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Más Comunidades debaten leyes contra el despilfarro de alimentos en los colegios

Cristina Romero, la madre catalana que en enero de 2016 puso en marcha, en Change.org, una campaña para pedir al Ministerio de Sanidad medidas contra el despilfarro de comida en los comedores escolares, continúa con su periplo por las instituciones  para que se cambie la  Ley 17/2011 de Seguridad Alimentaria y Nutrición y los reales decretos que establecen  las normas de higiene para la elaboración de alimentos en estos centros.

Por razones higiénicas y sanitarias, la ley señala que la comida sobrante en los comedores escolares no puede ser manipulada y se prohíbe a los centros escolares donar lo que sobra. Y esto es lo que se quiere modificar con las miles de firmas que apoyan el cambio.

En junio, Cristina Romero compareció en el Parlamento catalán, ante la Comisión que se ocupa de la Propuesta de Ley a favor del Aprovechamiento de Alimentos. Junto con ella, han acudido otros comparecientes (asociaciones y fundaciones no gubernamentales, expertos en seguridad alimentaria, técnicos en residuos, hosteleros, comerciantes…) que han ofrecido sus puntos de vista contra el despilfarro.

El proyecto de ley catalán está en la fase de presentación de enmiendas y se espera su aprobación para el próximo otoño.

Romero mantiene además conversaciones con los partidos políticos para explicarles la necesidad de promover leyes que eviten el despilfarro de alimentos. El último ejemplo ha sido Cantabria. Su Parlamento aprobó por unanimidad a principios de junio la propuesta de Podemos que pretende acabar con el despilfarro.

«Estaré a disposición de cualquier partido político que necesite información y apoyo para abolir el despilfarro de alimentos –señala Cristina Romero-, ya que jamás me cansaré de decir que esta petición es totalmente transversal. No entiende de ideología política o clase social.
Lo importante es caminar todos en el mismo sentido y me congratula comprobar que poco a poco, se está haciendo. Imagino que las próximas noticias llegarán desde Madrid y Bruselas», donde también se han presentado iniciativas en el mismo sentido.

Mientras tanto, esta madre continúa haciendo ruido para conseguir su propósito.

El 19 de octubre de 2016, Cristina Romero entregó en el Congreso de los Diputados, junto con la chef Ada Perellada y un experto en seguridad alimentaria, las más de 244.000 firmas que ha conseguido para hacer posible que el excedente de comida procedente de comedores escolares sean aprovechados  y se pueda ayudar así a miles de personas que lo necesitan.

Directorio de locales que alargan la vida de las cosas

Alargascencia. org es una iniciativa de Amigos de la Tierra, un directorio de establecimientos que se rebelan contra el modelo de consumo de «comprar y tirar» y que alargan la vida útil de los productos: arreglando, compartiendo, reparando, alquilando, intercambiando o utilizando productos de segunda mano.

Una alternativa que la organización propone al consumo lineal que han impuesto los mercados y las grandes empresas y a la obsolescencia programada y percibida. La largascencia cierra círculos y acaba con el sistema actual de extraer recursos naturales, usarlos (pocas veces) y tirarlos.

«Somos conscientes –dicen- de que cada vez los productos son menos duraderos y más difíciles de reparar y reutilizarse. También sabemos que el sistema actual promueve esta realidad y consideramos que la ciudadanía es la más perjudicada. Queremos dar la vuelta a esta situación, conocida como obsolescencia programada, poniendo en marcha esta herramienta colaborativa».

La ingente producción de residuos y el despilfarro de recursos en vertederos e incineradoras tienen una solución que es reducir, reutilizar y reciclar. El reciclaje es una opción cuando un producto ha perdido su utilidad y no se puede aplicar ninguna de las opciones previas: la reducción o la preparación para la reutilización.

Como el reciclaje no es suficiente para reducir el uso de recursos naturales, si la demanda de consumo sigue la actual espiral de crecimiento, proponen empezar por el principio, la reducción, y apuestan por el uso de bienes duraderos, reparables, compartidos y comunales.

Es otra forma de consumo que alarga la vida de las cosas, por eso, siguen  recopilando, en un directorio, tiendas, talleres y, en general, lugares donde se  proporcionan servicios que arreglan cosas. El directorio está abierto para que cualquiera que entre a consultar y conozca  más iniciativas similares, lo comunique para que sean incorporadas a este mapa.

Entre los productos incluidos figuran textiles y complementos, muebles, aparatos eléctricos, juguetes, ocio y deporte y herramientas; y también servicios de alquiler, segunda mano, préstamo, recogida, recuperación, reparación, trueque o venta de segunda mano.

