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¿De dónde surge la superstición que dice que si te dan un salero en la mano tendrás mala suerte?

Varias son las supersticiones que existen alrededor de la sal y todas tienen el mismo origen: cuando la sal tenía un valor prácticamente similar al de las monedas, como te explicaba días atrás en el post ‘¿Por qué el término salario es sinónimo de sueldo?’.

¿De dónde surge la superstición que dice que si te dan un salero en la mano tendrás mala suerte?

Una de ellas indica que, para evitar la mala suerte, un salero jamás debe darse directamente a la mano, sino que hay que depositarlo en la mesa, o cualquier otra superficie, y de ahí se coge. Y la respuesta al porqué se piensa que puede traer mala suerte es bien sencilla…

Imagina a dos romanos (de los de hace 2.000 años) que están intercambiando mercancía (haciendo un trueque). Uno cambia una gallina y el otro paga con la sal. Si el intercambio no se hacía con cuidado, la sal podía derramarse. Una desgracia para uno de los dos, pero ¿para quién? El que la entregaba podría decir que ya había pagado y por tanto se llevaba la gallina y el que cobraba podría decir que todavía no estaba en su poder y por lo tanto la venta no estaba cerrada. Así que la cosa acabaría en discusión y, muy posiblemente, a puñetazo limpio. Motivo por el que se aconsejaba en depositar la sal en un cuenco que estaba colocado sobre firme. De aquí también surgía la superstición de que si se da la sal en mano rompes la amistad.

Algunas son las personas que han querido ver en el origen de la superstición una procedencia religiosa y se explica la historia (no fundamentada) de que durante la Última Cena de Jesús con los Apóstoles Judas derramase con el brazo un salero. No existe evidencia alguna del hecho, pero Leonardo Da Vinci recogió la escena en su pintura sobre la Última Cena, algo que hizo que se creyese que realmente sucedió.

Las personas supersticiosas, cuando se les cae la sal, suelen coger una pizca y echársela sobre los hombros. Esto lo hacen porque antiguamente se tenía la certeza de que el diablo acechaba detrás de cada uno de nosotros y que, si alguien tenía la desgracia de que se le derramaba la sal, al tirarla hacia atrás se le echaba en la cara del maligno, ahuyentándolo y evitando que éste trajese mala suerte a esa persona.

 

 

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Fuente de la imagen: Wikimedia commons

¿De dónde surge la costumbre de tirar una moneda a una fuente para pedir un deseo?

¿De dónde surge la costumbre de tirar una moneda a una fuente para pedir un deseo?

A través del apartado de contacto, Belén Borrás me hace llegar una consulta en la que me pregunta de dónde surge la costumbre de tirar una moneda a una fuente para pedir un deseo.

Esta costumbre, a la que podríamos llamar también superstición, viene de lejos y tiene su origen en una antiquísima tradición por la que se creía que el agua que estaba estancada, ya fuese en un pozo, lago, fuente, cueva, etc…, tenía propiedades curativas. No debemos obviar que los tratamientos termales ya se realizaban hace varios milenios.

Esa creencia se popularizó rápidamente debido a que estaban convencidos de que en el interior de esos lugares habitaban algunas divinidades, las cuales concedían deseos.

El pueblo Celta era uno de los que más ayudó a difundir este tipo de creencias, surgiendo entre sus costumbres la de lanzar una piedra en uno de esos pozos (o lugares con agua estancada) y ver cuántas burbujas brotaban o escuchar el ruido que hacía, dependiendo del número creían que les iría mejor o peor.

Les pedían a las deidades deseos, pero siempre estaban relacionados con la salud (al menos en la antigüedad).

Según como fueron pasando los siglos se fue afianzando esa tradición, pero al mismo tiempo se fue modificando: ya no solo se pedía por la salud sino que al abanico de deseos se le comenzó a unir peticiones para encontrar pareja, trabajo, ganar premios de azar…

También se cambió el lanzar piedras a tirar monedas. Este cambio radica básicamente en que es más fácil que una persona lleve una moneda encima que no una piedra (aparte de que lo de las monedas se convirtió en todo un lucrativo negocio para muchos de esos sitios). Cabe destacar que en algunos lugares también se volvió una tradición el tirar alfileres.

Se ha convertido en una costumbre que va ligada al hecho de visitar como turista algún lugar, encontrarse con una fuente y tener la necesidad de lanzar la moneda para pedir el deseo.

Se calcula que anualmente la recaudación de todas las monedas que se lanzan en todas las fuentes, pozos o cualquier otro lugar turístico (aunque no haya tradición alguna en aquel lugar) repartidas por todo el planeta puede superar los diez millones de euros.

 

Lee y descubre más historias como esta en el apartado ‘Destripando Mitos, Leyendas Urbanas y Supersticiones’ de este blog

 

Fuente de la imagen: HerrBerta (Flickr)