Archivo de la categoría ‘Planeta’

Carta a mi hijo sobre Nasrin Soutudeh: las heroínas existen

Por Carmen López

Pues sí, Mario, las superheroínas existen. Te voy a presentar a Nasrin Soutudeh. Ella es una mujer iraní valiente, más o menos de mi edad, que lleva toda la vida luchando para defender a mujeres encarceladas por reclamar sus derechos, para evitar que se condene a pena de muerte a personas que cometieron delitos cuando eran menores de edad, para proteger a activistas tan importantes como la Premio Nobel de la Paz, Shirin Ebadi.

Nasrin asumió todos los riesgos necesarios al decidir luchar pacíficamente por los derechos de todas estas personas. Y por hacer eso en 2010, la acusaron de «difundir propaganda contra el sistema» y por reunirse para intentar «cometer delitos contra la seguridad del país». La condenaron a 6 años de cárcel. Tras mucha presión internacional, se consiguió que fuera liberada a los tres años de estar encarcelada.

Pero ella salió y siguió denunciando lo que pasa en su país. En Irán, el régimen de los Ayatolás silencian las voces de quienes cuestionan a las autoridades, no se deja expresar opiniones libremente, sigue existiendo la pena de muerte, y existen leyes injustas contra las mujeres que vulneran su dignidad y sus derechos.

Por ley, las mujeres y niñas desde los 9 años están obligadas a ir con hiyab o velo por la calle. Consideran que es ofensivo para la moral pública que las mujeres lleven el pelo al aire. ¿Te imaginas? Si viviéramos en Irán, tus compañeras de clase obligatoriamente tendrían que cubrir sus cabezas con un velo, lo quisieran o no. Y todas las demás mujeres también.

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El Salvador: agua, mujeres y justicia

Por Tania Moreno

Es casi mediodía. Camino junto a una docena de mujeres que van río abajo por una vereda serpenteada de piedras, donde apenas caben con sus cántaros vacíos atados a la cintura. La primera de la fila es Juana Hernández, de 61 años. Ella lidera al grupo hacia el Río Amayo y me contagia con su risa y energía. Juana es la Presidenta del Comité de Mujeres Fe y Esperanza, desde 1997. Además, es jefa de hogar y vive con su hija menor y su madre de 87 años. Buena parte del día les ocupa caminar largas distancias para recoger agua y luego consumirla con suma austeridad.

Juana Hernández recogiendo agua de río Amayo.

Para las mujeres de La Comunidad Las Mesas (ubicada en el Cantón El Cimarrón, en La Libertad, El Salvador) la lucha por el agua es un desafío diario por la vida: llevan años de sacrificio para sobrellevar la escasez de agua para el consumo, para regar sus huertos y cubrir otras necesidades en la comunidad. En esta zona costera de El Salvador, esta escasez afecta a miles de personas. Los cincuenta años de esta lucha están contados en un breve comic que narra también el liderazgo de Juana:

Comic sobre la realidad del agua de las mujeres de Las Mesas, en El Salvador. Imagen: Oxfam El Salvador.

Según opiniones de expertos, El Salvador se encuentra cerca del estrés hídrico. La mayor parte de los más de 360 ríos importantes han perdido entre el 30% y 70% de sus caudales de verano en los últimos 25 años. En mayo de 2016, el Relator Especial de la ONU sobre el Derecho Humano al Agua Potable y Saneamiento señaló en su informe que “más de 600,000 mil personas en El Salvador no tienen acceso a ningún tipo de servicio de agua potable y saneamiento, ni siquiera a través de la recolección de aguas lluvias.

Además, más de un millón de personas solo tienen acceso a un servicio deficiente de agua, que no garantiza su potabilidad. En la zona rural, la situación es aún más crítica. Mientras que el 34% de los hogares rurales tienen acceso a agua potable, en el área urbana es más del 90%. Lee el resto de la entrada »

Avanzadoras: antes de que sea demasiado tarde

Por Belén de la Banda

Encuentro de Avanzadoras en octubre de 2013 en Madrid. Imagen de Ana Sara Lafuente/ Oxfam Intermón.

