Capeando la crisis Capeando la crisis

De cómo vivir sin dinero o con muy poco

Iniciativas con un mismo objetivo: No al despilfarro de alimentos

Cristina Romero, una madre catalana que en enero de 2016 puso en marcha, en Change.org, una campaña para pedir al Ministerio de Sanidad medidas contra el despilfarro de comida en los comedores escolares, continúa con su misión para que se cambie la  Ley 17/2011 de Seguridad Alimentaria y Nutrición y los reales decretos que establecen  las normas de higiene para la elaboración de alimentos en estos centros.

Por razones higiénicas y sanitarias, la ley señala que la comida sobrante en los comedores escolares no puede ser manipulada y se prohíbe a los centros escolares donar lo que sobra. Y esto es lo que se quiere modificar con las miles de firmas que apoyan el cambio.

Mientras el cambio legislativo en calidad de Seguridad Alimentaria sigue su curso, surgen cada vez más acciones y movilizaciones ciudadanas o de asociaciones con un objetivo común: evitar el despilfarro de alimentos.

Un ejemplo es el de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que a principios de marzo promovió, y el PSOE presentó, un proyecto no de Ley para incentivar a que supermercados, restaurantes y escuelas puedan donar la comida sobrante y que obtengan beneficios fiscales para motivar que más gente done y no se desperdicie comida que puede beneficiar a las más de 30.000 familias con niños que se encuentras en situación de pobreza en España.

Mientras tanto, Cristina Romero continúa visitando centros escolares, el último, una escuela de Barcelona donde prácticamente el 95% de los alumnos, unos 500, son usuarios del comedor escolar. El colegio dispone de cocina propia y una empresa gestora de comedores escolares se ocupa de que el servicio de comida del mediodía discurra de una manera amena y didáctica.

Los niños son los que deciden la cantidad que comen y Cristina comprobó que en las bandejas prácticamente no quedaba nada. La autogestión, supervisada por monitores, puede ser una buena alternativa.

«Ese día no sobró mucha comida: un litro de crema de puerros, algunos buñuelos de bacalao y verdura. El congelador destinado a conservar ese excedente también contenía, de esa misma semana, potaje de garbanzos, bacalao al horno…», explica Cristina Romero.

«Pensad que la comida que reciben las familias más necesitadas procedentes de bancos de alimentos u organizaciones no gubernamentales es normalmente hidrato de carbono (arroz, legumbres…) y es de suma importancia aportar proteína (pollo, pescado…) para que lleguen a tener una dieta equilibrada«, añade.

La ONG Nutrición sin Fronteras es la que se ocupa de recoger semanalmente el excedente en esa escuela y la reparte entre las familias más desfavorecidas.

OCU y Cristina Romero han grabado un vídeo promocional que exige un cambio de Ley contra el desperdicio alimentario.

«Precisamente este problema es una cuestión social. Nos concierne a todos y cuantas más personas y organismos se involucren, más presión haremos y más adelantaremos en esta carrera que es la lucha contra el despilfarro de alimentos. Todos estamos en el mismo barco», señala Cristina Romero.

El 19 de octubre de 2016, Cristina entregó en el Congreso de los Diputados, junto con la chef Ada Perellada y un experto en seguridad alimentaria, las más de 244.000 firmas que ha conseguido para hacer posible que el excedente de comida procedente de comedores escolares sean aprovechados, ayudando así a los miles de personas que lo necesitan.

En el vídeo se explica todo lo expuesto y además, se puede comprobar, una vez más, cómo aprovechar el excedente alimentario en escuelas es cuestión de predisposición.

 

Los comentarios están cerrados.