La entrevista empieza recordando los gritos del exterior. Mejor ir a donde duele nada más empezar.
«Creo que la gente no aguanta estrategias tan obvias como las que habéis llevado a cabo», le dice Mercedes, que ha calificado a Juan de «estratega malo».
Bueno, la verdad es que, aunque no ha llegado a los niveles de Gerardo El Grande, Juan ha sido un estratega nefasto.
Ser un esbirro de Nagore le ha salido carísimo a Juan, que había calculado al dedillo las nominaciones, pero había olvidado que más importante que no salir nominado es que no te echen si llega ese momento.
Estrategia buena era la de Iván el año pasado: toda la carne en el asador y una huida hacia delante. Lo de las cábalas y los cálculos, mejor para los matemáticos, no para un programa en el que te graban 24 horas al día.
Juan está sumiso y da la razón a Mercedes en que lo del tabaco ha sido bastante asqueroso dentro de la casa.
Los vídeos demuestran que Juan sólo pensaba en nominar y en sus estrategias. Pero claro, sus estrategias eran las peores del mundo: intentando manipular a todos y creyendo que podían hacer que el lado oscuro arrasara.
Hay momentos en los que pienso que Toscano se ha metido en un callejón sin salida con las «risitas» y las «ironías».
Ojito al detalle feo que ha tenido Mercedes con Gonzalo. Vale que el argentino ha sido expulsado, pero de ahí a decir que para ella no existe… joer, pues que ni siquiera le inviten, que así ahorran espacio en el sofá.
Qué chulo y maleducado es Arturo. Es increíble cómo se vanagloria de su mezquindad. Cree que le quieren porque eructa, se tira pedos y habla mal. Algún día se dará cuenta de que está ahí sólo porque es el mal menor.
Arturo y Juan son como la noche y el día, y parece que los dos estaban interesados en Indhira. Ganó la batalla el soez, como dicen que suele ocurrir. El recién expulsado, por si acaso, se borra, y dice que después de Saray y Pilarita es la que menos le atraía físicamente.