Cuando miro esta fotografía, es imposible para mí no sentir una intensa emoción. Yo estaba abajo, tomando la foto desde mi teléfono, con una mezcla de admiración, alegría y responsabilidad que vuelvo a sentir cada vez que veo estas imágenes. Era un encuentro de lideresas en el más amplio sentido de la palabra. Vinieron mujeres de Mauritania, Togo, Perú, México, Guatemala, y también personas comprometidas con diferentes causas en España (educación, vivienda, sanidad, vida rural…). Hablamos de cómo impulsar mejor nuestras causas, de cómo hacer más eficaz el trabajo, de cómo apoyarnos en la comunicación y en la movilización, de cómo trabajar mejor en red… Pero también de cómo cuidar y cuidarnos, de cómo impedir que lo urgente se lleve lo fundamental, de lo importante que es cuidar nuestra salud día a día para mantener la actividad que impulsa los cambios.

Deberíamos haber hecho al menos un libro, o un documental, con las ideas maravillosas y absolutamente factibles que iban saliendo en las conversaciones, en los grupos, y en los momentos de café. En Madrid, hay jornadas, congresos, simposios y conferencias todos los días. Pero esta no fue una más para ninguna de las personas que allí estuvimos.

Ahora me gustaría que os fijéis en el centro de la imagen. Vestida en colores claros, con el brazo levantado, está Mariam Nana, una lideresa rural de Burkina Faso que tuvo la idea genial de vaporizar el arroz para darle más calidad a la alimentación de su familia, y conseguir ingresos extra para las mujeres. A su lado, con camiseta morada y gafas, Juana Olivia Hernández sonríe. Vino desde México para contarnos la lucha de las comunidades de Chiapas, donde la desigualdad hace estragos en la vida de las mujeres, y donde ella, con una enorme visión estratégica, trabajaba para revertir sus consecuencias más graves.

Hace cinco años de esta foto, y en este tiempo las hemos perdido a las dos. No hay duda de que Mariam y Juana son dos  avanzadoras que cambiaron la vida de sus gentes, y en plena juventud, se fueron dejando un legado que ya nos gustaría a muchas poder tener cuando llegue nuestro momento. No deberíamos olvidarlas, ni olvidar lo que aprendimos de ellas: no sabemos si algún día tendremos mejores lecciones vitales.

En las últimas semanas, hemos perdido también a una magnífica Avanzadora, y gran colaboradora de este blog, Dori Fernández Hernando. Personalmente la extraño ya muchísimo: su absoluta sensatez, su enorme conocimiento, su sentido del humor son recuerdos impagables. Pero sobre todo su compromiso con la igualdad, con los derechos de las mujeres, aunque fuera duro e incómodo, aunque hubiera que soportar absolutos disparates en los comentarios de sus entradas, aunque hubiera que dar la cara para que nos la partan. Te debo un abrazo grande, allí donde estés, Dori. Y desde aquí se lo envío a tu familia, y a tus compañeras de lucha en la PPiiNA, con quienes seguiremos de la mano.

No me gustaría acabar con tristeza. Me gustaría acabar diciendo que a las personas valiosas, y especialmente a las mujeres tantas veces invisibilizadas, hay que agradecerles sus aportaciones cuanto antes. Hay que reconocer ya, sobre la marcha, los esfuerzos, las propuestas, los trabajos, las ideas geniales y las disparatadas que llevan a otras geniales, los hallazgos, las derrotas. Porque una vida mejor para las mujeres, y para todos, se va haciendo gracias a Avanzadoras como Mariam, como Olivia, como Dori. Y como otras en las que seguramente estás pensando en este momento.

