Justo por debajo de la uretra e inmediatamente por encima del orificio de la vagina se encuentran las ‘glándulas de Skene’ (también conocidas como glándulas menores, uretrales o parauretrales e incluso ‘próstata femenina’), las cuales fueron descritas por el ginecólogo escocés Alexander Skene en 1880 (de ahí su nombre).
Estas glándulas, que no se desarrollan totalmente en la mayoría de las mujeres, son las encargadas de secretar un fluido durante la excitación sexual que es expelido a través del orificio de la uretra, llegando a convertirse en ciertos casos en una eyaculación femenina en el momento de alcanzar el orgasmo.
Estas glándulas son las homólogas en la mujer de la próstata masculina, debido a que existen numerosas coincidencias entre la estructura microanatómica de ambas.
El hecho de que las glándulas de Skene no se desarrollen totalmente en la mayoría de mujeres es lo que hace que, comúnmente, tras llegar al orgasmo no suela aparecer una eyaculación en ellas, aunque sí que es posible que se humedezca toda la zona vaginal debido a los fluidos que se van secretando durante la excitación a través de las glándulas uretrales junto a las glándulas de Bartolino mencionadas en un anterior post.
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