Cuando Astérix se hizo gladiador: retiarios, críticos de western y carreras de cuadrigas

Pablo Lozano es director del Festival Internacional de Cómic Europeo (en Facebook,  Twitter e Instagram) y colaborador especializado en cómic histórico en XX Siglos. Le podéis seguir en Twitter, Facebook e Instagram, y escuchar en el podcast de cómic La buhardilla de Venger.

Como cada mes dedicamos uno de nuestros artículos a alguno de los clásicos del cómic europeo en los que la historia esté muy presente. En enero empezamos con el Teniente Blueberry, y febrero fue para los comienzos de Lucky Luke. Tenía que decidir a quién le correspondería hacer su aparición en marzo

Desde el principio de la sección de cómic histórico me han demandado cuando llegaría el turno de los afamados Astérix y Obélix. Algo que me ha dado mucho respeto debido a que casi todo el mundo los conoce y se ha hablado mucho de ellos en diferentes medios. De hecho, creo que con Tintín son los personajes más conocidos del cómic europeo.

El que finalmente me haya decidido a abrir la caja de Pandora se debe sobre todo a la noticia aparecida la semana pasada en la que Netflix anunciaba que en 2023 tendremos en la plataforma la primera serie dedicada a los famosos irreductibles galos.

Quizás este regalo de cumpleaños se debe a que se quiere aprovechar que en 2021 nuestros queridos Astérix y Obélix cumplen 60 años desde que se publicó en formato álbum su primera aventura, Astérix el galo (1961), y no el de su aparición en la revista Pilote, en octubre de 1959, cosa que están confundiendo la mayoría de los medios de comunicación. Estos locos  y divertidos galos, desde entonces, llevan publicados treinta y nueve cómics, una decena de películas de animación, cuatro películas, que a mí no me acaban de entusiasmar, y muchos videojuegos. Hasta ahora no se había realizado ninguna serie sobre ellos.

De la serie ha transcendido que será dirigida por Alain Chabat, que ya fue el responsable de la película de 2002 Astérix y Obélix: Misión Cleopatra. Lo cual no creo que sea un valor añadido. También se ha comentado que la historia principal que nos contará será la del cómic El combate de los jefes (1966), aunque seguramente aparezcan guiños o partes de otros títulos. Imagino que poco a poco nos lo irán avanzando.

Quiero recordar también que en 2020 se publicó El menhir de oro, obra de sus padres originarios, Albert Uderzo y René Goscinny. Nos llamó especialmente la atención a los seguidores de la saga, pues ambos están fallecidos, uno de ellos desde hace más de cuarenta años y el otro nos dejó el pasado 24 de marzo de 2020. Voy a recalcar que no es exactamente un cómic. Fue diseñado  en su momento como un audiolibro. De hecho se publicó  en 1967  en un disco de 33 pulgadas. En la historia, el personaje y famoso bardo Asuranceturix se ha propuesto que la gente conozca su talento musical. Por ello, se anima a participar en un concurso en el que el premio no es otro que un Menhir de Oro. Astérix y Obélix  consideran que  las aptitudes vocales del bardo no harán otra cosa más que crear problemas, por lo que  le ofrecerán protección en todo momento.

En El Menhir de Oro el lector no se encontrará con viñetas y bocadillos, sino con un guión con diálogos entre Astérix, Obélix, Asuranceturix o Esautomátix que están rodeados de ilustraciones originales de Uderzo. Está publicado por la editorial Salvat.

Aunque Goscinny y Uderzo nunca pretendieron darnos una clase de historia, sus cómics están llenos de detalles del mundo romano que demuestran que ambos autores trabajaron y estudiaron el contexto en el que iban a mover a sus personajes. Pequeños detalles en los que nos fijamos los curiosos de la historia. Recordaros que las aventuras de Astérix nos situaban en Armórica, al norte de Francia, en el año 50 a. C.

Para este primer artículo dedicado a los famosos galos he querido recuperar uno de los álbumes que más veces he releído debido a mi pasión por los gladiadores. Fue la cuarta aventura publicada y que apareció en 1962. Estamos hablando de Asterix Gladiador y será el momento en que cada vez los irreductibles galos empezarán a hacerse más y más famosos en el mercado.

El argumento

Al campamento romano de Petibonum, llega el prefecto de la Galia, Calígula Pocospelus, quien va de permiso a Roma y, tradicionalmente, debe llevarle un regalo a Julio César. El prefecto decide regalarle al César a uno de los galos de la región de Armórica, lo cual resulta difícil, ya que esos galos son invencibles. Sin embargo, le dicen que el bardo Asuranceturix es un poco más inofensivo que los demás, por lo que serviría de regalo para Julio César. Asuranceturix será capturado y a sus amigos Astérix y Obélix no les quedará más remedio que viajar hasta Roma para rescatarlo.

Con este punto de partida nuestros protagonistas viajarán por primera vez a Roma y el mismo viaje será toda una odisea para ellos, ya que a lo largo de su recorrido debutarán muchos personajes que volverán a ser recurrentes en otros álbumes. Quiero destacar especialmente al fenicio y comerciante Espigademaiz, que acogerá en su barco a nuestros aventureros galos y viviremos algunos de los diálogos más divertidos de la trama. También, y a bordo de su barco, tendrán el primer encuentro con el pirata Barbarroja y su tripulación. Por primera vez veremos también entre los integrantes de este grupo de malandrines al vigía Baba (en su primera aparición no abre la boca) y  al asesor en desastres navales y latinajos Patapalo. Desde este cómic, todos ellos pasarán a formar parte de la iconografía de Goscinny y Uderzo.

