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Archivo de marzo, 2016

El postureo: vivir por y para la galería de tu ‘smartphone’

Por Mónica Gelabert Díaz

Imagen de un móvil, un cuaderno y un bolígrafo (Archivo).El mundo en el que vivimos es un mundo en el que es mucho más importante compartirlo que vivirlo, en el que toda nuestra vida se basa en aquello que mostramos en nuestras redes sociales, en aparentar, en hacer cosas que realmente no haríamos solo por ser conocido, ganar “likes”.

 Son incontables las fotos de comidas en la playa, de piernas aguantando un libro dando las buenas noches, de espaldas ante monumentos conocidos, de mesas de estudio con su ordenador, agenda, apuntes y café, de una mano agarrando un billete de avión. La mayoría de jóvenes han compartido todas o la mayoría de fotos que acabo de nombrar, incluida yo. Lo peor de esto es la sensación de querer la vida de otro, de desear ser otra persona solo por lo que has visto a través de una pantalla, cuando posiblemente aquella persona se ha hecho veinte fotos y retocado diez para colgar una como si fuese la foto más instantánea del mundo.
El postureo, vivir por y para la galería de tu smartphone, necesitar el reconocimiento de los demás para sentirte bien, algo que con las redes sociales no ha dejado de crecer.
Y habrá un momento en el que entendamos que los “me gusta” no nos aportan nada, y que, seguramente, quien menos comparte es quien más vive.

La visita de Obama a Cuba llegó tarde

Por Jon García Rodríguez

Obama en Cuba.

Barack Obama en Cuba. (EFE)

Ahora que ya no sirve para nada, Obama parece haberse dado cuenta de que es Premio Nobel de la Paz. Su visita a Cuba para limar asperezas y normalizar las relaciones con este país llegó tarde. Ha perdido ocho años de mandato en los que podía haber ayudado a democratizarlo y haber levantado el embargo comercial que les asfixia.

A pocos meses de que diga «adiós» a la Casa Blanca, su visita a la isla caribeña más bien parece creada como broche a su carrera. A los Castro se les ha dado todo tipo de justificaciones -durante los cincuenta años que ha durado el bloqueo comercial y financiero-, con los que han podido lobotomizar a sus compatriotas haciéndoles creer que el enemigo es todo aquél que vive al otro lado de sus fronteras.

Tenemos que reconocer con vergüenza que hemos dejado a los cubanos les demasiado solos. Nos va a costar mucho ganarnos su confianza. Después vendrá la democracia.

Nuestra indiferencia, pasividad y egoísmo ante los refugiados

Por Paula Radtke Ortiz

Refugiados (EFE).

Refugiados (EFE).

Quisiera creer que no. Quisiera creer que es una broma que estemos vendiendo la dignidad y la seguridad de miles de personas. Es como si Turquía fuese una especie de sicario que se ocupa del trabajo sucio mientras su jefe, la Unión Europea, se lava las manos y se sienta en su despacho, vuelve a casa y duerme tranquilo, con su familia a salvo.

Ni siquiera es la crueldad de los grandes dirigentes lo que más duele. Lo que hiela la sangre es la indiferencia, pasividad y egoísmo que ha surgido entre la gente del montón, la gente como tú y como yo. Esa gente de a pie que habla con odio y asegura que solo deben recibir ayuda los españoles, porque claro, hay españoles en paro y nosotros queriendo ayudar a los de fuera… ¿En serio pensamos que es equiparable estar en paro a huir de la guerra?

Con esto no quiero quitarle importancia a las personas que están pasando un momento difícil, solo quiero que reflexionen un momento y se imaginen en esa situación, viendo cómo matan a sus familias, siendo ultrajados como personas, dejando todo atrás y arriesgando su vida para meterse en un bote a la deriva en busca de algo de seguridad y cuando piensan que por fin ven la luz, que por fin están a salvo, se chocan de frente con el desprecio, nuestro desprecio, nuestro racismo, que les obliga a sufrir represiones en las fronteras. Ahora serán devueltos a Turquía a cambio de un puñado de millones y unos cuantos favores, como si de ganado de tratase, ante nuestros impasibles ojos.

Estamos viendo cómo niños duermen en el barro, cómo mujeres dan a luz sin ningún tipo de cuidados.
Y yo me pregunto, cuando nuestros nietos estudien nuestra historia… ¿se llevarán las manos a la cabeza por los horrores que estamos cometiendo y permitiendo como hicimos nosotros cuando se perpetró el Holocausto Judío?

Quizá en un futuro ellos sean mejores que nosotros. Quizá en un futuro la vida valga mucho más que los intereses económicos.

 

Me hace ‘gracia’ la ‘alegría’ con la que los diputados incumplen con su obligación de presentarse a trabajar al Congreso

Congreso de los Diputados. (EFE)

El Congreso de los Diputados. (EFE)

Por Carlos Juárez Gómez

A mí me hace mucha gracia la alegría con la que sus señorías incumplen su obligación de presentarse en sus puestos de trabajo.

El señor Errejón tiene un calentón en su partido y eso lo pagamos los demás costeándole su no asistencia al Congreso para cumplir con sus obligaciones.

