Llega un momento, y no está relacionado con la edad, en el que las personas se aceptan a sí mismas. Es el momento en el que una persona se hace más atractiva, porque proyecta esa aceptación.
Y además, cuando llega ese momento (hay quien nunca lo conoce) te pones el mundo por montera y te da igual mostrar el cuerpo que dios te dio.
Algo así le debe pasar a Milá, junto con una buena dosis de chulería torera, que ayer no dudó en dejarse catar por Christian, amén de enseñarle la noble zona donde la espalda pierde su nombre.
Peeeero, no adelantemos acontecimientos y empecemos las cosas por el principio, porque si no, empezaremos por el final y será como darse puntos de sutura y hacerse luego el corte.
La cosa comenzó con un chaval cantando en la sala de expulsiones. No tengo ni idea de quien era, porque me resultaba igual de conocido que el primer utilero del Villacebollas F.C. El caso es que se hizo un mix de canciones de ayer y de hoy. Pero más de ayer.
La furgoneta asesina trajo de vuelta a Noemí. La muchacha aseguró a Milá que le iba a contar a sus compañeros todo lo que había hecho en Brasil. Lo que pasa es que Noemí es de la Sociedad Española para la Protección de los Embustes.
El caso es que la muchacha regresó hablando como si trabajara probando medicamentos experimentales.
Noemí, que hombre que le gusta, hombre al que ordeña, dijo que lo suyo con Fael solo fueron besitos. Pues lo que se intuía debajo de las sábanas debió ser que coincidió que estaba haciendo mahonesa mientras le daba besitos.
«Estoy al libre albedrío», dijo. Traducido al español, significa que está suelta como gabete.
Se hizo muy raro ver a la Milá anunciando que alguien entraba a la casa, cuando lo común es lo contrario, pero fue una novedad agradable. Y una sorpresa, oye, porque este año no entra nadie nuevo…
Milá les dijo a Sergio y Paolo que sólo uno de ellos entraría en la casa y que se tenían que separar y se miraron el uno al otro con lastimica. Parecían Marco el día de la madre.
Y al final, por el 54% de los votos entró en la casa… ¡¡SERGIO!!
Como no podía ser de otra manera, no se quiso desperdiciar la oportunidad de juntar a Noemí con su ex, Paolo. Pero no de juntar como se juntan dos bichos para que procreen, no.
Cuando vio a Paolo, Noemí le dijo «¿Qué haces aquí?». Y luego se lo repitió sesenta veces, para ponerse después a llorar como si no hubiera mañana.
La muchacha se puso a interrogarla, pero el tío estaba más frío que el ojete de un pingüino. Ella lloraba y se emocionaba, a la par que hacía ruidos guturales muy extraños. Era como si estuviera intentando tragar un trozo largo de tocino.
Paolo, inclemente a los sonidos de asfixia de la muchacha, se puso a sermonearla sobre que las cosas que hace tienen un reflejo fuera y que le dijo que le iba a esperar y que no lo hizo. «Yo lo mantengo«, dice Noemí, que le ha esperado como el que juega al Angry Birds, así, dándole a los pajaritos.
Cuando se marchó el chaval comenzó a decir «Esto no lo tenían que haber hecho«. Luego lo repitió otras cien veces.
Luego ya fue el desmadre de los ruidos. Entre gruñido y ahogo decía cosas como «es una mierda, esto no». Y lloraba. Y Lloraba más. Pero mira como lloran las Noes en el río.
En la sala de expulsiones va a tener que entrar una barca en lugar de la furgoneta. Eso era el sindiós de los lamentos. Venga a llorar como si se hubiera sentado en un erizo amante del punk.
«Este programa es el colmo de la mistad, del amor y de la verdad», dijo Milá más tarde, poseída por el espíritu de la Madre Teresa de Calcuta tras un día de borrachera. No cantó el ‘Asturias patria querida’, pero seguro que lo estaba deseando.
Mis capacidades de adivinación son al futuro lo que la reforma laboral a la protección del empleo.
Unos segundos después de que yo escribiera que no creía que se fuera Christian, Milá anunciaba que se iba Christian.
¡¡Sí, se fue Danonino, el hombre que midió con el miembro las carreteras radiales sin moverse de la Puerta del Sol!!.
Milá entrevistó en el plató a Paolo. El ex de Noemí. O su amigo, o su novio, o lo que carajo sea.
Le pusieron al italiano el vídeo de Noemí en la casa de Brasil. Incluido el rollo con el maromo. Paolo ponía cara de estar aguantándose un pedo de los que dejan frenazo en el calzón.
Paolo salió por la tangente, diciendo que él iba allí para ayudarla y para disfrutarlo él. Con ayudarla se refería, dijo, a que encontrara la brújula. No sabemos si se refería a la aguja de cabeza colorada, porque eso Noemí ha demostrado saber más o menos donde está. Y hacia a dónde apunta.
