El cementerio de las sagas inconclusas: entre la decepción de los lectores y el riesgo de los editores

Hace unas semanas un lector de este blog se puso en contacto conmigo. Me preguntaba si tenía noticias de una tetralogía de un conocido autor de novela histórica francés que en España se había quedado en las dos primeras entregas. No las tenía, así que pregunté al a editorial que tenía los derechos en nuestro país. La respuesta no sorprendió a nadie: las novelas no habían tenido la respuesta del público esperada y habían, de momento, congelado los planes de publicación; seguían apostando por otras obras del catálogo del autor, pero por esas no.

Es algo que afecta a las series audiovisuales, o las series de, sobre todo, literatura de géneros populares como la negra y policíaca, la fantasía, la ciencia-ficción y la histórica. ¡Cuánto fastidia, como lector, descubrir que no podrás acabar esa historia a la que has dedicado tanto tiempo y dinero! «Compré dos libros, y sin los finales, ¿de qué me sirven?», me explicaba contrariado, con razón, ese lector. «Se entienden los motivos económicos, pero deberían pensarlos antes», concluía. Es sin duda, la parte más visible del problema: la decepción del lector, el dinero y el tiempo más o menos perdidos.

Es comprensible, pero también está en frente el delicado equilibrio económico de las editoriales. Esa parte es más críptica y menos visible. ¿Cómo puede acabar pasando esto?

He charlado con tres editores que han lidiado con estas situaciones dentro del género de la novela histórica en España. Hay una sensación evidente entre ellos de que las sagas largas -esas del estilo de los veinte de Capitán de Mar y Guerra, de O´Brian; los trece de Uthred o los veinte de Sharpe, de Cornwell, los veinte de Marco Didio Falco, de Lindsey Davis o los veintitantos de Cato y Macro, de Scarrow- han perdido fuerza definitivamente y siguen funcionando algo mejor las trilogías y series cortas. Y frente al dolor y enfado del lector, está el quebradero de cabeza económico y editorial de unos profesionales que apuestan por unos títulos… hasta que no pueden.

«Es material sensible», se muestra comprensiva Penélope Acero, editora de Edhasa, «hay que ser consciente de que es algo al que alguien ha dedicado mucho tiempo, el autor, y al que quizá no muchos, pero sí algunos lectores han dedicado el suyo y su dinero y sienten que tienen derecho a seguir con ello». «Pero como empresa debe tener un mínimo rendimiento y hay que mantener un equilibrio: si una saga realmente no funciona, va a ser muy difícil seguir; con una trilogía es más fácil: apuestas por el autor, haces catálogo y hay que ir a por todas», asegura.

«Es el peligro de las sagas o, simplemente, de las segundas partes de cualquier libro: los siguientes siempre venden menos que el primero», me explica otra editora que ha trabajado con este tipo de materiales pero que prefiere no aparecer citada. «Para que el último libro de una saga funcione bien, el primer ha tenido que convertirse en un verdadero best seller«, asegura.

«Son complicadas, porque a medida que vas sacando títulos, las ventas van bajando», coincide Carlos Alonso, editor de Ediciones Pàmies. «Nuestra política es aguantar mientras se pueda», afirma, «no me importa no ganar dinero para darle más tiempo, pero lo que no podemos permitirnos es que nos haga un agujero espectacular. Es de Perogrullo, pero cuando firmo el arranque de una serie quiero llevarla hasta el final, pero si el agujero económico es demasiado grande, tienes que cerrarla con todo el dolor de tu corazón».

Alonso pone de ejemplo una que ha tenido que dejar inconclusa recientemente la de El legado de Alejandro Magno, de Robert Fabbri, tras dos títulos. «Salió en febrero de 2020 y a las pocas semanas llegó el confinamiento, fue un desastre absoluto, casi no se vendió un libro en librerías. Pero me encantaban esos novelas e insistí: un año después saqué la segunda parte e hicimos campaña con los dos títulos, pero no hubo manera. El agujero era tremendo, la tuve que dejar y ha sido una de las que más me ha dolido dejar inconclusa», asegura.

«Cuando es larga, en general si ves que no funciona tienes que cortarla», explica Acero. «A nosotros nos pasó, por ejemplo, con la de Robin Hood, de Angus Donald, que era una serie de muchos títulos y no pudimos hacerla funcionar de ninguna manera», analiza.

Lo cierto es que este problema de las series afectan sobre todo a las series internacionales. Además de la comprensible y esperada bajada de ventas en los siguientes títulos hay que añadir los costes de traducción y que, en general, los anticipos son mayores.

A grandes rasgos, Alonso y Acero coinciden en que las trilogías se puede apostar más y continuar.  A veces, compensa. «Como con la serie de Adrian Goldsworthy«, rememora Alonso, «que al principio no fue muy bien, pero acabó remontando y ha logrado hacerse un muy buen hueco». Acero, por su parte, pone de ejemplo la serie de El imperio de los mogoles, de Alex Rutherfurd, que están actualmente publicando y que «trata unos hechos muy desconocidos en España (el imperio de los mogoles del título, en la India del siglo XV), está muy bien escrita» y están apostando por ella.

