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Diez libros para el ministro de (in)cultura

Muchos ministros españoles bien podrían ser conocidos como desministros. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas suspende a todos y cada uno de ellos de manera contundente. Pero José Ignacio Wert, ministro de Cultura, Educación y Deporte, se supera cada día con su (des) gestión. Podría ser el ministro de Casi Cultura. O el ministro de Propaganda Neoliberal. O el Ministro Familia. O el (sub) ministro de la Decadencia de Hoollywood. O simplemente Ministro de Incultura. No es de extrañar que la ciudadanía valore con 2,49 puntos sobre diez su gestión. Has leído bien: 2,49 puntos sobre diez.

Su medieval Ley Sinde-Wert demuestra que no ha entendido absolutamente nada de la era digital. Hasta los empresarios de Internet denunciaron su radical ceguera. Su giro fundamentalista en la asignatura de Educación por la Ciudadanía deja bien clara la huella de su partido (Partido Popular, para despistados): la asignatura dejará de hablar de parejas homosexuales y de sus derechos para hablar de propiedad privada, familia y nacionalismos excluyentes.

Pero la esperanza es lo último que se pierde. Aunque Mr.Wert ha protagonizado hashtags de Twitter tan calamitosos para la marca España como #Wergüenza o #Wertnodoyuna, pienso que unas cuantas lecturas podrían abrir la mollera del susudicho (des)ministro o SubMinistro de la Casi Nada (nada dentro, nada fuera). He preparado una básica listita de libros que el señor (des) ministro de incultura podría leer en lo que queda de verano, si no es mucho pedir. En la mayoría de los casos, tendrá que bajarse cada libro de Internet de forma gratuita. Y totalmente legal, señor Wert. Aunque lo mismo, a su gestión como  Tal Vez Ministro le queda muy poquito y el señor Ministro de sus Amiguetes acabe pronto como consejero de alguna empresa nacional que no tribute en España, como es lógico. Pues eso: diez libros para el ministro de (in) cultura. Basta entrar en cada enlace (justo en esos links que su ley pretende criminalizar) para bajarse el libro.

1) The Wealth of Networks (Yochai Benkler). Un bello repaso a la era de las redes, la cultura colaborarativa (peering), la economía Peer-to-peer (P2P). La riqueza de las naciones de Adam Smith ya no sirve ni para encender una hoguera, señor Wert.

2) Por una cultura libre, (Lawrence Lessig). Algo así como la Biblia para entender los nuevos paradigmas de la creación y de la circulación de la cultura.

3) El código 2.0 (Lawrence Lessig). Fundamental para entender la era de la colaboración y aquella ya vieja idea de lo 2.0 que usted,  Super Ministro del Deporte que Compite, desprecia.

4) T.A.Z, Zona Autónoma Temporal (Hakim Bey). Una obra maestra que anticipó muchas de las cosas que están ocurriendo en este nuevo milenio.

5) Micromegas (Voltaire). Un clasicón de aquella Ilustración que desenbocó en aquella guillotina que le faltó a España (uy, si lo de la guillotina no lo dijo un perroflauta y sí un miembro de la Real Academia de la Lengua).

6) Q (Luther Blisset- Wu Ming). Espectacular western teológico que explica por qué una nueva tecnología (la imprenta) hizo perder muchos privilegios a la iglesia. La historia recreada tiene casi cinco siglos, pero Señor No Doy Una, sin duda que se sentirá identificado (con el lado del mal, lógico)

7) La ética hacker y el espíritu de la información (Peka Himanen, con epílogo de Manuel Castells). Un bonito texto sobre la ética de lo compartido, de lo abierto y lo colaborativo.

8) Ulises (James Joyce). Como sabemos que eres clasicote, aquí una pequeña concesión. Te recomendamos este tocho llamado Ulises que este año dejó de tener copyright y pasó a dominio público.

9) Inteligencia colectiva. Por una antropología del ciberespacio. (Pierre Levy). Leyendo este ya clásico libro entenderás (ójala) por que la Enciclopedia Británica perdió la carrera contra la Wikipedia. O por qué tu visión elitista de la educación está condenada a fracasar en la era del aprendizaje distribuido y abierto.

10) La rebelión de las masas (José y Ortega y Gasset). Oh, sorpresa, Ministro del Medalloro Olímpico: Ortega y Gasset no era tan conservador como el nacional-catolicismo creía. Esa apropiación ideológica conservadora de la obra de Ortega hace aguas. Aquí una joyita: «La polis no es, primordialmente, un conjunto de casas habitables, sino un lugar de ayuntamiento civil, un espacio acotado para funciones públicas. La urbe no está hecha, como la cabaña o el domus, para cobijarse de la intemperie y engendrar, que son menesteres privados y familiares, sino para discutir sobre la cosa pública. Nótese que esto significa nada menos que la invención de una nueva clase de espacio». Coño, otro perroflauta con apego a las plazas.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

Un manifiesto para un desministro

Hace unas semanas que tengo en «borradores» esta entrada de blog. Es un pequeño extracto del ya clásico Manifiesto cluetrain, un libro que publicaron en 1999 David WeinbergerRick LevineChristopher Locke y Doc Searls. El manifiesto supuso un sopetón al marketing clásico en el momento en el que Internet comenzó a dinamitar las reglas del viejo mundo. Me he limitado a seleccionar diez puntos de los 95 que colgaron en Internet, generando un extensísimo debate que dura hasta hoy.

