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Algunas etimologías falsas que soléis creeros a pies juntillas (I)

Con frecuencia me topo por las redes con alguna publicación en la que se da una explicación totalmente errónea o falsa sobre el origen de una expresión o término. Algunas veces el error de debe al desconocimiento por parte de quien lo ha escrito, publicado o compartido y otras como divertimento de alguien con el fin de engañar (tomar el pelo) a los lectores. También son muchos los seguidores de este blog, mis libros y redes sociales que contactan conmigo con el fin de consultarme si una etimología que les ha llegado es cierta o no.

Uno de los problemas es que en ocasiones hay medios de comunicación que las dan como ciertas y utilizan esos bulos como información real e incluso hay quien me ha recriminado que un post mío era erróneo porque había leído algo distinto en otra lado (cuando el erróneo era el otro).

En este post (y otros próximos) os voy a ir trayendo algunos de esos bulos o ‘etimologías fakes’ que la gente suele creerse a pies juntillas y las comparte despreocupadamente en sus redes como si fueran ciertas.

 

  • Emperifollarse

Ir maquillado, peinado o adornado en exceso.

Algunas etimologías ‘fakes’ que soléis creeros a pies juntillas (I)

Bulo: Corre por las redes una explicación sobre la procedencia del término emperifollado/emperifollarse, escrito en la forma ‘emperifoyado/emperifoyarse’, que atribuye dicho origen al apellido del diplomático estadounidense John Peurifoy quien solía ir elegantemente vestido (aunque en esos bulos virales aparece el apellido como ‘Perifoy’)

Verdad: Proviene del ‘perifollo’ una planta herbácea similar al perejil y muy utilizada en cocina gracias a ser muy aromática (desprende un aroma mezcla de perejil y anís). Algunos cocineros abusaban del uso de esta hierba, sobrecargando el adorno de algunos platos, que pasaron a ser conocidos como ‘emperifollados’, trasladándose el término para hacer referencia a las personas que van recargadamente vestidas y maquilladas o abusan de los complementos y adornos.

 

  • Tirar la toalla

Rendirse, abandonar un propósito.

Algunas etimologías ‘fakes’ que soléis creeros a pies juntillas (I)

Bulo: La explicación falsa y que surgió de una página dedicada a inventarse, a propósito, el origen de frases y términos, señala que esta expresión proviene de tiempos de la Antigua Roma, en el que se realizaban insinuaciones homosexuales en las termas y el dejar caer la toalla al suelo era señal de que se admitía dicha proposición.

Verdad: Tiene su origen en el mundo pugilístico. Cuando el entrenador o preparador de un boxeador ve que éste está al límite de su resistencia y no se encuentra en condiciones físicas de continuar tiene la opción de arrojar una toalla al aire (que debe caer dentro del cuadrilátero) como símbolo de rendición y finalización del combate para evitar daños mayores o irreparables.

 

  • Pusilánime

Falto de ánimo y valor para tomar decisiones o afrontar situaciones comprometidas

Algunas etimologías ‘fakes’ que soléis creeros a pies juntillas (I)

Bulo: En la explicación falsa también se le da la acepción de ‘estar enchochado’, argumentando que el término provine de la unión del vocablo inglés ‘pussy’ (usado para referirse a la vagina, chocho, coño) y ‘lamine’ de la que no se da ninguna explicación ni significado. Evidentemente, se nota a leguas que quien creó esta ‘etimología fake’ lo hacía como divertimento, aunque sin pensar en que quien lo leyera podría creérselo.

Verdad: El término lo recibimos directamente del latín ‘pusillanĭmis’ que era la contracción de la expresión ‘pusillus animus’ y que venía a significar ‘de alma o espíritu pequeño’ (pusillus: pequeño – animus: alma/espíritu) y se aplicaba a aquel que era apocado, cobarde y sin valor.

 

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