El nacimiento de Lucky Luke: western y más historia de la que parece

Pablo Lozano es director del Festival Internacional de Cómic Europeo (en Facebook,  Twitter e Instagram) y colaborador especializado en cómic histórico en XX Siglos. Le podéis seguir en Twitter, Facebook e Instagram).

En el mes de enero dedicamos un artículo especial a la saga El oro de los confederados del Teniente Blueberry. Este artículo se encontraba enmarcado dentro de lo que he denominado la  sección de «clásicos»  del cómic histórico que vuelve esta semana con un personaje mucho más conocido por todos. Lo hemos podido ver, además, en las viñetas en  dibujos animados y en la gran pantalla, en esta última para su desgracia con muy poquita fortuna.

Nos estamos refiriendo a Lucky Luke, el hombre que es incluso más rápido que su propia sombra, aunque eso no fue siempre así. Hoy hablaremos de las primeras andanzas de este vaquero solitario que ha pasado a formar parte del panteón de los grandes personajes del cómic europeo junto a Tintín, Asterix, Blake y Mortimer… Estos también acabarán apareciendo antes o después  en nuestra sección de clásicos y no tan clásicos.

Un superventas en Europa

El martes 17 de julio de 2001, Maurice de Beveré, más conocido como Morris y dibujante de Lucky Luke, falleció en Bruselas a causa de una embolia cerebral. A sus setenta y siete años, dejaba una obra considerable y se había convertido en uno de los grandes hitos de la historieta belga. Durante muchos años había alimentado los sueños de millones de jóvenes europeos, dando una visión del mundo diferente al que trasmitían los superhéroes americanos. Morris se mantuvo activo hasta el final supervisando en todo momento a su personaje.

Por aquel entonces su vaquero había vendido 350 millones de álbumes. Sin embargo, a pesar de la desaparición de su creador, Lucky Luke no se había quedado solo. Millones de lectores continuaban leyéndolo.

Aunque la mayoría de los lectores no vincularían el personaje con el cómic histórico, si no con un cómic de humor, hay que decir que no es totalmente cierto. Las aventuras del cowboy están llenas de guiños y píldoras históricas que nos hablan del lejano Oeste americano. Ya es así desde sus primeras historias que casi nadie conoce o ha leído. Quizás porque los comienzos nunca fueron fáciles ni tampoco fueron los mejores momentos del autor.

El personaje comenzó como un homenaje en tono humorístico a las películas de género western, en la que contaba las hazañas de un vaquero, un hombre de pasado desconocido que era un maestro del revólver y que recorría el Oeste americano viéndose envuelto en multitud de aventuras, que llegará a introducir en la serie a personajes reales. Tras dos años trabajando en solitario, Morris conoció al gran genio del cómic René Goscinny, guionista también de Astérix y Obélix con quién trabó una buena amistad y que se ocupó de los guiones desde entonces.

Morris y Goscinny

En el artículo de hoy nos centraremos sobre todo en parte de su primera etapa en solitario, en la que todavía el gran Goscinny no estaba a cargo de los guiones. He de decir que si viéramos el dibujo sin saber que es un cómic de Lucky Luke podríamos no vincularlo con el personaje. Pero ya en estas primeras historias  se empieza a esbozar y plantear muchos de los aspectos que definirán al personaje en el futuro. Desde luego no sería la mejor opción para aquellos que quieran empezar con el personaje. Pero no por ello quería dejar de hablar de ellos y hacer una serie de artículos comentando y  desgranando poco a poco aspectos curiosos de su evolución.

La primera aventura

De hecho su primera aventura, conocida como La mina de oro de Dick Digger, no apareció en formato  álbum. Era muy poco habitual que las historias de un héroe aparecieran publicadas en forma de álbum  antes de que el cómic hubiera pasado por revistas semanales con muchos lectores como Tintín o Spirou. Era como una especie de prueba a la que los debutantes se le imponía por parte de los editores. Este sistema permitía a los novatos hacer sus pinitos sin estar tan expuestos y, por tanto, sin ser objeto de las críticas en los primeros pasos de sus carreras. Este campo de entrenamiento de las revistas de cómic era muy importante. Hoy en día todo esto ha desaparecido. Los nuevos autores apenas disponen de revistas en las que poder dar sus primeros pasos. Por lo que la publicación de un álbum suele ser una apuesta a “doble o nada”.

En su primera aventura ya empiezan a aparecer las píldoras históricas que comentábamos. De hecho el tema que nos trae es la famosa fiebre del oro. Esta migración apresurada que abarcó aproximadamente entre 1847 a 1855 supuso la movilización de más de 300.000 personas de diferentes puntos del mundo a la búsqueda de oro en los Estados Unidos

Todo comenzó en la población de Sutter’s Mill (California). Allí  fue encontrado oro por primera vez, y el afortunado fue James Marshall. Todo fue producto de una casualidad mientras  construían un aserradero. Marshall encontró una pepita de oro y  quisieron mantener oculta la noticia, aunque no debieron de hacerlo muy bien ya que el descubrimiento se hizo famoso por todo el país y en el mundo en cuestión de poco tiempo.

James Marshall

80.000 mineros se dirigieron al valle de Sacramento y perforaron todo lo perforable. James Marshall jamás pudo acabar su aserradero ya que todos los hombres en edad de trabajar querían buscar oro. Al final de su vida sobrevivió como pudo y fue enterrado en el lugar donde descubrió el preciado metal. En 1890 se erigió sobre su tumba un busto de bronce con un dedo extendido hacia el río.

Estatua de James Marshall

La segunda aventura: Rodeo

Aquí Morris echa mano de casi todos los tópicos y arquetipos del western clásico. Para ello la acción se desarrollará en Navajo City, lugar que aprovechará el autor para mostrarnos los famosos rodeos de Norte América.

