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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Televisión concentrada

Ayer estuve grabando en Intereconomía un programa que se emitirá dentro de un rato: hoy domingo hacia las 21:30.

Se trata de un especial informativo sobre la telebasura, pero yo participé en el coloquio inicial con Alejandro G. Lavilla (actualmente profesor, pero anteriormente alto directivo de varias cadenas de televisión), Luis Petit, Director de la AM (Asociación de Agencias de Medios) y Luis Usera Director General Comercial de la propia cadena Intereconomía. El coloquio se centró en las peculiaridades de nuestro mercado publicitario de televisión.

En teoría, en un mercado perfecto, si una cadena consigue el 20% de la audiencia debería llevarse el 20% de la inversión publicitaria. Pero está claro que el mercado no es perfecto. Para empezar más de un 20% de la audiencia no se puede comercializar porque la tiene TVE a quien se la ha prohibido competir en el mercado publicitario.

La semana pasada se publicaron los resultados de Antena 3 y Mediaset (el grupo de Tele 5, propiedad de Berlusconi). Ambos grupos publicaron beneficios escandalosos; de nuevo volverán a estar entre las empresas cotizadas en Bolsa más rentables de Europa.

Las cuentas que hacían en Intereconomía venían a decir: si entre los dos grupos reúnen alrededor del 50% de la audiencia y tienen más de 200 millones de beneficios, si nuestra cadena tiene un 1,5% de la audiencia debríamos tener en torno a 6 millones de beneficios.

Pero en un mercado en el que prácticamente tenemos un duopolio, con la capacidad de presión que eso supone y en un momento de crisis, que no sólo lleva a la reducción de la inversión publicitaria sino también a una gran concentración, tenemos a dos grupos con grandes beneficios y todos los demás al borde de la asfixia.

¿A quién beneficia eso? Sólo a esos dos grupos. Todos los demás actores: otras cadenas, anunciantes, agencias, productoras…son los grandes perjudicados por esta situación, que tiene todos los visos de perpetuarse.

Curioso que los adalides del capitalismo ultraliberal sean las primeras víctimas de un sistema que, en sus formas actuales, tiende inevitablemente a la concentración.

El síndrome Belén Esteban

Hace unas semanas me llegó, no estoy seguro pero supongo que a través de Luispe, mi proveedor habitual de gadgets de internet, un vídeo con una actuación gloriosa de Belén Esteban, la ahora llamada Princesa del pueblo.

No tengo nada contra esa señora, de la que, además, sé más bien poco. Pero creo que ese alarde de ignorancia es todo un símbolo de la evolución que ha llevado en los últimos años nuestra televisión.

El nacimiento de la televisión privada, a comienzos de los años noventa, se vivió con esperanza. LLegaba la diversidad; se abría el campo para nuevas opiniones y nuevas orientaciones. Se pensó que aumentaba la libertad, al menos la de elección. Podía haber sido así, pero cada vez estamos más lejos de tener una televisión en abierto de calidad.

Se ha ido bajando el nivel en busca de audiencias masivas (cada vez menos masivas, en todo caso) y de costes bajos. Lo peor es que esas cadenas, esas compañías, que se han introducido con gusto en la espiral de deterioro de la calidad no cejan en su empeño de atacar a las televisiones públicas que por un lado, se han convertido en la última esperanza y, por otro, son una amenaza para ellas si consiguen mantener un buen nivel de audiencia.

Leí ayer un artículo de Juan Valera, Periodista 21, en el que se pregunta ¿cuándo se sustituyó La Clave (los debates de calidad) por La Noria (las discusiones a gritos sobre la última aventura de cama de un famosillo)? El artículo se llama Mediocracia y se basa en un juego de palabras (el gobierno de los medios y el de los mediocres) que al parecer utilizó Felipe González en una entrevista que yo me perdí.

Merece la pena leerlo; refleja muy bien la situación: los medios buscando la uniformidad por abajo, con un nivel de calidad lamentable para ser asequibles a todo el mundo (¿tanto nos desprecian?) y el dominio de los mediocres, que cada vez ocupan más espacios de poder en todas partes.

