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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Carta de una becaria


Hola Eduardo:

He estado leyendo su blog. Estoy muy de acuerdo en algunas de las ideas que usted expone.

Me gustaría, que un profesional de los mass media como usted, hablase del problema que existe actualmente en los medios de comunicación.

Somos muchos los jóvenes que estudiamos un día, en busca del sueño de alcanzar algún día la objetividad, la veracidad…en fin, en unos principios básicos del periodismo y la comunicación. El problema es que la mayoría de los medios están cerrados a abrir las puertas a nuevos profesionales que quieren innovar y desarrollarse en este sector. Yo, por ejemplo, soy licenciada en Periodismo, Publicidad y Relaciones Públicas y Comunicación Audiovisual. Además, cuando estaba estudiando, me preocupé por adquirir experiencia en este ámbito, sin embargo, actualmente sigo de becaria, una situación muy precaria que no me aporta seguridad alguna.

Como yo, hay miles de jóvenes qúe sufren este problema. La solución más fácil y sencilla de adoptar es, simplemente decir que estamos en crisis y que no hay trabajo, pero esto ya viene de lejos. Los medios de comunicación forman un sector elitista que proviene de contactos y amistades. El esfuerzo se valora años más tarde cuando has sido explotado por unas cuantas empresas. Mi duda es la siguiente ¿Por qué tengo que aguantar cada día a «colaboradores» a los que se les paga un dineral por salir en la televisión para insultarse y mentir sobre la vida íntima de los demás? ¿Es que acaso se nos está tratando a toda la población española como meros espectadores, que no son conscientes de lo que está pasando ante sus ojos y se quedan atónitos ante esos principios y valores que se nos están imponiendo? Un reciente estudio acusaba a los más jóvenes de querer dedicarse a ser famosos, pero ¿cómo no va a ser así? si los medios venden una vida fácil, llena de dinero sin hacer nada, a cambio de hablar mal de toda persona que se ponga delante suya.

Pienso que no se están transmitiendo unos principios básicos a la sociedad y que el código deontológico básico del periodismo ha caído en el olvido, por la búsqueda masiva de las audiencias y del dinero.

No estoy de acuerdo con este modelo actual y no pienso que haya que recurrir a todo esto para aumentar las audiencias. Creo que la solución está en ofrecer contenidos de calidad, objetivos, veraces, que descrubran y nos acerquen la realidad de nuestro entorno. No estoy diciendo con esto renunciar al divertimento y al entretenimiento, pero siempre con unas bases que se puedan calificar de éticas y morales. En mi opinión, hay muchos «nuevos profesionales», como yo, dispuestos a encaminar este proyecto que beneficia y atañe a todo la sociedad española.

Hace unos dias recibí esta carta desde el blog. No cito el nombre de la becaria porque no sé si me lo autorizó, pero creo que refleja una situación que también se veía en algunas de las contestaciones, eso sí mucho más airadas, de los alumnos del Curso Superior de Medios.

Me pide que hable de la situación; le contesté en privado, pero creo que ella la expone de una manera clara y cruda, difícil de mejorar por mí.

La situación de los jóvenes mal pagados, con o sin la disculpa de la crisis, nos puede llevar, está llevando ya a esta sociedad a una situación muy complicada.

Por otro lado, como dice la becaria, estamos deteriorando el contenido de los medios, dando al mero cotilleo un valor que no tiene.

Hacemos contenidos muy baratos, de muy poca calidad, pero que reúnen audiencia. Y mientras los anunciantes sólo compren audiencia, sin fijarse en el entorno en el que la consiguen, la rueda seguirá girando.

Pero ¿es esa la sociedad que queremos?

Los jóvenes ¿son el futuro de los medios?

Ya he contado otras veces una historia similar.

Estos días he dado tres clases en el Curso Superior de Medios. Seguramente serán mis últimas clases en este Curso.

Esta es la situación: cerca de cincuenta alumnos, a última hora de la tarde. Se trata del curso que organiza la AM, la Asociación de Agencias de Medios. La selección de los alumnos corre a cargo de Luis Petit, mi mayor proveedor de gadgets de internet y también el mayor altavoz de este blog.

Todos los alumnos, o casi, son licenciados. Todos, o casi todos, en temas relacionados con la publicidad. Muchos trabajan ya en agencias de medios, pero los que no lo hacen todavía esperan hacerlo en breve. El curso tiene fama de absoluta eficacia: todos los alumnos terminan el curso ya colocados.

Como siempre, hago mis pequeñas encuestas, a mano alzada.

Clase sobre diarios y revistas.

¿Quién ha leído hoy un periódico de pago en papel? Se levantan tímidamente dos manos. No hace falta que recuerde que a todas las agencias de medios llegan todos los diarios, de pago o gratuitos, en papel.

¿Quién ha leído un periódico de papel, aunque no sea de pago? Más o menos se levantan la mitad de las manos.

¿Quién ha leído información, en papel o en internet? No hay unanimidad, todavía, pero no queda muy lejos.

¿Quién tiene un blog? Se levantan dos o tres manos.

¿Quién está en una red social en internet? De nuevo casi unanimidad. Casi todos en Facebook; muchos en Tuenti, muy pocos en Linkedin, casi ninguno en Plaxo, o en Twitter, o en Xing

Propongo hacer un trabajo sobre estos temas. Al día siguiente, casi sin llegar a la oficina tengo un mensaje: nada de trabajos; ya están muy cargados.

Clase sobre radio.

¿Quién ha escuchado hoy noticias en la radio? Dos o tres manos.

¿Quién ha escuchado radio generalista? Algunas manos más, pero menos de la mitad.

¿Quién ha escuchado radio especializada? Casi todos; casi todos música.

¿Quién se baja música? Casi unanimidad.

¿Quién paga por ello? Nadie.

¿Quién hace podcast? Una chica, que a continuación se avergüenza al verse como la friki de la clase.

Al día siguiente, también a primera hora, nuevo mensaje: das las clases demasiado teóricas; a los alumnos no les interesa saber cómo hay que hacer la investigación; lo importante es que sepan aplicarla. Hay que hacer clases prácticas, que aprendan a sacar datos del ordenador.

Clase sobre cine.

¿Quién ha ido al cine la última semana? Nadie.

¿Quién ha visto películas durante la última semana? Práctica unanimidad.

¿Quién se baja películas de internet? Más del 60%.

¿Quién paga por ello? Nadie.

A continuación intento hacer práctica mi clase. Ya sé que estos alumnos no valoran que yo pueda transmitirles mi experiencia de más de treinta años investigando los medios.

Pero yo no soy un profesor de prácticas. Mi práctica con algunos procesos del ordenador queda ya muy lejos en el tiempo.

Seguro que hay muchos alumnos que tienen ya, en los meses que llevan trabajando, más práctica que yo.

No lo veo claro.

No sé por qué yo, precisamente yo, tengo que enseñarles a pelearse con el ordenador. Lo intento, pero sé que no es lo mío.

Me rindo.

Luego reflexiono.

Gente que no lee un periódico (de pago) que no escucha casi la radio, que no va al cine, que ve como la cosa más natural del mundo bajarse contenidos gratis de internet, será la que planifique la publicidad dentro de pocos meses.

¿Es ese el mundo que queremos?

No lo sé, pero ese es el mundo que nos viene. El que vamos a tener.