Más adhesiones a la campaña para evitar el despilfarro de alimentos en los comedores escolares

Cristina Romero, una madre catalana que en enero de 2016 puso en marcha, en Change.org, una campaña para pedir al Ministerio de Sanidad medidas contra el despilfarro de comida en los comedores escolares, continúa con su lucha, obteniendo cada vez más adhesiones a su iniciativa.

Cada vez hay más escuelas, partidos políticos, asociaciones… interesadas y muy concienciadas contra el despilfarro en comedores escolares, afirma Cristina, que en el mes de noviembre se reunió con diputados del PSC en el Parlament de Cataluña, que tres meses antes habían presentado la propuesta de Ley sobre el Aprovechamiento del Excedente Alimenticio y que sigue adelante ya que ningún partido se opuso.

El próximo mes de enero, Cristina asistirá como compareciente para explicar el motivo de la campaña y para dar mi opinión sobre las posibles soluciones. Soluciones como la que ha puesto en marcha la compañía americana Kentucky Fried Chicken a través de su proyecto Harvest. Este proyecto existente hace años en EE UU permite aprovechar sus productos y repartirlos entre los más necesitados.

Esta empresa junto con la Fundación Altius ayudan a que 60 familias reciban diariamente menús compuestos por primero, segundo, postre y pan (menús confeccionados por amas de casa, en su mayoría, voluntarias, y que recuerdan muchísimo a las comidas de abuelas y madres).

Este mismo mes de diciembre, la promotora de esta iniciativa ha viajado a Madrid para visitar las instalaciones de KFC en San Sebastián de los Reyes y la sede de Fundación Altius. También se ha reunido con representantes de Fundación Banco de Alimentos de Madrid y Barcelona, que ven totalmente viable el aprovechamiento procedente de la comida de los restaurantes KFC ya que la proteína es unos de los pilares básicos de la alimentación.

La política del Ministerio de Sanidad favorece que cada se tiren a la basura toneladas de alimentos, mientras que hay familias que no pueden llevarse nada a la boca.

La Ley 17/2011 de Seguridad Alimentaria y Nutrición y los reales decretos que establecen la normas de higiene para la elaboración, distribución y comercio de comidas preparadas y la manipulación de alimentos señalan que «por razones higiénicas y sanitarias la comida sobrante no puede ser manipulada«.

El pasado 19 de octubre Cristina entregó en el Congreso de los Diputados, junto con la gran chef Ada Perellada y un experto en seguridad alimentaria, las más de 244.000 firmas que ha conseguido para hacer posible que el excedente de comida procedente de comedores escolares sean aprovechados, ayudando así a miles de personas que lo necesitan.

Otra aplicación para luchar contra el despilfarro alimentario

Too Good To Go es una aplicación creada en Dinamarca hace un año por Lucie Basch para luchar contra el despilfarro alimentario, que se ha extendido con éxito por varios países de Europa.

Permite adquirir la comida sobrante de los restaurantes, cafés y panaderías al final del día, a precios muy competitivos. Con ello los establecimientos pueden reducir las pérdidas y desperdicio de alimentos, y los consumidores, disfrutar de buenas comidas a precios económicos.

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Su objetivo es evitar que los comerciantes se deshagan de las mercancías no vendidas y permitir a los usuarios beneficiarse de precios reducidos. Para los establecimientos comerciales adheridos (panaderías, pastelerías o establecimientos de restauración, catering y bares) todo es gratuito; solo tienen que registrarse en la aplicación y, desde ese momento, estimar a diario la cantidad de productos que pueden ofrecer a la venta al final de la tarde.

Para el usuario, una vez que descarga la aplicación y crea una cuenta, está geolocalizado; puede ver el número de porciones ofrecidas por los comerciantes adheridos en su zona, hacer un pedido y pagar on line un precio de 2,5 a 4,5 euros. Después, podrá recoger su pedido a la hora indicada por el comerciante.

Too Good To Go es una empresa social fundada en Dinamarca a finales del año 2015 y tiene ya una fuerte presencia en nueve países, entre ellos,  Alemania, Suiza, Noruega, Dinamarca, Reino Unido y Francia, donde se ha extendido a Lille, París y ahora a Lyon. Recientemente, la aplicación ha ganado el segundo premio del concurso Food waste challenge, organizado por Carrefour.

89 millones de toneladas de comida en buen estado se despilfarran cada año en la Unión Europea, lo que supone una media de 179 kg por persona, es decir, medio kilo de comida diario.