Los directivos de las televisiones se concentran en unos contenidos que les dan un público cada vez menos atractivo y se dedican, con éxito, eso sí, a ordeñar los últimos litros de leche de una vaca ya muy exhausta. Para ello cuentan con la complicidad de otras partes del mercado.

Mientras tanto, los contenidos más interesantes migran hacia otras maneras de ver la televisión (canales de pago, internet, nuevos dispositivos…) y se llevan tras de sí a los públicos más interesantes.

Pero, y ligo aquí con el tema de mi jurásico post anterior, los actores de las nuevas tecnologías se empeñan también en mirar para otro lado, parecen no querer entrar en el camino de la publicidad de marca que busca notoriedad (que es donde está la mayor parte del dinero que aún no ha llegado a internet) y dejan la mayor parte de la inversión en manos de los buscadores, o sea en el casi monopolio de Google. ¿Cuán dejará internet de ser el coto exclusivo de la publicidad de respuesta directa?

¡Ah! y Belén Esteban, mientras tanto, se permite el lujo de amenazar a Pedro Jota. Un interesante choque de trenes en el mundo de los egos fuertes.

La vida

Como tantas otras cosas, me lo envía Luís Petit. Por cierto, felicidades.

Me ha recordado un libro de Philippe Delern, que leí hace ya muchos años: El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres y que en su momento me encantó.

Creo que es una buena manera de empezar el año, así que lo quiero compartir:

Enamorarse

Reírse tan fuerte hasta que te duelan las mandíbulas

Una ducha caliente

Ninguno delante de ti en la cola del supermercado

Una mirada especial

Recibir correo

Dar una vuelta en coche por una calle bonita

Encender la radio justo en el momento que están poniendo tu canción preferida.

Quedarse tumbados en la cama escuchando la lluvia

El perfume de las toallas calientes tendidas al sol

Un bote de Nocilla

Una llamada a alguien lejano

Un largo baño de espuma

Una bonita charla

La playa

Reírse de uno mismo

Las llamadas a medianoche que duran horas

Correr debajo de las tormentas de verano

Reírse sin motivo alguno

Tener a alguien que te dice que eres bonita/o

Los amigos

Escuchar de manera casual a alguien decir algo bonito sobre tí

Despertarte en medio de la noche y darte cuenta de que aún te quedan algunas horas para dormir.

Conocer nuevos amigos o pasar un poco de tiempo con los viejos

Tener a alguien que juega con tu pelo

Un helado

Tener un bonito sueño

Una taza de chocolate caliente en un dia frio

Los viajes en coche con los amigos

Subirte a un columpio

Envolver los regalos debajo del árbol de Navidad comiendo galletas y bebiendo un vaso de leche

Cruzar la mirada con un/a guapo/a desconocido/a

Ganar un desafío

Hacer una tarta de manzana

Pasar el tiempo libre con tus mejores amigos

Acercarte al tablón y verte aprobado

Ver las sonrisas y oír las risas de tus amigos

Cogerte de la mano con alguien a quien quieras

Encontrarte por la calle un viejo amigo y descubrir que algunas cosas (buenas o malas) no cambian nunca

Hacer un regalo a un amigo y luego observar la expresión de su rostro mientras abre el paquete y descubre que contiene el regalo que tanto deseaba

Mirar el amanecer

Que te bese esa persona en la que no dejabas de pensar

Una juerga de las que no se olvidan

Un día en un parque acuatico

Saber que amas y eres amado

Levantarse de la cama por la mañana y agradecer por esto

Creo que los amigos son ángeles silenciosos que nos ayudan a volver a ponernos en pie cuando nuestras alas ya no recuerdan

como se hace para volar…

Al final Usúe se va a quedar a mitad de camino en su empeño por entrar entre los 20 posts más votados. Muchas gracias de todos modos a quienes le votásteis. Si aún no lo habéis hecho, hoy es el último día. Este es el enlace a su post, desde el que puedes votar.

Los jóvenes ¿son el futuro de los medios?

Ya he contado otras veces una historia similar.

Estos días he dado tres clases en el Curso Superior de Medios. Seguramente serán mis últimas clases en este Curso.

