Capeando la crisis Capeando la crisis

De cómo vivir sin dinero o con muy poco

Entradas etiquetadas como ‘intercambio’

Un ‘intercambiadero’ de recursos entre asociaciones

Hacenderas, una palabra que antiguamente hacía referencia al trabajo comunitario que se debía realizar entre los vecinos de un pueblo por ser de utilidad común. Hoy da nombre a un espacio de coordinación de iniciativas ciudadanas de Madrid, implicadas en la gestión de espacios públicos y equipamientos. Entre ellas están las asociaciones de vecinos, la red de huertos urbanos y otros colectivos que apoyan o participan de este tipo de procesos.

Su objetivo es avanzar en el conocimiento de la gestión participativa de lo público.

intercambiadero

Por el momento han puesto en marcha tres grupos de trabajo: Uno para facilitar el intercambio de recursos, que han llamado Intercambiadero, una web para el intercambio de recursos y objetos entre las entidades de esta red. Para poder solicitar un recurso, se debe compartir alguno nuestro. Se pretende poner a disposición de los demás grupos los recursos que se quiere compartir y acceder a los que los otros colectivos ofrecen.

Otro de los grupos de trabajo se dedica a reflexionar sobre las formas de gestión del espacio público, tales como huertos urbanos, plazas, centros sociales, colectivos vecinales, de técnicos y profesionales…

Y un tercero se encarga de planificar acciones comunes que sirvan para dar visibilidad a todo lo que estos colectivos están poniendo en macha para  compartir.

Más trueque en la Red

Ofrezcoacambio es otra de las iniciativas surgidas en la Red para conseguir, sin dinero,  cosas necesarias o deshacerte de las que ya no utilizas, pero siguen teniendo vida.

Ofrezcoacambio La crisis económica ha propiciado nuevas formas de buscarse la vida sin dinero, como hemos contado tantas veces en este blog, y una de ellas es el trueque on line Ofrezcoacambio.

Sus responsables señalan que se trata de una economía para todos que está revolucionando Internet y que cada día cuenta con más adeptos. Más de 10.000 usuarios de todo el país forman parte de esta plataforma  valenciana de trueques e intercambios gratuitos, con sede en Torrent, sin ánimo de lucro y que permite el intercambio gratuito de objetos, propiedades y servicios a través de la red.

En la web se encuentran todo tipo de objetos para poder intercambiar, ya sean nuevos o de segunda mano: Coches, motos, barcos, bicicletas, muebles, electrodomésticos, herramientas, artículos para bebés y para mascotas, prendas de moda, electrónica, informativa, libros, música, películas, complementos deportivos, arte, antigüedades…

También ofrece la posibilidad de intercambiar inmuebles y propiedades en todo el país: encontrar  piso, chalé, apartamento o la casa de vacaciones, y servicios y mano de obra: pintar la casa, mantener el jardín o realizar trabajos de bricolaje a cambio de cosas y otros servicios.

Obsso, un mercado de intercambio, en el teléfono

«Después de mirar en nuestros armarios, y revolver nuestros baúles hemos descubierto que acumulamos más de lo que usamos y tenemos más de lo que necesitamos. Almacenar tantas cosas no nos ha hecho más felices, sino más dependientes. Las adquisiciones se usan, se guardan o se tiran, pero raras veces se comparten. Cansados de vivir inmersos en este consumismo frenético, individualista y ya insostenible, en Obsso gritamos ¡basta!

Obsso ok

 

Esto es  lo que dicen los creadores de Obsso, una aplicación que fomenta el consumo colaborativo y a través de la cual nada se vende ni se compra sino que se intercambia.

Obsso facilita a los usuarios adquirir y desprenderse de cosas, sin necesidad de realizar intercambios monetarios: cada cual da a sus pertenencias el valor que cree que merecen y las intercambia por algo que desee y posea alguno de sus contactos. Es una app que puede ayudar a muchas personas a desprenderse de cosas y adquirir otras nuevas sin intercambio de dinero.

«Quien sienta que tiene algo que ya no necesita, sólo ha de quitarle el polvo, sacarle una foto con su Smartphone, añadir un filtro atractivo y subirla a Obsso. Seguro que encuentra algún amigo interesado con algo que ofrecer a cambio«, añaden.

Su filosofía señala que la gente tiene que comprender que acumular sin ton ni son tan sólo entorpece el camino. Y que hay que promulgar que el valor monetario es insignificante en comparación con lo que podemos conseguir realizando un intercambio con auténtico significado.