En principio, el titulo está dedicado al José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte de España, el ministro peor valorado de España.  Su calamitosa gestión – aprobación de la infame ley Sinde-Wert, recortes en educación, chulería y falta de respeto hacia la sociedad en red – se merece una contestación ciudadana intensa. Pero viendo la catadura del consejo de Ministros de Mariano Rajoy – una mezcla distópica entre el opus dei y Lehman Brothers – creo que este post podría estar dirigido a cualquier ministro. Tras el violento desalojo de la Puerta del Sol de Madrid de la madrugada del sábado, estas líneas bien podría estar dedicadas a Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior.

Dudo que alguno de ellos conozca el manifiesto. Y si lo conocen, están cometiendo todos los errores destacados ya en el remoto año de 1999. Es más: estoy seguro que seas del país que seas, encontrarás un ministro que se merezca esta entrada de blog.

Acá va, una pequeña selección de la prehistoria de Internet para los dinosaurios analógicos.

1) Los mercados consisten de seres humanos, no de sectores demográficos.

2) Internet hace posible tener conversaciones entre seres humanos que simplemente eran imposibles en la era de los medios masivos de comunicación.

3) Los hiper-enlaces socavan a las jerarquías.

4) Las conversaciones en red hacen posible el surgimiento de nuevas y poderosas formas de organización social y de intercambio de conocimientos.

5) En los mercados interconectados como entre empleados intraconectados, la gente utiliza nuevas y poderosas formas de comunicación.

6) Las compañías que no pertenecen a una comunidad de diálogo, morirán.

7) El lenguaje inflado y pomposo que utilizas – en la prensa, en tus conferencias – ¿qué tiene que ver con nosotros?.

8) Estás invitado, pero es nuestro mundo. Quitate los zapatos y déjalos junto a la puerta. Si quieres comerciar con nosotros, ¡baja de tu camello!.

9) Queremos que trates a 50 millones de nosotros tan seriamente como tratas a un reportero del diario financiero.

10) Estamos despertando y conectándonos. Estamos observando. Pero no estamos esperando.

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

España, líder en Creatividad Colectiva

 

Foto: CC Argazkiak: / teketen

Descargas=piratería. Compartir=crimen. Ley Sinde=lucha contra el narcotráfico. El rodillo oficial sigue erre-que-erre confundiendo la velocidad con el tocino, Internet con el Imperio del Mal. El patriota ministro de cultura de España, José Ignacio Wert, apoya su tesis en un informe elaborado por una empresa extranjera (Francia), tras ciertas presiones extranjeras (estadounidenses). Y sigue sin entender qué es cultura digital y cómo funciona Internet.

El ministro patriota, en lugar de hacer caso a informes manipulados sobre piratería cocinados en los lobbies horteras de Los Ángeles, debería sacar orgullo patrio. Y darle la vuelta la tortilla. Lo tiene muy fácil. España, hasta el año 2010, era el líder indiscutible en número de licencias artísticas Creative Commons. Con más de diez millones de obras licenciadas con Creative Commons (para despistados, una licencia alternativa al copyright), España superaba holgadamente en el ranking a Estados Unidos e Italia.  Con 223 obras por 1.000 habitantes, apenas Taiwan superaba a España en obras licenciadas por habitante. Un detalle curioso: el tipo de licencia más habitual en la libertaria España es la CC-BY (atribución), la menos restrictiva. Aunque es muy difícil saber el número exacto de licencias (no es obligatorio comunicarlo a Creative Commons, basta con colgar el logo en tu web), España sigue en 2012 tirando del carro de la Creatividad Colectiva (traducción libre para patriotas). El contador CC Monitor coloca a España a día de hoy en el número 2 del ranking (9.224.224 obras), apenas superada por  Estados Unidos.

A lo mejor lo que le molesta a Estados Unidos es eso: que cada vez haya en España más obras registradas al margen del copy right. Que en España haya bares que pinchen música con licencia copyleft y que no tienen que pasar por caja. ¿Descargas=piratería? Ridículo argumento. Mientras, Wert fustiga a la cultura con estrategias de la guerra del narcotráfico, la Red se ríe en sus mismísimas narices. @kurioso creó un directorio en Internet con cultura gratuita libre de derechos. Y Twitter echa humo alrededor de la etiqueta #compartecultura. Un último cable para el ministro patriota. Charo Otegui, presidenta de la Acción Cultural Española (AC/E) que trabaja la imagen del país en el extranjero afirmó en una entrevista que «la marca España tiene que ir asociada a la excelencia creativa». A la creatividad.

Lo tienen a huevo. Creative Commons es cool. Y España empuja con fuerza del carro.