Esta es la situación: cerca de cincuenta alumnos, a última hora de la tarde. Se trata del curso que organiza la AM, la Asociación de Agencias de Medios. La selección de los alumnos corre a cargo de Luis Petit, mi mayor proveedor de gadgets de internet y también el mayor altavoz de este blog.

Todos los alumnos, o casi, son licenciados. Todos, o casi todos, en temas relacionados con la publicidad. Muchos trabajan ya en agencias de medios, pero los que no lo hacen todavía esperan hacerlo en breve. El curso tiene fama de absoluta eficacia: todos los alumnos terminan el curso ya colocados.

Como siempre, hago mis pequeñas encuestas, a mano alzada.

Clase sobre diarios y revistas.

¿Quién ha leído hoy un periódico de pago en papel? Se levantan tímidamente dos manos. No hace falta que recuerde que a todas las agencias de medios llegan todos los diarios, de pago o gratuitos, en papel.

¿Quién ha leído un periódico de papel, aunque no sea de pago? Más o menos se levantan la mitad de las manos.

¿Quién ha leído información, en papel o en internet? No hay unanimidad, todavía, pero no queda muy lejos.

¿Quién tiene un blog? Se levantan dos o tres manos.

¿Quién está en una red social en internet? De nuevo casi unanimidad. Casi todos en Facebook; muchos en Tuenti, muy pocos en Linkedin, casi ninguno en Plaxo, o en Twitter, o en Xing

Propongo hacer un trabajo sobre estos temas. Al día siguiente, casi sin llegar a la oficina tengo un mensaje: nada de trabajos; ya están muy cargados.

Clase sobre radio.

¿Quién ha escuchado hoy noticias en la radio? Dos o tres manos.

¿Quién ha escuchado radio generalista? Algunas manos más, pero menos de la mitad.

¿Quién ha escuchado radio especializada? Casi todos; casi todos música.

¿Quién se baja música? Casi unanimidad.

¿Quién paga por ello? Nadie.

¿Quién hace podcast? Una chica, que a continuación se avergüenza al verse como la friki de la clase.

Al día siguiente, también a primera hora, nuevo mensaje: das las clases demasiado teóricas; a los alumnos no les interesa saber cómo hay que hacer la investigación; lo importante es que sepan aplicarla. Hay que hacer clases prácticas, que aprendan a sacar datos del ordenador.

Clase sobre cine.

¿Quién ha ido al cine la última semana? Nadie.

¿Quién ha visto películas durante la última semana? Práctica unanimidad.

¿Quién se baja películas de internet? Más del 60%.

¿Quién paga por ello? Nadie.

A continuación intento hacer práctica mi clase. Ya sé que estos alumnos no valoran que yo pueda transmitirles mi experiencia de más de treinta años investigando los medios.

Pero yo no soy un profesor de prácticas. Mi práctica con algunos procesos del ordenador queda ya muy lejos en el tiempo.

Seguro que hay muchos alumnos que tienen ya, en los meses que llevan trabajando, más práctica que yo.

No lo veo claro.

No sé por qué yo, precisamente yo, tengo que enseñarles a pelearse con el ordenador. Lo intento, pero sé que no es lo mío.

Me rindo.

Luego reflexiono.

Gente que no lee un periódico (de pago) que no escucha casi la radio, que no va al cine, que ve como la cosa más natural del mundo bajarse contenidos gratis de internet, será la que planifique la publicidad dentro de pocos meses.

¿Es ese el mundo que queremos?

No lo sé, pero ese es el mundo que nos viene. El que vamos a tener.

Una visión amable de la crisis

Hace unos días Luís Petit, el mayor proveedor de gadgets en internet me hizo llegar un vídeo, emitido en el programa de Buenafuente. Es una buena adaptación en castellano de otro que ya vimos aquí en el mes de mayo.

Vuelve a ser una manera más o menos distendida de ver uno de los orígenes de una situación que cada vez tiene menos gracia.

El viernes, al entrar en mi oficina, me dieron este flyer de publicidad de The Economist. Toro Ese toro, que bien podría ser el de Osborne, parece gravemente herido, si no de muerte. La economía española está atravesando un mal momento.