Más allá de costes y ventas, también puede haber otros motivos para que una serie se vea cancelada y muchas veces no llegan a los lectores. Penélope Acero enumera varios. «Hay veces que el autor decide no seguir por sus motivos y también pueden pasar otras cosas», explica esta editora y recuerda un caso concreto: «Nosotros publicábamos una serie de Harry Siddebottom, Guerrero de Roma, y nos gustaba aunque aquí no vendía bien, pero con cada novela nos pedían un anticipo cada vez mayor, porque en Reino Unido sí vendía mucho, y no pudimos». Asegura esta editora que España sigue la tendencia internacional de «cada vez menos series largas y más trilogías».

En nuestro país, además, se está dando progresivamente (y se percibe muy bien las listas de más vendidos que publico en este blog) hacia el escritor nacional: «Últimamente hay menos, también porque ha habido un boom de autores españoles y estos son menos dados a las sagas, y si las hacen son cortas», explica Acero.

Alonso también incide en ese sentido: «Son menos habituales, pero las series de autor español son más sencillas de sacar porque los costes son menores y autores cada vez venden más y sacan temas que interesan aquí; los autores ingleses siguen sacando sobre Hastings, Alfredo el Grande y el Muro de Adriano y al lector español le apetece más, a lo mejor, Covadonga o la conquista de América».  «Parece que los escritores españoles tocan temas que nos interesan más y se promocionan mejor», coincide la tercera editora consultada.

Así pues, no corren los mejores tiempos para largas sagas de novela histórica, en cierta sintonía con estos tiempos acelerados y de consumo veloz. Afecta a todos: además de la series mencionadas en este artículo, Penguin tiene ‘congelada’ la serie de Flavia Albia, de Lindsey Davis, y la reedición de Marco Didio Falco; Planeta la tetralogía de Christian Jacq sobre Los misterios de Setna, entre otras. Muchos lectores son los afectados, pero seguramente no los suficientes para hacer una presión efectiva. Esto no es la televisión, donde todavía uno se acuerda de aquellos cacahuetes que salvaron de la cancelación, a menos momentánea, a aquella serie titulada Jericho en los primeros años 2000. En otros casos, probablemente el de Davis, se espera a que se concrete la rumorología sobre una posible adaptación audiovisual.

Entre la decepción de los lectores y los equilibrios de los editores, el cementerio de las series inconclusas sigue ampliándose en busca de los cada vez más escasos lectores fieles.

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6 comentarios

  1. Dice ser Tzaro

    ¿Y qué decir de George R.R Martin y Patrick Rothfuss? tanto «Canción de hielo y fuego» (a.k.a Juego de tronos) como «Crónica del asesino de reyes» llevan 12 años paralizadas, y ambas han sido suuuuuuuuper ventas.

    06 marzo 2023 | 13:24

  2. Dice ser Louis Antoine Léon de Saint-Just.

    « ¡ Ay de cualquier novela que el lector no tenga prisa por terminar ! » Jean Le Rond d’Alembert.

    06 marzo 2023 | 13:48

  3. Dice ser Adriana

    Yo soy una de las afectadas por la inconclusa saga de los Misterios de Setna, incluso me hice eco de este hecho en mi blog. A mi particular me engancharon y me parecieron la lectura ideal para el verano.

    06 marzo 2023 | 16:54

  4. Dice ser Javier

    Interesante artículo. Vaya decepción. Esperaba ansioso el tercer libro de El legado de Alejandro Magno, pues las dos primeras me parecieron excelentes. Es la ley del mercado, se venden más las de Adrian Goldsworthy, en mi opinión gran ensayista pero limitado como novelista. Alabar el empeño de Carlos Alonso en publicar buenas novelas, como en su momento con Dorothy Dunnett, aún a riesgo de sufrir pérdidas. Supongo que lo fácil es publicar lo que llena las estanterías de histórica, las anécdotas de la mili de tu cuñado en versión centurión romano, títulos ambientados en la Alemania nazi y el Holocausto o en reinterpretaciones de los mitos clásicos a rebufo del éxito de Madeline Miller.

    07 marzo 2023 | 16:03

  5. Dice ser Marcos

    Las crónicas del asesino de reyes está inconclusa desde hace años y se ha vendido como pan caliente, esas cosas no se entienden..

    12 marzo 2023 | 21:34

  6. Dice ser Jesús

    La espada de la verdad, es otra saga de un total de 25 libros, que ha sido abandonada por la editorial dejándola inconclusa, después de haber sido explotada muy injustamente aprovechándose de los fans. Básicamente dividieron cada libro original en dos libros (dejando uno inconcluso hasta saliera el siguiente) publicando los en tapa dura por 20€ cada uno. Y aún así, después de haber exprimido el dinero de los fans que con gusto lo pagan con tal de ver el final de la serie, la dejan cuando quedan únicamente dos libros que ya llevan años publicados en inglés. El trato de esta editorial a esta saga si que ha sido vergonzoso.

    13 marzo 2023 | 14:36

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