Por José Manuel Aparicio | Escritor, autor de Banderizos, premio de Novela Histórica Ciudad de Úbeda 2015 y editor y consultor editorial en Rubric | @Escritor_JMA | Artículo del taller de novela histórica de XX Siglos que José Manuel está haciendo en este blog con carácter mensual.
Resto de entregas: la idea | los personajes | la actitud | el método | la estructura | errores | publicar
Para acabar estas primeras consideraciones sobre la planificación de la novela, he aquí unas recomendaciones del escritor John Steinbeck, a las que añado los matices propios de la novela histórica.
1) Abandona la idea de que terminarás algún día. La novela histórica tiene tal complejidad que marcarse plazos, para hacer el mejor trabajo posible, es arriesgado. Pierde la cuenta de las 400 páginas y escribe una página diaria, eso ayuda. Después, cuando hayas terminado, siempre te sorprenderás.
2) Escribe libremente y tan rápido como sea posible. No te detengas en meter todos los detalles históricos que has aprendido durante la fase de documentación y no corrijas o reescribas hasta que hayas escrito todo el libro. Las correcciones hechas durante el principio de la creación son, por lo general, excusas para no seguir adelante. Además, influyen en el flujo y el ritmo.
3) Olvida a tu auditorio general, y no te pares a pensar en los historiadores. No estás escribiendo un libro de Historia, sino una novela histórica. Primero, ese auditorio anónimo y sin rostro te atemorizará terriblemente y, segundo, a diferencia del teatro, ese auditorio no existe. Al escribir, tu auditorio es un lector único; he descubierto que a veces es útil escoger a una persona: una persona real a la que conoces o una imaginaria y escribir dirigiéndose a ella.
4) Si una escena o parte te parece difícil y aun así piensas que la quieres incluir, déjala y continúa. Cuando termines de escribir la totalidad, podrás regresar y quizá encuentres que había presentado tantas dificultades porque no se encontraba en su lugar o porque la habías recargado con demasiados datos históricos y descriptivos.
5) Desconfía de una escena que te guste demasiado, más que las otras. Por lo general, resulta ser una imposición.
6) Si escribes diálogos, repítelos en voz alta a medida que los vayas escribiendo. Sólo entonces obtendrás el sonido del diálogo. Y, por los dioses, no lo almidones demasiado, como si tus personajes históricos fueran actores declamando en un teatro.
Un post magnífico. Estoy seguro de que le será útil a cualquier escritor.
05 noviembre 2019 | 10:03