Eso si, sus compañeros de partido se apresuran a decir que está trabajando, no se sabe dónde ni en qué. La próxima vez que yo tenga una discusión con mi mujer le diré a mi jefe que me quedo en casa reflexionando a ver si cuela.

Día del Padre: Gracias, héroes cotidianos y anónimos

Por Jorge Ipiña Pando

Un padre y su hijo jugando (GTRES).

Un padre y su hijo jugando (GTRES).

Ha llegado el día en el que el orbe católico celebra el día de San José, padre putativo de Jesucristo, ejemplo de entrega y sacrificio. Es por ello que en este día se festeja el Día del Padre.

El término de padre o madre no es importante desde el punto vista biológico, ya que al fin y al cabo, todos podemos tener hijos, pero sí es importante la tarea, la responsabilidad, obligación y entrega que supone formar una familia y tener hijos.

Mis padres lo hicieron en su día, e incluso en aquellos años del tardofranquismo donde era anatema la posibilidad de legalizar el divorcio; pese a ello siguieron adelante y en breve harán 40 años juntos. Como tantas otras parejas, nos han educado, dotado de unos principios y, modestia aparte, tanto mi hermana como yo creo que no hemos salido mal, así pues, poniendo voz a todos los hijos, quiero dar las gracias, felicitar a estos héroes cotidianos y anónimos que no son otros que nuestros padres. Cierto que deberíamos agradecerlo más a menudo, pero ya se sabe la condición humana…

 

 

No me gustan los profesores que enseñan que las mujeres somos cosas a las que se puede pisar o violar

Por Elisabet Ruano

Imagen de la polémica presentación (Twitter: @Niuria123)

Imagen de la polémica presentación (Twitter: @Niuria123)

Hay días en los que te encuentras en la prensa algo que no debería permitirse: una clase de futuros médicos ve una serie de diapositivas donde las mujeres nos convertimos para los alumnos, – gracias a la iluminación del profesor- en un cacho de carne, en un objeto. No se entiende muy bien cómo para explicar cualquier teoría o cualquier concepto es necesario exponer una imagen con una serie de palabras que nos convierten a las mujeres en indignas, totalmente denigradas. Una metodología no tiene por qué despojar de la dignidad a ningún ser humano.

A lo largo de mi vida nunca he tenido una experiencia de ese tipo: ver cómo se humilla a otras personas en un contexto académico. Y sigo en el camino del aprendizaje y no han acudido a métodos tan poco éticos y morales para explicarme a teóricos como Hobbes o Hannah Arendt; valga de por sí el modelo androcéntrico de cultura e historia que tenemos como para que además se tenga que acudir a unas formas totalmente fuera de lugar. Estamos en el siglo XXI y la dignidad de la persona se debe transversalizar a cualquier contexto. ¿Cómo es posible permitir eso?

No me gustaría que mi hija, que este año se incorpora a la educación, se encontrara a lo largo de estos años profesores/as que le enseñan que las mujeres somos cosas a las que se puede pisar, abusar o violar. No me gustaría que mi hija se sintiera inferior a otros/as niños/as. No me gustaría que a mi hija por el hecho de ser mujer se le limitara en la escuela o se le denigrara con imágenes como las que se han podido ver. Si no se quiere asumir que eso es un problema, entonces me parece que estamos ante una sociedad enferma.

 

Rajoy ha vuelto a decir que no sabía nada de lo que pasaba en el PP valenciano y se ha quedado tan ancho

Por Ángel Villegas Bravo

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, responde a los medios tras la comparecencia de Rita Barberá (Vídeo ATLAS).

Rajoy responde a los medios tras la comparecencia de Rita Barberá (Vídeo ATLAS).

Por increíble que parezca Rajoy lo ha vuelto a hacer: ha dicho que él no sabía nada de lo que pasaba en el Partido Popular de Valencia, y se ha quedado tan ancho. Parece que este señor, que es nada más y nada menos que Presidente del Gobierno de España, además de presidente del PP, no se entera de nada hasta que ya todo el mundo lo sabe y, es más, todo el mundo lo sospechaba desde hace mucho tiempo.

Tampoco sabía nada de Bárcenas, del caso Gürtel, de la trama Púnica y, por no saber, no sabe ni siquiera que su partido está investigado (antes imputado).
Ya solo falta que nos diga que él no tiene nada que ver (ni sabía nada, claro) de cómo llegó Rita Barberá al Senado y, por tanto, de su aforamiento. Pero, vista su trayectoria, no hay que desesperar, porque en cualquier momento puede salirnos por peteneras.

¿De verdad puede este país permitirse seguir con un presidente tan irresponsable que le permite vivir en el limbo, sin saber nada de nada, sin asumir ninguna responsabilidad y, según parece, gobernar sin rendir cuentas al Congreso?

Aunque uno esté acostumbrado a ver cosas tan peregrinas como las que pasan de unos años a esta parte, es evidente que tal estado de cosas no puede continuar. O perderemos la poca credibilidad que nos quede fuera de nuestras fronteras.