Quedan pocos días para que se cierre el plazo del Concurso Avanzadoras.  Un concurso de propuestas abiertas, en el que cualquier persona puede aportar su criterio para reconocer las aportaciones valiosas de las mujeres a la sociedad. Es muy fácil presentar vuestras candidaturas, o las de otras mujeres que sabéis que lo merecen. Os invito a hacerlo. Porque igual que en los últimos años hemos reconocido a Sagrario Mateo, Mabel Lozano, Mariú d’Errico o Ana López Navajas, quizá este año podamos rendir homenaje, de la mano de Oxfam Intermón y 20minutos, a esa persona que tú sabes que merece un premio. Y luego, dile que la has presentado, que su causa te importa, ofrécele apoyo, y trata de que logre muchos otros éxitos. Que serán para todos.

Comencemos a generar una sana costumbre de decir que lo que está bien, está bien y merece la pena. Antes de que sea demasiado tarde.

Belén de la Banda es periodista y trabaja en Oxfam Intermón. Comprometida con el Proyecto Avanzadoras.

El tercio imprescindible de la población mundial

Por Almudena Barrio

Las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial, de las cuales y según la FAO, un promedio del 43% suponen la fuerza laboral agrícola en los países empobrecidos. Estas cifras esconden mujeres que labran la tierra y siembran las semillas que alimentan naciones enteras, que garantizan la seguridad alimentaria de sus comunidades y construyen la resiliencia climática. Por estos motivos, existen significativos avances en la tenencia de la tierra y se evidencia un ligero empoderamiento al encabezar ellas, cada año, más número de explotaciones agrícolas. Sin embargo, su posesión de la tierra y el acceso a los insumos, a la financiación o la tecnología agrícolas para la resiliencia climática son todavía un problema… y las mujeres se siguen viendo mucho más relegadas que los hombres. Siguen siendo invisibles ante las instituciones e incluso en la toma de decisión de las estructuras comunitarias.

Mujer rural en Cabo Delgado, Mozambique. Imagen de María Ceniga / Ayuda en Acción.

En nuestro trabajo nos enfrentamos cada día a estos retos en la construcción de un mundo rural más inclusivo e igualitario. Nos cuestionamos por qué las mujeres, adolescentes y niñas de las comunidades donde trabajamos son muchas veces invisibles a los ojos extraños pero también a los propios. Por qué, a pesar de ser luchadoras y vibrantes, siguen pensando: “¿qué puedo yo aportar?”… desconociendo lo mucho que tienen que decir por el hecho de ser las principales víctimas de la explotación frente a formas inaceptables de trabajo, de la violencia sexual y de género, por estar exentas de cualquier protección social o no tener acceso a la libertad de asociación y libertad sindical, la negociación colectiva y el diálogo social.

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Por qué la desigualdad es un asunto feminista

Por Winnie Byanyima

Vivimos unos tiempos revueltos, emocionantes y también aterradores para ser una mujer. Todos los días traen consigo un gran éxito o un revés desolador en nuestra lucha por la igualdad de derechos. Hace un par de semanas, después de décadas de activismo por los derechos de las mujeres, Irlanda votó de forma aplastante para derogar la prohibición del aborto en el país. Y al mismo tiempo, una reciente ofensiva en Arabia Saudí contra las activistas por los derechos de las mujeres terminó en varias detenciones: su paradero y los cargos en su contra aún se desconocen.

Ilustraciones de la Asociación Mujeres y Madres Abriendo Caminos, de Colombia. Imagen: Pablo Tosco / Oxfam Intermón

Hay muchos frentes en esta lucha, pero uno en el que he centrado mis esfuerzos especialmente es en el modelo económico global, absolutamente manipulado contra las mujeres. Veamos algunos de los hechos:

Primero. Según estimaciones conservadoras, las mujeres contribuyen con cerca de 10 trillones de dólares, ¡sí, trillones! a la economía de los cuidados no remunerados y al trabajo doméstico. ¡Y lo hacen gratis! Nuestras economías colapsarían sin ese trabajo. Sin embargo, rara vez los políticos discuten este tema.

Segundo. El Banco Mundial contó que hay 104 países con leyes que impiden que las mujeres desempeñen ciertos trabajos, principalmente en fábricas y en el sector construcción, un comportamiento que corresponde a ideas anticuadas y paternalistas de lo que una mujer puede y debe hacer.

