Esa es mi Eva. Bien es cierto que la oveja no la entendía, pero tampoco es para ser tan crudo. Eva estaba apañando las ubres de una de las ovejas y antes las evidentes muestras de disgusto del bicho le ha soltado «tranquila, cuando te maten sufrirás más». Yo soy la oveja y le doy la leche, la lana y el nombre del tipo que mató a Kennedy.
Malas noticias en la casa buena. NO HAN SUPERADO LA PRUEBA. ¿Y por qué? Por falta de fluidez, les ha dicho la súper. Para cualquiera que lo haya visto estará claro: Almudena y su número de E.T. fallaron. La simpática y sincera cartagenera les deja un último regalo a sus compañeros: hambre.
Mirentxu, muy previsora, ha decidido esconder el aceite por las noches, para que nadie coma a deshoras. ¿Se creerá que está en el Lazarillo de Tormes?
Yo si fuera ellos tampoco me preocuparía tanto. Pueden comerse a Palomares, en plan Viven, porque es el más tierno, y además, tiene el culo como dos congas, como dice Julito.
Dicen que en navidad pasarán hambre. Yo no lo creo, como siempre la organización les proporcionará una comilona de aúpa. Habrá que fijarse en Mirentxu, por si guarda cosas en tuppers.
Ahora la organización les pone villancicos para despertar. A mi me hacen eso, despertarme a machete con canciones navideñas, y aparezco en la sala de realización, atravesando monitores en plan Godzilla y me como al director, al súper y a siete redactores. Para mí que esta gente ha trabajado en Guantánamo. ¡Qué forma de torturar!
Pasemos a la casa 1. Las tres de la repesca han comentado ya sus filiaciones para con sus vecinos. Ana y Gema odian a Iván, Eva le defiende. Las tres odian a muerte a Almudena, por falsa, y las tres le tienen tirria a Julito y a Palomares, por limpiar e ir de súper majetes…
¿A quién dejabais vosotros sin cena de navidad?