Fuente: Economía Circular

Una campaña pide a Sanidad que evite el despilfarro en los comedores escolares

La  FAO afirma que un tercio de los alimentos que se producen en el mundo se pierde o se desperdicia. Si tenemos en cuenta la situación de crisis en la que vivimos, es una cifra escandalosa.

En los comedores escolares, cada día se tiran a la basura toneladas de alimentos, mientras que hay familias que no pueden llevarse nada a la boca. El Ministerio de Sanidad así lo exige.

Por razones higiénicas y sanitarias, la comida sobrante no puede ser manipulada, según la Ley 17/2011 de Seguridad Alimentaria y Nutrición y los reales decretos que establecen  las normas de higiene para la elaboración.

Esta situación es la que ha llevado a Cristina Romero a hacer una petición en Change dirigida al Ministerio de Sanidad, que ya han firmado más de 70.000 personas, para que revise y cambie esta normativa.

Despilfarro

En algunos municipios de Madrid y Cataluña ya se han implantado medidas para aprovechar la comida. Son los ayuntamientos quienes se encargan del servicio de recogida que pasa por los colegios a diario recogiendo la comida que sobra para trasladarla a algún comedor social o albergue cercano.

Cristina Romero explica que estas acciones son fáciles: «Primero, en los propios comedores escolares, se embala la comida en tuppers de una sola ración, se etiqueta y se congelan; la empresa de recogida se encarga de llevárselos, asegurándose de no romper la cadena de frío y garantizando la correcta conservación de los alimentos; por último los alimentos se transportan al Banco de Alimentos, donde se distribuyen entre las personas con dificultades económicas o en situación de dependencia que participen en el programa de alimentos».

Los alimentos envasados o no elaborados, como yogures, fruta, verdura sin cocinar o envases que no hayan sido abiertos, se pueden dejar en los colegios para su posterior distribución. Y en cuanto a la comida elaborada –purés, potajes, sopas, tortillas, carne, etcétera–, está sujeta a unos controles que sólo pueden ser cambiados por el Ministerio de Sanidad.

«Se da por entendido que la pobreza es un problema social. Ante los más de 7,7 millones de toneladas de alimentos que se desperdician en España anualmente, muchos de ellos en comedores escolares, las autoridades competentes deberían actuar económicamente. Deberían destinar una partida del presupuesto anual y asumir ese gasto de material de embalaje y posterior transporte a comedores sociales o entidades benéficas y la contratación de personal en caso necesario», señala Cristina.

Petición al Ministerio de Sanidad para que evite el despilfarro en los comedores escolares

Una nueva campaña puesta en marcha en Change.org, promovida por Cristina Romero, pide al Ministerio de Sanidad español que frene el despilfarro de alimentos en los comedores escolares.

Un tercio de los alimentos que se producen en el mundo se pierde o se desperdicia, según La FAO. Si tenemos en cuenta la situación de crisis en la que vivimos, es una cifra escandalosa, señala la campaña.

En los comedores escolares, cada día se tiran a la basura toneladas de alimentos
, mientras que hay familias que no pueden llevarse nada a la boca. El Ministerio de Sanidad así lo exige, porque según la Ley 7/2011 de Seguridad Alimentaria y Nutrición y los reales decretos que establecen la normas de higiene para la elaboración, distribución y comercio de comidas preparadas y la manipulación de alimentos, «por razones higiénicas y sanitarias la comida sobrante no puede ser manipulada”.

Cristina Romero pide a los ciudadanos que se acabe con esta situación firmando su petición para exigir al Ministerio y a las instituciones que regulen las normativas que permiten tirar la comida sobrante de los comedores escolares.

No tiréis más comida
En algunos municipios de Madrid y Cataluña ya se han implantado medidas parecidas. Son los ayuntamientos quienes se encargan del servicio de recogida que pasa por los colegios a diario retirando la comida que sobra para trasladarla a algún comedor social o albergue cercano.

La propuesta para que no se despilfarre es sencilla. Primero, en los propios comedores escolares, se embala la comida en tuppers de una sola ración, se etiquetan y se congelan; la empresa de recogida se encarga de llevárselos, asegurándose de no romper la cadena de frío y garantizando la correcta conservación de los alimentos; por último los alimentos se transportan al Banco de Alimentos, donde se distribuyen entre las personas con dificultades económicas o en situación de dependencia que participen en el programa de alimentos.

Los alimentos envasados o no elaborados, como yogures, fruta, verdura sin cocinar o envases que no hayan sido abiertos, se pueden dejar en los colegios para su posterior distribución. Y en cuanto a la comida elaborada –purés, potajes, sopas, tortillas, carne, etcétera–, está sujeta a unos controles que sólo pueden ser cambiados por el Ministerio de Sanidad.