También volverá, tras el primer álbum de Asterix el Galo, la representación más conocida por todos de Julio César. En esta ocasión, como editor de los juegos y espectáculos del circo romano, que darán pie a quizá uno de los momentos donde más estudio histórico veremos por parte de los autores.

Quiero aprovechar y recordar al lector que la película de animación de los hermanos Brizzi de La sorpresa del Cesar realizada en 1985, utiliza como base el argumento de Asterix Gladiador mezclándolo también con Asterix Legionario.

Espectáculos en Roma

Como comenté anteriormente, creo que, a diferencia de muchas películas actuales  e incluso clásicos del cine como puede ser Espartaco (1960)  de Stanley Kubrick o la misma Gladiator (2000) de Ridley Scott que cuentan con presupuestos generosos y podían haber intentado dar una imagen más verídica de los espectáculos en los circos y anfiteatros romanos, Astérix hace un esfuerzo dentro de sus límites para reflejar lo mejor posible el mundillo. Y en este cómic se muestra sobradamente.

Valoro positivamente que, aunque de una manera parcial, se haya querido respetar el máximo de elementos importantes de cualquier espectáculo de la época en esta materia: entrenamientos, firma de contratos, ejecuciones, utilización de fieras en el circo, carreras de cuadrigas, publicidad en los espectáculos, panoplias, armamento, vestimenta e incluso que intenten meter personajes que nos acerquen mejor a ese submundo que atraía y enloquecía a las masas. Que Astérix y Obélix quieran ser gladiadores ayuda también a sumergirnos y conocer elementos de las escuelas/ludus y presentar a personajes como Cayo Obtusus lanista y propietario de la escuela de gladiadores o del  Bestiarius que representa al clásico Doctore o entrenador de estos centros. Chapó por  los tipos de gladiadores que aparecen y que podríamos ver en el siglo I A.C. en el que está situado el cómic. Unos cuasi perfectos retiarios, murmillos y tracios y eso que nos encontramos en un momento en donde se van a empezar a producir cambios en este tipo de espectáculos  debido a la transición de la República al Imperio. Además, y como viene siendo costumbre, el vocabulario ayuda al lector a conocer terminología latina.

Aunque el cómic se centra especialmente en el mundo gladiatorio al que le da todo el protagonismo, debemos mencionar y comentar que el espectáculo estrella y más emocionante para los romanos eran las carreras de cuadrigas. Estas tenían lugar en un espacio construido especialmente para su desarrollo que eran los circos. Implicaban una enorme violencia, aunque no nos han llegado con esa imagen tan sangrienta. El auriga era la estrella y persona responsable de conducir el carro. Normalmente estos eran esclavos o pertenecían a las clases bajas de la sociedad romana, ya que la tasa de accidentes que se producían era bastante alta. Como ultimo apunte decir que los aurigas pertenecían a equipos que se distinguían por colores. Los habituales eran el blanco, rojo, verde y azul y servían para entre otras cosas que los ciudadanos pudieran apostar. En la aventura aparece una carrera de cuadrigas pero se toca de una manera muy tangencial.

Para terminar, decir que aunque en el cómic  aparecen los gladiadores utilizando el famoso saludo a Cesar  Ave, Caesar, morituri te salutant. No tenemos constancia histórica de que un gladiador pronunciase esa frase jamás.

Conclusión

Personalmente considero que nos proporciona unos buenos ratos de risotadas a los lectores, aún sabiendo que en la traducción española hay elementos que se pierden o personajes que no reconocemos, como por ejemplo el personaje de Calígula Pocospelus, una caricatura del periodista francés especialista en western, Georges Fronval. El periodista había conseguido que John Wayne, ídolo de Uderzo, visitara las oficinas de la revista Pilote. Pero el dibujante de Astérix no se encontraba allí aquel día.

Astérix Gladiador,  desde mi punto de vista, está entre las mejores aventuras de la colección.

Ya se ha comentado en reiteradas ocasiones que la labor realizada por los autores de acercar el mundo romano a los jóvenes y no tan jóvenes está más que probada. Ahora le toca a los autores herederos, Didier Conrad y Jean-Yves Ferri, demostrar el mismo esmero. Ya comentaremos en un futuro artículo que tal lo están haciendo.

Recomiendo a todos los lectores que vuelvan a coger de su estantería la obra y la revisen para ver que la obra no ha caducado. Sigue siendo perfecta para entregársela a cualquier adulto o niño.

Para cerrar este primer homanaje a los irreductibles galos os dejo con la ilustración exclusiva que sobre este cómic ha realizado el dibujante Juanma Cañada Aguilera (le podéis seguir en Facebook e Instagram) para los lectores de XX Siglos, y el vídeo de cómo lo ha hecho.

Desde hoy se abre la puerta a realizar más artículos y comentarios de las aventuras de los irreductibles galos en la sección. Espero que tras estas palabras el cielo no caiga sobre mi cabeza. ¿Qué opináis?

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