Juan Tranche: «Nos gusta alardear de nuestro pasado romano y no así de otras culturas que también nos dejaron su impronta»

Fotograma de la película Gladiator (2020)

«Mi nombre es máximo Décimo Meridio, comandante de los ejércitos del norte, general de las legiones medias, fiel servidor del verdadero emperador, Marco Aurelio, padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada y alcanzaré mi venganza en esta vida o en la próxima»… ¿Quién no ha vibrado al visionar esta celebrada escena de Gladiator (2000)? Algo parecido debió sentir hace veintiún años, el madrileño Juan Tranche y que ahora acaba de debutar en la novela histórica con Spiculus (Suma de Letras, 2021): una ficción que, obviamente, se centra en el mundo de los gladiadores.

Tranche planeta la historia de dos jóvenes amigos, amo y esclavo, a los que la vida, el amor y el orden social acabará enfrentando y enredando con el mundo de los gladiadores. Sus vidas se mezclarán con la existencia del regidor de su universo, el emperador Nerón, y con la figura de Spiculus, el gladiador favorito de ese emperador. Tranche despliega un conocimiento detallado del mundo histórico de los gladiadores y una habilidad narrativa para los pasajes de acción para llevarnos a la arena…

¿De dónde viene la pasión por los gladiadores de Juan Tranche?

Siempre me he sentido muy atraído por nuestro pasado romano. Esa pasión se impulsó hace veinte años cuando fui a ver la película Gladiator y aquella cinta cambió mi vida. Desde entonces siempre he sentido algo especial por estos luchadores de la antigüedad. Años después, leyendo un libro sobre ellos, supe que había algo en los gladiadores que me atraía de un modo inexplicable. Fue entonces cuando decidí investigar y querer saber mucho más sobre este fascinante mundo y, de ahí, querer narrar lo que me hacen sentir en una novela.

Y ¿cuándo se cruzó con Spiculus? ¿Decidió inmediatamente que iba a ser el eje de su primera novela?

Sí, fue un flechazo. Todo el mundo ha oído hablar de los gladiadores y me sorprendía que muy pocas personas sepan el nombre de gladiadores que existieron de verdad. En una sociedad donde nos gusta medir el éxito con premios y reconocimientos para absolutamente todo me llamaba mucho la atención este detalle. En cuanto decidí escribir una novela ambientada en el mundo de los gladiadores tuve claro que el personaje, sin duda, sería Spiculus.

Más allá de las citas de Suetonio y Plutarco y los restos arqueológicos que menciona en la cita histórica en el libro, ¿qué es lo que se sabe a ciencia cierta de él? ¿Cómo construyó su vida? ¿Cuánto diría que tiene de realidad y de imaginación su Spiculus?

De Spiculus únicamente sabemos lo que aparece en esas citas históricas del libro. Puede parecer poco, pero recordemos que los gladiadores eran infames, la clase social más baja de toda Roma, nadie quería escribir sobre ellos. De casi todos los gladiadores disponemos de una cita, un resto arqueológico o, directamente, su epitafio. Tener tres citas literarias y varios restos arqueológicos del mismo gladiador es, aunque nos sorprenda, una barbaridad. Apoyándome en la vida de Nerón y en acontecimientos que ocurrieron en Pompeya, además de las mencionadas citas y restos arqueológicos, es como he creado la ficción en torno a él.

FOTO: SERGIO CUTILLAS ESTEBANEZ

Para describir las detallas luchas y entrenamientos de aquellos luchadores, ¿se ha enfundado alguna vez la panoplia con algún grupo recreador?

Aun no. Hace dos años asistí al entrenamiento nacional de asociaciones de recreación sobre gladiatura en Lugo. Tanto a nivel cultural como de documentación fue un viaje increíblemente enriquecedor. Hace un año que pertenezco a la asociación que lo organizó, Caetra Lucensium, aunque debido al covid no he podido realizar aun nada con ellos. No obstante, no he hecho ni creo que haga recreación de gladiatura, al final el hierro es hierro y la piel es piel. Prefiero, hoy por hoy, hacer cosas menos arriesgadas. Aun así, tengo claro que quiero enfundarme, aunque sea solo una vez, en la panoplia de un gladiador y realizar un combate, con armas roma obviamente, para saber que se siente, acercarme y experimentar, salvando las distancias, durante unos minutos, lo que tuvo que sentir un gladiador hace dos mil años.

¿Cómo enfocó esos pasajes de acción y combate a la hora de ponerlos por escrito?

Como te decía en la respuesta anterior, aquel viaje al entrenamiento de gladiatura me sirvió para ver, de primera mano, que tipo de golpes eran reales, defensas y ataques que de otro modo es imposible poder visualizar. Pude preguntarles y, gracias a las amistades que hice allí, ver si algunos combates tal y como los describía eran fidedignos. Muchos lectores me han escrito expresando que la narración de los duelos les ha hecho vibrar y sentir que estaban en la arena combatiendo y creo que esa ha sido la clave, dar un visión lo más aproximada posible de como podían luchar los gladiadores.

En su descripción de la visión de la sociedad romana sobre los gladiadores como infames, a los que admiran y desprecian al mismo tiempo, ¿no le resulta similar a lo que pasa hoy en día, por ejemplo, con futbolistas y concursantes de reality shows?

