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El origen del término ‘onomatopeya’

El origen del término ‘onomatopeya’

Conocemos como onomatopeya a las palabras formadas por la imitación de sonidos asociados con objetos, acciones o fenómenos. Por ejemplo, ‘miau’ para el sonido de un gato, ‘tic-tac’ para el de un reloj, ‘grilletes’ por la semejanza percibida entre el sonido de los grillos y el ruido que produce este objeto al cerrarse o al moverse, ‘bum’ para imitar el sonido de un golpe o explosión (aunque es más común la forma anglosajona boom) o decir ‘hacer tilín’ en referencia al sonido de unas campanillas (por poner unos pocos ejemplos).

Etimológicamente, el vocablo ‘onomatopeya’ nos llegó desde el latín medieval onomatopoeia (de exacto significado), siendo su raíz el griego clásico onomatopoiïa (ὀνοματοποιϊα), compuesto por onoma (nombre) y poiein (hacer, crear) y siendo su significado literal ‘creación de palabras’, siendo aplicado especialmente a los términos que se forman imitando los sonidos o ruidos que representan.

 

 

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¿De dónde surge decir que algo se ha hecho ‘sin ton ni son’?

Decir que algo se ha hecho ‘sin ton ni son’ es referirse a aquello que se hace fuera de lugar, sin un motivo o causa, sin orden y medida.

¿De dónde surge decir que algo se ha hecho ‘sin ton ni son’?

El origen de la locución lo encontramos en el mundo de la música, ya que ‘ton’ es la apócope del término ‘tono’ y ‘son’ es la correspondiente a ‘sonido’ y surge del hecho de que un músico (que pertenece a una orquesta o banda) entra antes de tiempo, cuando todavía no se le ha dado el pie (el director o el resto de músicos) o lo hace con una nota errónea o desafinada. De ahí que se le indique que ha entrado sin tono ni sonido (adecuado).

Cabe destacar que el diccionario de la RAE también admite decirlo en la forma ‘sin ton y sin son’.

 

 

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Fuente de la imagen: pixabay

¿Por qué el sonido se propaga a más velocidad en verano que en invierno?

La velocidad de propagación del sonido, en el aire, depende básicamente, de dos factores, la temperatura y la humedad. Por cada grado que se incremente la temperatura del aire, la velocidad del sonido aumenta 0,6 m/s. Esto se debe a que al aumentar la temperatura, también aumenta la agitación térmica de las moléculas de los gases que integran el aire, lo que favorece que se propague la vibración.

 

 

Del libro: Fisiquotidianía de Cayetano Gutiérrez Pérez con expresa autorización del autor.