Su manifiesto, una verdadera declaración de intenciones, dice:

«La vida es simple. Tus antiguas pertenencias sólo tienen valor sentimental. Olvídate del valor monetario. Intercambia los objetos que ya no usas por otros que desees. Deshazte de cosas inútiles. Muévete. Sólo tú controlas tu mundo. No acumules lo que no necesitas. Comparte. Las cosas mueren si no les das uso, vida, alma… Si algo te gusta pídelo. Busca el lado más hermoso de las cosas. Esta es nuestra manera de pensar, este es nuestro estilo de vida».

Ellos mismos han hecho el desarrollo de Obsso mediante trueque.

Trueque entre artesanos

¡Qué bueno es el trueque! Y qué cantidad de cosas, no siempre tocables, se pueden intercambiar las personas. Si algo positivo hay que sacar de la crisis, esa maldita estafa que no se va ni en sueños, aunque lo diga el Gobierno, ha sido un cambio de mentalidad de muchas gentes, que han decidido llevar adelante otras alternativas de vida, basadas en el intercambio de servicios, en el consumo colaborativo y en la ayuda y colaboración, en definitiva.

La buena vida

Como digo en mi presentación, soy periodista, pero me estoy quitando, ahora tengo un trabajo más gratificante y bonito, que me he creado yo junto con mis dos socias y amigas, Amelia y Cristina, un obrador artesano de productos gourmet, en el Valle del Tiétar, que se llama Valtié.

Hemos acudido este fin de semana al mercado de La buena vida de Madrid con nuestro productos y hemos formado parte de un grupo unos veinte pequeños artesanos que vendían allí sus mercancías.

Además de vender lo que se ha podido, se ha establecido una relación de camaradería estupenda que ha propiciado mucha ayuda, trueque y colaboración.

Isidro, de El predio balear, nos ha cambiado sus ricos quesos de Mallorca por varias de nuestras mermeladas y gelées.  Hugo, de Pecados argentinos, nos ha puesto en contacto con otros mercados de Madrid para venir a vender. Su compañero nos proporcionará el buenísimo vermut madrileño para una de nuestras especialidades y con Isabel, de chocolatebelga.com ybiotz, hemos estabecido también un intercambio de productos y ayuda mutua para sacar adelante nuevos productos, que estarán elaborados con el suyo y los nuestros.

Ni asomo de esconder estrategias para competir a lo bestia ni de jugártela por detrás ni de hacerle la cama al otro para sacar provecho. Todo lo contrario: simpatía, colaboración y ganas de echarse una mano. Un gusto.

Conversación en inglés en tu bar favorito

Dicen los expertos en economía colaborativa que la educación será el próximo sector que ocupe a gran escala el consumo colaborativo, después de la movilidad, el turismo o las finanzas, y que ya ha empezado a despertar el interés de los reguladores.

Una de las plataformas educativas en boga es Mingles, que promueve una forma muy amena de aprender inglés, sólo por medio de la conversación ¡y en bares! Organizan grupos de conversación reducidos (máximo cinco personas) y por niveles, dirigidos por un profesor nativo y se reúnen en espacios de ocio con encanto. Charlan durante una hora sobre un tema de actualidad.

Mingles

 

La diferencia con los clásicos intercambios de idiomas es que estan liderados y guiados por un profesor nativo, que corrigen las faltas y motivan y dinamizan el diálogo. Por ahora, sólo se puede hacer en Madrid. Cada sesión dura una hora y cuesta 10 euros por cabeza, incluida una consumición (cerveza o refresco). El profesor propone un tema de conversación y da vocabulario nuevo.

La vertiente social de reunirse en los bares, con bebida incluida, propicia, según Mingles, decidirse a conversar en otro idioma, conocer gente nueva e intercambiar experiencias. Y a diferencia de las clásicas academias de idiomas ofrece a los «conversadores» la opción de apuntarse cuando ellos quieran y donde más les guste, entrando en www.mingles.es y seleccionando la fecha y el lugar.

 

 

 

Compartir, colaborar, intercambiar…

Internet se ha llenado de comunidades virtuales de ciudadanos, cuyo objetivo no es otro que la ayuda mutua, la colaboración, el intercambio de objetos, pero también de conocimientos para ayudar a la gente a buscarse la vida ante la cada vez más mermada red pública de servicios sociales. Todas funcionan con la misma idea: Lo importante es el acceso a algo no su posesión.

Etruekko es una de esas redes de comunidades, en la que puedes intercambiar y compartir artículos, servicios y conocimientos siguiendo la misma filosofía de los sistemas de trueque, los bancos de tiempo o las monedas sociales:  Compartir, colaborar, intercambiar, ayuda mutua, confianza, sostenibilidad ambiental, empoderamiento…

A través de estas comunidades, uno puede conseguir lo que necesita a cambio de lo que ya no usa, lo que sabe hacer, sus conocimientos y su saldo en moneda social, a la vez que potencia el reciclaje, alarga la vida de los bienes, recicla, ahorra, colabora a la sostenibilidad ambiental y ayuda a implantar una cultura colaborativa, de empoderamiento social y ayuda mutua en la comunidad.

