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¿Sabías que el concepto de ‘pasaporte’, tal y como lo conocemos actualmente, proviene de la Edad Media?

¿Sabías que el concepto de ‘pasaporte’, tal y como lo conocemos actualmente, proviene de la Edad Media?

Durante gran parte de la historia y más concretamente en la Edad Media, la mayoría de las poblaciones de cierta importancia estaban amuralladas y para poder acceder al interior de las mismas era imprescindible ir provisto de algún tipo de documento o salvoconducto que identificaba al individuo y le facultaba a cruzar al otro lado.

Lo mismo ocurría en las lindes y fronteras entre reinos, países e incluso condados (territorios pertenecientes a diferentes condes o miembros de la aristocracia).

Se señala al rey enrique V de Inglaterra como uno de los grandes impulsores en ordenar que se expidiesen en su reino documentos acreditativos a sus súbditos para que estos pudiesen viajar a otros reinos sin problemas.

Con el paso del tiempo esos salvoconductos identificativos fueron unificando criterios y formato y se les fue añadiendo algunos detalles, como la incorporación de la fotografía hacia el primer cuarto del siglo XX.

Este documento, con el tiempo, ha sido conocido como ‘pasaporte’ y la constancia más antigua del término la encontramos en el francés ‘passeport’, a principios del siglo XVI. Éste, a su vez, deriva del latín, estando formado por dos vocablos; la primera parte de ‘passus’ (paso, acceso) pero la segunda no está del todo clara, pues hay diferencias entre los propios etimólogos, ya que unos dicen que procede directamente de ‘portus’ (puerto) y otros indican que viene de ‘porta’ (puerta, lugar de acceso).

Pero hay una tercera opción que es la que señala que podría provenir de una mezcla de ambas, ya que tanto un ‘puerto’ (de mar) como la ‘puerta’ (de una fortificación o ciudad amurallada) eran los lugares de acceso hacia cualquier lugar (ya fuese por vía marítima o terrestre).

El término pasaporte fue recogido por primera vez en el Diccionario de la RAE, en su edición de 1780, con la siguiente acepción: ‘La licencia, o despacho por escrito, que se da para poder pasar libre y seguramente de un reino a otro, o de una a otra parte’.

 

 

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Fuente de la imagen: Alfred López

¿Por qué se les llama ‘gatos’ a los madrileños?

A través de mi perfil @curiosisimo en la red social TikTok me preguntan el motivo por el que a los madrileños se les conoce como ‘gatos’.

¿Por qué se les llama ‘gatos’ a los madrileños?

La explicación sobre el porqué a los madrileños son conocidos popularmente con el gentilicio de ‘gatos’ está a medio camino entre la leyenda y la historia. Numerosos son los relatos que explican el motivo y origen, siendo todos muy similares, dando una serie de detalles bastantes específicos sobre el año, motivo y lugar donde se originó, pero obviando un detalle importantísimo: el nombre del protagonista.

En el año 852 el emir Muhammad I ordenó construir una fortaleza amurallada junto al río Manzanares, desde la cual se controlaba todo aquel valle, además de la Sierra del Guadarrama, y en la que se levantaría una ciudadela. Aquel enclave pasó a denominarse ‘Mayrit’ (Magerit), que con el paso del tiempo acabó convirtiéndose en lo que hoy conocemos como ‘Madrid’ y cuya etimología no está del todo clara, aunque muchos son los expertos que señalan que, muy probablemente, significase ‘Arroyo matriz’ (en relación al rio junto al que se había construido).

En los siguientes dos siglos de dominio musulmán de aquella zona varios fueron los intentos de conquista de la ciudadela (en el 924 por el conde Fernán González o en 968 Ramiro II de León), siendo la que tuvo lugar en el 1085 la que daría origen a que los oriundos de Madrid acabasen siendo conocidos con el gentilicio popular de gatos.

Aquel año, las tropas del rey Alfonso VI de León, llegaron hasta Mayrit, siendo uno de sus hombres quien consiguió la gesta de trepar por la pared de la muralla (ayudado de una daga que iba clavando en las juntas de las piedras), alcanzando el torreón de la fortaleza y cambiando la bandera musulmana por la cristiana.

Durante la hazaña de aquel valiente soldado muchos fueron sus compañeros que dijeron que éste había trepado por la muralla como si fuese un gato, pasando a recibir a partir de entonces tal apelativo, convirtiéndose incluso en el apellido familiar de toda la saga de descendientes.

En honor a él, a los nacidos en Madrid se les empezó a conocer como gatos.

Tal y como indico en el primer párrafo, este es, grosso modo, el relato múltiplemente repetido sobre el origen de llamar gato a una persona oriunda de Madrid, aunque escama un poco que, con lo célebre que es el relato y lo acontecido, no haya trascendido el nombre del protagonista ni el de sus sucesores. Pero ante la falta de otra alternativa más fiable como posible origen y como se dice en estos casos: ‘se non è vero, è ben trovato’, locución italiana cuyo significado en castellano vendría a decir ‘si no es verdad, está bien encontrado’.

 

 

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Fuentes de la imagen: creazilla / Wikimedia commons