Todos los firmantes de esta petición solicitan al Ministerio de Sanidad una revisión de la normativa para canalizar un buen destino a ese excedente de comida que ayudaría a tanta gente necesitada.

Primera aplicación móvil para reducir el desperdicio de alimentos

Yonodesperdicio es la primera aplicación para web y móvil concebida para reducir el desperdicio de alimentos, que pone en contacto a personas que quieren compartir la comida que no van a poder consumir.

Es una plataforma de intercambio y donación de comida que permite también compartir trucos y recetas o conocer organizaciones con las que poder colaborar. Su promotora es  la Ong de desarrollo Prosalus.

Yonodesperdiciook

 

Prosalus es una organización no gubernamental de cooperación al desarrollo, cuya misión es promover el respeto, protección y garantía de los derechos humanos a la alimentación, a la salud y al agua y saneamiento. Una de sus líneas de trabajo está relacionada con el reconocimiento del derecho a la alimentación y un aspecto importante es la disminución del desperdicio de alimentos. Siguiendo la filosofía colaborativa, ha organizado esta red que facilita el intercambio y la reducción del desperdicio

Sus responsables señalan que hoy se desperdician casi 1.300 millones de toneladas al año, es decir, entre un cuarto y un tercio de la producción global de alimentos. En los hogares españoles se desperdicia  entre 75 y 100 kilos de alimentos por persona al año, señala El salmón contracorriente.

La plataforma intenta crear una comunidad de personas que compartan, intercambien y donen alimentos con la finalidad de disminuir el desperdicio de comida.

Para participar es necesario que el usuario se registre y anuncie la comida que quiere donar o compartir, o buscar comida que le interese y que esté cerca de él, contactar con la otra parte y fijar un sitio para realizar el intercambio.

No se pueden compartir alimentos caducados o en mal estado, ni medicamentos. Tampoco se puede compartir ropa u otros enseres, de los que ya se encargan otras plataformas.

Yonodesperdicio ha sido programada con código abierto por Punto Abierto, FreePress y aLabs y diseñada por Estudio BLG. Se puede empezar a usar desde la web y dentro de poco se podrá descargar la aplicación para teléfono.

 

Campañas de ciudadanos europeos contra el despilfarro de comida

En Europa, más de 80 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza. Y mientras muchas de estas personas tienen enormes dificultades para alimentar a sus familias y hacer frente a la crisis, resulta que en Europa los supermercados desechan toneladas de comida a diario (más de 40 kilos de comida cada noche).

Para luchar contra el despilfarro, el consultor social Manuel Bruscas ha lanzado en España una campaña en Change.org, dirigida a conseguir que la Unión Europea obligue a los supermercados a donar la comida que tiran a una ong.

En la petición de Chage,org se hace referencia a lo conseguido hace unos meses en Francia por Arash Derambarsh, un concejal del municipio francés de Courbevoie, que el gobierno francés aprobara una ley que exige que los supermercados donen toda la comida sobrante que no hayan conseguido vender.

campaña charge

«Esta maravillosa victoria francesa ha tenido un  extraordinario eco en todo el mundo. Al igual que Arash, pensamos que es el momento de dar un paso al frente y pedir una legislación europea que detenga el despilfarro de comida en todos los países de Europa«, señala Bruscas.

«Desde hace años llevo escribiendo artículos y haciendo campaña para reducir el despilfarro de comida. En España, por desgracia, la cantidad de alimentos que se dilapida es descomunal, y no hablamos de comida podrida o en mal estado: hablamos de alimentos que son perfectamente aptos para el consumo pero que son destruidos o lanzados a la basura en lugar de ser utilizados para alimentar a las personas que lo necesitan. Por eso, he decidió unirme a Arash y su campaña para conseguir que el despilfarro de comida sea historia en Europa”.

La Comisión Europea está preparando una estrategia de economía circular que incluye la lucha contra el despilfarro de comida y ha lanzado una consulta pública para recoger el punto de vista de los ciudadanos en este asunto. Si cientos de miles de europeos piden a la Comisión Europea que incluya la obligación de que los supermercados donen la comida que no venden, no van a poder ignorar la petición.

La petición ha sido lanzada en colaboración con la Cruz Roja francesa y Action contre la Faim y en otros países por gente que, como nosotros, quiere acabar con el desperdicio de alimentos: Nikos Aliagas (Grecia),Frédéric Daerden (Bélgica), Arash Derambarsh (France), Claudia Ruthner (Alemania), Daniele Messina (Italia), Tristram Stuart (Reino Unido).