El madridismo te está agradecido, Cristiano, pero te equivocas yéndote

Empecemos primero por el final: cuando alguien quiere acabar con una relación, es mejor abrirle la puerta, en todos los aspectos de la vida. El que no quiera estar, que no esté. Vale para el amor, para una amistad, para una empresa y, por supuesto, también para el fútbol.

Cristiano Ronaldo

Cristiano Ronaldo besando la Champions (ARCHIVO).

Y ahora, vamos al principio, al porqué del eterno agradecimiento que le debe el aficionado del Real Madrid a Cristiano Ronaldo. Cuando llegó, el club estaba absolutamente destruido, en la miseria deportiva. El Barça acababa de ganarlo todo con un fútbol que enamoraba y con un equipo joven, con un estilo atractivo, y con el mejor jugador del mundo, Messi. Era tal la desesperación blanca, que se celebró una Copa del Rey (2011) como si de una Champions se tratara. El gol, ese 1-0 al eterno rival, lo marcó, por supuesto, él.

Fueron duros esos primeros años, con pocos títulos y más derrotas que victorias ante ese tremendo Barcelona, el mejor de la historia. Poco a poco, la tendencia fue cambiando, y el gran culpable fue una bestia parda, un jugador que metía más de un gol por partido, el único capaz de plantar cara a Leo, de llegar finalmente a derrotarle.

De Cristiano se puede criticar su carácter egoísta, esa forma chulesca que tiene de hablar, cómo se cree el centro del universo, su carácter obsesivo. Pero todo eso, precisamente, es lo que le ha llevado a ser lo que es. Y, sobre todo, lo que ha hecho que el Real Madrid haya ganado tres Champions seguidas, cuatro de cinco, que el madridismo viva días de vino y rosas.

Creo, sinceramente, que te equivocas, Cristiano, que sales perdiendo con esta decisión, que te arrepentirás. Estás muy, muy cerca de alcanzar a Messi. De superarle, incluso. Y marchándote te lo pones más difícil a ti mismo, ojalá te vaya mejor que a otros que aún hoy se arrepienten de haberse ido.

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