Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

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¿Comprarías libros en máquinas expendedoras?

Si hay algo que temo más que a los números rojos y a los incendios eso es, sin duda, la posibilidad de que mi afán de supervivencia librera termine por desvirtuar la esencia de reginaexlibrislandia. La mía ha de ser una librería única, como un traje hecho a medida por la más minuciosa de las modistas.

Por eso cuando de lo que se trata es de introducir cualquier cambio en mis confines analizo la idea hasta que me humea el pelucón. Sí, queridos, disecciono pros, contras y vuelta a empezar, porque si hay algo que mi experiencia vital me ha enseñado es que la ignorancia es tan atrevida como insensata.

Y es justo aquí donde entráis vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, este mi coro de ángeles de la guarda bibliófila traídos aquí por la Provivencia Librera y siempre dispuestos a darme vuestro impagable punto de vista.

Sí como cuando debatimos sobre mi guerra a las etiquetas adhesivas con los precios de los libros, o sobre cómo tenía que colocar la librería, o acerca de si debía marcar aquellos libros que yo recomendara, e incluso el escabroso tema de los seudónimos. Y, bueno, eso sin olvidar mi particular adaptación de la fórmula ¿Te gustó este libro? Prueba con éstos, versión reginaexlibrislandia y hasta si debía o no vender ‘audiodiscos’ en mis confines.

Pues bien, el reginaexlibrislandazo que me planteo ahora dar es la colocación de una máquina expendedora de libros en la mismísima puerta de reginaexlibrislandia.

Eso, queridos, teniendo en cuenta que estaría operativa cuando la librería tuviera el cierre echado o, lo que es lo mismo, de noche y en fiestas de guardar.

La idea es estar para mis clientes en caso de emergencia bibliófila, aunque obviamente no de cuerpo presente.

El precio sería ligerísimamente superior que en tienda para cubrir el mantenimiento de la máquina, y en el aparatejo colocaría una selección de títulos (novedades, mis recomendaciones, los más vendidos en mis confines, etc)…

Así que, decidme, ¿compraríais libros en una máquina expendedora? ¿Pros? ¿Contras? ¿Os habéis topado alguna vez con alguna? ¿Qué pensásteis?