Y más. Según el último estudio de Oxfam, hay alrededor de 2.043 milmillonarios en todo el mundo; de los que nueve de cada 10 son hombres. Los datos del Foro Económico Mundial muestran que, según el ritmo de los cambios, habría que esperar 217 años para cerrar la brecha en las oportunidades de empleo y remuneración entre mujeres y hombres. La desigualdad económica entre mujeres y hombres se traduce en desigualdad en quienes ostentan el poder. ¿Cómo podemos, entonces, esperar un mundo igual para las mujeres cuando las riendas del juego las llevan ellos?

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Una abogada ‘contra los diablos’ y por los derechos ambientales

Por Rosa M. Tristán

‘Yo no tenía experiencia en temas ambientales, sólo en los de derechos humanos, pero en el fondo ambos son lo mismo pues detrás de las vulneraciones de los segundos están muchas veces expropiaciones de los primeros’, reconoce Yanira Cortez en una visita España, invitada por Alianza por la Solidaridad para hablar de Defensoras de Derechos en una convulsa región donde los conflictos civiles y los desastres se suceden en los últimos tiempos. A la activista no se lo han puesto fácil. Su batalla por la defensa de los recursos naturales en El Salvador, un país inmerso entre la violencia urbana de las ‘maras’ juveniles y la pobreza creciente de sus campesinos, no ha contado con los suficientes adeptos y sigue la senda del expolio de los recursos naturales por parte de grandes empresas que hace mella en toda Centroamérica.

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COP23, cuestión de género

Por Yolanda Picazo

El calentamiento global da lugar a situaciones de hambruna, de falta de agua potable, de malnutrición, de mortalidad infantil, favoreciendo la manifestación de enfermedades. El cambio climático afecta en el orden económico y social a los derechos humanos de incontables personas; esto incluye su derecho a una vivienda adecuada, comida, suministros básicos, salud y enseñanza. Y quiénes más sufren sus consecuencias son las mujeres, una consideración que muchas veces no se analizó. Por eso es de destacar que en la última reunión del COP, Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre cambio climático (CNMUCC), la COP23, la cuestión de género se haya tenido en cuenta.

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La lucha de las mujeres por la vivienda en República Dominicana

Por Raquel Checa

La imagen es la de un mar turquesa, de playas de arena blanca donde la mirada se pierde y  de extensos bosques de palmeras y cocoteros que llegan hasta la orilla de la playa. La imagen de un país rico y próspero económicamente, donde el turismo genera recursos valiosos.

Esa visión que muchos tenemos es cierta, pero sólo en parte. República Dominicana (RD) se ha establecido como una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina y Caribe en las últimas dos décadas, según datos del Banco Mundial. Entenderíamos que eso debería ser sinónimo de prosperidad económica y bienestar social para toda la población. Sin embargo, la realidad cruel se impone y cuando conoces más allá de los hoteles y de las playas turísticas, cuando puedes caminar por los barrios de Santo Domingo, dar un paseo en barca por el río Ozama en plena capital del país y conversar con su gente, te percatas de que la desigualdad, la corrupción y el clientelismo también existen en este “paraíso”.

Rosa Gisel González en el alojamiento provisional donde vive desde hace años. Imagen de Pablo Tosco / Oxfam Intermón.

La otra imagen del país, que contrasta con la del agua turquesa y las arenas blancas, la vive en primera persona Rosa Gisel González, junto a sus tres hijos y su compañero. Desde hace años están en una casa de madera y chapa de zinc en el llamado ‘albergue Alfa 4’. Es uno de los viejos edificios utilizados para que las familias afectadas por los fenómenos climáticos se refugiaran temporalmente en condiciones precarias hasta ser recolocados en una vivienda digna y segura. «Cada vez que llueve entra un río por la puerta y luego nos pasamos días para secar la ropa y el colchón, lo único que tenemos«.

