a lo largo de los vínculos de la red metabólica. Para entender la desaparición de algunas especies en el ecosistema, tenemos que reconocer que algunas son más fáciles de cazar que otras».

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

Mi libro copyleft vale un tweet

 

La primera parte de mi libro #24H, editado por Dpr-Barcelona, estuvo durante el día de ayer disponible a golpe de tweet. Todas las personas que utilizaron el servicio Pay with a tweet tuvieron acceso a la mitad de #24H. El libro recrea 24 horas en Internet, entre el 16 y el 17 de mayo de 2011, con la eclosión del movimiento 15M a la vuelta de la esquina. Por eso, ayer estuvo «El día» de #24H a golpe de tweet. Y hoy ya hemos colgado «la noche» del libro. El día de #24H – rizomático, cóncavo, engañoso- estará así completo. Un día que tiene, como ya avisamos ayer, 50.400 horas de Youtube. 2.100 días caben en un día. 70 meses, en 24 horas. Porque #24H es una trampa

Apostamos por el Pay with a Tweet –  un sistema elogiadísimo en publicaciones especializadas – porque creemos que la circulación de una obra es más importante que su valor monetario. Porque pensamos que el dinero fue la divisa del siglo XX, pero el flujo o la reputación social componen la nueva moneda social del siglo XXI. El marketing clásico está (casi) muerto. El commons marketing – economía de lo compartido – llama a la puerta. Y quien abra esta puerta del ya clásico buzz desaparecerá, arrollado por la era de lo compartido.

Este inicio de campaña en Twitter es apenas el primera paso. César Reyes, uno de los editores, ha bautizado la estrategia como «ocupar plataformas». Durante este fin de semana, #24H estará disponible en papel gracias a las plataformas Bubok y Lulu. Cualquier persona lo recibirá directamente en casa. Aunque las librerías también pueden hacer sus pedidos (con buenas condiciones). Y el lunes ya estará a la venta en formato ePub (ideal para leer en tablets) a un precio redondo: 1,99 euros. La licencia es copyleft. La copia está liberada. Paulatinamente, #24H se incorporará a plataformas como Amazon. Y se irá fragmentando en las remezclas que los lectores irán haciendo en nuestra sala de remezclas. #24H ha dejado de ser mío. Ahora es vuestro. Un libro para el procomún.

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

#24H, mi nuevo libro remix


#24H, mi última creación, ya está para todos aquellos que quieran usar el  sistema Pay with a tweet. Basta tuitear desde este link para conseguir la primera parte de #24H en formato PDF interactivo. Mañana, pondremos todo el libro entero a golpe de tweet.  Paulatinamente iremos ocupando formatos, plataformas digitales, papel. Hemos llamado a la estrategia ‘occupy plataformas’.

Presento #24H el día 16 de mayo en Madrid (Matadero,Paseo de la Chopera, 14, en la Offficina, 19.30 horas) con una conversación entre Virginia Pérez Alonso (directora de 20 Minutos.es), Pepe Cervera (periodista), Stéphane Grueso (cineasta, activista), el colectivo Zuloark y yo. En Barcelona, lo presento el día 23 de mayo (ZZZINC, Sant Vicenç 33, 19.00 horas) en una conversación entre José Luis de Vicente (investigador cultural, net-thinker) y yo. A todo esto, creo que #24H no es un libro. Como no sé exactamente lo que es, insinúo algunas posibilidades (así es la nota de prensa que he enviado a los medios).

#24H es un blog off line. El (casi) autor comenzó a garabatear lo que hoy llamamos #24H en el año 2007 en un documento de texto.  El formato emulaba un blog: una entrada, comentarios ordenados linealmente. El (casi) autor, entonces, estaba interesado en la realidad virtual, en Second Life, en las narraciones distribuidas de la red, en la ciberpolítica. Durante la Primavera Árabe retomó la escritura frenéticamente. Algunos de los garabatos de 2007 estaban sucediendo. Tras la explosión del 15M español, el (casi) autor continuó escribiendo el blog off line hasta completar 24 horas de linealidad. El blog-libro-relato recrea 24 horas, entre el 16 y 17 de mayo de 2011, en un planeta llamado Internet, justo antes de que la Puerta del Sol de Madrid se llenase de “Indignados”.