Etruekko

Etruekko está formado por comunidades autogestionadas conectadas en red, y puedes unirte a una de ellas, ya sea de tu barrio, universidad, asociación…, que será el entorno de confianza. Puedes publicar tus ofertas y demandas, bienes o servicios, encontrar lo que  necesites, proponiendo o recibiendo ofertas, las cuales se pueden negociar hasta conseguir cerrar un intercambio.  Un bien,  un servicio, conocimientos o habilidades son susceptible de ser intercambiados y los usuarios en sus negociaciones deciden lo que van a intercambiar.

En su sitio, señalan que además no sólo se puede intercambiar objetos o habilidades, también se pued pagar con su moneda social, el truekko, una moneda que no genera deuda, ni intereses ni pierde su valor y que uno mismo genera por el valor que se aporta a la sociedad al realizar este tipo de consumo. También es la moneda con la que se valorara todo lo que uno ofrece.

Los usuarios de Etruekko aceptan el pago total o parcial en esta moneda ya que otros usuarios aceptaran que ellos les paguen con ella. También se valoran los servicios o artículos que se ofrecen en esta moneda. Su equivalencia referencial es de  1 truekko = 1 €.

La moneda se puede conseguir 3 maneras distintas: Una vez que el administrador de una comunidad te acepte en ella recibirás 20 truekkos; por cada 5 intercambios recibirás 5 truekkos; y por apadrinar a un amigo 5 Truekkos.

Si os asomáis a esta web podéis ver algunos ejemplos de lo que se ofrece en truekkos: una ampliadora de fotos por 2 truekkos, un reloj por 105 truekkos…

 

 

 

 

 

 

Mi hora por la tuya

Es un banco pero funciona sin dinero, en él sólo se puede depositar tiempo y su moneda es la hora. En el banco del tiempo se intercambian servicios entre personas y para ello se usa la moneda-tiempo.

«Yo necesito todo lo que saben hacer los hombres», dijo Ana tan pancha, en una de las primeras reuniones para crear un banco del tiempo en donde vivo.

Cuando le dijeron que esto iba en serio y que escribiera lo que podía ofrecer y lo que necesitaba, repitió lo que había dicho, porque era lo que quería, y precisó: «todo lo que tradicionalmente hacen los hombres y yo no sé hacer porque ni se me ha ocurrido aprender ni he tenido necesidad de ello hasta ahora: cambiar enchufes, problemas de fontanería, que me ayuden a arreglar un mueble y esas cosas que requieren fuerza. ¿Seguro que todo esto me lo pueden hacer?».

El banco se ha creado, aunque no sé si Ana ha empezado ya a buscar a quien le pueda ayudar en sus problemas domésticos.

banco_de_tiempo_500

 

Bromas aparte, en centenares de lugares de todo el mundo, los bancos del tiempo tienen la misma la filosofía y similar funcionamiento. Lo principal es que fomenta la colaboración y la solidaridad entre vecinos: todas las personas tenemos algo que ofrecer y algo que recibir de los demás;  e iguala a todos sus miembros precisamente por la moneda: la hora de tiempo, que vale lo mismo ya seas un profesor de universidad o un peón de albañil.

Una hora siempre es a cambio de otra hora, independientemente de los servicios y actividades que ofrezcas o demandes, sin ser necesariamente la persona a la que ofreces tu tiempo de la que lo tengas que recibir. Puedes recibirlo de otra persona inscrita en el banco. Y otra de las cosas que siempre destacan las normas de los bancos es que los intercambios que se realizan no son trabajos profesionales, o de economía sumergida. Son intercambios puntuales que no requieren de profesionalización.

La responsabilidad de la calidad de los trabajos y servicios depende de quienes efectúan el intercambio. Hay una confianza previa en que al que acudes va a hacer bien el trabajo, pero si no ocurre así se advierte a la organización del banco, que resolverá la situación.

banco 2

A mí y a las personas que conozco, que han utilizado el banco del tiempo, nos ha ido bien. Lo último que he intercambiado han sido unos trabajos de prensa y comunicación por ayuda en el futuro huerto. Los servicios son infinitos: desde clases de todo tipo hasta masajes de cualquier especialidad, pasando por transporte, paseos colectivos por el monte, trabajos domésticos, cuidado de personas mayores y de niños, hacer la comida, limpieza de fincas, recogida de fruta, trabajos de informática, de jardinería…

Están tan extendidas estas prácticas que se ha creado una especie de banco mundial, cronobank,  que engloba los servicios de todos y donde se puede encontrar cualquier banco en funcionamiento.