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¿De dónde surge llamar ‘monja’ a la religiosa de una orden o congregación?

A través de mi perfil @yaestaellistoquetodolosabe2 en la red social Instagram me preguntan de dónde surge llamar ‘monja’ a la religiosa de una orden o congregación.

¿De dónde surge llamar ‘monja’ a la religiosa de una orden o congregación?

El diccionario de la Rae, en su entrada destinada al término ‘monja’ envía directamente a la referente a ‘monje’, debido a que, originalmente, dicho vocablo solo hacía referencia a los integrantes masculinos de una comunidad religiosa.

Por tanto, la palabra monja proviene de monje y esta nos llegó al castellano desde el occitano antiguo ‘monge’ (de exacto significado), que provenía del latín tardío ‘monăchus’ (anacoreta), y a su vez derivaba del griego bizantino ‘monachós’ que significa ‘solitario’, ‘solo’, debido a que este término era utilizado originalmente para describir a aquellos cristianos que habían elegido vivir una vida eremita en el desierto o en lugares apartados y alejados de la sociedad (ermitaños, anacoretas…).

Con el tiempo, el término monje comenzó a ser utilizado para referirse a cualquier persona que había hecho votos religiosos y vivía en comunidad, dedicada a la oración y a la contemplación.

En la Edad Media, los monjes se convirtieron en figuras importantes en la sociedad europea, especialmente en la Iglesia Católica Romana, donde desempeñaban un papel fundamental en la vida religiosa, cultural e incluso gubernamental.

Cabe destacar que el término monje se ha utilizado históricamente para describir a los hombres que viven en comunidades religiosas y que, en un principio, se utilizaba el vocablo ‘diaconisa’ para describir a las mujeres que habían hecho votos religiosos y vivían en conventos y que hoy en día conocemos como monja.

 

 

 

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Fuente de la imagen: Wikimedia commons

El curioso origen de la palabra ‘compañero’

El curioso origen de la palabra ‘compañero’

Días atrás publicaba el post sobre el origen de la expresión ‘hacer buenas migas’ en el que os explicaba que este famoso modismo provenía de cuando antiguamente los pastores trashumantes solían juntarse para comer juntos y en el que cada uno de ellos aportaba algo para ese rico plato compuesto principalmente de pan, embutido o tocino, ajos, aceite y agua. Ese acto de compañerismo y camaradería entorno a este ágape fue lo que originó dicha expresión.

Y es que en un acto similar es donde nace la palabra ‘compañero’ y su curiosa etimología.

El término compañero etimológicamente procede del latín ‘cumpanis’ (cum: con panis: pan), cuya traducción literal es ‘con pan’ dándole el  significado de ‘compartiendo el pan’ o ‘los que comparten el pan’, ‘comer de un mismo pan’, llegando hasta nosotros como ‘compañero’.

Al respecto del momento histórico en el que pudo originarse hay discrepancias entre los expertos, encontrándonos quien lo sitúa en ‘la Última Cena’ en la que Jesucristo compartió el pan con sus compañeros de mesa (los doce Apóstoles), siendo una costumbre trasladada a los religiosos que difundieron su mensaje evangelizador, tomando el pan la forma de ‘hostia consagrada’.

Hay quien apunta a San Ignacio de Loyola, fundador de la orden religiosa de la Compañía de Jesús en el siglo XVI.

Sin embargo, otros sitúan el momento en el que se originó en los trashumantes y aquellos viajeros que compartían su pan con otros, naciendo de ahí un acto de fraternidad y compañerismo.

El término aparece por primera vez en las ‘Glosas Silenses’ unas notas medievales de finales del siglo XI escritas en lengua romance en los márgenes de libros en latín y que fueron encontradas en el monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos).

 

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Fuentes de consulta: etimologias.dechile / elcastellano / Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana de Joan Corominas / elalmanaque /
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