Como Paolo había dicho que al salir se quería liar con María, Milá hizo de celestina y sentó a Paolo al lado de María, a ver si procreaban o algo. No procrearon, así que algo.
El reencuentro de Noemí con Alessandro lo hicieron en forma de homenaje a las drogas de diseño. A las de diseño surrealista. En primer lugar, Alessandro se había puesto de traje, en plan millonetis, pero con el pelo como si durmiera en un cajero. Es un chaval de contrastes.
Y el Súper le dijo que tenía que bailar frente al tótem. Por bailar Alessandro entendió dar empujones al aire, así, como si quisiera preñar a la atmósfera terrestre.
Y a raíz de su baile Noemí apareció dentro del tótem, en un truco que el mismísimo David Copperfield habría envidiado.
«¡Chó, la envidia que van a tener!», les dijo a sus compañeros de lo primerito. Y luego dijo «Oh, lamadeah, of, gran garj muf».
Después se puso a interrogar a sus compañeros para ver cuánto sabían de su paso por Brasil. O sea, nada. Vía libre para las increíbles y fantásticas aventuras de Noemí.
En cinco minutos es capaz de contar que salvó de un incendio a un bebé, que vio a Elvis y que encontró la cura del cáncer en una prueba semanal.
Las nominaciones se hicieron de tal forma que después de nominar, los concursantes iban entrando en el pruebódromo, conociendo a Sergio, el novio de Sindia.
El primero en conocerlo fue Pepe, que se hizo el simpático y adoptó la postura «medalomismoqueguay«, cuando debía estar pensando «se me acabó el monopolio de Sindia».
Pudimos ver un vídeo en el que Dani/Milhouse/Flanders le decía a Ariadna «No te da miedo de que un día me levante por la noche coja un cuchillo y os mate?». Ja ja ja, que broma más buena… (A mi me dice eso el desgraciado y por mis santas gónadas que duerme atado con correas).
El friki de los complementos (véase pajaritas y tirantes) está obsesionado con Ariadna. ¿No coge el colgao y se queda apoyado detrás de la puerta mientras la muchacha mea? Chaaan, chaaaan. Nino, nino, nino, nino, ninoooooo
Y llegó el momento de palpar domingas.
Christian llegó al plató.
Para separarle de sus parientes y amigos, Milá tuvo que tirarle la parte de atrás de los pantalones y se los metió hasta el fondo del pozo.
«Ganas en persona», le dijo el muchacho a Milá. «Estoy hasta buena, ¿no?«, respondió ella. «Tampoco es eso», dijo el canijo, elegante y caballeroso como gañán en burdel vietnamita.
Para demostrar que está buena, Milá ofreció uno de sus pechos para catar. Christian se vino arriba y le tocó una teta. Así, como el que elige melones o comprueba lo crujiente de una hogaza.
Para rematar la exhibición carnal, Milá le enseñó también el pandero, levantándose la falda de Olivia Newton-John y adoptando la postura de mirar a Cuenca.
Eso estuvo a punto de acabar en tragedia, porque se juntaron dos chulos como hay pocos, o valientes, como prefiráis, y los peores desastres empiezan con un «no hay huevos».
Para que no se sintiera mal el pechamen no sobado, Christian le tocó también la otra teta a Milá, mientras se vacilaban el uno al otro. Un poco más y acaba Christian intentando montar a Milá como un caniche intentaría montar a un Lebrel Afgano.
Christian se explicó por todas sus ideas progresistas sobre las mujeres y los gays. Son tan progresistas que Christian habría quemado por blasfemo a Escrivá de Balaguer.
Básicamente dijo que él no había ofendido a los gays, que si quieren serlo, que los sean, pero que no se le acerquen mucho. De las mujeres, pues eso, que cualquier hombre sueña con que su mujer sea como su madre. Le doy la razón sólo si tu madre es Jessica Alba o Scarlett Johansson.
Milá acabó pidiendo un plano corto para que no saliera Danonino y éste afirmó: «Esto va a perder audiencia ahora«, ja ja ja ja.
NOMINADOS quedaron: Berta, Ariadna, Dani y Pepe.
OJO, LA PRÓXIMA GALA ES EL LUNES, LUUUUNES.
Y por fin se produjo el reencuentro Sindi-Sergio.
Cuando le vio, sentado él solo en el sofá del salón, Sindia chilló como si hubiera visto al Yeti con las garras ensangrentadas.
De hecho, siendo casi las dos de la mañana, mis vecinos llamaron asustados a la puerta, mientras los servicios de emergencia acudían prestos al oír el berrido. Les dije que no pasaba nada y nos vimos el final de la gala juntos.
«Cuánta falta me hacías tú», le dijo la muchacha al novio. «Perdóname por tó«, añadió. Y «¿tu me quieres?». Respuesta afirmativa.
Milá les recordó que Sindia y Sergio nominarán como uno solo, pero podrán ser nominados por separado.
Y se acabó lo que se daba.