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¿Cuál es el origen del término ‘mise en place’ que oímos decir en programas de televisión sobre cocina?

¿Cuál es el origen del término ‘mise en place’ que oímos decir en programas de televisión sobre cocina?

Llevamos unos años en los que los programas estrella de la televisión son aquellos dedicados al mundo de la cocina y los restaurantes, ya sea a nivel de concurso (Masterchef, TopChef…), de recetas culinarias (Carlos Arguiñano, los Hermanos Torres…) o en los que un experto cocinero va a los restaurantes para arreglar los problemas que en ellos hay: ‘Pesadilla en la cocina’ (tanto la versión original del chef Gordon Ramsay como el español Alberto Chicote).

Numerosísima es la terminología que se utiliza en este tipo de programas, pero hay un término que últimamente se están empeñando en decir continuamente, tanto cocineros como presentadores: ‘mise en place’ (traducido literalmente como ‘puesto en el lugar’ y que se refiere a las tareas previas antes de cocinar un plato en el que hay que tener todo preparado: los utensilios, cuchillos y productos a utilizar)

A pesar de que sea ahora cuando más escuchado y repetido es, el término ‘mise en place’ no es algo que haya surgido recientemente con la fiebre gastronómica de los últimos años en televisión, sino que dicho termino fue introducido y popularizado hace alrededor de un siglo por el célebre cocinero y gastrónomo francés Auguste Escoffier, considerado por la mayoría de profesionales como el ‘maestro de los maestros’ dentro de la cocina.

Auguste Escoffier (1846-1935) fue uno de los grandes innovadores y modernizadores de la cocina francesa, dotándola de disciplina, orden de trabajo (tanto entre los cocineros como en el servicio de camareros) y, sobre todo, aplicando una serie de técnicas que hacía mucho más efectivo el trabajo realizado por cualquier chef dentro de la cocina. Una de esas prioridades debía ser el tener todo preparado para ser totalmente efectivos a la hora de cocinar y lo simplificó en la forma del mencionado ‘mise en place’.

Cabe destacar que muchos otros chef de todo el mundo ya habían usado esa forma de trabajar en sus cocinas mucho antes que Escoffier, pero fue éste quien acuñó el término y lo popularizó a través de sus libros sobre gastronomía.

Así que, a partir de ahora, cada vez que escuchéis decir a Jordi Cruz, Chicote o Ramsay a algún cocinero/concursante que debe preparar la ‘mise en place’ ya sabréis que se refiere a que preparé los utensilios y alimentos que deberá utilizar para el cocinado.

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

Post realizado en respuesta a la consulta que me ha hecho llegar Pere Martí a través del apartado de contacto.
Fuente de la imagen: Gary Stevens (Flickr)

Federico II de Prusia y la araña

Federico II de Prusia llegó al trono a los 28 años. Reinó desde 1740 hasta 1786. Llamado Federico el Grande fue un monarca de gran capacidad gubernativa. Rodeado de filósofos y hombres de letras su gobierno se caracterizó por un despotismo ilustrado bien marcado. Contando entre sus amigos con hombres como Voltaire, favoreció el desarrollo de las artes y entre sus medidas más significativas incorporó a su reinado la enseñanza primaria obligatoria.
La siguiente, más que sólo una anécdota, es una historia desapercibida que alargó la vida de uno de los reyes prusianos más significativos.

Una tarde Federico entró a uno de los salones del palacio de Sans – Souci y sentándose a la mesa pidió a un sirviente su habitual taza de chocolate. El sirviente hizo llegar la orden al cocinero y al tiempo ingresó al salón con el pedido del rey. Una vez que tuvo el tazón delante de sí, Federico fue asaltado por un pensamiento que le hizo postergar por unos segundos la toma del chocolate. Habiendo dejado la llave puesta del arcón donde había dejado unos papeles de gran importancia, decidió ponerse de pie y desplazarse hasta la habitación contigua a solucionar el descuido.
Ya de vuelta a la mesa, se dispuso a ingerir su chocolate cuando detectó un fino hilo brillante que descendía, desde el techo hasta su taza, en perfecta línea recta. Pasó la mano suavemente como para cortar el recorrido de la fina hebra y advirtió que se trataba de la tela de una araña incauta que había descendido sobre su tazón real para darse un chapuzón en el espeso líquido.
Sin perder tiempo, el rey, llamó de inmediato a su criado y pidió que le cambien la taza de inmediato.
Al ver al criado llegar con la taza intacta, el cocinero comenzó a transpirar, los nervios se le quebraron y la angustia iba en aumento a medida que el criado se acercaba.
Al escuchar al sirviente decir que el rey pidió, sin motivo aparente, que le sea cambiada la taza, el cocinero corrió hasta un rincón y se dio muerte súbitamente. La razón: el hombre había puesto veneno en el tazón y, dadas las circunstancias, supuso que el rey había descubierto su plan homicida.
Debido a este confuso episodio es que años después Federico el Grande dispuso que se pintara el techo de la habitación, en la que se encontraba, la imagen de una araña en su tela. Un homenaje merecido a aquella amiga desconocida que fue la más eficaz guardaespaldas del rey y que entregó la vida por el monarca prusiano sin darse cuenta de lo que esto significaba.
Quizás lo más llamativo de esta historia desapercibida radique en lo variado de sus protagonistas: un rey afortunado, un cocinero traicionero y una araña que, sin saberlo, salvó la vida de Su Majestad.

Esta curiosa historia me la ha hecho llegar vía e-mail Joan Almansa -¡Gracias!-
He comprobado que aparece en multitud de Webs y Blogs, pero no he podido verificar su autenticidad, por lo que su publicación aquí es más por lo curioso del relato que por el aporte histórico en si.