La primera información  que se tienen en EE. UU de este arte ecuestre datan de 1820. Se hacían de manera informal, pero atraía a multitudes.

Los rodeos surgen de la competitividad entre los cowboys durante las tareas de arreo del ganado para su traslado, contarlo y marcarlo. Casi todos  aprendieron el oficio de los  colonos españoles y mejicanos. A partir de ahí  las artes vaqueras fueron desarrollándose de forma autóctona. Hoy se ha convertido en una forma de entretenimiento que logra reunir en algunos de sus eventos a más de 170.000 aficionados. Es muy popular en Texas y también en estados como Wyoming, Montana o Colorado. Lucky Luke nos mostrará sus dotes participando en uno de ellos.

En esta aventura, por primera vez, se nos presenta a Lucky Luke como un justiciero, solo contra un ejército de forajidos. Esta situación se convertirá en algo recurrente por parte de Morris a lo largo de sus historias. También la falta de valor de los ciudadanos que no oponen ninguna resistencia a los bandidos, y la ineptitud de los políticos.

Lucky Luke empieza a tomar forma

La tercera gran aventura de Lucky Luke se tituló Arizona. En ella todavía se halla muy lejos de poseer los rasgos que lo harán celebre. Aparte de su rostro de facciones alargadas, apenas encontramos otros elementos característicos.

El personaje que ya empieza a aparecer más acabado es su famoso caballo Jolly Jumper. Siempre preparado para mostrar algunas de sus cualidades que lo han definido como su fidelidad  y su inteligencia, capaz de descabalgar a un malhechor en cuanto oye un silbido de su dueño.

Jolly Jumper irá cada vez cogiendo más protagonismo hasta convertirse en una presencia habitual.

En Arizona veremos la primera escapada a México de nuestro cowboy. Será debido a que va tras la pista de un peligroso bandido a la fuga. En este viaje, Morris  nos presentará  la famosa figura  del “desperado”, que es la que designa al bandido mexicano que no tiene nada que perder. Este personaje lo  basó en figuras históricas como la del conocido Tiburcio Vásquez.

Tiburcio Vásquez fue un forajido mexicano que se movió por  California entre 1850 y 1870. Se hizo conocido por actos delictivos como robos de ganado, atracos a negocios y asaltos a viajeros. Lo capturaron en repetidas ocasiones pero siempre acababa escapando.

Se le acusó de varios asesinatos, aunque él siempre negó haber matado a nadie.

Las correrías criminales de Vásquez le dieron  una gran  reputación, hasta el punto que el gobernador de California ofreció una recompensa por su captura: $3,000 vivo o $2,000 muerto. Incluso llegaron a formar un pelotón de cazarrecompensas afamados para darle caza.

Finalmente  fue capturado, juzgado y ahorcado por sus crímenes. Vásquez fue visto como un símbolo de resistencia y considerado un héroe defensor de los californianos ante las injusticias de la invasión y conquista por parte de  los estadounidenses.

Su vida fue controvertida, sin embargo su nombre ha quedado hasta en las escuelas y los centros de salud.

Bajo el cielo del Oeste

Este álbum nos hace llegar al ecuador de Morris como guionista y dibujante al mismo tiempo. Vamos observando poco a poco como va controlando mejor el género del western y nos presenta  a aventureros sin escrúpulos que proliferaron tras la Guerra de Secesión. También nos descubre a los habitantes de los famosos saloons, como los corredores de apuestas, barberos, prestamistas, banqueros…

También se nota como va trabajando más las estructuras urbanas y los paisajes convirtiendo el dibujo en espacios más complejos y completos.

En esta aventura el arte del boxeo toma protagonismo y ello se deberá entre otras cosas a que Morris había practicado este deporte.

Las primeras normas que regulan los encuentros de boxeo se remontan a 1743, mientras que las reglas actuales fueron establecidas en 1889 por el marqués de Queensberry, quien entre otras cosas introdujo el uso de los guantes.

Las que observamos ya en el cómic son las reglas de 1838 del London Prize Ring o llamadas vulgarmente del boxeo por dinero. Estas  estaban integradas por 23 reglas que  se difundieron rápidamente por Gran Bretaña y Estados Unidos. Establecían entre otras cosas unas dimensiones estándar para los rings,  los asistentes de los púgiles y sus funciones para atenderlos, los árbitros, la reglamentación de los rincones, los 30 segundos del púgil caído para volver al centro de ring listo para reiniciar la pelea, y diversas prohibiciones como la de ingresar al ring durante el progreso del combate, la de los asistentes de dirigirse o agredir al púgil adversario, de golpear con la cabeza, de golpear al adversario caído o con una rodilla en la lona, de golpear bajo la cintura, de utilizar los dedos o uñas para dañar al contrincante, de patear, etc…. y se ve en el cómic. La cosa era a puño limpio ya que todavía no se usaban guantes.

Los combates se realizaban siempre por el premio en dinero que se ponía en juego -de allí el término prize-ring-, y los espectadores realizaban apuestas que se pagaban en el acto. Tampoco había variedad de categorías según el peso de los púgiles, por lo que normalmente los campeones solían ser los más pesados.

Toda una demostración velada de conocimientos que nos dejó el autor entre sus páginas.

Con esto llegamos al final de nuestro primer artículo dedicado al nacimiento de Lucky Luke. Como habéis podido observar las píldoras históricas estaban muy presentes a pesar de que no se pudieran apreciar.

Espero que os haya gustado. Cuidaos mucho y nos vemos en marzo navegando entre viñetas.

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1 comentario

  1. Dice ser Laborconsulting

    Qué recuerdos!, gracias.

    25 febrero 2021 | 19:26

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