Pero parece que seguimos siendo un país atractivo. No sólo vamos a estar representados en la próxima reunión del G 20.

El sábado salí a dar un paseo por Madrid.

Un paseo largo, como casi todos los fines de semana.

Esta vez estuve por Lavapiés y por las proximidades de Sol y de la Plaza de Santa Ana.

Además de los habituales acentos marroquíes, rumanos o latinoamericanos, de la inmigración, oí muchísimo francés, italiano, inglés o alemán, de turistas de fin de semana, de turistas culturales o simplemente de ocio.

España sigue teniendo atractivo para nuestros vecinos.

Seguro que la situación no es tan grave.

Un mercado en el que nunca pasa nada

Tomo prestado el título de la campaña de Sackleton que citaba ayer (este vídeo es otro de los que componen la campaña de Miravete).

Pero lo utilizo para referirme a nuestro mercado de medios.

El jueves tuvimos reunión de la Comisión Técnica de la AM, la Asociación de Agencias de Medios.

Yo le había pedido a Luís Petit que pusiera en el orden del día el tema de la compra de TNS por WPP, de la que ya hablé aquí hace más o menos un mes.

Cuando intenté algún tipo de reacción de mis compañeros de Comisión directamente a través del e.mail obtuve la callada por respuesta.

El jueves, ya todos juntos, la respuesta más inteligente fue la de César Galiana: no es que no me interese el tema, pero me siento como si el utillero del Real Madrid opinara sobre la política de fichajes del club. Toda una manifestación de impotencia, que no tendría importancia si nuestros presidentes se estuvieran preocupando por la política de fichajes. O, en este caso, por el desmedido interés de un determinado grupo por las herramientas de medida de los mercados.

Nadie dice nada.

Hace más o menos un año, AIMC cedió a las presiones de algunos medios y transformó el tradicional estudio multimedia por la suma de un estudio multimedia con muestra algo menor y varios monomedia, que al final producen, por fusión, un gran fichero multimedia.

Esto no tiene por qué ser bueno ni malo, pero sí que junto a las ventajas ha producido algunos inconvenientes.

No hablo ahora de los datos de audiencia de revistas, con un cambio de tendencia de una magnitud difícil de explicar desde lo que ha ocurrido en la realidad del mercado.

Ocurren también otras cosas. Cuando se trabaja con el nuevo fichero muchas veces tenemos muestras de un tamaño más que suficiente, pero la realidad es que detrás sólo hay una muestra pequeña. Esto puede engañar a los planificadores y a otros usuarios de los datos.

Nadie dice nada.

Todos sabemos que en internet se puede medir todo. Eso nos vienen diciendo desde siempre.

Pero no conocemos los valores por los que se ha juzgado siempre la validez de las campañas publicitarias. ¿Cual es la cobertura de una campaña?¿cual es la frecuencia? Incluso en muchas ocasiones ¿cual es la audiencia?

Sabemos, sí, cuantos ordenadores han apuntado hacia un sitio. Y lo sabemos, casi siempre, con datos del propio operador.

Eso en un mercado en el que tradicionalmente se ha exigido la presencia de un tercero, Asociación o empresa de medición, para validar los datos, no parece suficiente.

Nadie dice nada.

O sí, ahora acaban de decir algo la Mesa Digital, la IAB y la AIMC. Pero creo que en algún caso con la boca chica.

No sabemos, ni de lejos, cuanto ha invertido un anunciante de nuestra competencia en una campaña en internet. Es complicado de medir, pero se pueden intentar aproximaciones.

Pero a nadie parece importarle. Es más, parece que se quiere impedir un estudio serio para mantener el statu quo del estudio que hace PricewaterhouseCooper, algo que no tiene nada que ver y que, por supuesto, podría mantenerse como análisis macro del mercado.

Nadie dice nada.

Mientras tanto vemos como nuestros compañeros interactivos meten horas y horas para poder hacer seguimientos de campaña que, pese a todo, dejan insatisfechos a los clientes.

Y nadie dice nada.

O como mucho: les pagan por eso.

Lo dicho, en el mercado de medios español nunca pasa nada.