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Comprar por ellas

Por Belén de la Banda

Mayo. Estaba buscando algo especial para la fiesta de graduación de mi hija. No quería comprarse nada, pero como mal menor, pensó que sería buena idea buscar algo de comercio justo. No sé si hay muchas chicas de 17 años que se lo planteen, pero me pareció estupendo, y muy educativo. Desde hace más de 20 años soy una convencida del poder de los consumidores. Y también de la necesidad de que las personas seamos conscientes de las consecuencias de nuestros actos.  De todas maneras, me parecía un reto: a veces, la falta de variedad, tallas, las distancias… podrían llevar a que se frustrara esta estupenda idea.

Una trabajadora de la cooperativa Craft Resource Center, de la India, muestra un ejemplo de su trabajo. Imagen: Oxfam Intermón.

Buscamos una lista de tiendas en nuestra ciudad que practicaran moda sostenible, y decidimos empezar por una de Comercio Justo que conocemos bien, la de Oxfam Intermón en Alberto Aguilera 15, en Madrid. En este caso, el reto fue posible. Encontramos un conjunto de camisa suelta y pantalón de Veraluna de un verde oliva muy elegante, nada pretencioso, y un fular a contraste… Talla perfecta, prueba superada, experiencia positiva. No siempre ocurre, pero ocurrió.

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Avanzadoras: en el camino del reconocimiento

Por Belén de la Banda

Lo que no se reconoce, no existe. Cuando se acerca la fecha del 8 de marzo, en la redacción de 20minutos y en las oficinas de Oxfam Intermón sentimos una emoción muy especial. Llega el momento del reconocimiento.

Entrega del premio Avanzadoras 2016. Mariú d’Errico y voluntarias de su organización, ACOPE, en compañía de Arsenio Escolar, director de 20 Minutos, Melisa Tuya y Sole Giménez. Imagen de Elena Buenavista / 20 minutos.

Nos hemos empeñado en abrir cada año una oportunidad para que cientos de personas piensen en las mujeres de su entorno que merecen ser mucho más conocidas de lo que son, recibir más apoyo del que tienen. Mujeres con compromiso, con criterio, con liderazgo. Mujeres con causa.

Así que cada año por estas fechas convocamos el concurso Avanzadoras. Buscamos a esas personas que con su actividad hacen mejor el mundo a su alrededor. Se nos ocurren muchos ejemplos, pero sobre todo, sabemos por experiencia que hay personas que conocen muchos más.

No quisiera estar en la piel de María Solanas, Coordinadora de Proyectos del Real Instituto Elcano, de Melisa Tuya, editora de blogs y especiales de 20 Minutos, o de Marcela Ospina, Directora de Comunicación de Oxfam Intermón, que compondrán el jurado este año.

En las ediciones anteriores, gracias al premio Avanzadoras, conocimos a Sagrario Mateo, una Avanzadora navarra contra la violencia que ayuda a otras mujeres a superar lo que ella misma había sufrido.

En 2015 celebramos el compromiso de 360 grados de Mabel Lozano contra la trata de personas, convertido en la mayor implicación audiovisual y personal que puede tenerse. Con su documental ‘Chicas nuevas 24 horas’ ha viajado por todo el mundo para visibilizar la trata y contribuir a erradicarla de una vez por todas.

Y el año pasado nos encontramos con Mariú d’Errico, una voluntaria que durante más de treinta años ha acompañado y ofrecido oportunidades de reinserción a mujeres presas de diferentes prisiones en nuestro país. Fueron sus compañeras de voluntariado quienes pensaron que el premio Avanzadoras ayudaría a crear conciencia social sobre la situación de estas mujeres.

Cada año, las premiadas y las finalistas nos llenan de esperanza. Y nos emociona la cantidad y calidad de las propuestas. Vemos que con su liderazgo y su pasión hacen posibles muchos cambios en nuestra sociedad.

Seguro que se te ocurren ejemplos. Si conoces a una Avanzadora que merezca un homenaje, preséntanosla. Cuéntanos su historia. Haz posible que el 8 de marzo miles de personas tengan oportunidad de conocerla y apoyar su causa.

Belén de la Banda es periodista y trabaja en Oxfam Intermón. Comprometida con el Proyecto Avanzadoras.