Follar, ¿sin o con celebración?

Por María Astrid Toscano – María Maracas
Mi sobri Ale tenía seis años cuando en el karaoke de mi casa tomó el micrófono para cantar el vallenato La ventana marroncita. De repente, para avivar su canto, gritó: «¡ay hombe’!», como suele exclamarse en el canto tradicional. Y en seguida, casi sin parar, gritó: «¡ay mujer!» Yo lo miré atónita, con el pecho hinchándose de orgullo y mi cabeza y mi corazón celebrando al pensar: hemos creado un hombre no machista. 
Juan, mi último “amor de verano” (o de invierno, más bien, para corresponder con el calendario), por darle una categoría al tipo con el que más follé en las últimas vacaciones, ya pasa de sus treinta años. Quizás es uno de los tipos más libres que he conocido, crudamente honesto, lo que permite conversar y actuar en igualdad de condiciones, sin manipulaciones ni juegos emocionales innecesarios. 

Soy de las que prefiere mantener sus relaciones en los escenarios más privados o reducidos (aunque no pareciera por este texto). No por eso dejo de comadrear mis historias con mis amigos más íntimos. Hombres y mujeres hacemos lo mismo, chismoseamos, cotilleamos. ¡Vaya mi sorpresa! cuando Juan me contó que sus amigos, al descubrir que salía con esta chica, no dejaron de decir: «¡Te la estás comiendo!»
La primera noche que traje a Juan a mi casa, después de un par de cruces de miradas y conversaciones, yo ya había averiguado con mi amiga alcahueta que todo mi escenario para avanzar hacia él estaba despejado. Mi amiga, que también es amiga de Juan, sólo le dijo una frase para acercarnos y facilitarme el siguiente movimiento. Lo miré directo a los ojos con sonrisa solapada y le dije algo como: «Vamos, te llevo a tu casa, que está de camino». Él respondió: «Está en otra ruta», y frenó en seco sus palabras; por menos de un segundo me miró sonriendo y finalmente agregó: «Vamos».
Mi amiga y yo no volvimos a hablar del tema. Juan y yo hemos pasado unas buenas vacaciones. Sin embargo, la frasecita de sus amigos me hizo pensar que cuando los hombres se celebran el polvo están en la frontera entre celebrar el sexo y celebrar al machito. Y sí, este es un reclamo social, una hace todo el trabajo de conquista, y son a ellos a los que les celebran haber desnudado a una mujer. Y no, no es que quiera que me celebren a mí el polvo y el haber desnudado a un hombre, no es mi ego ni mi orgullo los que hablan. Lo que quiero es que nos celebren a los dos, o que no nos digan nada a los dos, o que sepan que a veces no son los hombres los que se las comen sino que nosotras nos los comemos a ellos, ¿y si me hubiese llevado una mujer a mi casa, me celebrarían o nadie diría algo?
Le dije a un amigo, al que considero uno de esos progresistas que se han observado, revisado, pensado y repensado, que estoy escribiendo este texto y no dejo de sentir que es una queja feminista contra los hombres: “Complicado ponerse en los zapatos de una mujer”, respondió.
Y no, de eso no se trata: “Complicado dejar de ser machito”, le contesté. De eso hablo, de cómo los hombres no logran pensarse fuera del macho con el que les enseñaron a pensarse. Pobres, pobres hombres, cuya libertad está en la frontera limitada por su hombría. Pobres, pobres hombres, que necesitan probarse una y otra vez que son hombres. No me quejo de ustedes, me lamento con ustedes. 
Los hombres de mi generación y las anteriores jamás podrán ser feministas ni tener relaciones de plena igualdad. Por eso empecé este texto hablando de Alejandro, nos toca (a hombres y mujeres) hacer hombres nuevos, desde sus cabecitas pensándose como iguales, rompiendo hasta la más dura tradición: ¡Ay hombe’! ¡Ay mujer!
María Maracas  (@mariamaracas) es cucuteña, comunicadora, bailarina eterna y yogui occidental. Defiende la vida. El conocimiento es su santo grial y cree en el lenguaje como la máxima evolución humana. Dice que es de foto y texto, no de vídeo. Por último añade que si es de Italia, le gusta; aunque si de Colombia, aún más.

1 comentario

  1. Dice ser sepuedeopinar

    Uff, yo debo ser de esos que dice la autora que estoy desfasado.
    Me ha escandalizado la redacción del artículo

    16 enero 2020 | 22:53

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