Durante el mandato de Napoleón Bonaparte como Emperador de los franceses, se pintó un banco que se encontraba en los jardines del Palacio de las Tullerías (por aquel entonces residencia imperial). Para evitar que su amada Josefina o alguna de sus damas de compañía pudiesen manchar sus vestidos al sentarse por un descuido ordenó colocar a un soldado de guardia con el propósito de avisar a quien quisiera sentarse de que la pintura todavía estaba fresca.
La anécdota curiosa de esta historia surge cuatro décadas después, cuando la granadina Eugenia de Montijo (por aquel entonces emperatriz del Imperio francés tras haberse casado en 1853 con Napoleón III) se instaló en el Palacio de las Tullerías y paseando un día por sus jardines se percató que había un soldado de guardia frente a un banco.
Tras observar durante varios días seguidos que dicho asiento siempre estaba vigilado por alguno de los soldados del palacio se interesó por el asunto, descubriendo que aquella orden dada por Napoleón I cuarenta años atrás nadie se había ocupado de anularla, por lo que con el transcurrir del tiempo aquel lugar de guardia se había acabado institucionalizando.
Evidentemente, Eugenia de Montijo mandó derogarla y a partir de aquel momento el banco dejó de estar inútilmente vigilado.
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Fuente de la imagen: Cuadro ‘El jardín de las Tullerías’ de Maurice Prendergast (1895) Wikimedia commons
Curiosidad que forma parte del libro “Vuelve el listo que todo lo sabe” de Alfred López .
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Estas anecdotas parten de la necesidad de simbolizar diferentes tipos de arte o de momentos historicos como el que describes, por muy ridiculo que parezcan algunas situaciones.
http://lacasadelcomicduendeverde.blogspot.com.es/2014/06/el-curioso-arte-de-los-originales.html
saludos
03 junio 2014 | 10:37
Rayos, se me ha despertado al vena friki con este artículo xD.
En la serie Babylon 5, el embajador centauri Londo Mollari cuenta una anécdota similar en la que cuenta que una princesa centauri una vez mandó a un soldado vigilar una flor del jardín del palacio para que nadie la pisara. La princesa olvidó la flor, la flor terminó por marchitarse, la princesa murió de vieja y cientos de años después seguía habiendo un soldado de guardia en el jardín de palacio.
En fin, supongo que sería un guiño histórico 😛
03 junio 2014 | 12:39
Muy interesante, algo parecido pasó con un banco de mi barrio que pusieron un letrero que decia… Recien pintado y estuvo alli tres dias. Finalmente lo arrancó una ventolera.(Lo siento , no se me ha ocurrido mayor gilipollez.)
Clica sobre mi nombre
03 junio 2014 | 15:52
Yo pasé por un banco donde habian pintado «tonto el que lo lea» y lo leí yo.como sobra mucha gente en España también hay que ponerlos a vigilár cosas de valór.
03 junio 2014 | 23:46