Teniente Blueberry: una manera alternativa de adentrarse en las aventuras del mítico héroe de cómic

Pablo Lozano es director del Festival Internacional de Cómic Europeo (en Facebook,  Twitter e Instagram) y colaborador especializado en cómic histórico en XX Siglos. Le podéis seguir en Twitter, Facebook e Instagram).

Hoy volvemos a la carga con un personaje clásico del cómic histórico como el teniente Blueberry. ¿Quién no ha leído alguna de sus múltiples historias o al menos se ha quedado mirando  sus extraordinarias portadas en alguna estantería de una librería?

Hablar del famoso personaje creado por el guionista Charlier y el dibujante Giraud no se puede hacer solamente en una entrada, pues son más de 50 álbumes divididos en diferentes etapas y, en muchos casos, no siempre con el mismo equipo creativo detrás del personaje. Por ello realizaré diferentes entradas a lo largo del tiempo para ir dándolo a conocer.

Si te gustan las películas del Oeste, las aventuras y palabras como sioux, apache o confederados, este intrépido, indisciplinado y solitario teniente de caballería debe formar parte de cualquier buena comiteca histórica.

Lo normal hubiera sido empezar escribiendo del personaje desde su primer número aparecido en el año 1965, pero he  preferido dejar toda su primera etapa de las Guerras Indias y otras historias  para más adelante. Ahora os explicaré el motivo.

Planteé el articulo como si un amigo me preguntara: ¿qué me recomiendas que lea primero de Blueberry? Quizás pueda resultar una pregunta difícil y podríamos tener un largo debate al respecto, pero si hay un punto de inflexión y cambio en la serie principal del personaje sería seguramente en su ciclo  El oro de los confederados. Este ciclo –formado por tres tomos: Chihuahua Pearl, El hombre que valía 500.000$ y Balada por un ataúd– fueron realizados y  publicados entre el año 1970 y 1974.

 

El Contexto histórico del cómic

Para poneros en antecedentes y entender el sugerente título del ciclo hagamos un poco de investigación sobre una de las leyendas de la Guerra de Secesión de Estados Unidos.

Nos cuentan que en abril de 1865, el último año de la Guerra de Secesión , el presidente Jefferson Davis y el resto de su Gobierno se vieron obligados a abandonar precipitadamente Richmond (Virginia)  ante el avance de las tropas de la Unión. Con ellos se llevaron un tren/barco entero cargado con las reservas de la Confederación y las de los bancos de Richmond, además de una gran cantidad de joyas donadas por las mujeres a la causa confederada.

 

La custodia del tesoro se encomendó al capitán de navío William H. Parker. El propio Parker confesó a un periódico de Richmond que los fondos que el Gobierno confederado depositó en sus manos ascendían a «alrededor de 500.000 dólares en oro y plata».  Sobre dónde acabó el dinero existen multitud de teorías. Pero, desde luego, para cualquier autor de novela histórica o de cómic es un autentico filón intentar fantasear sobre lo que pudo ocurrir. Hay varias historias contadas sobre dicho tema, pero la esencia de ellas es que algunas de las reservas de oro de la Confederación nunca fueron encontradas por las autoridades estadounidenses. Este será el elemento vertebrador de toda la trama del ciclo.

Los autores del cómic aunque son franceses, muestran que han investigado y conocen  los acontecimientos y el contexto en los que están situando al protagonista. Lo cual, para los que nos gusta la historia americana, nos hará disfrutar mucho más de las píldoras que nos irán dejando caer por el camino a través de los diferentes diálogos y acontecimientos. Aprovechan recursos como que muchos militares confederados, una vez concluida la Guerra Civil Americana en la primavera de 1865, huyeron junto con sus familias o sin ellas de las temidas represalias del ejército Federal de la Unión. Gran cantidad se marcharían al Norte a Canadá mientras esperaban que se aplacase la ira de los Unionistas, otros se embarcarían a Europa y Sudamérica, y muchos miles más se irían a la frontera sur, es decir a México. Por ello, en el trascurso de la historia nos aparecerán personajes como los Bushwackers, guerrilleros que se opusieron a la Unión durante y después de la Guerra de Secesión y que operaban en grandes áreas de tierra donde existían  pocos recursos gubernamentales para controlarlos. Que mejor lugar para ocultarse  que la enorme e incontrolada frontera con México.

Foto: Bushwackers en el cómic

 

Qué hace especial a este ciclo

Desde el principio de la serie Blueberry cualquier lector podía leerse cada uno de los álbumes aparecidos anteriormente de manera independiente y sin tener que haber leído necesariamente ninguno más. Las historias se abrían y se cerraban en cada número. Por lo que daba casi lo mismo prácticamente por donde atacar la colección. Con Chihuahua Pearl eso es imposible. A partir de este ciclo se exige el conocimiento, aunque sea somero, de todo lo anterior.

Es a partir de ahora cuando vemos a unos personajes más definidos con sus defectos y virtudes que ya forman parte del mundo dibujado de Giraud y Charlier. A estas alturas todos sabemos quiénes son el minero borracho de Mc Clure o el callado Red Neck, incluso el gruñón  Capitán Finlay, que habrá pasado a ser uno más de la familia. Pero sobre todo se nos presentará a Chihuahua Pearl, uno de los personajes emblemáticos de la serie. Por primera vez, una mujer cumple en la historia de Blueberry  un papel más allá de ser un florero o alguien puramente anecdótico. Es cierto que el personaje seguirá cumpliendo algunos de los clichés de la mujer en el cine o los cómic, pero será una más del grupo principal de personajes y con una participación muy activa.

Foto: Chihuahua Pearl y Blueberry se conocen

Este ciclo representa también el momento más álgido de toda la serie de Blueberry, los autores nos mostrarán una de las historias más originales del género western de todas las que se nos venían contando. Hubiera sido increíble que Ford, Leone o Peckinpah la hubieran llevado al cine.

En esta historia arrancamos con Blueberry expulsado del ejército, convertido en agente encubierto del Gobierno norteamericano para investigar sobre el supuesto paradero del oro confederado. Tendrá que  viajar a México donde conocerá a Chihuahua Pearl y a seres tan peligrosos como el general Vigo, el Gobernador López o a los forajidos sudistas Finlay y Kimball y su banda. Como veis es toda una mezcla explosiva que nos llevará a un largo viaje por diferentes paisajes del oeste americano.

Como siempre también abundarán las traiciones, las pistas falsas, los giros inesperados y las resoluciones explosivas a las que ya nos tiene acostumbrado Charlier en su forma de narrar.

Desde mi punto de vista es uno de los ciclos de Blueberry que más he disfrutado y mejor recuerdo guardo. Lo leí por primera vez cuando era un chaval y tras releerlo varias veces me sigo reafirmando en esa impresión.

Creo que con estas palabras es suficiente para dar una idea y no molestar a aquellos que quieran enfrascarse en su lectura. Como dije desde el inicio de esta sección, mi cometido no va a ser destripar los títulos, sino despertar la curiosidad del lector para acercarse a este género tan presente en el noveno arte.

No será la única vez que hablemos de Blueberry. Prometido.

Y para concluir, el dibujante Raúl Lara (le podéis seguir en Twitter, Instagram y en su web) regala, para los lectores de este blog, su interpretación del gran Teniente Blueberry. Que lo disfrutéis.

Raúl Lara

 

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