La humillación de los aficionados del PSV: Hay pobreza, aunque los medios traten de ocultarlo

Por Jorge de Lalama Seoane

Aficionados del PSV increpando a un grupo de mujeres que pedían limosna en la Plaza Mayor madrileña (Twitter: Miquel_R)

Aficionados del PSV increpando a un grupo de mujeres que pedían limosna en la Plaza Mayor madrileña (Twitter: Miquel_R)

Mucho se indignan los medios cuando un grupo de holandeses tira unas monedas al suelo a unos indigentes a los vitores de «olé» y mucho se esfuerza la Policía en ocultar la miseria de Madrid a los turistas.

Pero es que hay pobreza por todas partes, legiones de indigentes que en su día tuvieron un trabajo, hasta estudiaron una carrera universitaria, salpican la capital; debajo de los puentes, en los cajeros automáticos, en la Plaza de España, familias enteras en la Plaza Mayor, asentamientos en el Parque Tierno de Galván.

Los medios prefieren dirigir su mirada a la pobreza de otros países, a los refugiados que huyen de la guerra, mientras nos dicen que aquí no pasa nada. Los europeos no son tontos y ven la pobreza y la miseria cuando vienen a Madrid, por mucho que se empeñen en ocultarla. 

 

¿Quién regula la situación de los becarios?

Por Judith Salmerón Morán

Una chica becaria en una empresa (ATLAS).

Una becaria en una empresa (ATLAS).

Parece mentira lo poco que le interesa a cada gobierno y cada partido político la situación de los jóvenes universitarios. Jóvenes que, recuerdo, serán el futuro de este país.

Vergonzosos contratos de prácticas que se renuevan hasta los seis meses para después rescindirse y que el empresario vuelva a coger a otro. Y así sucesivamente; siempre sin contratarles. La pescadilla que se muerde la cola. Horarios ilegales, aportaciones económicas de 400€ los que más suerte tienen, sin derecho a vacaciones…

Esta es la única forma que tienen los jóvenes hoy en día de conseguir experiencia. Los que no quieren pasar más por este aro tienen que conformarse con trabajos para los que están sobrecualificados. ¿Y quién regula esta situación? Nadie.

 

Ayuda a los refugiados sirios: a favor y en contra

Nosotros no estamos pasando las penurias de la guerra, pero tampoco lo estamos pasando precisamente bien

Por María Teresa Pérez

Emigrantes tratando de cruzar la frontera entre Grecia y Macedonia (EFE).

Emigrantes tratando de cruzar la frontera entre Grecia y Macedonia (EFE).

¿Generosidad?, ¿humanidad?… ¿Es posible en una Europa en crisis?

Hace varios años vivimos una época de vacas gordas, pero desde que nos empezó a azotar la crisis hemos visto cómo mucha gente se ha quedado sin trabajo, familias que malviven con lo que pueden y para colmo ha salido a la luz una corrupción desbocada. Todo ello hace que nuestras arcas públicas están más vacías que llenas.

Ahora, por la terrible guerra en Siria están huyendo miles y miles de familias camino de Europa y en muchos lugares se les cierran las fronteras.

Nosotros de mil amores podríamos acogerlos, el problema es que si ni siquiera tenemos para atender bien a nuestra gente, ¿cómo lo haríamos? La situación de Europa, y mucho más la de España, no es la boyante de años atrás.

La cosa sería muy distinta si al menos los corruptos devolvieran el dinero saqueado pero «una cosa piensa el burro y otra el que lo monta»: nadie devolverá un céntimo.

¡Qué más quisiéramos que ayudar y ayudar! Y ese significa dar comida, techo y trabajo. Pero hay situaciones en las que no se trata de no querer, sino de no poder.

Suponemos que son buenas personas y muchas de ellas bien preparadas. Y que deben repartirse entre los países de la Unión Europa, sobre todo entre los que estén en mejor situación. Nosotros podríamos acoger a algunos, pero que tengan en cuenta que lo haríamos con mucho sacrificio y que entre nosotros también hay mucha gente que no está pasando las penurias de una guerra, pero que tampoco lo está pasando precisamente bien.

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Es deleznable el cierre de fronteras a personas que huyen de la masacre

Por Karima Muhammad

«¿Unión Europea? Pues sí. Y parece ser que llevan muy en serio dicha unión ya que, por lo que podemos ver, todo lo que acontezca en Europa merece ser objeto de digno eco y nos transformamos en seres ultra humanitarios, véase Charlie Hebdo o los atentados de París.

Pero… ¿qué pasa cuando pasa fuera de nuestras fronteras? Pues que esa humanidad y empatía se nos va por los poros. Es del todo deleznable que se cierren las fronteras a personas que huyen de la masacre y la barbarie; a niños muriendo de frío y hambre; a madres dando a luz en barrizales y un largo etcétera.

¿Esta es la Unión Europea de la que tanto presumimos en los noticieros internacionales? Es intolerable que en pleno siglo XXI se utilicen varas de doble medir en tragedias humanas. Sí, porque la vida da muchas vueltas y puede que mañana seas tú el pobre exiliado en busca de una vida que ni si quiera podríamos decir mejor, pero sí muchísimo más tranquila.