#24H es una trampa. Recrear linealmente un día en el siglo XXI es una osadía (una trampa). El tiempo es una sustancia fragmentada, deterrioralizada, cóncava, convexa. Un día en You tube tiene 50.400 horas de vídeo. 2.100 días caben en un día. 70 meses, en 24 horas. #24H tiene links, ecos del pasado, tweets que circulan, salidas, túneles, lectores que se refugian en chats paralelos. El flujo del blog es una trampa.

#24H es un edificio deconstruible. Cualquier lector puede deconstruir #24H. Puede leerlo de principio a fin. Pero también de forma oblicua. Puede eliminar una parte. Puede imprimir partes del libro gracias a un sistema de etiquetas. Existen tantos libros como lectores.

#24H es un relato coral. Las musas no han escrito #24H. La inspiración no es exclusivamente el alimento creativo de su (tal vez) autor. La escritura se basa en otros relatos, en otras inspiraciones. #24H forma parte del torrente de la historia.  Aunque buena parte es un libro de ficción, en sus líneas hay referencias, citas, realidades, tweets reales, pedazos de blogs. #24H es más un collage que un cuadro. Además, el autor colgó pedazos de #24H en su blog Alfacentauro.info e incorporó comentarios de sus usuarios en el río / relato.

#24H es un palco. Cualquier puede subirse a #24H, gritar, llorar o reir. También, cualquiera puede subir y limitarse a escuchar al público sin pronunciar una palabra.

#24H es remezclable. Cualquier lector puede descuartizar #24H, podarlo, rescribirlo. La licencia Creative Commons lo permite. El autor y la editorial creen en la creación colectiva. El remix es deseable. #24H es un código fuente. Cualquier puede mejorarlo igual que hacen los programadores de software libre o los Djs. Por eso existirá (en breve) una sala de remezclas para los DJ de palabras.

#24H es una caja de herramientas. Cada palabra puede ser un tornillo o una tuerca que encaje en otros lugares. Cada párrafo puede ser un alicate que transforme otra pieza en algo diferente. Cada página  puede ser un clavo que sostenga una estructura mayor.

#24H es un laboratorio de mercado. #24H es una cobaya voluntaria del mundo editorial. Pretende iluminar un camino. Vendiendo #24H a 1,99 euros en formato digital, el autor y editorial desean probar que hay otras fórmulas editoriales al margen de las fábricas de best seller. También quieren probar que liberar la copia sin fines lucrativos incide positivamente en el autor, editorial y obra.  Y que Internet es el mejor aliado (no enemigo) de la cultura.

#24H es un cajón de sastre. Los lectores de #24H (el blog) meditan sobre la crisis, las hipotecas, el capitalismo que “proyecta logos sobre la luna”, las ciudades patrocinadas, la corrupción, Internet y una clase política desprestigiada. En #24H conviven el movimiento hacktivista Anonymous con el subcomandante Marcos; Italo Calvino con la Bruja Avería; pensadores como Félix Guattari, Manuel Castells o Hakim Bey con Mortadelo y Filemón; Democracia Real Ya con Pancho Villa; Naomi Klein con Leo Bassi; el Manifiesto Cyborg de Donna Haraway con Karl Marx; Einstein y los sonidos bastardos de las favelas de Río de Janeiro. Desamor, frustración, copyleft, utopías, cibermovimientos, contrapublicidad, Djs mash up, sueños, especulación, cartografías subjetivas, Twitter, neo-realismo mágico, wikiplazas, ciberpunk, volcanes en erupción. Y una Europa que se desmorona.

#24H es el inicio de una era. Más que un día en la tierra, con Madrid y la incipiente Spanishrevolution al otro lado de la ventana/frame, #24H es un espejo tuerto, empañado y crítico en el que se refleja el mundo, toda una época. #24H es apenas la primera línea de una nueva era que se precipita hacia un futuro misterioso, vibrante e imprevisible.