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El curioso origen detrás del nombre de famosas marcas: ‘CISCO’

Nueva entrega de la serie de posts dedicados al curioso origen detrás del nombre de famosas marcas (al pie de esta entrada encontrarás el enlace a los anteriores) en los que también aprovecho para explicar, muy brevemente, un poco de su historia. En esta ocasión hablaré de ‘CISCO’, una de las mayores empresas de servicios y componentes informáticos del planeta.

El curioso origen detrás del nombre de famosas marcas: 'CISCO'

Su historia comienza en la Universidad de Stanford (a las afuera de San Francisco) a principios de la década de 1980, en la que los Sandra Lerner (quien estaba al frente de las instalaciones informáticas de la Escuela de Graduados de Negocios de la mencionada universidad) conoció a Leonard Bosack (recién graduado en ciencias computacionales) y ambos acabaron diseñando y desarrollando un software que sería el primer paso para fundar, en 1984, una pequeña compañía que bautizarían como ‘cisco’ (actualmente ‘Cisco Systems’).

Según indicaron en múltiples entrevistas, el nombre de la empresa lo sacaron del final de ‘San Francisco’, motivo por el que la marca aparece en minúscula y en el logo representa el puente del Golden Gate.

Cabe destacar que algunas fuentes indican que escogieron llamarlo ‘cisco’ ya que este era lo único que se veía de un cartel en el que aparecía el nombre de la ciudad de San Francisco, ya que un árbol que tenían frente a la ventana tapaba el resto de las letras. Esta versión no ha sido confirmada ni desmentida por sus creadores.

Seis años después (1990), la empresa se había convertido en una de las punteras y Sandra Lerner y Leonard Bosack decidieron vender todas sus acciones (por la nada despreciable cifra de 170 millones de dólares), rompiendo también su relación matrimonial.

 

 

 

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Fuente de la imagen: Wikimedia commons

¿Por qué salir a caminar nos ayuda a pensar?

¿Por qué salir a caminar nos ayuda a pensar?

Tiempo atrás os traía al blog la curiosa anécdota de cómo el poeta Wallace Stevens encontraba la inspiración mientras daba largos paseos, en los que iba anotando en trozos de papel todo lo que se le iba ocurriendo mientras caminaba.

Y es que está demostrado que el echar a caminar, cuando uno necesita tener una idea, es uno  de los más efectivos métodos para conseguir que las musas de la inspiración vengan a visitarnos.

Yo mismo puedo dar fe de que así es (al menos en mi caso). Diariamente me paso un gran número de horas sentado frente al ordenador o consultando infinidad de libros donde encontrar información con la que escribir los posts que publico en los diferentes blogs en los que trabajo, para mi próximo libro, las charlas que imparto o mis colaboraciones radiofónicas. Hay momentos en el que la actividad es tal que acabo bloqueándome y soy incapaz de escribir dos párrafos seguidos sin que me quede en blanco. Es cuando decido levantarme de la silla y comienzo a caminar de un lado para el otro del pasillo o salgo a dar un paseo por los alrededores de mi casa.

Y la verdad es que es mano de santo, tras unos minutos caminando comienzan a fluir las ideas y palabras que hace tan solo un instante era incapaz de encontrar.

Todo se debe a los cambios que experimenta nuestro organismo en el momento que nos levantamos de la silla y echamos a caminar. Solo por el hecho de andar un poco nuestro corazón comienza a bombear más rápido, enviando mucha más sangre  a nuestro diferentes órganos (entre ellos el cerebro) y permitiendo que llegue oxígeno con mayor frecuencia. Esto provoca que los procesos mentales se realicen con mayor agilidad y más eficazmente.

En un estudio realizado por la Universidad de Stanford, los investigadores  Marily Oppezzo y Daniel Schwartz sometieron a 176 voluntarios a diferentes pruebas, determinando la eficacia de caminar a la hora de conseguir que las ideas fluyan y podamos pensar mucho mejor mientras andamos.

Da lo mismo si lo hacemos en nuestra propia habitación, yendo pasillo arriba y abajo (como es mi caso en algunas ocasiones), si andamos sobre una cinta, por la calle o en el campo… nuestro corazón bombea más rápido y nuestro cerebro recibe más sangre y oxigeno, una combinación perfecta para inspirarnos.

Eso sí, el estudio señala que esos paseos son muy beneficiosos a la hora de intentar ser creativos y tener diversas ideas o puntos de vista, pero no lo es tanto a la hora de tener que concentrarnos para encontrar una solución concreta, una única y especifica respuesta, debido a que los paseos favorecen a nuestra creatividad pero nos dispersan de la concentración.

También nuestra creatividad puede ir en aumento cuanto más atractivo es el entorno que elegimos para dar el paseo, no siendo lo mismo caminar sobre la cinta en casa que hacerlo en el campo.

 

 

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Fuentes de consulta: cookingideas / stanford / newyorker
Fuente de la imagen: Feans (Flickr)

¿Por qué Google se llama así?

¿Por qué Google se llama así?Hoy en día el término «Google» se ha convertido en un nombre tan normal y cotidiano como el de nuestra propia mascota, pero al principio sonaba chocante y enrevesado. Así es cómo a sus creadores se les ocurrió ponerle ese nombre…

En 1996,  Sergey Brin y Larry Page, que se habían conocido un año antes estudiando en la Universidad de Stanford, crearon un motor de búsqueda (inicialmente llamado BackRub) para ser utilizado en los servidores de dicha universidad y el cual estuvo en activo a lo largo de un año.

Fue en 1997 cuando Brin y Page deciden invertir más tiempo en desarrollar un buscador mucho más potente y que pueda obtener resultados de toda la red. Para encontrar el nombre apropiado para el nuevo motor de búsqueda realizan una sesión de “lluvia de ideas” (brainstorming) donde surge el término Googol (Gúgol en castellano) que no es más ni menos que un uno seguido de cien ceros, expresado matemáticamente:

1 googol = 10100  = 10,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000,­000

Y de Googol solo hubo que dar un paso hacia el popular nombre Google, tal y como lo hemos conocido.

La invención del término googol (gúgol)  se le atribuye a Milton Sirotta en 1938, un niño de nueve años de edad y sobrino del matemático Edward Kasner, quien incluyo el concepto por primera vez en su libro Las matemáticas y la imaginación con idea de explicar la diferencia entre un número muy grande y el infinito.

 

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Fuentes de consulta: google.com/about / gualinx / wikipedia
Fuente imagen: google.com/corporate