Por Sandra Yadira Saenz Sotomonte
Si el asesinato de mujeres defensoras de la tierra, el territorio y el medio ambiente fuera considerado una epidemia en Colombia, el Estado ya habría decretado la emergencia y habría tomado las medidas necesarias activando todos los mecanismos posibles para evitar que murieran más mujeres y para proteger a quienes están amenazadas.
Así ha funcionado el Estado colombiano cuando el país se encontraba amenazado por el virus H1N1, o con la epidemia del dengue, situaciones que en ningún caso han dejado tantas muertes como las causadas a las defensoras de la tierra, el territorio y el medio ambiente. Según el informe de Somos Defensores, haciendo una comparación entre el primer trimestre de 2018 y el primer trimestre de 2019 aumentaron en un 97 por ciento los asesinatos de mujeres defensoras, cifra que ya de por sí sola prendería todas las alarmas.