Las nuevas voces que irrumpieron en la novela histórica española en 2021

Estamos a punto de cerrar este 2021 que nos trajo, entre otras muchas cosas, a Filomena, más covid-19, un volcán… y mucha novela histórica. Ya os he seleccionado mi lista de las diez mejores ficciones históricas del año, en mi humilde opinión, claro, y una selección de novelas para ayudar a los Reyes Magos. Ahora, como también es tradición en XX Siglos, quería destacar la excelente hornada de nuevos autores que aparecieron este año en nuestro género favorito.

Y tengo que empezar, sin duda, por un debut sorprendente por su calidad y su éxito como ha sido el de Bibiana Candia con su Azucre (Pepitas de Calabaza): la breve pero contundente novela sobre aquellos migrantes gallegos que en el siglo XIX marcharon engañados hacia Cuba y allí acabaron encontrando la más cruel esclavitud. No parece que Candia sea una autora que se vaya a encuadrar próximamente en el género, pero Azucre es una novela histórica colosal y merece estar entre lo mejor del año y como una de las voces que han derribado las puertas de la ficción sobre el pasado.

Tras ella vienen un buen grupo de autores que no aparecieron entre mi selección de lo mejor del 2021, pero que fueron consideradas. Ahí estaba Álvaro Lozano, con su literaria y magnética reconstrucción de Irene de Atenas (Edhasa), David Gómez con su brutal historia bélica sobre los prolegómenos de Annual en Fuego sobre Igueriben (Almuzara) o Juan Tranche con su poderosa recreación del mundo de los gladiadores en Spiculus (Suma de Letras). Autores a los que deseamos seguir leyendo sus novelas históricos y seguir una evolución que seguro llega lejos.

Pero no fueron los únicos debuts prometedores. Agustín Alonso G. se lanzó al mundo editorial con La edad imperfecta (Sílex), sobre un personaje muy literario y poco tratado por el género como Garcilaso de la Vega. El profesor de Historia y youtuber José Antonio Lucero deslumbró con La vida en un minuto (Ediciones B), una novela sobre el accidente ferroviario de El Bierzo en 1943 y con una mirada sobre el pasado reciente que entronca con la de su adorada, y recientemente fallecida, Almudena Grandes.

El periodista Eduardo Álvarez, por su parte, entró en las baldas de Histórica con El hijo de Eulalia (Esfera de los Libros), la recreación novelada de la vida de Luis Fernando de Orleans. Más alejados de las cortes, pero más aventureros y medievales, fueron los debuts de David Sañudo, con La victoria perdida (Edhasa), ambientada en la Península medieval, y de Judá Barber, con El caballero de Calatrava (Esfera de los Libros), situada en las cruzadas.

Nueve ejemplos, que no son todos los que fueron, que muestran el brillante porvenir de este género que, paradójicamente, mira siempre hacia atrás.

Y vosotros, ¿queréis destacar algún debut más de este 2021?

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