Si hacemos esa comparación cometemos uno de los errores más comunes de la historia, que no es otro que comparar una sociedad de hace dos mil años con una sociedad de hoy en día. Tenemos que meternos en el contexto y el modo de pensar de la antigua Roma para librarnos de los prejuicios modernos, sobre todo, si queremos comprenderlo. Si nos limitamos a hacer, dicho con todo mis respetos, una simple comparación no vamos a llegar a entender la condición que suponía ser un infame y todo lo que conllevaba ser un gladiador. Para los romanos ser obligado a convertirse en gladiador era degradante; hacerse gladiador por voluntad propia era ignomioso y morir como uno de ellos era sublime. Dicho esto, no soy quien para juzgar el modo en que cada persona, hoy en día, quiera ganarse la vida.

Fotograma de la película Espartaco (1960)

¿Somos tan romanos como a veces se dice? ¿Cree que esa es la razón, la identificación, la conexión y empatía, por la que las novelas de romanos tienen éxito en pleno siglo XXI?

Al menos eso es lo que parece, aunque no debería ser así. Los romanos dejaron una huella importante en nuestro ADN y los ecos de su legado aun resuenan en nuestros días con sus luces y sus sombras. Nos seguimos sorprendiendo por su modo de vida o su estrategia en el campo de batalla, además del derecho romano, las calzadas, nuestra lengua, etc. Sin embargo los españoles somos un amalgama de culturas y, lamentablemente, algunas nos enorgullecen más que otras. Nos gusta alardear de nuestro pasado romano y no así de otras culturas que también dejaron su impronta, pero Roma… Roma nunca ha pasado ni pasará de moda.

Además de las vidas de los dos protagonistas, hay otra importante subtrama sobre Nerón. La visión que nos da de él entronca con su imagen clásica, de loco y psicópata, que podemos rastrear hasta en Quo Vadis?  En algunos pasajes, en uno muy especial en concreto, parece un personaje sacado de La naranja mecánica

He intentado mostrar al emperador que nos narran las fuentes. El propio Trajano alabó sus primeros años de gobierno, mientras se dejo aconsejar por Séneca en todo lo político y por Sexto Afranio Burro en lo militar. Sin embargo, sabemos que cuando estos dos consejeros se alejan de su vida, Nerón, se convierte en un personaje histriónico que mezcla buenas decisiones con otras esperpénticas que dejaron abatidos incluso a sus más fieles. Creo que este carácter lo resume muy bien el tribuno Subrio Flavio quien había sido siempre fiel a Nerón y amigo íntimo. Este tribuno fue acusado de conspirar contra el emperador casi al final de su gobierno. Cuando le preguntaron porque lo había hecho respondió, según Tácito: “Te odio. Ningún otro soldado fue mas a leal a ti mientras mereciste ser amado. Comencé a odiarte cuando te convertiste en el asesino de tu madre, de tu esposa, en un auriga, un actor y un incendiario”. Creo que ni Stanley Kubrick hubiera sido capaz de imaginar un personaje así. Dicho de un modo actual debió de ser una bomba de relojería.

¿Cree que la novela histórica puede enseñar a los lectores Historia?

La novela histórica, aunque tenga partes muy rigurosas, no enseña de motu propio, debido a que el autor no puede diferenciar durante el relato la parte histórica de la que no, dado que estropearía la narración. La novela deber servirnos para fomentar nuestra curiosidad sobre los hechos que estamos leyendo, no olvidemos que estamos ante una ficción. La novela histórica cumple su función, que no es otra que entretener y cuando algo no está documentado el autor, necesariamente, tiene que cubrir esos vacíos. Por ese motivo, la novela histórica, debe servir como pistoletazo de salida para aprender más sobre hechos históricos. Aunque también deberíamos diferenciar entre tres tipos de novelas históricas: aquellas que tienen un rigor extraordinario, dando por hecho que un rigor absoluto es imposible, las que están basadas en hechos históricos y, por último, la pseudohistoria donde el autor busca verter su ideología política en nombre de hechos que ocurrieron hace mucho tiempo. Por lo que puede provocar un aprendizaje, pero debemos tener el juicio y ser críticos a lo hora de dar por sentado absolutamente todo lo que leemos.

¿Cómo se define Juan Tranche como escritor?

Me considero un escritor con una ilusión y un entusiasmo enorme. He tratado de contar esta historia como a mi me gustaría leerla, espero poder transmitir a mis lectores la pasión con la que he escrito cada palabra.

¿Cuáles son sus referentes en novela histórica?

Tengo varios: el primero, por ser quien me hizo amar la literatura, es Ken Follet; en segundo lugar, como no puede ser de otro modo, Santiago Posteguillo. También me gusta mucho Manuel Francisco Reina, cuya prosa me causó mucha impresión y David B. Gil, con sus maravillosas novelas de samuráis. Por lo demás soy un ávido lector, me gusta leer de todo, no solo histórica y de todos los periodos no solo de Roma.

Spiculus, ¿es la primera de una carrera novelística o un reto cumplido que no va a tener continuidad?

Esta aventura empezó como un reto personal, nunca podía llegar si quiera a imaginar vivir todo lo que estoy viviendo. Cada día recibo mensajes de gente que se esta leyendo Spiculus y comparte conmigo sus impresiones sobre la novela y aquello que le ha gustado, le ha emocionado, o le ha hecho sufrir. Es algo que me resulta increíble y que me llena de ilusión. La siguiente novela ya la tengo escrita, por tanto te mentiría si no te dijera que sí, que me gustaría mucho seguir escribiendo y seguir recibiendo estos bonitos mensajes anónimos. Sin duda, este es un sueño del que me gustaría no despertar jamás.

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