Judá Barber: «La Orden de Calatrava tuvo una lista de hazañas que no tiene nada que envidiar a la de los templarios»

El escritor Judá Barber.

De la Tercera Cruzada se ha escrito y novelado mucho: Ricardo Corazón de León, Saladino y compañía hicieron mucho por ello, eclipsando a otro gran protagonista de aquella campaña, Federico Barbarroja. Ahora el novelista debutante Judá Barber (Barcelona, 1981) recupera aquella parte de la cruzada a través de los ojos de su creación literaria, Enric Vidal, un caballero calatravo, en El caballero de Calatrava (Esfera de los Libros, 2021). Y así mata dos pájaros de un tiro este autor, rescata a Barbarroja y recupera la memoria de la Orden de Calatravo. Lo hace Barber a través de una novela épica, de aventuras medievales que bebe de autores como Bernard Cornwell y Simon Scarrow. Váyamos a las cruzadas con él.

¿Por qué la Tercera Cruzada desde el punto de vista de Federico Barbarroja? No ha sido, desde luego, el punto más habitual escogido por los novelistas que han tratado las Cruzadas…

Precisamente, no es una peregrinación muy conocida y creo que era una interesante historia que explicar a los lectores. El enfrentamiento entre Ricardo Corazón de León y Saladino monopoliza la mayoría de las novelas sobre la tercera cruzada. Fue un duelo fascinante, sin duda, pero que ha eclipsado la increíble odisea de Federico Barbarroja y sus hombres. Fue un extraordinario viaje, plagado de batallas y sufrimiento, que merecía ser contado.

Y, ¿por qué un calatravo como protagonista? ¿Por qué los templarios gozan de tanta fama y los calatravos no?

La Orden de Calatrava fue una Orden similar a la del Temple, con un origen heroico y una lista de hazañas y batallas sin nada que envidiar a la de los templarios. Fueron caballeros duros, forjados por y para la guerra. Durante mucho tiempo fueron el escudo de los reinos cristianos en las inestables tierras fronterizas de la península ibérica, en el largo proceso de la llamada Reconquista española.

Los templarios, que también fueron guerreros entregados y experimentados, gozan de mayor fama por dos motivos principalmente. Primero, estaban extendidos por toda Europa y Tierra Santa. Eran muy conocidos y un referente en el mundo medieval, mientras que los calatravos solo combatían en España. Y, en segundo lugar, el trágico final de su Orden ha alimentado leyendas durante cientos de años sobre sus secretos y tesoros perdidos.

¿Por qué aquellas guerras religiosas, las Cruzadas siguen fascinando, en la ficción, y, desgraciadamente, aún siguen sirviendo como símbolos para determinadas causas políticas y religiosas?

Las cruzadas siguen atrayendo porque sus repercusiones siguen hasta el día de hoy. Todos hemos oído hablar de ellas, están muy presentes en nuestra historia, han ayudado a conformar el panorama actual alrededor del Mediterráneo. También el concepto de religión.

Siempre me ha asombrado la fuerza y voluntad de aquellas personas para abandonar su mundo (normalmente la gente se pasaba toda la vida en territorios bastante reducidos) y emprender un peligroso viaje más allá de lo imaginable; donde seguramente iban a encontrar la muerte. Los ecos de esa increíble determinación han llegado hasta nosotros y no somos capaces de ignorarlos.

En su opinión, y tras escribir esta novela, ¿la Edad Media era tan oscura como la pintan?

Fue, sin duda, una época muy dura, dónde la vida de la mayoría de las personas no valía nada. Era un mundo violento, sometido al temor de lo divino y lo humano. El poder señorial y religioso dominaban completamente la sociedad, abocándola a la guerra y al horror.

No obstante, toda la historia de la humanidad ha estado marcada por la lucha del poder y la muerte. En esos siglos, la mayor diferencia es que la influencia de la religión fue tan grande, que gran parte de los enfrentamientos tenían un carácter más espiritual que territorial. Ese predominio se extendió a todos los ámbitos de la sociedad, como en ninguna otra época, limitando cualquier iniciativa, progreso o pensamiento fuera de lo determinado por las autoridades eclesiásticas. Esa sensación de irracional imposición ha pintado ese tiempo con esa oscuridad que nos ha llegado.

¿Cómo un novelista como usted afronta el reto de reconstruir unos tiempos y unos personajes tan lejanos al lector?

Sabemos que en la antigüedad las personas tenían las mismas inquietudes y sueños, virtudes y defectos que nosotros. Pero en un mundo más difícil, más hostil, sin los avances ni tecnologías actuales. Siempre me ha fascinado imaginar aquella época, intentar acompañar a esas personas desaparecidas en su complicada existencia.

Hago el esfuerzo de entender las necesidades y motivaciones de aquellas gentes, en unas circunstancias distintas, muy marcadas por la religión. Luego intento llegar al lector a través de los personajes que, al fin y al cabo, tienen las mismas inquietudes que cualquiera de nosotros.

En su novela hay mucha acción y batallas, ¿cómo trabajo esa parte?

Con mucha lectura. Buscando información sobre las armas y tácticas de la época, en la forma de maniobrar y combatir. Leyendo muchas novelas históricas de corte bélico. Y con una buena dosis de imaginación.

Como escritor, ¿qué le ha influido más otras novelas, el cine, las series, los videojuegos, su trabajo?

Principalmente otras novelas. Desde muy joven me ha gustado leer novelas históricas, han sido una gran influencia en mi vida.

Cuando uno escribe sobre esta Cruzada, ¿El talismán de Walter Scott siempre le mira de reojo?

A todo el que le gusta leer novela histórica, conoce a Walter Scott, al que podríamos considerar el padre de este género. Además, es todo un referente sobre esta cruzada y, quieras o no, es obligado echarle un vistazo a sus obras y conocimientos.

Ha trabajado en reformas de edificios de la Edad Media, ¿Qué le ha enseñado esa labor sobre aquella época?

La arquitectura de los edificios siempre es un reflejo de la sociedad, en cómo se diseñan los espacios, en las necesidades que intentan cubrir. Nos hablan de las personas que los construyeron y, especialmente, de su mundo. Junto con los manuscritos de aquella época, son el mejor testigo de aquella sociedad pasada.

En la Edad Media se hace muy evidente la importancia de la religión y el poder señorial. Y en nuestro país, la ingente cantidad de castillos y fortalezas, nos recuerdan los siglos de guerra que sufrieron nuestros antepasados.

¿La novela histórica debe ser didáctica por obligación?

Cada vez más. Hace años, la novela histórica se movía mucho más en la ficción, historias atrayentes sobre un lienzo histórico de fondo. Ahora, con toda la información a una búsqueda en el navegador, los lectores se han vuelto mucho más exigentes en el rigor histórico, en la exactitud de los acontecimientos, lugares y detalles.

¿De dónde le viene su pasión por la novela histórica? ¿Es lector del género? ¿Quiénes diría que son sus referentes?

Soy un gran aficionado a la historia desde niño, siempre me ha interesado el pasado, saber de dónde vinimos. Mi padre, un auténtico apasionado de la historia, también me influyó. Soy un gran aficionado a la novela histórica, leo todo lo que puedo. Dos de mis autores referentes, cuyas obras he devorado, son Bernard Cornwell y Simon Scarrow.

¿El calatravo Enric Vidal regresará?

Sí, Vidal vivió en una época plagada de batallas y peligros. Hay muchas aventuras aún por contar.

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