Entradas etiquetadas como ‘acoso laboral’

Dani Alves y las culturas de violencia

Este artículo no es únicamente de Dani Alves. Aunque las pruebas que se han filtrado a la prensa sobre la presunta agresión sexual del futbolista brasileño apuntan a su culpabilidad, habrá que esperar al juicio para salir de dudas.  Con independencia de su culpabilidad o inocencia, nada más salir la noticia, algunos de los comentarios de sus defensores iban en la linea de un tipo como él, que puede tener a cualquiera, no necesita hacer eso. Mas esta afirmación erra el tiro, porque las agresiones sexuales no son de personas necesitadas de sexo.

Al igual que el acoso laboral no es de alguien que necesita ser un hijo de puta en el trabajo. Ni tampoco el perpetrador de bullying o acoso escolar no acosa porque no sabe hacer otra cosa. Tanto las agresiones sexuales, como el acoso laboral o el acoso escolar tienen una pauta en común: los acosadores acosan porque pueden. Porque han hecho un uso abusivo de su poder y nadie les ha parado los pies. Plácido Domingo empezó a abusar, no pasó nada y siguió haciéndolo durante años. El patrón del abuso de poder siempre es el mismo: de alguien más fuerte frente a alguien más débil. El más fuerte lo puede ser por distintas razones: por ser más fuerte físicamente, por tener más dinero – ambas características confluyen en Alves – por ser más popular, tener más status, por ser el jefe, etcétera. El abusador deshumaniza al otro colgándole una etiqueta: de diferente, de maricón, de puta, de carne de cañón escolar…lo que legitima la agresión.

(Marco Bianchetti, UNSPLASH)

Cualquier acosador necesita de una cultura que arrope la realización de sus acciones. La cultura encarnada por las personas que rodean a acosadores y abusados, normaliza la violencia de cierto tipo de persona a cierto tipo de otra. Normaliza el hecho que la posible víctima es alguien de quien se puede abusar, por el hecho de ser mujer, tener un físico particular, hablar con cierto acento, cierta orientación sexual y un interminable etcétera. Por esta razón, lo preocupante de Alves, más allá de los hechos de la discoteca Sutton si el juez así lo confirma, es ¿a cuántas mujeres habrá agredido sexualmente sin que se hayan atrevido a denunciar? ¿Cuántos deportistas de élite habrán hecho lo mismo inmersos en una cultura de abuso y violencia sexual?

Tristemente, hoy día existen muchas culturas de violencia y van más allá de lo sexual. Por ejemplo son los casos de acoso laboral, en la que una persona es manipulada a través de mentiras, medias verdades y gran persuasión, lo que genera un impacto demoledor en la salud mental de la víctima, como constato a menudo en mi práctica de coaching.

De índole especialmente preocupante, por afectar a seres en desarrollo son los casos de acoso escolar que pasan inadvertidos en las escuelas porque sus responsables miran hacia otro lado, hasta que es demasiado tarde, como fue el caso de Kira López, la joven barcelonesa que se suicidó en 2021 con tan solo quince años. Las culturas escolares de violencia se ven hoy día amplificadas por las redes sociales a las que están sometidos los jóvenes, en las que la violencia verbal y psicológica florece descontrolada. Por fortuna la mayoría de casos de acoso escolar no terminan en suicidio, sin embargo, los supervivientes al mismo cuentan con un riesgo aumentado de sufrir como adultos problemas de salud mental, como ansiedad generalizada, ataques de pánico, agorafobia, depresión…

Un caso demoledor del impacto de una sobreexposición a culturas de violencia es el de la influencer Olympe. La joven cuenta con un pasado muy traumático,  marcado por el abandono de sus padres, abusos sexuales, violaciones, bullying…que ha derivado en una miríada de enfermedades mentales, llevándola a una situación en la que el sufrimiento de seguir en vida es demasiado grande, por lo que desea poner fin a su vida a través de la eutanasia asistida.

La responsabilidad para erradicar las culturas de violencia, sea en el ámbito que sea, es de todos. De las autoridades para crear marcos legislativos adecuados y hacer valer las leyes, de las organizaciones de ciudadanos para organizarnos y explicar cómo actuar en estos casos. Hace poco tuve el privilegio de asistir a una formación para padres para prevenir el bullying, a cargo de Carmen Cabestany de No al acoso escolar, y me fascinó el maravilloso trabajo que llevan a cabo.

Y por supuesto, la responsabilidad de erradicar las culturas de violencia está en mis manos, está en las tuyas. Cada vez que evites mirar a otro lado cuando te topes con cualquier manifestación directa o indirecta de estas culturas y hagas todo lo que esté a tu alcance para neutralizarla, estarás erradicando una parte del mal que de no hacerlo, camparía a sus anchas. Estarás sumándote a la corriente global comprometida en hacer de este mundo, un lugar para todos.

Te puede interesar:

Encuéntrame en FacebookInstagram y Twitter.

¿Criticas o perdonas? La pasta de la que estás hecho según el covid        

  • Vaya, en el trabajo se han contagiado el grupito de las tres. Esas a las que no les gustaba ventilar. Pues toma, ya les está bien. Aquí todos cuidándonos, y ellas poniendo en riesgo al personal.
  • Pues para vernos así, con toda esta parafernalia, pendientes de que los niños no se acerquen demasiado… mejor no nos vemos. Paso de estar todo el rato en tensión.
  • Estoy harta de estos fumadores que todo el día van sin mascarilla. Además el humo es lo que más contagia. ¿Cómo se puede ser tan egoísta?
  • Hoy iremos al bosque aunque no se pueda salir. Allí es imposible contagiarnos. Todas estas medidas me parecen una exageración.
  • Esos se han pasado por el forro el confinamiento perimetral para ir a tocar nieve y encima lo ponen en Facebook. Serán…

TODOS LO HACEMOS

 ¿Alguno de estos comentarios te suena? Yo he mascullado a varios en distintas ocasiones. Algunos al principio de la pandemia y otros en los momentos actuales. Criticar al otro nos sitúa en posición de superioridad y nos separa de él, preparando el terreno para el conflicto. Todos lo hacen te puedes decir. Sí pero no te engañes, las críticas no son inocuas, sino todo lo contrario.

ACOSO LABORAL POR CONTRAER EL COVID

Ayer, en una sesión de coaching la persona a quien acompaño me compartía que se están dando casos de hostigamiento laboral por el covid. En concreto, situaciones de criticar y culpar a compañeros de trabajo por el hecho de haberse contagiado. Vivimos momentos de tensión y hastío por cómo se está alargando la crisis. Sin embargo, criticarnos los unos a difícilmente solucionará nada.

Mujer puño alzado

(Timothy Eberly, UNSPLASH)

LA PASTA DE LA QUE ESTÁS HECHO

Todas las situaciones extremas nos invitan a enfrentarnos a nuestra verdadera naturaleza. Es fácil pensar que uno es buena persona, sin haberse enfrentado a ellas. Los que han vivido guerras, campos de concentración y otras circunstancias atroces explican que solo en éstas se revela la verdadera pasta de la que estamos hechos. Para algunos, tal vez la circunstancia adversa en la que demostrar quienes somos, sea tener que enfrentarnos a esta crisis. En ella hemos de plantearnos cómo decidimos ser. Qué semillas internas decidimos regar, las de la separación, rencor y miedo o las de la confianza, ayuda mutua y prudencia.

LOS LÍMITES DE LA EMPATÍA

En cuanto sientas que surge en ti la crítica al otro, es momento de ponerse en guardia. Para neutralizarla, la empatía nos invita a ponernos en los zapatos del otro. Sin embargo, no siempre es posible empatizar, por el mero hecho de que no tenemos toda la información. Me puede parecer que mi colega de trabajo se híper protege del covid, sin embargo, desconozco que su pareja es de alto riesgo por estar en tratamiento por cáncer. En este caso y en muchos, la empatía se queda corta.

LA VÍA DEL PERDÓN

Existe una capacidad que desmonta la crítica y que no necesita que conozcamos todos los detalles del otro. Se trata del perdón. Ojo, no me refiero al perdón rápido y superficial al que de pequeños nos forzaban nuestros padres cuando nos peleábamos entre hermanos o primos. El perdón del que hablo es el de sabernos seres con la capacidad garantizada de meter la pata. Es el perdón de dar por sentados los miedos, bajezas, imprudencias y excesos propios y ajenos y dejarlos ir, una y otra vez, como un pesado saco de piedras en un tumultuoso río.

PERDONAR ANTES Y DESPUÉS

Mi amigo Peter que tanto me inspiró, al tiempo que luchaba contra la enfermedad que terminaría con su vida, me compartió algo que llevaba años practicando: perdonar a alguien antes siquiera de haberlo conocido. Está en nuestras manos perdonarnos a todos de antemano, por los errores que hemos cometido y los que cometeremos. Además de tomar las precauciones necesarias, tal vez sea éste el único modo de superar esta crisis y que haya merecido la pena.